Disclaimer: El anime y manga Hetalia Axis Power pertenecen a Estudio Deen y a Hidekaz
Advertencias: AU, Anacronismo, Errores Históricos, Insinuaciones de Shota, Insinuaciones de Violación, Lemon, Lime, Muerte de personajes, Personajes OC
Aclaraciones: -La historia se ubica a mediados del siglo XVII -más o menos 1658-
-ESTADOS UNIDOS PROBABLEMENTE ME SALGA MUY OC. Ruego por una disculpa, y espero mejorar conforme se desarrolle el fic
-Habrá numerosas insinuaciones históricas, pero para darle importancia a la trama, NO las aclararé. En cambio, estoy abierta a comentarios de este tipo
-Por mi desconocimiento en varios métodos de narración, pido que me disculpen por incongruencias
-Por si acaso, aclaro que el fic y todas las barbaridades dramáticas SON DE MÍ CREACIÓN
¡Hola! De nuevo nos vemos por aquí, ¡pero esta ocasión es especial! Al fin, AL FIN, me animé a crear una historia seriada de este par de chicos -Alex y Alfred-, ¡después de tantos de one-shoots y viñetas, ya era hora! Y aquí echaré la casa por la ventana, ¿qué quiero decir? Que habrá de todo, ¡todo! Jojojojojo tantas frustranciones tenían que salir de algun modo xDDD
Como dije arriba, se trata de un Universo Alterno con una temática de PIRATAS. ¡Espero dar un esbozo completo! O por lo menos, lo suficientemente claro para que lo entiendan, y dado que es la primera vez que escribo con propiedad de esto, el resultado será inesperado xDDD
¡Realmente quiero que lo disfruten muchísimo, así como yo lo estoy haciendo! El camino se ve largo, pero no duden de que se terminará y será continuo, ¡aquí nadie se queda sin final! ;DDD
GRACIAS. Owari~
"Breaking Pirates"
Capítulo 1
Se preguntaba cuántas veces ya había contemplado esa vista
La lejanía del mar, el cielo azul y apenas una brisa que movía las velas del barco, dirigiéndolos a un destino incierto, pero que siempre prometía las codicias que hombres como ellos podían desear: dinero, joyas, reputación y temor infundido en el prójimo que escuchaba y sentía los golpes de sus proezas
No se podía evitar. En el mundo sólo existían aquellos que asaltaban y los que se dejaban asaltar
Si no era natural, al menos se trataba de la base de su vida
Una regla que conocía desde aquel día de su niñez en que el rumbo fue marcado y en que decidió que podía vivir con los misterios que el océano ofrecía
Suspiró mientras dibujaba apenas una sonrisa, rememorando la primera vez que había visto el mar… bueno, claramente no tenía todo definido, pero sí el paisaje de un espacio azul enorme, con la brisa fresca que olía a sal, y junto a tal recuadro, la propuesta de un sujeto que lo invitaba a tomar un papel activo en ese mundo donde todos parecían devorarse entre sí
Claro, entonces no sabía muy bien a qué se refería la palabra "pirata", tampoco lo que implicaba seguir el camino de uno que se nombraba como tal y que tenía una reputación que cuidar, sin embargo, lo aceptó
Tal vez se debió a un asunto de soledad, de no entender por qué a una edad tan temprana como son los 8 años se encontraba solo, huyendo a cada momento de ese orfanato donde se le demostraba que no se era nadie sin un nombre que resonara
Quizá fue por simpatía, pues el hombre que se identificó como Arthur Kirkland parecía tan grande y tan seguro de manejar su propia vida, que le hizo pensar que él podría hacer lo mismo algún día
Probablemente fue por sueños, anhelos o curiosidad que se animó a dejar todo lo que conocía y partir hacia el océano, formando parte de la tripulación del Black Gold
Con todo, podía decir que estaba satisfecho, pues ya no era un simple muchachito al que se le podía subestimar, sino que era Alfred F. Jones, Primer Oficial del temido Capitán Kirkland, y un sujeto que ya sabía de lo que eran capaces los hombres con un poco de determinación y de falta de escrúpulos
Era un pirata y le gustaba serlo
Le gustaba que lo reconocieran. Le gustaba ser recordado por una reputación que forjó con esfuerzos propios. Le gustaba que sus compañeros de fechorías lo vieran como alguien superior, y le gustaba la confianza que Arthur depositaba en él, señal de un respeto que no tenía nada que ver con el vínculo de familia forjado por los años
