Disclaimer: Himaruya tenía cieeeeen personajes... Himaruya tenía cieeeeen personajes... Himaruya tenía cieeeeeen personajes marchando al mismo pasooooo


L'Illustre Général l'Empire Français

Britania se acerca por la espalda de Roma y le rompe un cascarón de huevo lleno de confeti en la cabeza. Roma levanta las cejas, mira arriba estúpidamente, aprieta los ojos y sonríe sacudiendo la cabeza.

—¡Ja! —risita malvada y le estrella ooootro, este lleno de harina.

—Ugh! ¡Paraaaa! ¡Voy a estarme sacando papeles de colores por semanas! —protesta riendo y pasándose las manos por el pelo para sacárselo.

Pero ella se lo impide, pasándole las manos por el pelo para metérselo más, riéndose... Y es que te echaba de menos repentinamente.

La intenta abrazar de las piernas para que se ponga frente a frente. Ella disque pelea poniendo de resistencia un tres en una escala del uno al diez. Dejándola que haga lo que quiera con el pelo.

—¡Cuidado con los tirones que luego haces cosas raras, bruja! ¡Debería obligarte a lavarme el pelo! —risas.

—¡Que no me llames bruja asííí! —protesta sonrojadita y sonríe—, y no voy a lavarte NADA.

—¡Pues tú me has ensuciado! —se ríe y la hace sentarse sobre sus rodillas.

So what? —lo hace—. Y ahora pareces un ancianito.

—Pues así de sexy me veré cuando lo sea, ¿qué te parece?

Se sonroja y le pega en el pecho. Y claro, él se riiiiie.

—¡Te ves tonto, no sexy! —sonrojito.

—Entonces ya no podré ligarme a las jovencitas y te estaré molestando todo el día —le guiña un ojo.

—¡Nooooo! —protesta y se ríe escondiéndose en su cuello.

—Así que por eso lo has hecho, ¡para que te haga caso a ti! ¡Ajajá!

—Nooooooo! ¡Claro que no!

Riiiiisas y la abraza fuerte. Ella sonríe dejándose abrazar.

—Debí romperte uno de verdad...

—¿No te parece bastante asquerosa la harina? ¡Que además pica!

Se ríe.

—Yo lo odio... Y lo que te va a costar sacártela —lo saaabe.

Mueve la mano en el pelo para que le caiga a ella encima también.

—¡Nooo! A mí no me pongaaaaas —le empuja un poquito.

—Ah, ¿cómo qué no? —se ríe y hace fuerza para tirarle más.

— ¡Noooo! ¡No! —protesta y patalea un poco y consigue levantarse.

—Ahora tú necesitas una ducha tambiéeeen.

—Que voy a necesitar una ducha —sonrojadita... No creas que no quiere que la lleves.

—Te invito a mi Jacuzzi conmigo si...

—¡No quiero ir a tu jacuzzi contigo!

—Entonces cerraré el agua de toda la casa salvo la de ahí.

Levanta las cejas.

—Pues yo voy a ir a tu jacuzzi y voy a encerrarme ahí en lo que tú vas a cerrar todas las llaves— muy feliz de su gran idea. Roma la mira a los ojos un instante y sonríe.

—No te atreves.

—Claro que si me atrevo, idiota, como no me voy a atrever.

—Pues a ver si es verdad —se va igual a fingir cerrar el agua, de hecho, se va al taller a por un destornillador para desmontar la puerta en cuanto ella se haya encerrado.

Y ahí va la burra a encerrarse y a llenar el jacuzzi y a ponerle muchas burbujas, MUCHAS... Y a quitarse la ropa y meterse hasta que sólo se le ve la cabeza... Y a sonrojarse un poco porque sabe, SAAAABE (o espera) que conseguirá entrar. De hecho, suplica un poco por lo bajito que no se vaya a encontrar a Egipto.

Roma silba mientras prepara además una jarra de cerveza, una copa de vino y unos bocatas porque tiene hambre, antes de ir para allá. Y efectivamente, consigue desmontar la puerta sin dejar de silbar, entrando con las cosas en una bandeja para encontrar a Britania casi hundida al 100% en el agua, respirando por un popote que se encarga de tapar con un dedo una vez ha dejado las cosas por ahí. Suerte tiene que no le ha dado por ignorarla para poner velitas.

Un minuto después, Britania emerge del agua... De un color morado intenso y ahí empieza a desnudarse como si nada, sin dejar de silbar.

—¡¿Cómo entrasteeeee?!

—Magia.

—¡Mentira! —protesta aún con la respiración agitada, llena de espuma.

—Claro que no es mentira, hasta te traje cerveza —luego Germania llegará y se hará la pregunta SERIA de "¿por qué está la puerta del baño sobre la cama?" Más aún con lo cuadrado que es...

Y decidirá que la ropa, los papeles, los zapatos, restos de comida... de pintura incluso, puede soportarlos, pero esto es llevar el desorden al extremo. Y terminarán con una charla SERIA "Rom... Las puertas van donde deben ir. NO en la cama, no en el suelo... En la puerta" porque además Roma me parece del modelo que una vez que desarma algo a veces pueden pasar meses antes de que lo arme otra vez.

De hecho, confiamos en Germania para que la vuelva a poner en su sitio o la puerta va a estar viajando de apoyada en la puerta del armario a encima de la cama hasta que se le hinchen las pelotas y acabe haciendo de mesa en el taller y Germania tenga que aprender a cagar sin puerta.

