!Hola!
Espero que se encuentren bien, por que vine con un TwoShot
Que dejara a Mas de Uno Con Los Pelos de Punta
¡EnSerio!
Dedicado A: Kimbe'
"...Sabes que siempre Te Apoyaré y Estaré Contigo Siempre.
¡Eres alguien tan especial! Que me dan ganas de llorar
Si solo pienso en perder a mi Hermana..." :3
Disclaimer: M.K. creó el brillante y adictivo mundo de Naruto. Así que con humildad digo que son suyos los personajes que aparecerán a continuación.
Se Que Estamos Bien
Depues de todo lo que ellos habían pasado juntos, se vuelven a encontrar.
Él esta casado,Ella es alguien exitosa.
En el proceso, se vuelven a ver y a recordar
...
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Capítulo I:
Con una gran sonrisa en sus carnosos labios pintados de un rojo carmesí. Bajó del estrado en el que anteriormente había hablado con una seguridad envidiable. Todos conocían a Hinata Hyuga. Una profesora que a su joven edad de 26 años era alguien admirable en el mundo de la música clásica. Profesora certificada y aclamada internarcionalmente en cualquier Universidad. Era viva inspiración para jóvenes a alcanzar metas. Su sueño siempre había sido ayudar a los demás, y al parecer lo había logrado de esa manera. Se enorgullecía de ello a gran magnitud.
Los aplausos aun se escuchaban en aquel teatro; muchas personas emocionadas con el solo hecho de verla. Parecía una celebridad del mundo de Hollywood. Sin embargo era solo una profesora, que con su vocabulario sencillo y nada complicado se había ganado el corazón de muchos. La diferencia entre un profesor universitario y ella era muy marcada. Todos notaban la chispa, la elegancia de su juego de palabras... No por nada era reconocida mundialmente.
Originaria de Japón, esta joven pasaba sus veranos en diferentes partes del mundo. Aun enseñando, y hablando de lo que siempre le ha gustado. La Música. Siempre estaba dispuesta a compartir sus pensamientos y enseñanzas. Simplemente no sabía decirle que no a lo que mas le gustaba. Se había ganado la vida como compositora a principio, para luego dar el gran paso de la maestría y a la larga convertirse en una profesora. Sus nada sofisticados discursos de ánimo, ayudaban mucho a los más jóvenes, sirviendole como guía. Hasta ahora no pedía nada más y se conformaba con ello.
Con pasos elegantes llegó al final de ese escenario, en donde segundos después el gentío de estudiantes se acercaban a ella. Se podía admirar, con la ayuda de su grácil caminar, el cuerpo de ella adornado con un vestido sencillo de color negro, el ideal para resaltar el color porcelana de su piel y sus ojos que eran de un tono perlado,los cuales le daban ese toque exótico;su espalda perfectamente erguida dejando caer la longitud de su hermoso cabello negro con reflejos azulados,creando una bella combinación con su perfecta sonrisa.
Los amorosos halagos, las preguntas y conversaciones no se hicieron esperar. Ella con su suave voz hablaba con su usual calma y tranquilidad. A pesar de que esa era la parte más complicada, ella se esmeraba por cumplir con ellos y dejar a todos satisfechos. Jamás en su vida pensó que algo así sucedería, nunca habían estado en sus planes de vida el ser una profesora.
Eso sí, le apasionaba darle música a las letras por medio de la composición, y hasta le gustaba cantar. Pero de eso.. Hace Mucho Tiempo Atrás.
Paso el tiempo, y las personas disminuían a medida que terminaba las conversaciones con Hinata. Suponía que ya era tarde y estaba con muchas ganas de degustar un té verde, solo para relajarse. Pese a que le gustaba aquello que hacía con tan natural esmero, reconocía que no siempre era fácil de manejar, ademas era imposible que su cuerpo no le pasara factura por todo el trabajo.
Suspiró. Fue a recoger su bolso y abrigo, para salir de allí. A partir de mañana tendría toda una semana entera para concentrarse en ella misma. ¿Cuando había sido la ultima vez que visitó Italia?
"Nueve Años..." fue lo que susurro tu mente.
Respiró hondo. Todo ese tiempo había pasado y aun no era suficiente para olvidar. Se colocó el abrigo, y cuando estaba a punto de traspasar la puerta, para irse a su nueva casa de verano. Alguien la retuvo.
-Profesora Hyuga.- se volteó extrañada. No la habían llamado en italiano, sino en su lengua materna.
