Advertencias obligatorias: Naruto y sus personajes no me pertenecen, y no hay ninguna razón lucrativa por la que escriba este fanfic.
Advertencia al posible lector: Este fic será YAOI (chico x chico), si no te gusta la idea te aconsejo que lo leas y busques algo que te guste, si por el contrario el yaoi te agrada bienvenido. La pareja principal será el Sasunaru, y el rating será M por futuros capítulos, no por este en concreto.
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Con la llegada de los primeros rayos del sol la aldea oculta de Konoha comenzaba a despertar, y con ella cada uno de sus habitantes.
Una chica de extraño pelo rosa y bonitos ojos verdes ya llevaba un rato despierta y levantada, enfrentándose a la difícil tarea de averiguar cual de todos sus vestidos sería el que más le gustaba a Sasuke. Como después de casi media hora era incapaz de decidirse acabó optando por el traje de siempre, y salió de casa para encontrarse con Naruto, Sasuke, y a esperar al tardón de su sensei.
En casi la otra punta de la ciudad, en una gran y algo tétrica casa vivía Sasuke. Este a acababa de levantarse, se dio una ducha rápida y se preparó un saludable desayuno para afrontar el día con energías.
Finalmente, en un bloque de pisos antiguos y bastante descuidados estaba Naruto, todavía durmiendo a pierna suelta y demostrando una vez más que no todo el mundo tiene la misma facilidad para levantarse.
Disfrutó con regocijo de los últimos minutos que podía estar en la cama hasta que de repente:
"Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing"
El maldito despertador sonó y lo despertó bruscamente. Por instinto cogió el horrible aparato y lo estrelló contra la pared de la habitación, arrepintiéndose después porque ahora tendría que comprarse uno nuevo. Con algo de mal humor fue a preparar su delicioso ramen, esperando los odiosos tres minutos que tardaba encalentarse; cuando terminó de desayunar fue al encuentro de sus amigos y compañeros de equipo.
Finalmente los tres chicos de encontraron en el lugar de siempre y, para no variar, Kakashi todavía no había llegado.
Sakura miraba con ojos de enamorada perdida a Sasuke, que no la hacía caso y miraba distraídamente al suelo intentando pasar el rato; Naruto, por su parte, miraba a sus dos compañeros, un poco cabreado de que ninguno de los dos le hiciera caso.
Al cabo de un par de horas Kakashi se dignó a aparecer, sin molestarse si quiera en inventarse alguna de sus tontas excusas que justificara su tardanza
- Han sacado el nuevo tomo de "Come Come paradise". Ya me diréis que es más importante.
Viendo que el enfado se extendía entre sus alumnos decidió cambiar de tema y pasar directamente a las misiones.
- Últimamente andamos escasos de misiones de alto nivel, así que ya os podéis dar por contentos haciendo una misión de rango D.
- ¡Pero yo no…!
- Calla- interrumpió Kakashi antes de que Naruto pudiera seguir quejándose- vuestra misión consiste en ir a la casa de la señora Hara, limpiar hasta el último rincón y regarle las plantas. ¿Alguna pregunta?
- ¡Pero que mierda de misión es esa!- protestó Naruto con razón- además, esa vieja esta loca perdida y no dice más que tonterías. ¡Todo el mundo piensa que es una bruja!
- No me importa que sea una bruja y que te quiera convertir en sapo. Hacéis la misión y punto.
Pese a las continuas protestas de Naruto durante todo el camino, al final llegaron a la casa de la señora Hara.
La casa era grande, con un bonito jardín a la entrada, aunque algo descuidado; a las paredes, de color amarillo, les faltaba una capa de pintura, pero ese ya no era su trabajo.
La señora Hara salió enseguida a recibirlos, agradeciéndoles que hubieran llegado tan pronto porque ella, a su avanzada edad, ya no era capaz de ocuparse de su casa tanto como le gustaría.
Para tardar menos decidieron repartirse el trabajo: Naruto se encargaría de arreglar y regar el jardín; Sakura limpiaría la primera planta y Sasuke se encargaría del ático.
La amable señora dijo que iría a dar un paseo por el campo mientras ellos limpiaban. Kakashi alegó que tenía cosas muy importantes que hacer y también les dejó solos.