Pero no. Germania está YA colgándola de nuevo. Eso o Germania va a cagar ahora en el baño de la sala. Aunque en realidad creo que esa misma noche no va a poder dormir sin que la puerta este puesta. Si de por sí le veo ordenando el cuarto todas las noches antes de dormir… El trastorno obsesivo compulsivo. En fin...

Britania quería una poca de marcha. De hecho, Roma se burla "Britanniae quería marchaaaaa" y periodicazo en la cabeza.

—Auu! —risas.

Ya muy relajada, bañada y vestida otra vez, con el "palo en el culo" tomando té en la cocina mientras Germania le echa la bronca a Roma por la puerta, que es el equivalente a diez minutos de odio de la casa de la perversión.

Todos contra Roma hasta que llega Helena y le da un buen beso... Aunque eso no impide que le odie... De hecho... pues al final todos le quieren, ejem...más o menos. Germania hace los ojos en blanco y advierte que eso es falso de toda falsedad.

—Y tú el que maaaaaás —se ríe Roma que hoy está así como molestosito.

— ¡No te quiero más que nadie! De hecho no te quiero, punto.

—Sí que lo haceeeees —más risas y se va a molestarle a tocarle la nariz y la mejilla.

Germania se lo quita de encima como si fuera un mosco. Bueno, intenta. Tal como si fuera un mosco. Pero sigue porculeando como uno.

—Aaaagh! —le da de manotazos y termina dejando de hacer lo que hacía para detenerle de las manos.

Roma se ríe dejando que se las atrape, mirándole a los ojos con sonrisita traviesa y el amargado germano le medio fulmina... Y no le suelta. Y después de un poco no le queda más que sonreír levemente.

—Sonríeeeeees —le acusa muerto de la risa.

— ¡No es verdad! —se pone serio otra vez

— ¡Te he vistooooo!

Sonrisita sin poder evitarlo.

—Aaah! ¡Otra veeez! —se ríe más.

Aprieta los labios intentando dejar de hacerlo. Más risas romanas y se le acerca. Él le mira fijamente lo más serio que puede y Roma le da un besito en la nariz. Sonrojito descolocado.

—Besos no valen.

—Waaaah! —se muere de la risa y es que tiene que abrazarle. NECESITA abrazarle. Germania le deja hacer... Obviamente.

—Eres un pegajoso.

—Me gustas muchoooo

—Pegajosísimo... —sonríe otra vez.

—Naaaaah! —más risas.

Le pica las costillas con la esperanza de que le suelte. Roma salta, pero no lo hace.

—Ugh! Rooooom!

Más piquetes y cosquillas.

—Aaaah! —al final le suelta, claro, saltando, intentando detenerle las manos.

— ¡Eres una peste!

Se detiene y le mira un poco desconsolado. Germania parpadea porque como siempre sólo se quejaba por quejar.

—Pues lo... Eres —cambia el tono a uno más suavecito.

—Bueno —sonríe un poco y se pasa una mano por el pelo—. Te dejo trabajar.

Germania parpadea y... No se crean que no le conoce.

—Quiero un helado —declara mirándole —. ¿Quieres uno?

El romano levanta las cejas, sonríe más y asiente efusivamente. Germania sonríe un poquito y le toma de la mano apretándosela.

Y es que sí que es una peste. Una molesta peste que debe seguir siendo una peste hasta que le estrangulen, el mismo Roma lo sabe... por eso se para a sí mismo. Aunque en realidad, Germania piensa que sí que es bueno que se pare pero cuando ya le tiene harto en serio, porque ni siquiera tan en el fondo le gusta que le este brincoteando encima y fastidiando. A Roma le costó mucho aprender eso y aun le cuesta bastante hacerlo, por eso Germania ahora fue como... Nonono... No era en serio, venga... Heladooooo. Porque a Germania le guuuu... ¡ROMA! ¡VALE, YA! A todos les gustas, idiota, ¡a todos!

Y es que mira como Helena también le besuquea, no creas que la ha ignorado que bien contento le ha puesto que le bese y por eso ha "ignorado" la bronca de Germania. El harem de Roma. Resignación es la palabra apropiada para Germania.

Y es que se lleva muy bien con todoooos. Lo que es realmente molesto. De hecho, Francia se lo pregunta... Porque él nunca ha podido hacerlo así de bien.

Roma sirve un par de copas de vino, tendiéndole una y se sienta frente a él, sonriendo un poquito. Francia suspira y mira a su padre con cierta admiración, dando un traguito a su copa.

—Mira... —rebusca en los cajones y saca un par de cintas elásticas, una más grande que la otra. El galo sonríe un poco sin entender del todo.

— ¿Eso qué, papa?

—Esta de aquí —le muestra la pequeña—. Es tu corazón —toma la botella de vino y la pone dentro de la goma—. Eres muy bueno y puedes envolver cualquier forma para que te llene, podría ser cualquier cosa, tú has elegido quien quieres que sea y con él te has quedado —sonríe.

Francia sonríe un poco, porque a pesar de que sabe lo que le está diciendo, le gusta que se lo explique, como le ha gustado toda la vida que le explique estas cosas.

—Así era el mío al principio, hacía como tú y lo llené con una persona —toma la goma grande—. Pero cuando esta persona despareció, en vez de volver a su medida original, mi corazón cedió, así que cuando puse otra persona en vez de llenar su hueco lo que hizo fue esto— pone la botella dentro de la goma grande, pero esta no se ajusta.

—Eso... Intentaba hacer yo, se supone.

—Eso es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo.

El galo entrecierra los ojos.

—¿Por qué?

—Porque la única forma de hacer que me sienta completo es hacer que entren todas las personas que lo han dado de si —pone otro vaso y una copa en la goma grande—. Pero nunca se ajusta perfectamente como el tuyo —señala la goma grande.