-Diga.- le dijo ella a su vez. Miró a la joven, tenía ojos verdes, cabello medio largo de un tono rosado...Muy bonito. Al parecer era una chica bastante jovial, una joven que a juzgar por su apariencia tendría mucho dinero. Sobretodo el anillo que tenía en su mano izquierda, una chica en la universidad casada...
Algo que no se veía todos los días a decir verdad.
-Soy... Sakura.- se presentó con mucha emoción en su voz.- Una gran fanática tuya. Eres una persona que admiro mucho, y siempre he querido conocerte.-
-Arigato. Es agradable también conocer a personas tan alegres como tú.- pese a todo la chica le agradaba. Sus lindos y grandes ojos verdes brillaban de emoción.
-Gomen.- se sonrojó.- Mi esposo siempre dice que debería controlar mis emociones.- completó con una risa nerviosa.
-Pues yo te felicito, ser muy optimista y alegre mantiene el espíritu vivo.- le dijo ella, sonriendo de nueva cuenta.
-Arigato.- dijo ella devolviendole la sonrisa.
-Bueno, fue un placer hablar contigo.- se empezó a despedir con una reverencia. Camino hasta salir hacia el exterior.
-Espera.- dijo nuevamente la chica caminando apresuradamente hacia la mujer pelinegra.
-¿Deseabas algo más?- le dijo cordialmente Hinata.
-Profesora... yo.- paro en seco.- !Me gustaría ser su amiga!- dijo ella exaltada. -De verdad, considero que es una persona muy inspiradora, y me sentiría halagada si usted aceptara mi amistad. Siempre he tenido este sueño, de ser buenas amigas. Siento confianza con usted, y de verdad me gustaría que me tomara en cuenta.- con pena en su rostro lo bajó hacia el suelo, sin mirarla.
Por otro lado, Hinata se había sorprendido. Sin duda era una chica muy extrovertida, y al parecer no tenía miedo de decir lo que ella pensaba y sentía. No pudo evitar pensar que era muy inocente. ¿Como no tenerle ternura a ese personaje tan poco común? Había recibido halagos a lo largo de su carrera, pero por alguna razón aquella chica, que recién conocía, le causó algo de cariño, y hasta aprecio.
¿Alguien que deseaba ser su amiga?
En su vida, nunca había tenido alguien que se le considerara una amiga. Su madre había muerto para darle la vida, y su padre casi nunca estaba con ella. Solo le enviaba dinero, mientras ella iba de un lugar a otro siguiendo los negocios de su padre, decidió el vivir sencillamente buscando el amor que nunca tuvo, y que pensó que una vez encontró y se había ido. Mientras que aquí estaba con esta chica, que solo se conformaba con ser su amiga. Era la primera vez que le pasaba algo como aquello.
-¿Profesora?- la voz de la chica la trajo de vuelta.-¿Está usted bien?- vio la preocupación en su rostro. Hinata sonrió como para asegurarle que no era nada.
-Es la primera vez que alguien me pide formar una amistad.- le dijo en un ataque de honestidad.-Me has dejado sorprendida con tu repentina petición.-
-Se que es algo, muy repentino. Hasta pudiese considerarse como algo fuera de lo normal.-admitió ella, agarró mas sus carpetas.-¿Tiene tiempo libre mañana?-
-Hai.- le dijo aun poco convencida.
-Me gustaría invitarle un 'Gelato'.- invitó ella.-Claro, a menos que no haya hecho algún compromiso.- se alzó de hombros.
-¿Podría ser el día después de mañana?- preguntó ella.-Es que tengo que acomodar algunas cosas en mi casa. Esta recién reconstruida y aun no he terminado de desempacar.-
Vio como la sonrisa de la chica cobró vida.-Me parece perfecto.- le paso una tarjeta.-Ahí esta mi numero.- le dijo.-De verdad espero que seamos buenas amigas.- se despidió ondeando su mano, a la vez que se alejaba, hasta donde supuso que sería la área de estacionamiento.
Gran sorpresa se llevo cuando de la nada apareció un carro de color vez más estuvo en lo cierto, esa chica tenía dinero. Pero pese a todo, se veía una persona humilde. Puede que, después de todo no se le sea complicado el volverse amiga de ella, le agradaba. Quizás sea por que le recordó a ella misma cuando disfrutaba de su alegre ser en la adolescencia. Guardó la tarjeta en uno de los bolsillos. Así dio media vuelta para irse, tomo su abrigo con mas fuerza, el nocturno frío amenazaba con llegar hasta sus huesos.
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Con su cabello convertido en un moño desordenado, su camisa crema holgada en conjunto con unos frescos pantalón corto, terminó de desempacar la ultima caja, de donde había sacado algunos cuadros, que contenían valiosos recuerdos. Tomando la fotografía de su madre, la puso en la mesa que estaba justo al lado del sillón. Así se encargaría de verla siempre...