Sí, era bueno ver el mar y recordar todo lo que había obtenido gracias a él: lo que conoció, lo que descubrió y lo que se ganó
Sin embargo, el mérito no sólo era propio, sino que como embarcación se ganaron una fama temible que resonaba en los 7 mares, en los puertos y en las islas, incluso con otros piratas que también recorrían como ellos las extensiones que las coronas de España e Inglaterra pensaban que les pertenecían enteramente
Los botines obtenidos de los barcos y sitios eran grandes pérdidas para los reyes de ambos países, así que tampoco era extraño tener un historial con ellos y ser blancos importantes a eliminar si querían mantener el oro proveniente de sus colonias
Las cosas se habían complicado al grado de que todas las ciudades del nuevo mundo tenían por orden arrestarlos si los veían, lo que a su vez significaba más fama y más leyendas atribuidas a sus nombres… aunque…
Una cosa que siempre le había llamado la atención, es que desde pequeño, vio que Kirkland tenía un odio muy fijo hacia los españoles, por lo que sus puntos de ataques solían ser las embarcaciones importantes y los puertos de los virreinatos, contando también las islas del Caribe
Nunca le preguntó por qué de ello, pero tampoco tenía mucho sentido en vista de las grandes aventuras que obtenían y los botines de monedas de oro y joyas
Y aún con ello, se sentía satisfecho, bien, hasta feliz de vivir con tanta libertad, conociendo el mundo y en compañía del sujeto que representaba su única familia real, ¡el mar era de ellos! ¡Del poderoso Black Gold! ¡No había nada que no pudieran hacer ni vencer! ¡No existía nadie que pudiese hacerles frente!
O eso creyó, hasta hacía poco
Su gesto cambió de un momento a otro, desviando la vista del horizonte azul y caminando rápidamente hacia el camarote, donde el Capitán se encerró con uno de los hombres que fue al puerto y que regresó con noticias
Noticas extrañas e inquietantes, tanto como las que escucharon en esos últimos cuatro meses y que colocó a todos los piratas existentes en alerta, a la defensiva, inseguros por primera vez ante las autoridades que por mucho tiempo burlaron
No existía nadie que pudiese hacerle frente al Black Gold, pero sí alguien que parecía colocarse por encima de los rivales poderosos que varias ocasiones los acorralaron…
…
Llegó al camarote, y justo cuando iba a tocar la puerta, se abrió
Salió el tripulante a toda prisa, pálido, con el gesto de haber visto a un fantasma… bueno, no lo culpaba, pues enfrentarse al inglés cuando estaba de mal humor era una proeza que pocos seres en la Tierra soportarían, y viendo la situación, podía apostar que no estaba satisfecho en lo absoluto
Entró enseguida, cerrando para evitar que la conversación que tendrían fuera escuchada por alguien más
Pasara lo que pasara, siempre era mejor mantener la discreción necesaria para evitar pánico, una baja en el ánimo que repercutiera en los asaltos a futuro, o peor… empero, una insubordinación era algo que nunca pasaría, porque nadie, NADIE, se atrevería a enfrentar a un Arthur lleno de ira. Eso era seguro
…
Una vez adentro, reparó en el de ojos verdes, quien se hallaba sentado en su silla predilecta con los pies sobre el escritorio finamente tallado que robaron de un barco portugués
También notó la botella de whisky que comenzaba a beber y aquel gesto serio que parecía hacer juego con el ambiente medianamente iluminado gracias a una ventanilla del lado izquierdo. Su sombrero a un lado, con esa pluma colorida de alguna ave exótica acompañada de varias joyas, le hacía recordar a cuando jugaba con él, argumentando que un día lo portaría
—Esto es una estupidez — empezó a decir cansado, pero más que nada, fastidiado — ¡Simplemente una estupidez! No me importa que medio mundo lo esté comentando, ¡debe tratarse de alguna idiotez que un imbécil, sin nada mejor que hacer, inventó!
