Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de la gran SM. Yo solo juego un poco con ellos haciéndolos protagonistas de una historia que se me ocurrió enteramente a mí. Cualquier parecido con la realidad "es simple coincidencia" =P. Roberta Cullen/Lakentsb


Química.

Summary:

Una extraña experiencia une sus caminos. El nunca olvidó a la niña que con sus palabras cambiaría su vida. Ella en cambio, creyó que jamás volverían a verse, pertenecían a mundos totalmente distintos. El destino cruzará sus caminos nuevamente y de la forma más inesperada. No será fácil para ellos luchar con la extraña química que parece unirlos.


Nota introductoria:

Antes de dejarlas con el primer capitulo de esta historia quiero aclarar algunas cosas.

Sobre todo antes de que empiecen a pensar que tengo una extraña compulsión de escritura últimamente…

Esta no es una historia nueva… pero es MIA.

Resulta que comencé a escribirla poco después de subir los primeros capítulos de MI CREPUSCULO, que como había aclarado, esta basada en muchos sucesos reales y con algún que otro agregado de imaginación y ya estaba a mas de la mitad cuando decidí transformarlo en un fic…

Luego de algunos sucesos, mi cabecita loca tiene esta idea...totalmente imaginada, sobre algo que pudo haber pasado de esta forma… pero nunca sabremos si sucedió así o no…y me dio por contarlo, agregándole mis ya conocidas notas dramáticas y rasgos malvados a algunos de sus personajes para que tengan a quien odiar! =).

(Cuando lean entenderán…no se alarmen)

El asunto es que, en ese momento me dio cierta "timidez, vergüenza, cosita…" publicarla en el mismo perfil por ser tan rotundamente diferentes y me abrí otro: ROBERTA CULLEN. (El cual pueden chequear) y estuve subiendo varios capítulos allí durante el año pasado.

(Aquí copio esto para que vean los datos originales…)


Title: Quimica
Category: Books » Twilight
Author: RobertaCullen
Language: Spanish, Rating: Rated: T
Genre: Romance/Drama
Published: 05-14-10, Updated: 08-16-10
Chapters: 7, Words: 26,414


Hace un buen tiempo deje de actualizarla, primero porque perdí la clave de la cuenta y luego porque la había dejado estancada…

Ahora, después de ver que otra de mis locuras: UN VERANO PARA RECORDAR fue tan bien aceptada por ustedes... decidí dejar la vergüenza de lado y animarme a subirla aquí, donde corresponde, junto a sus hermanas… y arriesgarme a los tomatazos o lo que fuera que les despierte.

Como les dije, la historia es totalmente imaginada, aunque hay lugares y hechos que son tomados de la realidad "real" y les darán algunas pistas del trasfondo real de esta historia. También me he tomado el trabajo de investigar algunas cosas antes de escribirla para que los datos fueran más creíbles... (O les hagan pensar que puede haber sucedido algo de todo esto jeje)

En fin…

Solo espero que la disfruten, y que no duden en decirme lo que piensan, porque siempre resulta alentador e interesante.

Cariños!

Lakentsb/Roberta Cullen.


Capitulo 1. Primer encuentro.

-¡Isabella Swan!... ¡eres una mocosa insoportable y rebelde! ¡Estoy harta! ¡Ya no quiero escucharte!

Di un portazo en su cara antes de que ella dijera su típica última frase, -que para variar repetí en simultáneo-, en tono burlón…

-¡y no quiero que te cruces en mi camino en las siguientes 24 horas!

- ya podrías renovar el repertorio. -bufé mientras bajaba las escaleras a toda velocidad.

Vale, apenas si había pasado la primera semana de los tres meses de vacaciones que pasaría con mi madre luego de un largo año de trabajo y ya no podía cruzar dos palabras con mi ella sin discutir. ¡Como deseaba tener ya 16 años y mi propio auto para largarme sin dar explicaciones!

Irónicamente, tenía mi propio auto, pero era muy poco lo que con 13 años recién cumplidos podía hacer con él y con mi vida por mi propia cuenta. Cualquiera pensaría que era un regalo de niña consentida, pero la verdad es que tenía mi auto porque lo había comprado con el sudor de mi frente, era completamente fruto de mi trabajo.

