¡Hola gente! Bueno, me estoy animando a más, luego de hacer mi primer fic "Where the wild roses grow", decidí arriesgarme un poquito más y hacer un fic con varios capítulos. No pretendo hacerlo muy extenso ya que siempre odie las historias largas que pierden el sentido, por uno u otro motivo se terminan "desbaratando"...

Este fic me esta costando demasiado, lo leo y releo, escribo, borro, vuelvo a escribir y vuelvo a releer. Es muy complicado seguir el hilo este capitulo me ha tomado 3 semanas y solo son dos paginas en word... Eso me desanima un tanto pero luego me recompongo y digo ¡Vamos Tsuki! ¡tu puedes!

Se pueden llegar a reir, pero escribo el fic en notas de mi black berry, y cuando lo voy completando me lo envio al correo y de ahí lo edito en el word... No suelo tener tiempo para sentarme en mi casa a hacerlo ya que trabajo todo el día, y cuando estoy en casa adelanto mis dibujos. Pero trataré de escribir lo mejor posible y cuanto antes. A los que lo sigan desde ya les digo gracias.

Quiero agradecer a Katsura-chan y a Luciernagas-saku quienes comentaron mi primer fic, muchas gracias chicas, verdaderamente me dieron muchos animos con sus palabras, y Luciernagas, con respecto a lo "picante" no esperes eso de mi jaja, no se me da bien, debería practicarlo... Sin sus comentarios no estaría escribiendo ahora, lo se lo se... debería escribir por mi y no por los demás, pero siempre fui muy insegura. jaja

Aclaraciones de este fic: Mundo Alterno, actualidad. El resto será sorpresa, desde ya aviso que no habrá Lemmon. Lo lamento pero soy pésima para eso, solo sirvo para leerlo jaja. Así que usarán la imaginación!

Van a ver a un personaje que inventé, va a ser hermana de los Uchiha, pero para que se queden tranquilos no tendrá protagonismo en nada, solo será el "puente". Personalmente no me gustan las historias donde los personajes inventados por uno acaparan todo el protagonismo del fic, pero bueno los respeto obviamente.

Espero que lo disfruten y que les guste!


Disclamer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad exclusiva de Masashi Kishimoto-sama, aunque si a él no le molestara podría regalarme/prestarme a Itachi y a Sasori, seguramente les daría una vida más feliz... ah, y ya que estamos también a Neji! Sigo demasiado dolida con su muerte.

Pero esta historia es enterita enterita mia, y estoy orgullosa porque en el colegio me llevaba siempre Lengua y literatura! era muy mala! y que ahora dentro de todo pueda escribir algo legible y que tenga sentido me enorgullece! Yeei! La juventud explota!

Si quieren pueden visitar mi deviantart... es tsuki511 . deviantart . com :) (borren los espacios) ahí subiré algunos dibujos relacionados con este fic...

¡Enjoy! :)


Nocturno Amor

Capítulo 1: Agobiante Rutina

por Tsuki511.

El estrepitoso sonido del despertador vibró en toda la habitación, como otras tantas veces no pudo cumplir con su objetivo, hacía un buen rato que ya permanecía despierta bajo la sábanas de mi confortable litera. Estiré mi brazo izquierdo para darle fin al ensordecedor dispositivo.

Una nueva jornada, un día nuevo comenzaba, en el cual el sol no pretendía escapar de esas nubes oscuras y rellenas que lo mantenían cautivo. Era otro día para sumar en el calendario, uno más en la semana, en el mes y en el año, un día más en la vida, en mi aburrida y monótona vida, carente de emociones, ausente de nuevas experiencias, era todo tan rutinario que llegaba a irritar mi paciencia, la poca que tengo.

Libre de preocupaciones y aflicciones, todo es tan tranquilo, tan sereno en mi vida, ¡Ni un simple resfriado contraigo! Siquiera un mosquito me pica para ocasionarme alguna mínima molestia, ¿mi sangre se habrá vuelto tan amarga como mi vida? Deseaba por lo menos tener un motivo por el cual empezar terapia, tal vez el desear problemas era uno.