Cada uno fue a limpiar la parte que le correspondía. Naruto, que aún seguía algo molesto por la misión, se contentó de ver que el jardín apenas tenía malas hierbas y que no tardaría mucho en acabar. Sakura al llegar a la primera planta se llevo una gran alegría; al parecer por ser la planta habitada estaba bastante limpia ¡No había ni empezado la misión y ya casi la había terminado! Sin embargo, a Sasuke cuando llegó al ático casi le da un infarto ¡Todo estaba lleno de polvo y cajas viejas y amontonadas!
A la media hora Sakura salió al jardín porque ya había terminado de limpiar. Al ver que Naruto estaba dando los últimos retoques al jardín decidió sentarse a tomar el sol en lo que su amigo terminaba. Cuando Naruto terminó de regar unas pequeñas flores de color blanco cogió una y se sentó junta a Sakura, a la que le entregó la flor.
Sakura, bastante contenta por el detalle de su amigo, se enredó la flor en el pelo; y juntos se pusieron a esperar a que Sasuke terminara, hablando sobre las misiones o el nuevo cotilleo de que Shikamaru y Temari habían hecho pública su relación.
Como después de un buen rato Sasuke todavía no terminaba decidieron subir a ayudarle, pero en cuanto vieron el desastroso estado del ático y a Sasuke cubierto enteramente de polvo se les pasaron las ganas de querer ayudarlo.
- Sasuke – empezó Naruto - nosotros ya hemos terminado, y como se está haciendo tarde ya nos vamos.
- Haced lo que queráis- contestó molesto por el egoísmo de sus compañeros.
- Bueno, si quieres puedo quedarme a esperar a que termines y luego nos vamos juntos- sugirió Sakura con mal fingido desinterés.
- No hace falta que tú te quedes, Sakura-chan- dijo Naruto cortando todas las esperanzas de la chica de quedarse a solas con Sasuke- a este dobe ya le espero yo. Tú vete a casa y descansa.
Sakura iba a ignorar la sugerencia de Naruto, pero al volver a ver el desastroso y sucio ático decidió que era mejor ver al día siguiente a Sasuke que tener que quedarse allí a esperar un par de horas hasta que terminara de limpiar.
- Vale. Entonces yo me voy a casa- se despidió la chica- Mañana nos vemos.
Cuando Sakura se fue los dos chicos se quedaron solos. Sasuke continúo limpiando, y Naruto se quedó allí, mirándolo, sin decir nada; cuando Sasuke se hartó del escrutinio de su amigo paró de limpiar y también se puso a mirarlo.
-¿Vas a quedarte todo el día ahí parado o vas a ayudarme a limpiar?
- ¡Eh! Que me haya quedado a esperarte no quiere decir que yo tenga que hacer tu trabajo. Te espero abajo. ¡Y date prisa!
Naruto se marchó de la habitación dando un portazo y Sasuke continuó con su tarea.
Terminó de limpiar el polvo a los destartalados muebles y se dispuso a ordenar las cajas, que pronto descubrió que estaban llenas de trastos y cachivaches raros. De repente encontró una caja que le llamó la atención; estaba llena de libros de aspecto muy antiguo, tapas oscuras y títulos del estilo de "Ocultismo. Claves para dominarlo" o "Los secretos del futuro".
Cogió el libro que parecía más antiguo de todos. La tapa era de color verde oscuro y estaba tan desgastado que no llegó a entender el título. Al abrirlo descubrió que estaba escrito en un idioma que no conocía y que, además, estaba escrito a mano por una persona también apellidada "Hara", como la dueña de la casa.
Unos ruidos en la escalera llamaron su atención, y dejó el libro en el suelo pensando que se trataba de Naruto. Iba a increparle que subiera sólo para molestarle cuando sabía perfectamente que no había terminado, pero se calló al ver que quien estaba parado era la anciana y no su amigo.
- No soy el chico rubio- aclaró la señora amablemente- ese te está esperando fuera, en el jardín, aunque parece que has tardado tanto que se ha quedado dormido.
Sasuke no quiso preguntarla porque sabía que estaba pensando en Naruto, pero si fue hacia la ventana para comprobar que, efectivamente, Naruto estaba durmiendo en una de las sillas del jardín.
-Veo que has encontrado mis viejos libros- dijo la anciana sacándole de sus pensamientos.
- …
- Este- señaló el libro que había estado viendo- fue escrito por un familiar mío hace ya varios siglos. Aunque no lo creas es un libro muy valioso, y ha pasado de generación en generación en mi familia desde que se escribió.