Miró alrededor, seguro ya era casi cerca del medio dí que había trabajado como nunca, su esmero por darle su toque personal a su nueva casa, le había tomado mucho tiempo, pero sin duda el esfuerzo dio sus frutos. La casa estaba hermosamente impecable. Admiró la sala del recibidor, que estuvo arreglando hasta hace unos pocos minutos. Miró el gran ventanal, daba el paisaje de una parte del mar mediterráneo. ¿Hace cuanto no había metido sus pies en las cálidas aguas?
Mucho a decir verdad...
Se sentó en el sillón, en una de sus manos una taza con un té único que la podía relajar en esos instantes, por fin se había dado un respiro. Dejo que sus músculos se relajaran admirando como la marea subía y bajaba. Una vista muy hermosa, hacía su mente volar a distintos lugares... Muchos recuerdos hacían doloroso Eco en su memoria. ¿Como era posible que aun el pasado se mezcle con el presente?
Sacudió su cabeza, era mejor no recordar, concentrarse en el futuro. Eso era exactamente lo que estaba haciendo, y aun así parecía no ser suficiente. Dejó la taza en la mesita junto a la fotografía de su progenitora, aun le faltaba unos archivos que arreglar, y supuso que mantener la mente ocupada le harían alejarse de esos pensamientos que la asaltaron...pero estos parecían no querer dejarla en paz.
Entre sus manos tomó el amarillento papel;su primera canción. Habían mas de esas hojas, que alguna vez pensó que habían desaparecido.¿Como es que estas aparecían justo cuando pensaba en Él?
Pasó la punta de sus dedos por su nombre, que estaba al lado del suyo. '¿Por que no te puedo olvidar?' ese fue el pensamiento de la Hyuga, quien se limpió la lágrima que traidoramente había rodado por su mejilla, sin su permiso.
Sabía que tenía muchos rollos que aun no se podían cerrar,pero al menos intentaba seguir con esta vida, ver las cosas buenas, disfrutar de lo que realmente le gustaba hacer. Era lo único que tenía y no iba a amargarse. Estaba dispuesta a mantener su espíritu vivo. Guardó nuevamente las hojas, en el mismo archivo en donde las había encontrado, para después llevarlas a su habitación. Eran recuerdos que aunque le causaban dolor...le eran aun muy valiosos.
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Había cumplido con su promesa, fue junto con Sakura a la heladería. Hacía mucho tiempo que no comía un 'gelato'. Hacía mucho que no comía uno, y sin duda tanto tiempo de no degustar uno, le había causado una exquisitez a su paladar. Supo en ese instante lo mucho que había extrañado Italia, sobretodo sus dulces. Era alguien muy apegada ala azúcar.
-Arigato.- le dijo a Sakura.-Hace mucho que no veía un mercado.- dijo ella mientras miraba como la calles eran plagadas por pequeños negocios de artesanías y otras cosas. Sin duda, los mercados en esa área era una buena vista turística, llamaba la atención de solo ver los coloridos azulejos hechos a mano.
-La que debería estar agradecida sería yo.- dijo la alegre chica.-Me siento halagada de solo estar a su lado caminando con usted.-
-Me tienes en muy alta estima.- dijo ella pensativa.- No se por que lo haces, si nunca me has conocido realmente.- siguió ella. La verdad, se sentía un poco incomoda al ser halagada tanto, mas por una joven que quizás tuviera mucho mas potencial que ella. Ella nunca había estado acostumbrada a que la elogiaran tanto, por eso se le hacía un tanto complicado el aceptar que la joven Sakura la tenga en muy alta estima.
-En eso tengo que estar en desacuerdo.- dijo la chica de los ojos verdes, al tiempo que jugaba con la cuchara.-La manera en al que habla, deja saber lo mucho que quiere ayudar a los demás. Se que es una persona abnegada, por eso la admiro mucho. Ademas, usted es una persona autentica, y por lo que he notado, no tiene aires de grandeza.- fue lo que le dijo; por otro lado Hinata se sintió reconfortada al escuchar aquello.
-Arigato.- fue lo que le dijo.-Este rato ha sido uno de los mas tranquilizadores, desde que he llegado.-
-Me alegra escuchar eso.-la sonrisa de Sakura irradiaba alegría de solo escuchar la opinión de la peliazul.-Demo, no es la única quien de verdad a disfrutado este momento.- dijo.- Siempre suelo venir sola a caminar, y tomarme una taza de 'gelato'.- confesó.
