Lloraba.
Lloraba mientras sentía el agua salpicar contra el fino cristal. Había perdido todo, las únicas personas que lo había aceptado estaban muertas o en Azkaban. Las lágrimas caían por su pálido rostro una tras otra. No se veía con fuerzas para seguir, parecía que su vida había acabado. Todos los momentos que vivió con sus mejores amigos pasaban como una película en su mente. Parecía todo tan lejano y a la vez cercano.
La sonrisa de James, siempre tan expresiva y alegre, tan... juvenil; Las bromas de Sirius, humillantes y escandalosas, pero divertidas; La mirada inocente de Peter, siempre con ese brillo con el que te prometía que nunca te iba a traicionar. Y así fue, nunca lo hizo, murió siendo leal a sus amigos, aunque eso significase enfrentar a uno de ellos. Lo que me lleva de nuevo a Sirius... ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que hacerlo? Traicionar a tu mejor amigo, a tu hermano, a la persona que siempre te ayudo y te escucho.
Remus no podía creer que ese joven que se rebeló ante su familia por no estar de acuerdo con sus ideales, finalmente, se uniera a ellos. Y lo peor de todo es que aunque quería y deseaba odiarlo no podía, había algo dentro de él que lo consideraba inocente, algo que le gritaba y le rogaba que no vea las pruebas ni escuche a los testigos, porque ese no podía ser el Sirius que él conocía, aquella persona alegre, divertida y leal. Sobretodo después de la breve visita que le había dado, solo para preguntarle su razón, el motivo por el que actuó así, la razón de terminar con la vida de su mejor amigo. Pero él no se la había dado, sólo le repitió sin parar que era inocente, que tenía que agarrar a la rata, que lo perdonará. Y Remus, después de cinco minutos de escuchar permanentemente lo mismo, se fue con lágrimas de impotencia, con ganas de desaparecer del mundo, porque ya nada más tenía importancia, ni sentido. Una vez más estaba solo en el mundo.
Lo único que lo hizo volver a la realidad es que Harry estaba vivo, tenía que luchar, tenía que ser fuerte, todo por él. Se aseguraría de darle al niño un mundo mejor. Porque estaba seguro de que a pesar de que el joven bebé, de a penas un año y medio, había derrotado al mago tenebroso más temible de todos los tiempos, lo había hecho temporalmente y que cuando vuelva, el niño iba a correr mucho riesgo. Pero él haría todo lo posible para protegerlo, como una forma de agradecimiento a James y a Lily y también, como una muestra de cariño hacia Harry, el niño que vivió.
Y, con la imagen de Harry en su mente, se puso de pie y juro mirando al cielo que este no iba a ser su final. Él, Remus Lupin, se iba a vengar de la persona que los había asesinado y que había manchado el nombre de su mejor amigo, porque estaba convencido de que Sirius era inocente.
Remus Lupin falleció el 2 de mayo de 1998, en la batalla de Hogwarts, protegiendo a Harry, a su esposa, a su hijo, al Mundo y defendiendo sus ideales. Porque Lunático también fue un héroe.
