Disclaimer: todo lo relacionado con el universo de "Harry Potter" no me pertenece

Este fic participa en el reto "El día de la Batalla" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Al cumplir los seis años, su madre le explicó que la percepción del tiempo es diferente para cada persona, debido a la corta edad que poseía, no le fue capaz de comprender aquello.

Le llevo más de 10 años captar el verdadero significado de las palabras expuestas por su progenitora. Ya que la insinuación siempre ha sido deplorable para él, de no creerle, una muestra clara de su ineptitud en ese ámbito, sería la relación que sobrellevaba con su… ¿mejor amiga?, podría utilizar ese término en ella después de lo ocurrido hace unas horas, afortunadamente no. Y como consecuencia de su inexistente perspicacia, demoro diversos años en enterarse de que sus sentimientos eran correspondidos, al final de cuentas todos sabían menos él.

Y como siempre, Molly Weasley, tenía razón. El tiempo es distinto conforme cada ser humano lo aprecie. Aún lograba escuchar la risa de los gemelos al ver su expresión aterrada que consiguieron al transformar su peluche en un arácnido.

Lagrimas silenciosas entorpecían su vista, porque ya no existía un "ellos", sólo un él. Aunque asumía que con la fatídica defunción de su hermano, este se llevó consigo a su gemelo por una extensa época.

Tan encimado estaba en sus delirantesespeculaciones, que no advirtió la aparición de una figura humana. Logró notar la presencia al sentir una tibia mano estrujando la suya con sutileza, en ese instante comprendió quién era aquella sombra, se recargo en el hombro de su amada, y ella a su vez lo reconfortaba acariciando su larga cabellera. No hablaron por numerosos minutos hasta que él rompió el silencio: -¿Y Harry?- esa era la cuestión que lo condujo al sitio donde se hallaban sentados. Ella solo sacudió negativamente la cabeza dejando caer diminutas partículas de agua en su ropa desaliñada, y dedujo que ese era el fin de su camarada, amigo, compañero, hermano.

Repentinamente sintió un frenesí de cólera, toda vida arrebatada se le atribuía a Voldemort, no Harry. Pero este último lo consideraba al revés, él aun no lograba entender el motivo por el cual su amigo realizo aquel semejante acto de… ¿valentía?, conociendo que el futuro del mundo mágico recaía en sus hombros. Pero no era alguien para juzgar a los demás, menos a él.

Porque la muerte se hallaba en todas partes, y era difícil escapar de ella.

Pero aún quedaba la esperanza, ya que, no planeaba ser un peón más en el tablero de ese ser sin escrúpulos, ya no más; lucharía por los caídos y conseguiría la victoria en aquel insólito juego.

En su rostro se formó una lúgubre sonrisa, las blancas mueven primero.