—Es decir... Sin uno, estas incompleto.

Asiente.

—Siempre me dio miedo que me pasara algo así... —se encoge de hombros Francia y sonríe —, aunque siempre, SIEMPRE trate de alguna manera de hacer justo eso.

—Por suerte mis niños son muchísimo más listos que yo —sonríe sinceramente—. A mí ni se me ocurrió que eso pudiera pasar hasta que fue demasiado tarde.

—Nah, no es de ser listo... Es de ser miedica. Claro que el miedo debe servir de algo —sonríe— y no digas que no, si bien que lo has pasado maravillosamente bien.

—La prudencia es una virtud. A saber de quien la aprendiste —se ríe—. ¡Y claro que lo he pasado bien!

—Creo que lo aprendí de ti —asegura riendo.

—¡Pues a saber cómo, si yo ni siquiera sé serlo!

Se ríe.

—Conmigo lo eras... De hecho, me dejabas ser todo lo cobardía que quisiera —admite.

—Pues... ¿qué puedo contarte sobre los hijos? sí que me hirieran a mí me dolía, que os hirieran a vosotros me dolía cien veces más.

Inclina la cabeza rubia.

—Eres el mejor papá que hay... años, centurias después de que desaparecieras aún hacíamos todo lo posible por ser como tú.

El romano se ríe complacido con eso.

—Cada uno a su manera... Espagne con el imperio, que como dio lata... Yo además con este asunto de enseñarles a todos... Sólo nunca conseguimos ser totaaaalmente como tú. Será que eres único e irrepetible —sonríe con cierto orgullo.

—En realidad, me parece que habéis hecho muy bien. No todo lo que hice fue tan bueno ni tan divertido. Me parece que supisteis muy bien en que cosas valía la pena imitarme y cuales no al final.

Francia le mira con los ojos entrecerrados. Aunque sonríe hinchando el pecho.

—No, lo digo de verdad, creo que si pudiera volver en el tiempo sabiendo lo que sé ahora, trataría de tener una vida mucho más parecida a la vuestra.

—Hicimos lo que pudimos... Cada uno intentando ser tú, cada uno siéndolo para el otro —se le llenan los ojitos de lágrimas y suspira —. Y cómo te echamos de menos a momentos a pesar de todo.

Eso se le clava un poco en el corazón al romano y lo abraza. Francia le abraza de regreso haciendo drama latino. Los dos.

— ¿Una vida más como la nuestra?

—Con menos altibajos, con menos muerte... con menos personas. Quizás nada más enamorarme de Helena hasta morir yo. Aunque nunca os habría tenido entonces y eso sí que sería imperdonable.

—Y todo sería TREMENDAMENTE aburrido.

—Bastante —se ríe y le abraza con fuerza—. Tal vez seríais niños germánicos entonces...

Francia tiene un escalofrío.

—Lo cual sería una absoluta mierda.

—¿Tú crees? Ahora sabrías pelear... o tal vez tocar el piano. Y creo que seríais TODOS vírgenes.

Papa... Pesadillas. Deja de intentar que tenga pesadillas —aprieta los ojos y se ríe. Roma se ríe también

—¿Sabes qué me gustaría? —pregunta.

Quoi?

Angliterra me ha contado que pueden hacer una magia para llevar a las personas al pasado... no me molestaría que me llevara a ver algún momento importante vuestro.

Levanta las cejas y se separa un poco... Nerviosito. El romano sonríe un poquito, dejando que se separe.

—¿Qué momento te gustaría ver? No recuerdo uno sólo que no implicara... O la desgracia del otro, o... Que no resultará en desastre.

—No lo sé. Algo importante para ti o para Hispaniae o para Romano y Veneciano.

—Podrías ir a ver el descubrimiento de Amerique con Espagne...

Sonríe y Francia le sonríe también.

—O... A Napoleón... Siempre creo que estarías tremendamente orgulloso de mí con él.

—Siempre me hablas mucho de él.

—Finalmente... Yo era físicamente invencible. O lo fuimos por un tiempo. Un ejército del que yo estaba seguro que tú estarías sumamente orgulloso.

—¿Y crees que podría verlo?

—Podrías... Claro que podrías. Pero seguro sólo verlo. Y NO Waterloo.

—Es que no tengo ni idea de cómo funciona eso —confiesa.

Angleterre. Eso hay que verlo con él —se revuelve un poco con cierta inseguridad.

— ¿Estás bien?

Oui —le sonríe —, sólo pienso que... Es una tontería.

— ¿Por?

—No el verlo, lo que yo pienso es una tontería... —sonríe.

—Ah! ¿De qué se trata?

—Es... Bueno, no lo sé, que tal que no te parece tan...

—Ah, ¡seguro que sí!

—Mmm... —sonríe de lado.

—Venga, no temas por eso. ¿Dónde han dicho que iban Britanniae y él?

—A algo con el unicornio... —ojos en blanco.

—Ah... ¡vamos a ver si acaban!

—O si hacen algo en realidad... Deben estar haciendo bailes imaginarios como siempre.

Se ríe acabándose su copa y levantándose. Su hijo sonríe un poco y se levanta también, este con todo y copa. Y ahí están en el establo, Inglaterra agachado enseñándole las patas de Morning Star a Britania. Ella mirando con los ojos entrecerrados y explicándole que quizás podrían vendarle la izquierda.

— ¡Franciae y yo hemos tenido una idea maravillosa! —exclama Roma entrando.

El inglés se asusta un poquito soltando la pata del animal. Britania se asusta igual girándose y extendiendo los brazos como para proteger al animal, fruto de años enteros de hacerlo.

