Naruto no me pertenece (por desgracia). Todos los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto
El nunca había sentido el amor, y no es que fuera algo extraño. Un Ninja no estaba hecho para amar.
Pero aun así, aunque el todavía no podía explicárselo, miraba con recelo como las parejas se abrazaban en los bancos de las plazas, como las madres acariciaban cariñosamente a sus hijos y como tan solo una pequeña mirada causaba sonrisas entre las familias.
Familia, eso era algo que el una vez había podido tener. Había podido experimentar el Amor o, más bien, había podido rozar apenas esos conceptos para luego ser golpeado por la soledad.
Nuevamente dirigió su mirada hacia el rosado cielo y dejo escapar un suspiro de tristeza.
¿Cuando fue la ultima vez que había sentido tristeza? No lo recordaba
Después de todo lo único que importaba era él. No amaba ni era amado, no desilusionaba ni era desilucionado, no generaba preocupación ni se preocupaba.
El había creado su propio mundo
-¿Sasori no Danna?
Sasori se sobresalto un poco. Dirigió su mirada hacia su derecha y pudo ver el perfil de Deidara.
El se sentaba desparramado sobre la banca, apoyaba ambos brazos contra el respaldo y sonreía mirando hacia el cielo.
-¿Que quieres?- pregunto el pelirrojo con desgano y frialdad absoluta.
El rubio solo se acomodo mejor en el asiento y tardo bastante en responder. Como si quisiera generar intriga.
Sasori comenzó a repiquetear los dedos contra su pierna. Odiaba esperar y parecía que su compañero lo hacia apropósito.
-¿No es hermoso?- soltó al fin. Deidara lanzo un suspiro y cerro los ojos.
El cielo estaba oscureciendo cada vez mas mientras una suave brisa le agitaba cariñosamente el cabello
-Digo- volvió a hablar sin moverse- La tranquilidad es tan bella. Sin tener que huir ni luchar. Solo descansando.
Sasori frunció el seño.
-Pensé que te gustaban las cosas más escandalosas- comentó refiriéndose a la explosiva personalidad del rubio.
-A veces uno necesita detenerse un rato- contesto para luego respirar profundamente.
-No me respondiste a mi pregunta ¿que quieres?
Deidara abrió los ojos, se estiro suavemente y emitió un pequeño quejido.
-Un poco de compañía- soltó al fin- es buena de vez en cuando ¿Sabes? Todos necesitamos un amigo.
-Yo no me considero tu amigo - dijo Sasori secamente.
El joven no se movió por unos segundos. Luego se paró lentamente y caminó un par de pasos hacia delante, dándole la espalda a su maestro.
-Pero yo si - confesó dándose la vuelta para mirarlo a los ojos.
Después volvió su vista hacia el camino de tierra y desapareció por el horizonte, caminando lentamente.
Sasori lo siguió con la mirada, mientras que las palabras "Pero yo sí" retumbaban con fuerza en su cabeza.
Tras unos minutos de meditación se levanto de su asiento y corrió, en busca de alcanzar a su, ahora confirmado, amigo.
¡El fin! Por favor disculpen los errores de ortografía ¿Merece un review?
