Antes de dejaros con el shot decir lo típico de que ninguno de los personajes es mío, si fueran míos estaría publicando esto en otra parte y de paso forrándome como le ha pasado a JK Rowling, gran mujer donde las haya. Además añadir que este shot es un femmeslash con lemmon, lo que significa que quien se atreva a leerlo se encontrará con escenas de sexo explícito entre dos mujeres, las personas homófogas o simplemente que no quieran leer un lemmon entre dos mujeres abstenerse. Los que lean lo que he escrito lo hacen bajo su propia responsabilidad, luego no quiero que nadie me venga con comentarios del tipo es una abominación de la naturaleza y cosas similares.

Ahora sí os dejo ya con el shot que deseo guste a quienes lo leáis.

1

Llego tarde a la cita que me ha organizado Ginny, con la que comparto piso y que sistemáticamente intenta encontrarme alguna chica para que me desfogue como ella hace con Draco. La menor de los Weasley ha conseguido que acepte, después de haberle jurado la vez anterior que nunca más, describiendo a la chica como mi media naranja: inteligente, temperamental, atractiva y triunfadora a nivel laboral. Si no conociera perfectamente a mi mejor amiga, con la descripción que ha hecho de la chica, pensaría que me ha organizado una encerrona, que me ha mandado a cenar con mi ex Gabrielle Delacour, pero se que Gin es incapaz de hacerme eso después de vivir conmigo la dolorosa ruptura.

Al entrar en el restaurante, más de veinte minutos tarde, me aproximo al maître que tras conocer mi nombre me conduce al reservado donde está esperando mi cita. Al entrar en el reservado me encuentro de frente con Pansy Parkinson, la antigua slytherin y amiga íntima de Draco. Creo que ella al verme también se sorprende por la rara mueca que pone, porque seguramente también ha sido engañada vilmente con la expresión de que yo era su "media naranja". Sin cruzar palabra me siento en la silla que el maître me ha retirado educadamente, la que está frente a Parkinson que me está mirando fijamente. Una vez solas, que el maître se ha retirado para dejarnos tranquilas, un incómodo silencio se instaura entre nosotras.

— Parkinson— susurro intentando romper el tenso ambiente

— ¿Sí, Granger?

Su voz me resulta más femenina de lo que recordaba, más envolvente que la última vez que hablé con ella y Draco. Antes de contestar algo no puedo evitar fijarme en sus uñas perfectamente pintadas y recortadas, se nota que se ha realizado la manicura. Mi mirada también observa el carísimo reloj que luce en su muñeca derecha y una pulsera mezcla de oro y plata en su muñeca izquierda. Se nota que tiene dinero, se nota que entre la herencia de sus padres y su éxito como abogada la vida le sonríe.

— Supongo que Draco te ha engañado como me ha pasado a mi con Ginny

Una ladeada sonrisa aparece en sus labios, unos que durante muchos años me llamaron sangre sucia pero que ahora, pintados de un rojo intenso, parecen peligrosos por otros motivos mucho más placenteros.

— No sabía que fueras lesbiana— responde pasando por alto lo que yo he comentado anteriormente sobre la encerrona en la que nos hemos visto metidas por una pareja de maquiavélicos amantes— Siempre pensé que acabarías con la comadreja de Weasley o con el cuatro ojos de Potter

Al escuchar sus palabras la miro con enfado, no me gusta que llame así a mis dos mejores amigos. Harry y Ron fueron los primeros, después de Ginny, en enterarse que me gustaban las chicas, ellos fueron quienes me ayudaron a dar el paso de estar con Gabrielle.

— No tengo porque airear con quien me acuesto o con quien me levanto, Parkinson— comento con un tono molesto— No soy como otras que van pavoneándose de que le gustan las mujeres y de que cada noche se acuestan con una diferente— apuntillo con la intención de molestar a mi cita aunque lo único que consigo es que sonría más ampliamente, se me había olvidado que tengo delante a una slytherin de pura cepa a la que le encanta la visceralidad

— Siempre tan recatada, Granger

Antes de que pueda decir nada más, antes de que la conteste, vuelve a aparecer el maître con la carta para lo que deseemos pedir la cena. Tardamos en decidir un par de minutos, ella escoge rissotto con setas y yo unos tallarines al pesto, de postre las dos nos decantamos por helado. Para beber, Parkinson decide pedir una botella de vino de elfo de la cosecha del 1869, más de 50 galeones la botella. Al ver salir al maître, al volver a quedarnos solas, el silencio vuelve a hacerse presente. La incomodidad que siento al estar frente a la mejor amiga de Draco, frente a la que en Hogwarts me intentaba avergonzar, es notable y parece que ella disfruta de provocar en mi semejantes emociones.