—¿De qué hablas? — se acercó con confianza, reparando poco en algunas piezas del sitio que parecían recientemente destruidas — ¿Cuáles son las nuevas noticias?
—Básicamente las que ya habíamos escuchado — se sobó la sien, estresado — Hace un par de semanas, un "Capitán" de la Naval Española capturó a otro pirata. Uno que fue colgado en Sevilla con el resto de su tripulación hace no más de tres días
—¿Se trata del mismo…?
—Sí, del mismo sujeto que atrapó a Govert Van Heemskerck, Gilbert Beilschmidt, Mikkel Densen, Bryan O'Callaghan y a João De Souza — todos eran viejos conocidos, así que de ningún modo sus muertes le parecían indiferentes — Esta vez fue el turno de Francis Bonnefoy
—¡¿Qué?! ¡Es imposible! — levantó el nivel de voz sin notarlo — ¡Si es uno de los mejores! ¡No pudo ser vencido con tanta facilidad, y menos ser ejecutado!
—Comparto esa idea, pero… — suspiró largamente — Según parece, es cierto
Otro pirata caído… y no uno cualquiera… ¡mierda, si hasta recordaba aquellos combates entre sus embarcaciones que podían ser dignos de una leyenda asombrosa!
Y no sólo eso: se atrevía a afirmar, aún con todo lo que negaba Arthur y lo que se burlaba Francis, que habían forjado un tipo de amistad que encontraba una salida interesante en esas batallas. Tampoco olvidaba como gustaba de todos los temas del amor y cómo lo aconsejaba para conseguir "hermosas damiselas"
Mordió su labio inferior, molesto e impaciente, ¿quién demonios era el tipo que, prácticamente, los estaba cazando?
—Es el sexto en tan sólo cuatro meses — continuó en un tono más tranquilo, aunque no menos resentido — Y como antes, lo único que se sigue sabiendo del bastardo es su puesto militar, que no rebasa los 23 años y que se apellida "Fernández"
—¿P-Pero es en serio? ¡No puede ser que solamente un sujeto esté haciendo todo esto! ¿Cómo pudo eliminar a tantos en ese lapso de tiempo? —no lo concebía, era inaudito — Además, sabían cómo escapar, ocultarse, ¡y hasta cómo entrar en combate con toda la Marina Real Española! Un solo hombre no puede hacer la diferencia
—Al contrario: a veces, lo único que se necesita es una mente enfocada e inteligente, lo suficientemente estratégica para guiar a un puñado de infelices sin voluntad —bebió un largo trago — No sé cómo lo está haciendo, pero no serviría de nada negar que hay alguien que se está deshaciendo de los piratas más peligrosos de estos mares
Sí, un sujeto que seguía manteniendo su identidad a salvo, puesto que ni siquiera las autoridades civiles habían revelado alguna descripción física, y los informantes con los que contaban no tenían mayores datos
Era como temerle a un fantasma del que no sabían nada importante, encontrando sólo los escombros de sus actos
¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Quién era este Capitán? ¿Por qué los cazaba así, con tanta precisión? Pero más importante, ¿Quién sería el siguiente?
