Introducción

Bella decide ponerle fin a su vida tratando de saltar por un acantilado, pero con lo que no contaba, era con la presencia de un misterioso chico de ojos topacio, que sin querer, podría salvarla de todas las formas posibles.

Do you want to jump?

Me sobraban los motivos para dar marcha atrás y asi alejarme, de lo que por lo visto, seria mi desafortunado desenlace, pero eso no quería decir que quisiese o siquiera pensase hacerlo.

Me sobraban motivos para no estar aquí, es cierto, pero eso no quería decir que no tuviera motivos para quedarme. Mi vida habia cambiado, pero yo ya no quería cambiar más junto con ella.

Mire como al final del enorme acantilado, las grandes olas se rompían contra las filosas rocas y trague en seco, sintiendo un escalofrió recorrer mi espalda.

Asi es como voy a terminar yo
, pense con angustia, siendo destrozada por las rocas, o luchando resistir a las grandes olas.

El aire tenía un ligero sabor a sal, al igual que mis sonrojadas y calidas mejillas bañadas por miles de mis lágrimas.

Tal vez lo que haria no seria lo mas listo, pero era lo menos doloroso.

Me despoje torpemente de los zapatos y deje que mis calcetines se humedecieran con las filosas rocas del borde.

Camine dos pasos mas, sintiendo como las puntas de mis dedos comenzaban a quedarse sin piso que pisar y me detuve, tratando de recaudar valor suficiente entre lo mas profundo de mi ser.

Puedes hacerlo, solo tendrás que saltar, me alenté patéticamente entre mis pensamientos y cerré los ojos, sintiendo la brisa del viento revolver por ultima vez mis cabellos.

-¿No crees que acaso estas siendo un poco dramática?-susurro una voz masculina a mis espaladas, logrando que me girase sorprendida y me topara con la nada.

A menos que los árboles hablasen, sabia que no habia nadie ahí que pudiese haber dicho aquello, o bueno, eso pensaba.

-¿Quien anda ahí?- pregunte con un nudo en la garganta, negándome a mi misma que aquel aterciopelado susurro hubiese sido nada más que mi imaginación.

-Una persona a la que no le gustaría ver un suicidio- contesto de nuevo esa voz, logrando que alzara a la vista y viera a un chico sentado en una de las gruesas ramas de los frondosos árboles que estaban alrededor-a puesto a que lo harás por un problema estupido, el suicidio camino mas fácil para salir de ellos.

Pestañee entre lágrimas y trate de que mi voz no sonara tan ahogada esta vez.

-Eso no te incumbe a ti, además, nadie dijo que me quisiera suicidar- proteste avergonzada, aunque supiese que aquello no fuese verdad.

No era en un suicidio en lo que estaba pensando, solo quería que la madre naturaleza jugara con mi vida por un rato, pense con sarcasmo, regañándome a mi misma por querer negra lo obvio.

El chico, en un hábil movimiento, salto de la rama y cayo al suelo sin tambalearse siquiera un poco.

-Creme, si lo que querías era descansar en paz, saltando no ibas a conseguir eso. Tus problemas no terminaran porque tu vida haya acabado, estos se quedaran esperándote, o te perseguirán durante tu vida en el otro lado...-guardo silencio mientras yo asimilaba lentamente cada una de sus palabras y mi corazón comenzaba a acelerarse. El chico hablaba justamente como un psicópata, pero uno muy sabio.

-¿Tu como lo sabes?- le rete asustada...o fascinada.

El sonrió mientras se acercaba un poco a mi, revelando ante mis débiles ojos su níveo y perfecto rostro, del cual, resaltaban dos grandes ojos color topacio.

-No es necesario ser un genio para saber eso y además... podría decirse que tengo experiencia con esos temas...

Mi cabeza pareció perder el control de mis pensamientos cuando mis ojos comenzaron a analizar mas a fondo al escalofriante pero apuesto chico frente a mi.

No cabía duda que habia saltado del acantilado y ahora estaba con uno de los mas hermosos seres que alguna vez pudiera haber existido en la otra vida.

Su cabello rebelde broncíneo, se movía con el viento logrando que se despeinase un poco más de lo que ya estaba. Debajo de sus dos grandes ojos, habia dos pequeñas ojeras que le daban un toque escalofriante a su perfecto rostro. Era alto, fácilmente 15 cm. mas que yo y superaba el traslucido color de mi piel.

Mordí mi labio y parpadee mas de una vez tratando de ver si esto en verdad no era mas que una ilusión, y después de comprobarlo lo suficiente, recaí en que debía de parecer una estupida delante de él.

-Edward Cullen- me susurro cuando le pareció que habia vuelto a la normalidad.

-Disculpa- susurre aun un poco ida y sin entender.

-Me llamo Edward Cullen, ¿cual es tu nombre?- agrego con un tono juguetón.

-Edward, si…Isabella...Isabella Swan- susurre torpemente mientras mis mejillas adquirían un color escarlata.

Él sonrió y se acerco un poco más al borde del acantilado, mirando hacia abajo durante unos segundos para después, girar su rostro hacia mi con una impresionante sonrisa ladina pegada en el.

-¿Saltamos?- pregunto con picardía.

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Espero que les guste y me hagan saber si les gusta… o si no… es una loca idea que me surgió después de ver crepúsculo y titanic…:3

Se despide…

Gabiie*