— Por cierto, Granger— dice con un tono para llamar mi atención— No me gusta que me hagan esperar, recuérdalo para cuando tengamos nuestra segunda cita

La miro como si tuviera dos cabezas, como si hubiera enloquecido por lo que acaba de decir. Ha dicho que tendremos una segunda cita, definitivamente a Parkinson se le ha ido la cabeza por completo. Si se piensa que vamos a volver a quedar, que voy a volver a sentarme frente a ella cuando lo que estoy deseando es irme, es que no me conoce en absoluto.

— ¿Quién te ha dicho que vamos a tener una segunda cita?

— Todas quieren repetir conmigo— confiesa en un susurro muy sugestivo, bajando levemente el rostro e inclinándose sobre la mesa— Y cuando digo todas, son todas, Granger— termina de susurrar con el mismo tono y desde la misma posición, dejando ver su generoso escote

Intento apartar mi mirada de su escote, de ése que todavía no había centrado mi atención, pero que con tan "sugerente" e "inocente" posición me es imposible. Por la sonrisa que noto en sus labios se que se ha dado cuenta de que mis ojos están fijos en el inicio de sus pechos, en esos que un ceñido vestido plateado realza. Con un esfuerzo considerable, dejándome claro que hace demasiado tiempo que no tengo sexo, desvío mi mirada a la pared que hay detrás de la antigua slytherin.

— Creo que conmigo te has equivocado, Parkinson— la reto, apartando mi mirada de la pared y volviéndola a centrar en ella— A mi no me interesa una mujer para follármela solamente una noche, no soy como tú que solamente quieres a chicas para un polvo de una noche

Se levanta de forma elegante, deja su silla con una muy visible sonrisa, parece que mis palabras le han gustado. Al verla de pie puedo contemplar su cuerpo, como su vestido es corto y como le marca todas sus curvas. Los zapatos van a juego, también plateados, con un tacón de vértigo para hacer que se vea más alta de lo que realmente es. Tan centrada estoy en su corto vestido y en sus zapatos, que no me doy cuenta de que está detrás de mi hasta que siento como posa sus manos en mi cuello. Las yemas de sus dedos recorren mis hombros, casi no me tocan pero los leves roces sirven para hacerme temblar y tener un cosquilleo interno.

— Muchas quieres repetir pero solamente quiero que tú lo hagas, Granger— susurra contra mi oído, de una forma realmente caliente y excitante— Quiero repetir lo que terminaremos haciendo esta noche, quiero escuchar más de una noche como de tu boca sale mi nombre entre gemidos, como de la mejor amiga del salvador del mundo mágico sale Pansy— sigue susurrando contra mi oído, dejando que su cálido aliento me envuelva juguetonamente— Te voy a confiar un secreto, Granger

— ¿Qué?— logro preguntar casi sin voz, evitando poner en evidencia que me excita y que mi minúsculo tanga se está mojando por lo húmeda que me está haciendo estar con su atrevimiento de susurrarme cosas en un lugar público, como el lujoso restaurante en el que estamos

— Te follaría aquí mismo, aquí mismo te lamería de arriba a abajo porque el vestido rojo que te has puesto te hace ver perfecta

Sus manos bajan acariciando mis brazos y suben acariciando mis costados, palpando todo lo que tienen al alcance y aprovechando cada segundo para meterme mano de una forma descarada. Parece que realmente atraigo a Parkinson porque no se contenta solamente con utilizar sus manos, también empieza a utilizar sus labios para morder mi lóbulo y besar suavemente mi cuello.

— Perdonen señoritas

La interrupción del maître consigue que yo me tense, avergonzada, y que Parkinson deje lo que está haciendo para girarse y encarar al hombre. Noto, por la mano que aun conserva sobre mi hombro, como está molesta por la interrupción que ha sufrido en su primera exploración de mi cuerpo necesitado de sexo.