Suelo considerarme una hipócrita o tal vez necia, ya que poseo todo lo que cualquier persona podría desear, cuento con una adorable familia, que me ama y apoya en absolutamente todo, mis padres Minato y Kushina y mi hermano mayor, por exactos diecisiete meses y 18 días, Naruto, este trío es lo único emocionante de mi vida, un segundo con ellos y mi mente cambia y comienzo a apreciar mi vida, pero la emoción no dura mucho, por mi demandante trabajo solo puedo verlos los domingos, oh... ¡bendito quien inventó el domingo de familia!

¿Mi trabajo? un trabajo digno, forjado con años de estudio, sudor y lágrimas ¡que emocionantes habían sido mis años de estudio! Era una doctora, siendo específicos una gran cirujano, respetada por mis colegas y superiores, admirada por los principiantes, adorada por mis pacientes y reconocida por la sociedad.
Desde niña jugaba a la médico, teniendo a mí fiel paciente Naruto, ese rubio nunca me decía que no a mis extrañas prácticas (torturas), siempre se prestaba sin chistar, actualmente se justifica diciendo: "¿cómo podría negarme a esos ojos enormes y suplicantes? Sería un desalmado si me negara". No tuve que preocuparme para costear mis estudios ya que por mi gran capacidad intelectual, devoción y amor por el estudio obtuve una muy considerada beca y mi padre costeó mis necesidades básicas hasta que logré recibirme con un promedio casi perfecto de 99,98 %.
Amo mi profesión pero a esta el tiempo también la convirtió en una agobiante rutina.

El tiempo... El tiempo pasa, más bien nosotros pasamos por él y pasamos rápido ¡Tan rápido!, como si de una maratón se tratase, un día lloras para que tus padres no te abandonen en la guardería, al día siguiente estas ingresando en la facultad, al siguiente estas recibiendo tu diploma y en un abrir y cerrar de ojos eres lo que siempre quisiste y ahí tenemos el problema, una vez que cumples con tus expectativas y sueños no tienes otra opción que salir en busca de un nuevo objetivo, una búsqueda que sirva de entretenimiento por lo menos el resto de tu vida.

Para algunos después de la profesión una buena opción es el matrimonio seguido de la familia feliz y las perdices, pero para mí formalizar con una pareja ya no es una opción, al menos no una viable hasta dentro de unos cuantos y largos años.

Me resigné al amor ante el fracaso de mi relación con el empresario Hyuga Neji. No estábamos enamorados pero nos hacíamos buena compañía y alejábamos un poco la soledad, y las necesidades físicas. Seis años de relación y dos de convivencia. Éramos más amigos con derechos, que novios y el final estuvo previsto desde el inicio. No me sorprendió encontrarlo con otra mujer, lo que me sorprendió fue que esa mujer haya sido mi amiga Tenten a la cual le había conseguido el trabajo de secretaria en la empresa Hyuga. Cuanta falta de respeto ¿no creen? era mi amiga y supuestamente también de Neji. Nos reuníamos a cenar en parejas, hacíamos salidas de cuatro junto con el novio de la castaña, el simpático y enérgico atleta Rock Lee, también amigo de Neji.

La infidelidad no solo fue a nivel emocional en las relaciones amorosas, sino que también quebraron unos cuantos códigos en el manual de la amistad. Yo sabía que Neji no me amaba, pero eran amigos y me molestó que no fuera al frente y terminara con la relación como correspondía, la infidelidad nunca es un buen camino, es un camino egoísta.
Mas allá de la bochornosa ruptura sigo manteniendo una relación civilizada con mi ex, además somos una especie de concuñados- sí, mi amado hermano se comprometió con Hyuga Hinata, prima de Neji- y por sobre todo somos lo suficiente maduros para comportarnos sin rencor y aceptar que el pasado esta atrás.

Con Tenten no volví a cruzar palabra y con Lee afianzamos una gran amistad.

Automáticamente, como si estuviese programada, me incorporé del suave y mullido colchón, ¿quién habrá sido el genio que inventó este mueble? Posé mis pequeños y blanquecinos pies en la fría madera del suelo, provocando mi cuerpo se erizara.
- Maldito invierno - mascullé de mala gana.
A paso lento me encaminé al cuarto de baño, tomé una corta ducha de diez minutos, nunca tardo más, odio perder el tiempo en cosas básicas. Luego de secar mi cuerpo tomé una bata para cubrirme del frío, salí directo a la cocina a preparar un simple desayuno- jamás fui buena en la cocina- una taza de un humeante café instantáneo, unos panes tostados a los cuales unté un poco de mermelada de fresa casera cortesía de mamá.