Soy actriz, y ya llevo un par de años trabajando en este condenado negocio del espectáculo. O toda la vida, si tomo en cuenta el hecho de que mis padres trabajan para la televisión desde antes de que yo naciera.

No tendría que quejarme, lo sé. Con trece años recién cumplidos ya tengo todo lo que una chica puede tener, y es muchísimo más de lo que cualquier chica de mi edad soñaría. Enumerando mis bendiciones, podria comenzar diciendo que tuve el privilegio de nacer con una cara bonita. Siguiendo con "la suerte" de que los cazadores de talento me descubrieran pronto.

Claro que eso fue gracias a mi madre, que insistía en arrastrarme con ella al trabajo desde pequeña, en vez de dejarme en casa con una niñera. Su idea era que compartiéramos tiempo juntas... claro que ella nunca entendió que cantidad no significa calidad, y que pasarse 14 horas al día aburrida en un set de grabacion y viendo como tu madre discute y rezonga con cada uno de los técnicos, sonidistas y asistentes, no es precisamente lo más entretenido para una niña. Mucho menos cuando ni siquiera tienes 6 años de edad.

Pero, como les decía, tengo todo lo que una chica puede desear: belleza, mi propio auto, y una cuenta bancaria con varios ceros. y por cierto, lo más importante: tengo una prometedora carrera que recién comienza y ya tiene cierto brillo.

Rudolph, mi chofer, ya estaba parado junto al auto cuando llegué a la vereda. Pasé de largo por su costado, en un intento de alejarme de aquella casa. Esta vez sí que quería estar sola.

-Señorita, no es prudente que camine sola por una ciudad que no conoce. –Me advirtió con su habitual e inalterable voz suave. Una sonrisa de comprensión cruzaba su rostro. Seguramente los gritos de la discusión con mi madre se escuchaban desde la vereda.

- Lo sé Rudolf, pero entiéndeme, realmente quiero estar SOLA, no quiero que ella me encuentre ni me mande llamar en 15 minutos a tu teléfono cuando se arrepienta de su berrinche.

Porque era eso lo que había hecho mi madre, lo que siempre hacía: un berrinche de niña de 5 años, ni más ni menos. Ya ni siquiera importaba la razón por la que discutíamos esta vez. Éramos tan distintas…

-Te propongo un trato entonces, te dejaré caminar sola si tú me dejas seguirte sin perderte de vista.

Antes de pudiera replicarle agregó:

-y si tu madre llama a mi teléfono le diré que entraste a ver una película al cine. Eso nos dará dos horas libres y luego ya podremos inventar alguna otra excusa ¿qué te parece?

-¡que eres genial! –dije, dándole un impulsivo beso en las mejillas.

Rudolf sonrió y entró al auto mientras yo rebuscaba en el bolsillo de mi pantaón mi reproductor de música portátil y lo encendía.

Él era mi chofer personal desde que tenía memoria. Me había visto crecer, y había sido testigo de mis innumerables llantos a lo largo del tiempo. Era una de las personas mas cercanas que tenía en el mundo, también el único verdadero amigo.

Comencé a caminar mientras me seguía con el auto a una distancia prudente. Rudolph tenía la edad para ser mi padre, y muchas veces era tan paternal y comprensivo como uno. Incluso más que Charlie, mi propio padre.

Tenía razón, la verdad es que no conocía mucho de Londres, esta era la segunda vez en mi vida que pisaba aquella ciudad.

Mis padres tenían una propiedad allí, la habían comprado antes de que yo naciera y estuvo algo abandonada por muchos años, pero últimamente mi madre decidió que era hora de prestarle atención.

Luego de terminar mi última película, y de que al fin en mucho tiempo coordináramos los tiempos para tener vacaciones "juntas". René decidió que Londres era el mejor lugar para pasarlas, ya que allí nadie nos conocía y podríamos andar libremente sin las persecuciones de los paparazzis y las presiones típicas de la vida en Hollywood. Por suerte era verano, y el horripilante clima, que sabia que caracterizaba la ciudad, estaría algo más calmado.

No se por cuanto tiempo caminé, pero se sentía muy bien el oír música e ir observando las lujosas casas del exclusivo barrio en que viviríamos durante esos tres meses...