— ¿Qué quiere ahora?

— La cena que han pedido está lista— anuncia con un tono neutro, posando sobre la mesa los platos que había levitado hasta el lugar— Espero que disfruten de la velada— finaliza de apuntar abriendo la botella de vino de elfo y sirviéndonoslo

Empiezo a cenar sin decir nada, sin querer abrir la boca para intentar borrar las sensaciones que me ha hecho sentir. Desear un polvo con Pansy Parkinson está mal, da igual que ya no sea la elitista slyherin que me insultaba en Hogwarts, da igual que ahora sea una de las abogadas mágicas más importantes de Inglaterra, no está bien que yo quiera pasar la noche con ella y que me haga llegar al orgasmo las mismas veces que yo lo consiga con ella. No está bien que me la imagine en mi cama desnuda, acariciándose los pechos y masajeándose entera para mi, no está nada bien que me imagine esas cosas con ella que según cuenta Ginny solo quiere a las chicas para una noche.

— En Hogwarts tan sabelotodo y ahora parece que se te ha comido la lengua el gato— escucho que dice con un tono burlón— El gato porque todavía no has dejado que te la coma yo— añade riendo de una forma fresca mientras termina de beber un trago de su copa de vino, en la que ha dejado la marca de sus labios pintados, y antes de volver a su rissotto

— No creo que te interese hablar de la nueva ley que va a aprobar el departamento de Criaturas Mágicas del que soy encargada— comento llevando hasta mi boca unos cuantos tallarines

Para mi sorpresa ella empieza a darme su opinión al respecto de la ley que se va a aprobar, la que hará que los hombres lobos consigan la igualdad merecida durante tantos siglos. La ley que permitirá que Remus, por fin, goce de un trabajo remunerado como Merlín manda, tenga seguridad social mágica y compre en cualquier botica mágica la poción matalobos. Al contrario de lo que pensaba, Parkinson tiene las ideas muy claras y unos argumentos muy coherentes que pronto empiezo a rebatir y a aceptar depende de lo que ella dice. Entre asentimientos y negaciones pasamos la velada, ella diciendo que aunque a nivel legal se les den los mismos derechos será imposible que la gente los vea como magos normales, que no los vea como monstruos.

— Exactamente igual que pasaba con los sangre limpia y los sangre sucia en tiempos del Lord Oscuro, eso está demasiado arraigado en la gente. Por mucho que se legalice la igualdad para los licántropos por la calle seguirán vejándolos, como pasa con pasa con nosotras que aun no nos aceptan como mujeres normales sino como desviadas

Al terminar su argumento, imposible de rebatir porque se que lleva razón en todo lo que ha dicho a pesar de que no me gusta escuchar lo de la diferencia de sangre, la miro asombrada. Pansy se da cuenta de mi estupefacción, de que me está sorprendiendo por sus palabras que denotan que no es tan hueca como siempre había pensado que era.

— Se como satisfacer a una chica tanto a nivel sexual como a nivel intelectual— apunta con una leve carcajada— Parece que te sorprende, seguro que te pensabas que únicamente tú sabes mantener una conversación inteligente y entretenida

— Quizás te haya juzgado mal, Parkinson— acepto a regañadientes porque Ginny muchas veces ha intentando convencerme de que, a Pansy, a pesar de que le encantan las relaciones de una noche es una gran mujer para mantener conversaciones— También juzgué mal a Draco y ahora casi convivo con él

— Maldito rubio repeinado, siempre creyéndose el mayor sexymbol— dice con un leve dejo de tedio— Si me lo propusiera conseguiría convencer a Gin para mantener una noche sexual loca, pero no quiero que el enamoradito Draco me lance un Avada, además a mi me gustan más las morenas sabelotodo— termina de decir mientras me guiña el ojo de una forma desenfadada que consigue hacerme tragar nerviosa

No contesto nada a su obvia directa, prefiero hundir mi cucharilla en las bolas de helado que han aparecido tras desaparecer los platos vacíos de la cena. El sabor a vainilla me invade el paladar, el gélido helado consigue que mi boca se enfríe pero que mi cuerpo se caliente más. Las sensaciones contrarias que siento, me indican que si estuviera en otro lugar ya hubiera dejado de ser recatada hace bastantes minutos porque necesito apagar el calor de mi cuerpo.