Para no hacer más aburrido mi amanecer- si es que eso era posible- opté por prender el televisor;
- Ficción, drama, comedia, romance – musité mientras cambiaba de canal - ahh, el noticiero -.
Anunciaban el seguimiento de un supuesto asesino en serie, había escuchado algunas cosas sobre el caso en el Hospital, encontraron unos cadáveres a los cuales habían drenado por completo, algunos brutalmente golpeados, otros en perfectas condiciones a pesar de estar muertos, pero todos sin excepción tenían extrañas marcas en el cuello. No le di mucha importancia, serian algunos jóvenes psicóticos pertenecientes a alguna especie de secta o fanáticos de Bram Stoker.
- La juventud de hoy en día está descarrilada - sentencié mientras apagaba la tv.
Hundida en mis pensamientos, seleccioné la ropa que usaría ese nuevo pero sin nada en particular día, una sencilla blusa crema, un poleron con cuello tortuga del mismo color, un blazer color arena, un pantalón jean angosto claro, y un chal con un delicado estampado de rosas.
Mientras terminaba de alistar las cosas el sonido del teléfono me exaltó, caminé a paso lento y tomé el auricular.
-¿Diga? - hablé con el aparato en el oído.
- Buen día Sakura-san, habla Shizune - oi tras el auricular.

Namikaze Sakura ese es mi nombre, que bien combinaba con mi extraño color de cabello rosado, sí, rosado, ¿alguna vez vieron algo así? Estoy segura que no. Soy delgada y alta, mi piel es blanca, demasiado para mi gusto, tengo delgadas y largas piernas y poco busto, cintura estrecha, nada de otro mundo. Mi rostro es juvenil, mis ojos enormes y jade siempre tuvieron un particular brillo que destacaba en mi rostro. Con tan solo veintiséis años soy una de las mejores cirujano del país del fuego, una joven muy inteligente y es con humildad.

- Shizune-san, buen día ¿ha sucedido algo en el hospital? - pregunté con preocupación.
- No, no, no es eso Sakura-san, solo llamaba para comunicarte que Tsunade-sama decidió cambiarte del horario diurno al nocturno – me comunicó la pelinegra.
- ¿Puedo saber el motivo? Nunca se me consultó si quería un cambio - mi tono de voz antes dulce y melodioso cambió por uno agrio y molesto. Odiaba que manejaran mis horarios a su antojo.
- Me ha dicho que le informará ella en persona los motivos. Sus horarios serán desde las dieciocho horas hasta las seis de la mañana. - comentó rápido, cuando Shizune se ponía nerviosa apuraba la conversación para llegar de prisa al adiós.-
- Esta bien, si no me queda otro remedio. Adiós Shizune.- corté molesta. ¿Acaso no podían avisarme antes?

- Está bien que sea la directora del hospital, pero Tsunade-obasan no debe acomodar mis horarios sin consultarlo antes conmigo.

Me quité la bata y me volví a colocar el pijama, volvería a dormir hasta el medio día.

A la una de la tarde volvió a sonar el despertador, comencé la misma rutina que a la mañana. A las dos de la tarde almorcé, simplemente preparé un ramen instantáneo. Prendí el televisor y lo volví a apagar. Tomé el último libro que me había regalado mi padre, "La hora del vampiro" de Stephen King. Papá conoce mejor que nadie mi gusto por la literatura y sobre todo por King. Este libro me había costado conseguirlo y él en uno de sus viajes de negocios a América logró traerlo autografiado por King.

Observé el reloj el cual marcaba las cinco de la tarde, y me fui a mi cuarto y para alistarme. Pasé mis delgados y suaves dedos en mi corto y sedoso cabello, aún seguía húmedo, lo amarré en una coleta, no gozaba ni del tiempo ni de las ganas para terminar de secarlo. Salí al living y tomé un bolso de un color chocolate, introduje en él la cartera y las llaves y antes de salir me calcé unas botas que me llegaban a las rodillas del mismo color del bolso.