Roma ni enterado del bicho, que se le acerca e intenta comerle el pelo. Francia le sonríe a Inglaterra aún un poquito preocupado, en general, porque algunas de las cosas de magia no le acaban por convencer.

Papa... Quiere viajar al pasado.

— ¿Eh? — parpadea el inglés dejando de mirar como Morning Star pasta en la cabeza de Roma sin que este se entere (para su descojone).

—Quiere ir a conocer a Napoleón —le sonríe —, con nosotros.

N-Napoleon?

Sic! ¿Crees que puedas hacerlo?

—Pues... ehm...

—Es... ¿Si es muy complicado? Es... No quiero cambiar el curso de la historia.

—Es delicado... no puede ir solo —explica.

Non! Nononon! Yo lo acompañaría. Con... Contigo—balbucea.

—¿Vas a ir tú? —pregunta Britania—, los viajes en el tiempo son peligrosos... Si haces algo mal no vuelves.

—No, tú no puedes ir, si te vieras a ti mismo... ¡podrías volverte loco! —niega Inglaterra a Francia

—¿Si yo me viera a mí mismo? ¿Y qué pretendes?

—Pues... —mira a Roma de reojo—. No puede ir solo... —cambia el peso de pie, eso significa básicamente que tienen que ir ellos dos solos.

—Pero... ¿Cómo es que no puede ir solo y no puedo ir yo con él, Angleterre?... ¿Vas a ir tú?

—Si lo hacemos, no hay más opción.

—Claro, claro... A ver si no le matas por la espalda y sin que se entere... No voy a dejarte a ti a espiarle en soledad.

—Tú no puedes ir, tu yo del pasado podría volverse loco, my mother no puede ir porque tiene el mismo problema que Rome solo...

— ¿Y si prometo que no me verá? Voy con ustedes... ¡Y te vigilo!

—No vas a vigilarme... ¡no vas a venir! ¡Y bastante difícil es ya que seamos dos!

—Pero... Pero es que... —se revuelve preocupadito.

What?

—¿Vas a ir tú solo con papa? —baja el tono y lo jala un poquito.

—Pues...

—¿De verdad?

—¿Qué quieres si no?

—Pues... Pues... ¿Ir? O algo así, es que tú y papa... —baja el tono—. Solitos...

What?

—Pues es que... ¿Y si sale algo mal? ¿Y si no vuelven? ¿Y si te capturan?

—Revertiré el hechizo.

— ¿Y si no puedes, si te golpean... si te matan? —Francia el aprensivo.

—No me mataste entonces, no me mataras ahora.

Sonríe de lado con eso.

—Yo no, seguro... Pero como alguno de mis hombres te vea. Siento que no tienes esa pericia que tenías antes —le acaricia un poco el pecho.

—Ja!

—Como que "JA!" Antes eras completamente maligno pero como ahora estas perdidamente enamorado de mi...

—Que sí lo tengo y m... —Casi puede Francia escuchar el grito negándolo. Es un grito sordo. Sonríe.

— ¿Estarás bien con papa a solas?

—Pues... espero que no se porte mal.

Levanta las cejas y se revuelve.

Non. No funciona así.

— ¿Y cómo funciona?

—No voy a ESPERAR que no se porté mal y que regreses y me digas que siempre si te salto encima y te acostaste con él —susurra nervioso.

—No se va a acostar conmigo —ojos en blanco.

Francia... Es que es difícil estar muy seguro, ¿sabes? Más conociendo a su padre.

—Pues... No sé, de verdad... Que no se acueste contigo.

— ¿Conmigo? —levanta una ceja.

—Contigo... con él.

— ¿Que yo el de entonces no me acueste con él?

Asiente

—No voy a acostarme yo con él, no seas tonto... ¡Es papa! Antes me acostaría contigo en primer lugar y en segundo... Lo que estamos discutiendo es que él se va a aprovechar de que estén solos.

Se sonroja fingiendo poner los ojos en blanco, pensando en si Francia Napoleónico intenta... Seguro el que va a tener problemas vas a ser tú, pequeñuelo. Carraspea un poco porque no te creas que no le gusta ese Francia.

—Veo dos posibles problemas... Uno es... Yo sí voy a reconocerles a ambos.

— ¿Aja?

—Y eso... Bueno, eso se puede manejar, pero papa... Puede cambiar el curso de la historia.

—Por eso no puede ir solo.

—Verlo podría cambiar mis decisiones... No sé cómo reaccionaría.

—Nos disfrazaremos.

Aprieta los ojos.

What? —pregunta al ver que aprieta los ojos.

— Sí vas a volver, ¿verdad? —abre los ojos otra vez, preocupado.

— ¿Por qué iba a quedarme?

—Ya te quedaste una vez... —cambia el peso de pie —. En un universo alterno o inexistente. Ahora, ya volviste en el tiempo y me dejaste ahí y...

—Tenía motivos para hacer lo que hice en esa ocasión y tú no los sufriste.

—Lo sé... Sólo no quiero que no vayas a volver —le abraza.

Franceee —protesta un poco sonrojándose... nótese que no le aparta.

—Es queeee... —le abraza con más fuerza —. ¡Te vas a ir! Va a haber un periodo de tiempo en el que no estés sobre la faz de la tierra. En ningún sitio y eso me... Eso me angustia.

—No es para tanto... cuida a my mother. Y no rebusques en la buhardilla.

—Quiero un beso de despedida — pide... Y está llorando. LLORANDO. Inglaterra se sonroja.

—Aun no me voy.

—No te puedes ir sin darme uno... Por ahora quiero uno.