— Parece que nuestra cena llega a su fin pero la noche no ha hecho más que empezar

— ¿En tu casa o en la mía, Parkinson?— pregunto sabiendo que ya no sirve de nada hacerse la inocente, que ambas acabaremos en la cama como dos chicas jóvenes que se atraen y a las que les gusta el sexo

— En la mía, Granger, en la mía— responde levantándose de la mesa, invitándome a hacer lo mismo para poder irnos cuanto antes a saciar nuestro deseo— No quiero que Draco y Ginny nos corten el rollo

Se me había olvidado por completo que seguramente en mi piso aparecería Ginny con Draco, que eso en el caso de Parkinson no sucederá porque vive sola. Al salir a la calle, después de despedirnos del maître, una plácida noche nos da la bienvenida durante unos segundos, que es el tiempo que tardamos entre desaparecernos de la calle y aparecernos en el apartamento de Pansy. Al soltarme de la mano de la ex slytherin, una vez en su casa, observo todo con curiosidad y admiración. El minimalismo es lo que predomina, hay pocos muebles y los que hay son de un corte muy moderno y de colores claros. Nunca jamás me hubiera imaginado la casa de algún slytherin decorada de semejante forma, de una forma tan blanca y tal poco tenebrosa.

— Mientras tú inspeccionas mi salón, y te recuperas de la impresión de ver que no vivo en un lugar lleno de látigos y elfos domésticos a los que fustigar, voy a servirte una copa de whisky de fuego

Dejo que me sirva lo que quiera, total aunque diga que no se que terminaré aceptando lo que me sirva, incluido su cuerpo desnudo. Tranquila, relajada sabiendo el porque estoy en la casa de Pansy Parkinson, camino hasta una pequeña estantería donde tiene diversos libros, tanto de derecho como novelas. Un libro capta mi mirada, sorprendida porque a alguien como Pansy le guste mi novela preferida. Al abrir el libro de King Rogers, el cual ya está muy manoseado, cae al suelo una foto que me agacho a recoger y que con sorpresa descubro es mía.

— Ahí sales preciosa

La voz de Parkinson detrás de mi, susurrándome al oído que salgo preciosa en la foto, me sobresalta y me tensa. No logro entender el porque ella tiene una foto mía dentro de la novela de King Rogers, el donde la ha conseguido.

— Pero, pero...— intento decir aunque no me salen las palabras de forma coherente

— ¿De verdad no te has dado cuenta todavía, Hermione?— pregunta dejando los dos vasos con whisky de fuego en la estantería, rodeándome con sus brazos la cintura y besando suavemente mi cuello— Te hacía más inteligente

No puedo pensar nada coherente, no puedo porque estoy en una especie de trance por la sorpresa de descubrir mi foto y por la sensación de su cuerpo contra el mío. Parece que ella si entiende todo, parece que ella lo ha preparado a conciencia y parece que a ella no le ha sorprendido nada el que haya sido yo su cita. En mi cerebro privilegiado una gran sospecha empieza a formarse, una sospecha que se convierte en certeza cuando me giro y la miro directamente a los ojos. Ella sabía que iba a cenar conmigo, que conseguiría convencerme para terminar la velada en su casa y entre sus sábanas.

— Pero, pero...— comienzo a decir no sabiendo demasiado bien como continuar— Tú dijiste que no sabías que era lesbiana— acabo por pronunciar a pesar de que se que mi argumento es demasiado débil, que me he dejado engañar por una maliciosa serpiente amiga de la más viperina serpiente que existe, Draco Malfoy

Al fijar mi mirada en sus sonrientes labios, los que tengo a escasos milímetros de los míos, todo termina de encajarme. En mi mente se hace la luz y me doy cuenta que ella lo ha planeado todo, que seguramente habrá sido ella la que ha convencido a Ginny para que me convenciera a mi de acudir a la cita. Pansy Parkinson sabía perfectamente que era lesbiana y que estaba necesitada de una buena sesión de sexo, además de que como me ha confesado antes, desea poder hacer que la mejor amiga del Elegido gima su nombre. Al contrario de lo que pensaría en otro momento, de lo que hubiera pensado al saberlo antes de ir a la cita, el que tenga una mente tan sumamente retorcida me excita.