Salí de mi cálido hogar y sentí como la gélida brisa arremetía sin ninguna delicadeza con mi suave y blanco cutis haciendo que este tomase un tenue color rojizo. Sin más demoras me dispuso a caminar, vivía a pocas cuadras del hospital por lo cual nunca usaba el automóvil, todavía no entendía porque lo había comprado. Ya estaba oscureciendo, odiaba el horario nocturno.
Trece minutos exactos me demoré en llegar al Hospital Central de Konoha.
Ingresé por las transparentes puertas de la entrada y al fin pude relajar mi entumecido cuerpo al sentir el cálido ambiente.

- Buen día Sakura-san – me saludó una temerosa Shizune.
- Buenos días Shizune-san - correspondí amena al saludo y sin mayor demora me dirigí a mi oficina.

En mi oficina paso la mayor parte del tiempo cuando la directora me cede su papeleo, y como no siempre hay trabajo en el quirófano, suelo prestarme a ayudar en tareas menores, atendiendo diversos pacientes. Con tal de separarme un momento de mi aburrimiento hago cualquier cosa.

Colgué mi blazer en el perchero y mientras me colocaba la bata médica el golpe seco de la puerta me sorprendió.
- Adelante - contesté vagamente, tal vez me estaba reuniendo demasiado con el vago del Nara, ¿Me habrá contagiado la pereza?- hm, ese Shikamaru me debe unos partidos de shogi - pensé con una sonrisa al recordar a mi amigo.
La puerta se abrió y una sonriente Shizune ingresó sin más.
- Sakura-san, Tsunade-sama la solicita en su despacho - anunció con parsimonia la morocha.
- Hai, iré de inmediato - Me limité a contestar, -No pasan ni cinco minutos y ya me manda a llamar-

La Directora y abuela tenía la mala costumbre de cederme su trabajo o interrumpir mi labor con pedidos insulsos.
Con tranquilidad subí por el ascensor hasta el tercer piso del hospital, caminó por el pasillo y pude ver por una ventana que ya era de noche, en invierno cada vez los días eran más escuetos. Llegué hasta el cuarto consultorio de la derecha, me detuve frente a la puerta. El casto impacto de mis nudillos contra la vieja madera sonó seguido de un "Adelante " por parte de la rígida voz femenina que provenía desde dentro.
Entré delicadamente cerrando la puerta tras de sí.

- Buen día Tsunade-shishou - saludé haciendo una escueta reverencia a la que había sido mi maestra, madre de mi padre y actual jefa.
- Buen día Sakura, ven por favor - indicó con un gesto de manos. Me acercó ni bien mi cerebro recibió la orden, una de las dos sillas frente al escritorio estaba ocupada por una figura con larga cabellera negra azulada - ella es Uchiha Unmei, este año promocionó con uno de los más altos promedios, casi igualando el tuyo -dijo relajada- eso no quita que sea una principiante - su tono de voz cambió por uno más serio- por lo que decidí que será tu aprendiz. Tú la instruirás, le explicarás todo lo que consideres necesario que deba saber del trabajo en este hospital - sonrió lo cual no entendí - Al fin tendrás un poco de diversión mi protegida - soltó una carcajada al notar mi semblante de confusión, ¿Yo una maestra? ¿Tendría una aprendiz? Honestamente estaba sorprendida.

- H-Hai, shishou - logré componer una sonrisa. - mi nombre es Namikaze Sakura, un gusto Uchiha-san - le sonreí a la extraña muchacha. Extraña era la palabra que mejor le iba, menuda, un poco más baja que yo, pálida podría decir casi traslúcida, esa chica debería tener algún problema de pigmentación, su melena larga le tapaba la mitad de la frente y sus ojos eran como un agujero negro. ¿Cómo una chica así podría llamarse Destino? Un destino bastante oscuro diría yo.
- El gusto es mío Namikase-san, llámeme Unmei por favor - su voz era alegre y un tanto chillona, me recordaba a Ino Yamanaka, mi mejor amiga.
- Bien, sígueme, te mostraré el hospital - comenté dándole la espalda - arigato Obasan-.

Extrañamente este no sería un día típico, este día sería un poco diferente, tal vez hoy la agobiante rutina no se presente a trabajar.


Espero que les haya gustado el Cap, haganmelo saber dejándo un Review, si no no sabré si les gustó el fic, en caso que no les guste dejaré de publicarlo, ya que no tiene ningún sentido para mí escribir algo que a nadie le gusta.

Adieu!

Tsuki511