—Pero aun no me voy... —cambia el peso de pie y mira a Britania y Roma que deben estar picándose el uno al otro. Y es que está llorando, cabrón. Eso es MUY injusto.

A Francia de verdad le angustia. Dramático si quieres, pero le angustia.

But... but...

Traga saliva el galo sin soltarle.

—Como no vuelvas, voy a...

Aprieta los ojos verdes y le odia, de verdad. Uno pequeñito...

—¡Eres un tonto! ¡Y tu padre! ¡Y todos! —se le esconde. Francia le abraza con fuerza. —Y es peligroso y tú eras feo y no quiero ir —susurra.

—Vas a cuidarte mucho, ¿verdad? Mucho, mucho, mucho... —pide acariciándole la espalda y como sigan así Francia va a terminar negándose. De hecho, creo que se cómo pueden hacer esto más fácil...

—Eres una rana tonta y fea ahora y lo eras entonces y siempre te puedo.

—Siempre me puedes... De hecho eso no es mentira.

Sonríe con eso y le abraza de vuelta un poquiiiiiito.

—Eres molesto, y vas a ver, basta que no estés TAN enfadado como estabas entonces también, que vas a meterte.

—¿A meterme? —le mira a los ojos.

—Debajo de mi piel... Cada vez lo haces, más así como eres ahora —sonríe un poco y se sonroja leeeevemente.

Inglaterra vuelve a escondérsele sonrojándose de muerte. Él le aprieta contra si...

Je t'aime... Y como no vuelvas voy a incendiar tu casa, y a cortarle el cuello a tu reina.

No!

—Y voy a sembrar cardos con Ecosse en todo Buckingham.

—¡Nooo! ¡No vayas con Scotland!

—Vuelve y no lo haré — le aprieta contra sí con fuerza. —De hecho... Déjate de tonterías, ¡vuelve igual porque no quiero que no vuelvas y punto!

I hate you. Haces mucho drama —esconde la cara hundiéndosela en el cuello. Francia sonríe un poquito y creo que Britania les va a empujar gritando por estar huyendo de Roma.

—Yo no te odio... No quiero que me odies... No digas que me odias cuando te vas a ir, podrías nunca poder decirme de nuevo que me quier... —empujón. Y seguro Francia se cae sobre Inglaterra que no se lo esperaba.

En efecto, con el tradicional grito de niña. Grito que asusta a Britania y termina dándole un golpe en el brazo mientras Inglaterra no entiende qué pasa y Roma acaba por capturar a la británica de la cintura y levantarla para llevársela, riéndose. Y Francia protesta por el golpe…Dioses que lata das.

Y cuando se marchan y Francia no está prestando mucha atención es cuando Inglaterra le besa así sin venir a cuento de nada.

Francia levanta las cejas un poco sobresaltado con el beso, pero no tarda en sonreír y cerrar los ojos, con mariposas en el estómago, y darle uno de esos besos medio angustiosos e intensos de "este es el último beso que te doy", de los que hace mucho que no le da.

Que taaaaanto le guuuuuustan a Inglaterra que le sorbe el cerebro casi enseguida dejando de ser un beso teeeenso porque le hacen sentir que el universo está ordenado en estos minúsculos instantes dentro de la entropía general.

Y lo está, de verdad que lo está. Besos que resuelven todo. Suerte para separarles. Ugh. Que no se le vaya de las manos y quiera hacer el amor antes de irse. Ahí en el establo de Morning Star. Arriba de Morning Star.

Bueno, no. Arriba no, que están en el suelo y no quiere levantarse, así que peor aún, debajo. Quizás les haga caca de arcoíris en la cabeza que Francia ni siquiera está pensando en eso e igual ni la vería. Quizás estén SOBRE la caca de arcoíris. Eso sí es posible.

Aunque de cualquier manera a Francia le da igual. Le daría igual aún si no fuera de arcoíris. Así le sorbes el cerebro, querido Inglaterra. Que claro, como el que está en el suelo es UK… es que así de intenso se pone que sí que va a... ehem, como si se fueran a morir mañana y mientras están en ello, Roma suelta a Britania en el porche.

— ¿Cómo es entonces un viaje de esos?

—Es una tontería que lo hagas... ¿Por qué quieres hacerlo?

—Quiero ver a mi hijo en su época de mayor gloria, me hace ilusión y me llena de orgullo.

—Es peligroso... —advierte con un poco más de preocupación evidente de la que quisiera mostrar.

Francia indica que debería rasurarse. De hecho, Inglaterra opina que Britania le haga una poción para verse como alguien más. Quizás para ambos.

— ¿Verse como quién?

—Eso no lo sé... como cualquiera, como alguien a quien él no conozca —explica Inglaterra. Britania mira a Roma.

— ¿Cómo quién demonios vas a aceptar disfrazarte...? Ya te conozco.

— ¿Qué tal que me veo como tú... pero en hombre guapo? —responde el romano picándola.

— ¡No vas a verte como yo! Para eso puedes verte como Alba.

— ¡NO! —chilla Inglaterra ante esa idea.

Y Roma parpadea sin esperar esa reacción. El inglés se sonroja un poco apartando la mirada.

—Ehm... Vale, no como Alba, pero algo así. ¿Qué idea tienes entonces, England? Si tan malas te parecen las ideas. — se queja la británica.

—Es que no hay que hacer magia para que se vea pelirrojo y además a Scotland, France sí le conoce a él.

—Vale, vale... Pues insisto, ¡dime como quien!

—Quizás parecidos a ellos... Pero no ellos. Sólo cámbiale un poco, Britannia —propone Francia volviendo con el atuendo apropiado para cada uno, que estaba terminando de arreglar hace un momento.