- ¿de que trata?- no pudo aguantarse a preguntar.
- Sobre la adivinación- contestó la anciana- mi familia siempre ha tenido un don para ver el futuro, y este libro te ayuda a comprender y manejar ese don.
- No creo en esas cosas- repuso con algo de desprecio, aunque intentó disimularlo.
- También lo sé. Pero en un futuro si que creerás.
Aseguró la vieja señora con una amable sonrisa, para después acercarse a la ventana. Sasuke la siguió y también miró a través de la ventana, contemplando el bonito jardín y a Naruto.
- Tienes mucho rencor dentro de ti- comenzó la anciana- pero no desaparecerá con matar a tu hermano. Renunciarás a tu venganza por amor y será entonces cuando seas feliz.
- Nunca amaría tanto a alguien como para ceder a matar a Itachi- contestó con frialdad, aunque con algo de sorpresa por la declaración de la anciana.
- Puede que ahora no, pero si que lo harás cuando encuentres a quien ames.
- ¿y quién se supone que será esa persona?- preguntó malhumorado.
- Esta más cerca de lo que te piensas- contestó la anciana con una sonrisa enigmática, mirando a Naruto.
- ¿Na- Naruto¿está diciendo que me voy a enamorar de Naruto?
¿- Por qué crees que es tu amigo la persona de la que estoy hablando?
- No se contesta una pregunta con otra.
La anciana volvió a sonreír, admirando el paisaje a través de la ventana.
- Quieres más a ese chico de lo que admites.
- Yo no estoy enamorado de Naruto.
- Puede que ahora no, pero en un futuro lo estarás.
- Sasuke no contestó, si no que se dedicó a mirar a Naruto, meditando la idea de estar enamorado de su amigo.
Era una completa locura, Naruto era un gran amigo, por no decir el mejor, pero no estaba enamorado de él, de eso estaba casi seguro… ¿Casi? Definitivamente las palabras de la anciana le habían afectado demasiado como para pensar coherentemente.
- No importa que no lo entiendas ahora- dijo la señora- en el futuro todo será distinto. Puedes irte ya si quieres, yo terminaré de limpiar esto, así podré volver a mirar mis viejos libros
Sasuke asintió y se dispuso a irse, sin embargo antes de llegar al umbral de la puerta quiso hacerle una pregunta a la anciana.
- Usted no tiene hijos ¿verdad?- empezó- ¿no tiene miedo que la "tradición" de su familia se pierda?
- Mi hijo murió hace muchos años, pero estos libros no se perderán conmigo; alguien seguirá esta tradición aunque no sea con el apellido Hara.
- Me voy- se despidió por cortesía- que pase un buen día.
- Igualmente, joven.
Salió de la casa, intentando olvidar toda la conversación con la misteriosa anciana. Al llegar al jardín vio a Naruto, que aún seguía dormido, y sintió como se le enrojecía la cara al pensar que pudiera estar enamorado de él.
Pronto se corrigió de sus pensamientos y despertó a Naruto con algo de brusquedad.
-¡Ahh¿Qué pasa...? – Se sorprendió Naruto al ser sacado de una manera tan poco agradable de su sueño- ¿Sasuke¿Ya has terminado?
Sasuke asintió
- Bien, pues vayámonos. ¡No sabes el hambre que tengo¿Por qué no vamos a comer ramen?
- ¿Qué te hace pensar que querría ir a comer ramen contigo?- contestó secamente al recordar la profecía de la anciana.
- Pues que somos amigos, y los amigos de vez en cuando se van a comer juntos, si quieres también podemos avisar a Sakura para que se venga con nosotros. Ya sabes que como seguramente este de dieta tal vez no ha comido aún.
- Vete tú con ella si quieres, pero no cuentes conmigo- dijo dándole la espalda a Naruto y comenzando a andar sin esperarlo.
-¡Eh¡Sasuke, espera!- gritó Naruto echando a correr para alcanzar a su amigo- ¿te has enfadado porque no te he ayudado a limpiar? Si tuviste mala suerte al escoger no es culpa mía; además, tampoco es para tanto.
Pero Sasuke no le contestó ni le dirigió la palabra durante todo el trayecto. Cuando se separaron Sasuke ni si quiera se despidió, pero no protestó porque pensó todavía estaba enfadado con él por no haberle ayudado; sin llegarse a imaginarse que en realidad lo que le pasaba ahora a Sasuke es que estaba hecho un lío.
