TSUBASA RESERVoir CHRoNiCLE © CLAMP

Aclaración: Las personalidades de algunos personajes fueron modificadas para adaptarlas a la idea del autor.

De antemano gracias por los reviews.

THE Mist

La primera pluma, el primer recuerdo, algo tan doloroso.

¿Qué era ese sentimiento de calidez que ya no puede sostener?

¿A quién llama ella con tanta desesperación?

El siguiente mundo después de Koryo era un lugar solitario cubierto por una densa niebla, sólo existía un enorme lago frente ellos y un bosque oscuro por detrás. Los chicos se separaron, Syaoran se sumergió dentro del agua, y los otros dos junto con Mokona fueron a buscar algún indicio de civilización.

En el silencio de la niebla Fai pensaba en como alegrar a Syaoran, desde que lo conoció, vio algo en él que no existe en su persona, una enorme determinación. No sólo Syaoran atraía su atención, de hecho, todos sus compañeros de viaje eran especiales, pero la enrome figura que se encuentra caminando a su lado era la más intrigante.

Mokona estuvo jugando con ellos un rato, colocándonos en una situación incomoda, para el rubio fue muy divertido, parecía que el grandote estaba a punto de confesarle algún amor prohibido. La idea era descabellada, y cuando el rubio quería continuar con el juego de Mokona, algo extraño ocurrió, el enorme lago comenzó a brillar.

—¿Qué sucede?—exclamo Mokona confundida.

—¡No se muevan!—ordeno el moreno, se coloco en posición de ataque, protegiendo a Fai y a Mokona por instinto.

Fai no obedeció, salió del campo de protección que formaba el cuerpo de Kurogane. El mago se dirigió a donde habían dejado a la princesa, guiado por la intensa luz que cubría el lago. Pero a medida que se acercaba, la luz comenzó a bajar y la niebla domino de nuevo en el lugar.

Fai dejo escapar un pequeño grito cuando se tropezó con una rama que no vio por la densa niebla, ni siquiera estaba seguro de estar cerca de Sakura o Syaoran. El silencio se hizo presente en el lugar. Fai pudo escuchar unos pasos acercarse, ¿será el enemigo? El mago estaba listo para responder, entonces reconoció una figura familiar.

—¡¿Mokona?!—exclamo el rubio sorprendido y aliviado al mismo tiempo.

—¡Fai!—respondió Mokona, —¡Qué bueno! Pensamos que te habías perdido… vamos no falta mucho para llegar al campamento—agregó la dulce bolita blanca.

Fai no pudo levantarse pero frente a él apareció una mano, grande y torpe, era Kurogane. Con ayuda del moreno, el rubio se pudo poner de pie, y sin separarse mucho continuaron su camino para llegar con Syaoran.

«¿Qué extraño? Tengo un sentimiento muy raro… Ahora que recuerdo, él me salvo en el reino de Koryo, y ahora también me ha salvado» pensaba Fai mientras andaba detrás de Kurogane, «Me gustaría verlo sonreír».

Los dos adultos aparecieron a tiempo para cuidar de Sakura mientras Syaoran regresaba del lago. Fai sostenía a Sakura, mientras lo hacia comenzó a reflexionar muchas cosas, realmente, se encontró con personas interesantes dentro de su viaje.

FIN