Summary: Un accidente, un caos y la sed de venganza llevarán a Sam a tomar una serie de decisiones, donde también descubrirá un desconocido pasado que le cambiará el rumbo de su vida llevándose consigo a nuevos aliados. Mi nombre es Samantha, pero mis amigos me conocen como Tenebris y soy una orgullosa mutante.
Disclaimer:Los personajes son propiedad del magnífico mundo de Marvel, a excepción de Tenebris y Dorcas. La trama es completamente mía.
¡NO AL PLAGIO!
El accidente
No entendía lo que pasaba, me dolía todo el cuerpo y aquellas fuertes luces hacían que mis ojos volvieran a cerrarse con pesadez.
-Todo estará bien- escuché que una mujer vestida de blanco me decía, mientras sostenía mi mano.
-¿Dónde… estoy?- pregunté con voz débil.
-Estás en el hospital, han tenido un accidente en la vía- explicó otra mujer acercándose a mí e inyectaba algo en mi intravenosa.
Odiaba los hospitales, odiaba a los doctores y las enfermeras, odiaba que me dijeran que estaba loca y odiaba que me trataran como a una. Nadie podía entender que yo era diferente a las demás personas.
-¿Mi madre? ¿Lexie?- inquirí, observando como la enfermera bajaba la mirada dando a entender lo peor -¿Qué ha sucedido? ¿Dónde están? ¿Están bien?
-Señorita debe calmarse y tratar de descansar- decía, mientras me sujetaba por los hombros y me volvía a recostar.
-¡NO!- estallé, haciendo que las cortinas comenzaran a moverse y las luces titilaran al ritmo de mis palpitaciones cardíacas.
-¡¿Le has dado la dosis correcta?!- preguntó una de las mujeres con desespero y terror en su voz.
-¡Le he puesto lo que han dicho!
-¡Dale una dosis más!
-¡Podría matarla!
-¡No puede morir! ¡No ves que es un fenómeno!- exclamó, observando como las cosas se comenzaban a alzar.
-¡DEJAME EN PAZ!- grité aún más iracunda, tratando de soltarme de su agarre para poder escapar -¡QUIERO VER A MI FAMILIA!
-¡HAZLO YA!- gritó, haciendo que su nerviosa compañera me clavara una aguja en el cuello.
-Hay que llamar a alguien- dijo la mujer con pánico, observando como poco a poco perdía resistencia y mis ojos comenzaban a cerrarse en contra de su voluntad volviendo a la oscuridad.
-Vaya, creí que no volverías a despertar- me sonrió un hombre en silla de ruedas, mientras que otro hombre estaba posado en la puerta leyendo una revista.
-¿Quiénes son ustedes?- pregunté, observándolos con atención, y debo decir que eran bastante sexys.
-Haz estado inconsciente durante tres días- me informó sin habérselo preguntado -Soy el profesor Charles Xavier y él es Logan- lo señaló, mientras él rodaba los ojos.
-¿Dónde está mi familia?
-Lamento mucho lo que sucedió en el accidente, tus padres fallecieron y tú hermana está en la otra habitación.
-No era mi padre- respondí con frialdad.
-Lo sé- hizo una mueca -Sé lo mucho que sufriste con aquel hombre.
-¿Cómo lo sabe?- pregunté con curiosidad -¿Nos habíamos conocido antes? Dijo usted que era profesor.
-Lo soy, pero no nos habíamos conocido hasta ahora- sonrió -Sé lo que eres.
-Estoy orgullosa de ser lo que soy, no soy un monstruo como él creía que era- sabía perfectamente de lo que hablaba -Si me van a decir que estoy loca, pueden irse de una buena vez.
-Oye niña, más respeto- bufé, ante las palabras del sexy hombre.
-Me recuerda a ti, Logan- rió Charles -No estás loca, Samantha. Somos como tú, somos mutantes.
-Demuéstremelo- y dicho eso, pude observar como Logan sacaba unas largas garras de metal -Es genial- sonreí.
-¿Sabes los poderes que posees, Samantha?- me preguntó el profesor.
-Bueno pues, tengo excelente puntería, creo que esa es mi más grande habilidad pero aún no lo sé controlar.
-Lo llevas en la sangre- me sonrió -Tienes unos poderes bastantes poderosos si me permites decir y además de la puntería, también posees un control mental en el que puedes manipular los sueños y puedes anular los poderes de otros.
-No sabía que podía hacerlo- dije con sorpresa.
-Sí aceptas, en mi escuela podrás aprender a controlar y a perfeccionar tus poderes.
-No puedo dejar a mi hermana.
-Le encontraremos un muy buen lugar en donde pueda vivir y puedas visitarla cuando gustes.
-Necesito ver a Lexie, ella es ahora mi responsabilidad y debo protegerla- no estaba del todo segura si debía irme o quedarme en casa y hacer como si nada de esto hubiese pasado -Además, debo hacerme cargo también del funeral de mamá- sentí como mi piel se erizaba de tan solo decirlo, aún no podía creer que todo esto hubiese ocurrido.
-Ya está todo listo- informó -Será en dos días.
-No tenía por qué hacerlo- negué con incomodidad.
-Solo quiero ayudarte- sonrió con comprensión -Te dejaré para que pienses en lo que te he dicho y no dudes en buscarme cuando hayas tomado una decisión.
-Gracias- dije con sinceridad, antes de que se retirara de mi habitación, llevándome un asentimiento de su parte.
El día del funeral había llegado. Mi hermana y yo habíamos salido ayer del hospital y no nos había quedado de otra que ir a nuestro hogar. Salí de mi habitación en busca de Lexie, esperaba de verdad que estuviera lista, no quería pasar más tiempo en este lugar pero tampoco había tomado una decisión definitiva sobre qué hacer.
-¿Estás lista?- pregunté, asomando mi cabeza en la habitación.
-Supongo- levantó los hombros, mientras observaba nuevamente su atuendo completamente negro.
-Estás linda- hice una mueca al ver rastro de lágrimas en sus mejillas.
-¿Lo has pensado?- me preguntó, mirándome con esos ojos azules tan diferentes a los míos.
A pesar de que fuéramos hermanas, éramos muy diferentes, pues ella es rubia como su padre, mientras que yo era castaña como nuestra madre.
-Sí- respondí, organizando un poco más sus ojeras.
-Pero no lo has decidido, ¿verdad?- me sonrió, sorprendiéndome cuanto me conocía -Sabes que te he apoyado desde siempre, Sam, y pienso que no deberías desaprovechar esa oportunidad que te dio el profesor sexy.
-¡Lexie!- la reprendí.
-¿Qué?- preguntó con su típica cara angelical -Me fue a visitar mientras estaba "durmiendo".
Negué.
-Deberías tomar la oportunidad- repitió.
-No quiero dejarte, Lex- la abracé -Menos ahora.
-Estaré bien, Sam- hizo un ademán con la mano -Tengo quince, soy una niña grande.
Sonreí.
-¡No te rías, es verdad!- se quejó -Además, el profesor sexy te dijo que me conseguiría un hogar y que me podrías visitar cuando quisieras, no veo cual es el problema.
-Será mejor irnos, se nos hará tarde.
-Sólo recuerda que harías feliz a mamá- me dijo antes de salir de la habitación, dejándome completamente helada.
Me sorprendí al ver cuán madura podía ser Lexie en momentos importantes, ya que la mayoría del tiempo podía llegar a ser un dolor de cabeza.
No había nada más que pensar, la decisión estaba tomada.
Holaaa, aquí he llegado desde Asgard con algo nuevo, espero de verdad que le guste y disfruten de esta nueva historia! :3
