Necesitaba librarse de todo aquello que lo afectaba, tenía cerca de 6 años cuando empezó a sentir que algo no andaba bien en ella. Era una niña realmente hermosa y eso la gente no se cansaba de decirlo. Unos preciosos ojos verdes, casi grisáceos que le hacían acarrear toda la atención. Su cabello era tan sedoso y brillante que podrías decir que era de oro. Su mamá adoraba trenzarlo una y otra vez, yendo en contra de los reproches de su hija.
Aun así, con todo el amor que una niña pudiera desear, sentía que algo no andaba bien.
-Pero no me gusta así, Kendall.
-A mamá sí.
-No quiero ser más una niña, es muy odioso.
Sus padres no lo tomaron mal, el cambio de su hija era algo de esperarse, suponían que era un capricho debido a su separación. Pero no. Uno bien se da cuenta cuando alguien no está cómodo con algo.
Ella ya no quería ser más una niña.
Había ayudado enormemente el que su hermana le levantara un poco el ego. Aún siendo niño, siendo Jeydon Wale, resultaba ser muy apuesto.
"Estas bien guapo"
"Hazme un hijo"
Y demás comentarios le hacían ver al muchacho que su decisión había sido de lo más acertada.
Hasta que la conoció a ella, tenía bellos gestos que irradiaban paz, casi divinidad. Para cualquier otro era una chica común para él, su chica de ojos brillantes.
No se había sentido tan atraído y a la vez temeroso por estar con alguien. Sabía bien que una vez que se impregnara de ella no habría vuelta atrás, sería su fin.
Unos cuantos meses pasaron, tenían ya una relación relativamente estable y no se arrepentirían jamás de haber conocido al otro. Él la amaba tanto que daría hasta el alma por ella. Ella lo amaba tanto que ignoraba los chismes que corrían a su alrededor, sólo era él, él y él.
El tiempo pasaba y aunque bien Jeydon había dejado ya de ser una mujer, el deseo por poseer carnalmente a alguien persistía, era normal, seguía siendo una persona común y corriente. Ella, por otro lado creía que quizás algo andaba mal en su persona, su novio jamás había intentado tocarla y cerca de quererla pareciera que huía de ella cada que una situación comprometedora se presentaba.
-si no me amas lo suficiente como para siquiera tocarme entonces dilo, Jeydon.
-Te amo más que a mi propia vida,no hagas esto más difícil, tan solo confía en mi una última vez.
Verlo de esa manera le hacía quedarse atónita, aunque bien las terapias de hormonas habían ayudado, habían cosas que quedaban aún al descubierto, su intimidad, sus pechos ligeramente más hinchados de lo que deberían, aquella cintura que cubría con kilos de ropa, su mirada angelical.
No es que le gustaran las chicas,tampoco es que repudiara a la gente como él, le parecía una persona tan común, tan alegre como para tener que cargar con un secreto así en su espalda.
De igual manera le parecía magnífica, realmente hermosa... Era su chico bonito.
Al conocerlo,lo que menos hubiera pasado por su cabeza era su real naturaleza. Un sin fin de cosas habían llegado a su cabeza en ese entonces.
Él cambiaría su vida,sin duda lo haría, sabía que había un "algo más" en aquél chico trovador.
Ella lo supo...desde que lo conoció.
«Hello, my name is Wale »
Haaaaaalooo shicos, nuevamente yo con otra de mis tantas mierdas en la cabeza, era una idea que tenía hace un tiempo y ahora que Jeydon ha dado esta declaración pensé que sería algo agradable a la lectura.
Nada de esto pasó (supongo) son ideas raras de mi cabeza y mi único propósito es escribir.
Alguna recomendación, duda o lo que sea se recibe en mi buzón o aquí en los comentarios.
Bye,bye y nos leemos a la próxima.