—Como... C-Como...

—Cambiales un poco... Yo que se... Algo... —mira a Inglaterra —. ¿Sabes? ¿Creo que tú deberías ir disfrazado y NO con otro cuerpo?

— ¡No planeaba ir con otro cuerpo!

— ¿No es eso lo que proponías? ¿Verte como alguien más?

— ¡Sí, pero solo de cara!

—Creo que tú en concreto tienes más probabilidades de éxito si vas sólo disfrazado y yo si te reconozco.

—Como si no me odiaras a mí.

—Bueno... Odiarte... —nada convencido. Inglaterra le mira de reojo. —Si algo no me gusta, sin duda vas a estar más seguro siendo tú mismo que siendo alguien más.

—Vale, vale. Nada más el pelo oscuro para mí. Haz que Rome se parezca a Austria y veras como ni te mira —propone Inglaterra. (Para el horror de Suiza) (Was?! NEIN!)

—Puede que si te pareces a Austria te mande cortar la cabeza así —Francia chasquea los dedos mirando a su padre y riendo.

—Mejor a Romano o a Veneciano entonces —pide Roma—. El acento ya lo tengo —riendo también. Britania entrecierra los ojos

—Aunque a Romanito y a Veneciano les conozco también... —recuerda Francia.

—Quizás como el muchacho de la cafetería de la universidad — propone Britania. Chico que se parece muuucho a Roma.

—Precisamente, será más fácil que pienses que soy Veneciano. Si soy alguien cualquiera...

—Si lo dejamos a la imaginación de Britannia va a terminar con un pene del doble de tamaño del tuyo... —Francia cuchichea para su padre entre risas. Roma se MUERE de la risa

—Cada vez que me hace magia, me la hace un poquito más grande. Va en serio.

A toda la discusión, Inglaterra ha intentado un hechizo fácil para volverse el pelo negro... y ha acabado pelirrojo, pecoso y con unos ojos azules-magentas de loco. (Sí, es el diseño 2P. Uno dice "nunca utilizaremos el 2p..." Y luego, viene alguien y te calla la bocota)

—Eso no es posibleeeee —protesta Francia a su padre riendo ante la mirada algo WTF? de Britania que no les está oyendo.

—De verdad que sí —Roma nota a Britania de reojo porque le parece raro que no proteste.

— ¿Que sí que? —en serio no está oyendo, pero se acerca a él —. Si estás diciendo una guarrada, ya verás...

—Habla de sus partes nobles —comenta Francia sonriendo de lado.

—Siempre estoy diciendo una guarrada cuando estás presente porque no puedo pensar otras cosas si te veo —suelta Roma dándole una palmadita en el culo a la británica.

—¡Cállateeee! ¡Y no tienen nada de noble ninguna de sus partes! —protesta sonrojándose.

Well, ¿entonces? —pregunta Inglaterra para detenerles.

—Pues ya pensare en alguien...

Roma parpadea un poco al verle los ojos.

—En alguien tonto y feo como... Ugh... ¡Esos ojos! —protesta Britania también al verle, dando un saltito.

—¿Que te has hecho? —Roma toma a Inglaterra de la mandíbula para verle. Britania se tensa un poco sin poder evitarlo y... Francia se tensa a juego.

—¡Sólo se puso los ojos de otro color! —se apresura a interrumpir el francés cualquier respuesta de Inglaterra, tomando a Roma de los hombros. El inglés se encoge de hombros en plan "qué más da". Dejando que le mire, claro.

—Ya le dije yo que lo voy a acusar de brujería... Aunque haya pasado de moda —advierte el galo.

—No les pasa nada, sólo son azules. Ahora Rome.

Britania carraspea un poco y toma a Roma del brazo.

—Ven. Necesito concentrarme...

Roma la atrae hacia sí y la abraza un poco aun siguiéndola. Ella le empuja para que le suelte... Y de verdad, Roma, que te va a hacer un alter ego con unas regiones vitales más pequeñitas.

— ¿Que vas a hacerme? ¿Rubio?

Yes. Y feo. Más que ahora... No es que ahora no seas horrible.

—Pero podría serlo más...

—Un poco, si, no mucho, con lo feo que estas es difícil —le sonríe... El coqueteo.

—Ja! No es eso lo que has dicho.

— ¡Sí que lo es! Estas muy feo y eres tonto —sonrojito, se le para enfrente ya dentro de la cocina y le toma de los hombros —. Cierra los ojos.

—Sólo si me das un beso —los cierra.

— ¡No! ¡No te voy a dar nada! —protesta sonrojadita —. Ahora cállate y espera.

— ¿Vas a desnudarte? —pregunta sonriendo aun con los ojos cerrados y entreabre uno.

What? No!

— ¿Por qué quieres que los cierre entonces? —los abre. Ella le pone la mano en la cara tapándoselos.

— ¡Me desconcentras!

Sonríe con eso y levanta una mano para hacerle cosquillitas en la suya. A Britania le da un escalofrío inevitable y la quita. Y nos damos cuenta cómo es que aún eres capaz de darle un escalofrío sólo con un cariñito. Es algo que sólo tú sabes Romita..

— ¡Como sigas así vas a terminar sin nariz y con dos ojos! ¡Tengo que imaginar bien lo que hago!

— ¿Y qué te imaginas?

— ¡Pues como te voy a dejar! ¡Cállate y no te muevas!

—Pero quiero saberloooo.