Luego perder la cuenta de cuántas cuadras llevaba caminando en línea recta, doblé en una esquina, saliendo hacia una calle algo más transitada y céntrica. Ante mis ojos apareció el letrero de un pequeño teatro y me acerqué con curiosidad a su puerta, para ver si estaba funcionando.

Un cartel anunciaba que, precisamente para las 19 hs esa noche, había una obra en cartelera anunciada: Romeo y Julieta. Esa noche sería el estreno. Sonreí. En ese momento de mi vida, Romeo y Julieta era mi historia preferida.

Vale, sé que suena extraño a mi edad, pero debido a la gran cantidad tiempo que pasaba sola en casa o aburrida en los backstage de los sets, viendo trabajar a mis padres, había desarrollado una gran afición por la música y la lectura: y Romeo y Julieta se convirtió en mi obra mi preferida desde que encontrara una copia en la biblioteca de mi padre.

Ya la había leído varias veces, las suficientes como para saberme casi a la perfección las líneas del argumento de Julieta.

Absorta como estaba en el cartel, y mirando algunas fotografías tomadas de funciones anteriores, el ruido de una puerta cerrándose detrás de mí me sobresaltó. Cuando levanté la vista, apenas alcancé a ver la espalda de un muchacho delgado, vestido con una chaqueta de jeans azul desgastado, un gorro oscuro y zapatos deportivos negros desapareciendo tras ella en el interior.

No había otras personas en la calle en ese momento, y vi que Rudolph estaba prudentemente estacionado en la esquina. Sin pensar demasiado en lo que hacía, me acerqué al borde de la vereda para hacerle una seña de que entraría al lugar.

Rudolph levantó el pulgar en contestación afirmativa y me volví, no sin cierto recelo, hacia a la pequeña puerta lateral por donde vi desaparecer al chico. Empujé el pomo con cautela: estaba sin llave. Tratando de no hacer ruido me asomé al interior.

La puerta daba a un largo pasillo en penumbras. Un cartel en el costado indicaba con flechas el camino hacia vestuarios, baños, sala de utilería y otras dependencias. Decidí encaminarme al baño en primer lugar, si me encontraba con alguien, podría inventar una buena excusa para estar allí.

Después de usar el baño -realmente necesitaba hacerlo luego de mi extensa caminata en aquel clima húmedo y algo caluroso-, me entretuve un rato delante del espejo refrescando mi cara y el cuello.

Mi cabello tenía un extraño color rubio rojizo aun, gracias a los restos del tinte usado para el personaje en mi última película, y apenas me tocaba los hombros, cayendo en una melena lacia y recta. Detestaba el color, y detestaba tener el cabello tan corto; me hacía ver demasiado varonil, sumándose al hecho de que mis curvas eran algo escasas para mi edad, y a mi afición por las sudaderas enormes y las camisetas largas, que tampoco ayudaba demasiado.

El sonido de pasos en el pasillo, -y de una puerta que se abría trayendo la reverberación de voces a lo lejos-, me sacó abruptamente de mis cavilaciones. Imaginé que las voces vendrían del ensayo de la obra para la noche, y decidí guiarme por el sonido para encontrarlos y escabullirme un rato para mirar.

Pero claro, era el momento ideal para que apareciera una de mis habituales torpezas Swan: mi escaso metro 55 de estatura quedó de repente enterrado en el pecho de alguien cuando me giré hacia el pasillo de donde venían las voces.

Chocarme a alguien cuando terminaba de cerrar la puerta del baño no estaba en ninguno mis planes, pero qué va. La persona que atropellé, obviamente bastante más alta que yo, sacudía todo su cuerpo en una silenciosa risa disimulada.

-lo siento –dije sin levantar la vista, sintiendo mis mejillas enrojecer.

Intenté retroceder, pero trastabillé y una mano delgada y fuerte me sostuvo del costado mientras me afirmaba, intentando nuevamente dar un paso hacia atrás, y esconderme adentro de cualquier cosa que encontrara cerca.

-esta bien, no me hiciste daño. –dijo en respuesta la voz suave y profunda de un muchacho.

Levanté la vista de las ropas del chico, cuando me di cuenta que eran las mismas que había visto minutos atrás, y mi corazón se saltó un latido al encontrarme con su rostro.


Bueno muchachas...hasta aqui por ahora... espero les haya gustado.

Lakentsb