— Si no supiera que eras lesbiana sería una estúpida hufflepuff— susurra contra mis labios, de forma lenta y sensual— Draco es como mi hermano y Ginny mi mejor amiga, si no hubiera logrado sacarles que te follabas a la niñata Delacour, que ella fue tan imbécil de engañarte, no sería digna de slytherin

Sus palabras terminan y sus labios se cansan de ser inocentes, quieren de ser traviesos porque empiezan a succionarme el labio inferior. Sus manos también empiezan a ser traviesas, vuelven a palpar mi cuerpo como en el restaurante. Dejo que me toque, que una mano me manosée los pechos y la otra se cuele por debajo de mi vestido y ascienda por mi pierna peligrosamente. Cuando creo que ya he pasado suficiente tiempo siendo la pasiva, cuando mi mente piensa que ya es momento de demostrar que soy tan leona en el sexo como gryffindor, guío mis manos hasta la espalda de Pansy. Lentamente desabrocho su vestido, disfrutando de como compartimos un beso húmedo en el que su lengua me demuestra que hará maravillas cuando acabe jugueteando en mi sexo.

Mmm...— ronroneo rompiendo el beso al ver la ropa interior que lleva, una vez el vestido cae al suelo— Encaje plateado con zapatos de tacón, ni la mejor puta de lujo

Se carcajea al escuchar lo que he dicho, parece que le resulta muy gracioso mi comentario y que le gusta como estoy devorando con la mirada su cuerpo con curvas.

— Dama en la calle y puta en la cama, Hermione— bromea cogiendo mi mano y guiándome al dormitorio— La misma que ha convencido a Ginny para que te convenciera, la misma slytherin que te hará olvidar hasta como te llamas del placer que te haré sentir

De la habitación solamente puedo captar una pared llena de puertas, supongo que serán armarios, una mesita y la cama. Mi atención tarda menos de lo que se tarda a decir Boggart en centrarse únicamente en la mujer que tengo delante. Parkinson se encarga de que esté ocupada y de que no me distraiga, de que mis labios no estén libres y de que mis manos no se aburran sino que recorran su apetecible cuerpo. Entre besos y toqueteos terminamos tumbadas en su cama, ella debajo y yo encima, ella con su espalda arqueada para facilitarme que le desabroche el sujetador y yo dejando que me desabroche el vestido para quedarme únicamente en ropa interior. Al ver los pechos desnudos de Pansy no dudo ni un instante en estimular uno con mis dedos y el otro mordisquearlo. Sonrío al notar como empieza a arquearse más y más, al escuchar como su respiración se acelera y leves gemidos empiezan a salir de entre sus labios.

— ¿Te sigo pareciendo recatada, Parkinson?

— Pansy, llámame Pansy— logra decir entre gemidos, rodeando con sus piernas mi cintura y dándose la vuelta para dejarme a mi debajo— Y al final voy a pensar que tú eres la puta en la cama, Hermione

Una leve carcajada me hace abandonar unos segundos el pezón que ya está hipersensible, el que ante cada nueva lamida la hace temblar y ponerse más cachonda. Al intentar volver a mi faena ella me lo impide, ella reclama mi boca y yo acepto encantada. Labios contra labios, lengua contra lengua, pero sobretodo su cuerpo casi desnudo contra el mío. No se cuanto tiempo pasamos rozándonos, cuanto tiempo se alarga nuestro beso húmedo y el frotamiento de nuestros cuerpos. Mi cuerpo está sensible, demasiado sensible a los roces que estamos teniendo, no es algo que me importe pero si es algo que extrañaba demasiado, tanto tiempo sin que otra mujer me acariciara de forma íntima no debería de ser sano. Sin darme demasiada cuenta soy yo la que ahora es consentida, la que ahora tiene unos labios jugando en los pezones.