—Shhhh! ¡Ahora vas a verlo! —le riñe antes de cerrar los ojos y empezar a hacer susurritos y a sacar estrellitas de colores de las manos

Roma se queda muy quieto y no la molesta ya más, sin ver las estrellitas pero sabiendo que esta seria. Y debe sentir cosquillitas desde la cabeza hasta los pies, incluyendo las regiones vitales...

Y es que le ha cambiado el tono de piel a uno más claro y rosado, como el de Germania, y lo ha hecho rubito... Como Germania... Y con el pelo más largo, como Germa... Ah no, espera, que ahora que lo pienso se parece a Francia un poco. Sin pelos en la cara, eso sí... rasurado y con algunas pecas como sus hijos. El tono de ojos es el mismo. Ah! Y las... Regiones vitales un poco más pequeñas, como que se llama Britania. Y cuidado que te va a hacer un DRAMA.

Britania dice que no cree que se las mire antes de irse... Y mejor, así se tirará a menos gente, muajaja. Aunque en realidad sí lo va a NOTAR que es MUY consciente de su tamaño y puede que nada más por eso se tire a más gente.

Bueno... Pues que se le va a hacer, Britania sólo quiere molestarle un poco. Like ever. Y es que no puede evitar imaginárselo llegado ese momento... Verse y... "Nooooo!", porque bien que le conoce.

De hecho, es en cuanto le suelta. Aunque con las cosquillas que le ha hecho el hechizo, puede que esté feliz cuando acabe.

Britania sonríe un poco maligna aunque se sonroja porque de alguna manera ha conseguido que quede guapo igual. Es el encanto natural que no tiene tanto que ver con el físico real.

—Ya estas... Ahora no te veas en un espejo que vas a romperlo con lo feo que estas.

Tiene un escalofrió el romano y es que... sí que está presentando armas. Vista ahí INMEDIATA.

—Vamos —no le mira aun, sonriendo pilla.

—Es... Britaniaaaae —se ríe pero por dentro se está cagando en tu puta madre que te pario y todos tus muertos ahí se pudran y se les seque el alma.

Whaaat?

La abraza e igual se la entierra un poco en algún lado para que lo note.

Romeeee! —protesta levantando las cejas al notar que se ha dado cuenta ¡ASÍ DE RÁPIDO!

—Pues tú lo has hecho con esas manitas...

— ¡No! Yo no hice nada.

—Claro que sí, me excitaste a propósito, ahora tienes que acabar.

— ¡Yo no te excité nada de ninguna forma! —se retuerce un poquito.

—Acabaré con tu chico en cuanto lleguemos al pasado entonces.

Traga saliva y le mira a los ojos, un poco incomoda porque no es él... Y a la vez... Es que esa amenaza es...

— ¡Eres un maldito pervertido! —protesta.

—Puede ser mi nombre falso. "Ciao, io sonno blodi perver"

—Van a reírse de ti con ese nombre falso —sonríe un poco, se sonroja y baja la mano hasta sus regiones vitales —, y no será de lo único que van a reírse — quita la mano de ahí casi de inmediato, sonrojadita. Roma da un saltito en automático

—Tú de todos deberías saber perfecto como apenas si lo necesito para que la gente lo pase bien.

—Ya... Claro. A-Aun así, siempre andas diciendo que la tienes muy grande, ¿no? —vacila un poquito.

—La verdad es la verdad.

—Pues tú dijiste que te cambiara cosas —susurrito.

—Es mi hijo quien tiene que no reconocerme, no va a hacerlo por eso.

—Bueno, eh... Me parece justo que te fastidies.

—A mí me parece justo que me ayudes a acabar, entonces.

Se sonroja otra vez con la idea y aprieta los ojos. Vuelve a ponerle una mano ahí con suavidad. Aprieta los ojos y se le esconde en el cuello. Traga saliva porque de por sí... Y ahora más raro cómo se ve.

—Y-Yo... De verdad...

Quid? —voz grave.

Se pone aún más nerviosita con la voz.

—N-No pensaras que de verdad... V-voy a...

Le empieza a comer el cuello. Ella suelta un poquito el aire sin poder evitarlo, con otro escalofrío.

But...

Sigue a lo suyo y ella aprieta los ojos más, moviendo la mano torpecita pero hacia adentro de los pantalones del romano. Con lo que él sonríe más y ahí entra Inglaterra. Claro... Había de ser Inglaterra.

Es bastante milagroso que Francia te haya dejado ir, en realidad, pero vale... Por el bien de la historia.

Britania escucha la puerta, gira la cabeza e intenta sacar la mano de golpe, pero se atora un poco y pega un "waaaah!". Pueden que sean los dos.

Roma la abraza sin dejar que se separe. Ella aprieta los ojos teeeensa y se le esconde en el cuello, aún con la mano a medias.

Mum, ¿tú sabes bien cuál es el hechizo?

—Mmm... —ese tono medio exasperado... Avergonzadito. Intenta soltarse un poco —. ¿C-Cual hechizo?

Pero Roma noooo la deja.

—Para viajar en el tiempo

—P-Paraaaa... —repite apretando los ojos.

Francia frunce el ceño porque... El chico es rubio.

—Para el viaje en el tiempo, si tú lo haces... bueno —será más preciso, piensa Inglaterra —puedo hacerlo yo.

—Mejor que lo haga ella —Francia mira al inglés de reojo y luego a ellos dos.

Papa? Necesitan... ¿Un rato?

Sic, mi vida, gracias.

El galo sonríe de lado así como tsk tsk tsk y mira a Inglaterra.

I hate you... —protesta Britania.

—Ya lo sé —beso.

Inglaterra hace ugh, ugh, ugh como si tuviera cinco años y fuera América. Se lleva a Francia de ahí.