La cuestión le arrancó un escalofrío… y al mismo tiempo, la idea de que nadie era capaz de hacerles frente surgió con fuerza, al igual que la motivación para vencer a cualquiera, ¡el Black Gold no caería! Él, Alfred F. Jones, no caería con tanta facilidad
La vista del mar era hermosa, ofrecía miles de posibilidades, pero no sólo para ellos
Aun así, hubo un espacio para algún tipo de admiración: era sorprendente que un solo tipo, con poco tiempo en la naval –según los rumores-, y con experiencia casi nula, de pronto fuera la figura central en los imaginarios de todos aquellos que se consideraban piratas, despertando inquietud y temor por proezas que nadie logró hasta entonces
Las puertas estaban abiertas para cualquiera, para todo tipo de bestias
Empero, sus pensamientos fueron interrumpidos por una risa tenue que pronto adquirió fuerza y cinismo
Miró con confusión a un Kirkland que reía de buena gana, divertido y natural, con aquella sonrisa de lado y burlona que despertaba temor en los tripulantes. A él no le causaba mayor reacción que la de interés, pues indicaba que había pensado en algo bueno y realmente arriesgado… aunque en esa situación, con tal tema de por medio…
Tragó con discreción, esperando escuchar las ideas que apenas él podía entender de un sujeto como su Capitán
Había algunas que ni siquiera ellos conocían
—Alfred, ¿no te emociona? — comenzó a hablar, jugando con la botella vacía — Ya había pensado que se trataba de un sujeto interesante, ¡después de todo, nadie acaba con tan grandes figuras de un día para otro! Pero esto… ¡deshacerse de Francis es más de lo que yo esperaba! Realmente ha aparecido alguien que sabe cómo imponer un verdadero reto
Abrió los ojos con sorpresa
Aparentemente estaban pensando lo mismo… y sí, le emocionaba. No sería capaz de decir lo contrario
—¡No podemos quedarnos así! Es hora de tomar el asunto con mayor seriedad — habló más para sí que para él — Antes de tomar cualquier decisión, necesito información confiable, porque lo que han dicho hasta ahora no representa ninguna ventaja…
Vaya, así que en realidad también estaba interesado en ese chico, ¡bueno, no lo culpaba! Pero si lo pensaba con cuidado, podía apostar que ni siquiera el inglés moría tanto por conocerlo como él, ¡sí, era peligroso y la situación no debía subestimarse! Sin embargo, era más su curiosidad y la emoción por presenciar algo inaudito lo que lo motivaba con tanta lucidez, ¡incluso combatir con ese cazador, que a la vez le inspiraba un temor sin nombre, sería todo un placer! Además de que, como ya lo había dicho, nadie podría abatir al Black Gold, ¡el horror de las coronas de Inglaterra y de España!
—Bien, esto es lo que pasará —se levantó con impulso, cayendo con elegancia la parte baja de su gabardina roja — Alfred, quiero que vayas a Nueva España
—¡¿Yo?! — preguntó por inercia, aunque dibujó una sonrisa inconsciente que delató lo fascinante que la pareció la idea — ¡¿Lo dices en serio?!
—Por supuesto — sacó un mapa de un estante y lo extendió sobre el escritorio —Nosotros estamos aquí, en Las Tortugas —señaló al Sur de isla La Juana — Queda bastante cerca la colonia favorita de España, y los puertos de relevancia son Veracruz y Campeche — los resaltó en el papel — Ir a Veracruz sería demasiado arriesgado puesto que ahí llegan todos los barcos de importancia, y el fuerte de San Juan de Ulúa está muy bien vigilado… así que sería mejor llegar a Campeche
Recordaba ese lugar: varias veces lo habían atacado y saqueado, aunque realmente no tenía la menor idea de cómo era la ciudad… ¡no importaba! ¡Se las arreglaría cuando arribara!
—Lo que debes hacer ahí, es conseguir información — prosiguió — Quiero que averigües todo lo que puedas de ese tal Capitán Fernández, ¿entendido?
—¡Entendido! — le cerró un ojo con diversión — ¡Una misión tan importante sólo podría ser realizada por mí!
—Tienes quince días para enterarte de todo lo que pueda darnos ventaja —sonrió de nuevo, viendo fijamente el mapa — Es seguro que escuches mucho en las calles porque ese puerto es frecuentemente atacado, y si alguien sabe sobre piratas, son los lugareños
—¡No habrá problema!
—No es necesario que te diga que quiero que seas discreto, ¿cierto?
—¡Oh, come on! ¡I´m not a child! — rió con ganas — ¡Jajaja! ¡Don´t worry! I´m perfectly capable of handling this situation
—Lo dejo en tus manos, entonces — le dio unas palmadas en la espalda — Tardarás más o menos cuatro días en llegar, así que tienes dos semanas a partir de que toques tierra. Después de ese tiempo, regresa lo más rápido que puedas
—¡OK!
—¡Sal de aquí y prepárate! — lo empujó sin fuerza — Partes en cuanto estés listo
Se retiró de aquel sitio con ánimo, repasando mentalmente qué es lo que necesitaría para el viaje, ¡debía ir preparado para cualquier imprevisto!
Sonrió de lado con altivez y reto, observando por un momento la lejanía del mar
Tal vez no había conocido antes a una bestia como aquel capitán que había eliminado a enemigos formidables, pero era seguro que se encontrarían frente a frente
No lo esperaba de otra forma