— Te vas a follar a una sangresucia— consigo decir mientras mis pezones están siendo estimulados y mi clítoris empieza a ser tocado por encima de mi tanga de encaje

— Voy a hacerle el amor a Hermione Granger— sentencia dejando mis pezones para bajar su boca por mi plano estómago— Voy a cumplir mi mayor fantasía, con la que sueño cada noche y me masturbo cada madrugada

Sus palabras me ruborizan más de lo que lo hacen sus actos, parece que mi compañera realmente hace tiempo que deseaba tener su boca entre mis piernas como la está teniendo ahora. Su boca y su lengua, ambas jugueteando con mi sexo, me arrancan gritos de extasis que a ella la hacen sonreír más. Su nariz frota mi clítoris mientras entra y sale con su lengua de mi interior, mientras me está haciendo sudar y enloquecer de placer. Hay un punto en que mis manos se agarran de forma inconsciente a su pelo, en que le marcan un ritmo rápido para que su lengua entre y salga.

— Pansy...Pansy...Pansy

Tres veces digo su nombre antes de caer sobre el colchón, antes de que mi cuerpo deje de estar arqueado para quedar descansado sobre la cama. Contenta de haber llegado al orgasmo, de haberme corrido en la boca de mi antigua enemiga, intento recuperar el ritmo normal de mi respiración. Noto como Pansy abandona su posición entre mis piernas y se tumba a mi lado, observándome sin pestañear, acariciando mi estómago con sus bien cuidadas uñas. Tener los ojos cerrados y notar las suaves caricias me hacen sentirme bien, sentirme plena y tremendamente deseada porque si algo he podido comprobar es que llevaba queriendo estar conmigo mucho tiempo.

— ¿Desde cuándo?— cuestiono abriendo los ojos para mirarla directamente, para enfrentarme a ella

— ¿Desde cuándo te deseo?— pregunta primero— ¿Desde cuándo he tramado la encerrona de cita a ciegas?— vuelve a preguntar— ¿Desde cuando estás metida en mi mente y a las amantes que he tenido me las follo poniéndoles tu cara?— termina de preguntar con una sonrisa verdadera, sin pizca de frialdad o superioridad, algo que me asombra— Desde hace más tiempo del que recuerdo solamente tú existes en mi mente, desde hace más tiempo del que recuerdo has debilitado sin saberlo a una serpiente demasiado peligrosa

No digo nada, lo único que hago es besar suavemente sus labios y volver a dejar mi cabeza sobre el colchón, mirando esta vez al techo.

— ¿Te costó mucho convencer a Ginny?

— Le tuve que jurar por mi enciclopedia de derecho mágico, la que ocupa todo mi despacho y que me costó más de 150 galeones, que no eras solamente para una noche. Tres meses he estado intentando convencerla, intentando que ella dejara de protegerte de mi y de mi fama de mujeriega

— Volveré a llegar tarde en nuestra segunda cita— digo bromeando y haciendo que de entre sus labios se escape una carcajada

— Si ahora me follas bien aceptaré volver a esperarte 20 minutos— contesta relajada, con un tono realmente chocante para alguien que hasta esta noche pensé que en vez de hablar, ladraba

— Cuando termine de hacerte el amor con la lengua y los dedos te aseguro que aceptarás esperarme una hora, que por lo que te haré 20 minutos es una minucia

No dice nada, solamente me mira y me reta a que cumpla lo que acabo de decir. Se que ella es una slytherin de pura cepa, que es exigente, pero también se que tiene debilidad por mi y que yo soy mejor haciendo que las mujeres lleguen al cielo de lo que era en Hogwarts como estudiante. Pansy Parkinson acabará esperándome una hora en nuestra próxima cita, en una cita que ambas sabremos quien es la otra y que no será una encerrona. Esta vez la serpiente ha engañado a la leona pero la próxima vez será la leona quien juegue con la inteligente y venenosa serpiente.

THE END

Hasta aquí mi primer shot Hermione/Pansy que espero que a las personas que lo hayáis leído os haya gustado. Esta pareja tiene un algo que me resulta interesante aunque como pareja femmeslash del fandom de Harry Potter soy más de Hermione/Ginny, para gustos los colores.

Muchas gracias por todo, espero saber que os ha parecido el shot que depende y como me de puede ser que más adelante tenga segunda parte con la segunda cita aunque de momento se queda así.

Agur y hasta la próxima.