—No, no... De verdad... —protesta Britania apretando los ojos y besándole de vuelta.

Roma debe volver a la sala solo. La británica aún está bastante sonrojadita y avergonzada. Joder con estos latinos, ¡¿tienen que QUERER siempre?!

—Ahora viene, está acabando de empolvarse la nariz —suelta.

—Empolvarse la nariz... Mira tú, que nuevos términos — sonríe Francia, DEMASIADO abrazado a Inglaterra, aunque no de manera propiamente sexual. Francia SIGUE agobiado con este viaje.

Inglaterra le da palmaditas un poco incómodo.

—Van a estar bien, ¿verdad?

—Claro que sic, no te preocupes, mi vida —Roma se acerca a abrazarle.

Papa... ¿Puedo hablar contigo antes un poco? —pregunta soltando renuente al inglés.

—Por supuesto —sonríe y asiente soltándole también.

El galo mira a Inglaterra un instante de reojo, que le mira también sin entender. Suspira tomando a su padre del brazo y yendo hacia el jardín para fumarse un cigarrillo. Le ofrece uno. Él niega, porque no le acaba de gustar, esperando a ver qué quiere decirle. El rubio le sonríe un poco después de darle una calada al cigarrillo.

—No creo tener que pedírtelo...

Roma suspira y se ríe un poco, derrotado.

—... pero voy a pedírtelo igual, porque te conozco perfectamente bien... —le sonríe mirándole.

— ¿Y a él le conoces perfectamente bien?

—A él... Oui, pero es que...

Sonrisa romana.

—Yo tampoco lo entiendo.

Levanta una ceja rubia sin entender del todo... O sin querer entender. O más bien... Sin querer soñar que realmente es como es.

—Es decir, ya veo que no es que te haga mucho caso y no se sonroja mucho, pero aun así...

—No creo que vaya a pasar nada, vamos a verte a ti, pero no creo que dejara de quererte pasara lo que pasara.

—Es que NO QUIERO que pase, no me importa que no me deje de querer o que siga igual de encandilado.

—Ya te he dicho que no creo que vaya a pasar —se defiende levantando las manos.

—Ya lo sé, sólo... Papaaaa —aprieta los ojos —. Sólo recuerda que voy a enfadarme mucho si lo haces, ¿vale?

—Por el contrario, Britaniae es MUY divertida y le gustas —le abraza.

— ¡No voy a acostarme con Britannia!

—Pues Egipto habla maravillas.

—Shhh! —le tapa la boca con los ojos como platos. El romano se ríe y le da un besito en la mano — ¿Que ha dicho Egypte? —pregunta, eso sí, en un susurrito... Sonriendo un poco.

(Ojalá la latinidad se les quitará un poco... Tenemos que ir con el bloody Napoleón, ¡joder!)

—Que eres bueno y se nota el talento de la familia —sonríe.

—No debí hacerloooo —aprieta los ojos, le hace un cariño y tira lo que le queda de cigarrillo — Vamos.

—Lo que debiste es dejar que te devolviera el favor.

—De hecho SÓLO lo hice para que me lo devolviera, pero ya que estábamos ahí, es que Angleterre...

—Venga, no te pongas nervioso ¿vale? —le da un beso y lo acuna un poco.

—Cuida a Angleterre... Te quiero papa.

—Y yo a ti, mi vida.

—Te ves extraño rubio. Espero que...

— ¿Rubio? —se pasa la mano por el pelo porque no se ha visto.

Oui... Rubio y de pelo largo. Ahora sí que parezco hijo tuyo.

— ¿Me ha hecho como tú? —levanta las cejas.

—Por lo que veo... Un poco —sonríe —. Voy a querer acostarme contigo...

—Nah... Tampoco creo que eso pase.

—Dependerá de ti... Y de él —se ríe.

— ¿No preferirás al pelirrojo de ojos raros?

—Es... Muy pero muy probable —se ríe —, ya me contarás.

—Claro que sí —otro beso y abrazo.

Y van adentro donde Britania está terminando de preparar lo que se requiere para el hechizo. E Inglaterra la ayuda. Algo. Y es que si no un mes más tarde seguirán afuera. Así que, a media tarde... Llega ese momento incómodo de las despedidas... Francia hasta llora.

Y Roma también por espejo y además está un poco menos seguro y más asustado ahora. Porque no tiene claro que no haya una posibilidad de morirse. ¿Ves? ¿Ves? Francia llora más. Y Britania hace los ojos en blanco así que al final... Ya está todo listo, vestidos, armados y arreglados, en el jardín de Inglaterra. Él y Roma miran a Britania.

— ¿Tienen los DOS claro cómo van a volver?

Asienten.

—Bien... Cuídense los dos, idiotas —advierte.

Inglaterra le mira desconsoladito y Roma sonríe de lado, tomando al inglés de los hombros. Francia mira a Inglaterra agobiado, aprieta los ojos y en un gesto muy dramático les da la espalda.

—Más les vale que vuelvan, enteros, a ambos...

El inglés se vuelve a él desconsoladito también. Francia se encamina a la casa sin quererles ver porque bueno, él siempre es un drama. Inglaterra suspira y empieza a hacer su parte del hechizo sin más.

Britania asiente y le indica a Roma cuando hacer su parte... Hay un estruendo, luces y... BAM! Silencio absoluto.


Es cierto que terminó el G8 en Berlin (más o menos) ¡Pero no el FrUK de los viernes! Hace un año más o menos es que publicamos Sa majesté, esperemos que este te guste aun más ¡No olvides agradecer a Holly su beteo y edición!