-¿Y eso por que?- pregunto siguiendo el hilo de conversación, o puede que también haya sido el hecho de que notara la mirada triste de la pelirrosa.
-A mi esposo no le gustan los dulces.- dijo con una risa seca.- No se por que, siempre pone mala cara cuando le ofrezco un dulce.-
-Bueno, hay personas que no le gustan las frutas.- aplico Hinata.
-Hai. Existen personas raras con costumbres raras. Como mi esposo.- rió nuevamente.
-Te ves muy enamorada de él.-no pudo evitar objetar.
-Lo estoy.- la seguridad con que te lo dijo la sorprendió.-Lo conozco desde niña, y siempre he estado enamorada de él.-
-¿El es mayor, o esta en la universidad?- se dio cuenta de la curiosidad con la que ella le cuestionaba. ¿Por que de pronto se sentía curiosa de saber mas de la identidad del esposo de esa estudiante? Era algo inexplicable, esa ansiedad que le daba de solo escuchar acerca de su esposo...
-Tiene 28.- te contesto. Al parecer ella no notaba tu interés.- Me lleva unos 10 años.-te confesó, y te sorprendiste al tener conocimiento de ese detalle.
-Entonces, estas recién casada.-
-No.- las constantes respuestas de ella, no te ayudaban a salir de tu impresión.-Cumpliremos 3 años en Diciembre.- te dijo con total naturalidad, al tiempo que te miraba se alzó de hombros.- Se que es una locura casarte en secundaria, demo, al estar enamorada tiendes hacer locuras.- fue la juguetona excusa de ella.- Y no me arrepiento, cada día siento que lo amo más.- Hinata fue testigo de la soñadora expresión en el lindo rostro de Sakura.
-Entonces ambos deben estar muy enamorados.- dijo Hinata comunicándole su resolución, no iba a mentir le había dado un poco de celos la dicha que había recibido esa joven, sin embargo dominó ese sentimiento. Debía de alegrarse por ella y eso era justo lo que haría, después de todo ella no le había hecho nada para causarle dolor.
-Él no es de expresar muchos sus sentimientos.-dio otro detalle de la personalidad de su esposo.-Demo, estoy segura que me quiere a su manera.-
-Eso es muy bueno, me alegro por ti y tu felicidad, Sakura-san.-le dijo honestamente.
-Dejemos de hablar de mi historia de amor.¿Por que no hablamos de la tuya?- sugirió.
-La verdad no hay mucho que contar, en comparación a tu vida mis sucesos son muy pocos.-
-Anda,no digas eso, seguro algo habrá.- dijo ella insistiendo de manera amigable.-Eres muy bonita, así que no voy a creer eso de que nunca has llamado la atención de nadie.-
-Pues solamente me he enamorado...una vez.- fue lo que dijo, puso una mano en uno de los bolsillos de su vestido de abrigo color purpura.
-Y...¿Que pasó?- presiono un poco Sakura mientras la observaba atentamente.
Hasta ese punto, la mirada perlada de la Hyuga se perdió en un punto inexistente.-Nunca cumplimos con nuestras promesas.-
-¿Por qué?-cuestionó buscando mas piezas al rompecabezas de la vida de la profesora.
-Existían muchas cosas que nos separaban.- dijo.- Y a larga... cada uno tomo un camino diferente.-fue lo ultimo que dijo.
Las cejas de la pelirrosa se contrajeron al escuchar la triste parte de la vida de la Hyuga.¿Quien diría que detrás de una cara agradable se encontraba una amarga historia? Fue en ese momento que sintió que su admiración por la pelinegra crecía a un nuevo nivel. Si ella le hubiera pasado eso, jamas se hubiera recuperado. Sin embargo, el personaje frente a ella, se mantenía sereno, fortaleciéndose...
-Es usted alguien muy fuerte, profesora.-dio a saber un pedazo de sus pensamientos.
Hinata solo se sonrojó, eran muy pocas la veces que le decían eso, bueno el número reducido de persona que sabía su historia con Él.
-No es nada, solo aprendí a seguir adelante.- fue lo que le dijo la pelinegra para retomar el paso.
-Por eso, solo las personas fuertes no se dan por vencidas para salir de un triste pasado. Y usted ha sido una de esas personas. Es digno de admirar.- le dijo.
-Dime Hinata.- fue la petición de la Hyuga, después de unos segundos de total mutismo.
-¿Que?- aquello dicho por la pelinegra la tomó totalmente desprevenida.
-Ya que somos amigas.-vio como los ojos verdes de la chica se agrandaron de solo escuchar que aquello salió de su propia boca.-No es muy común que me llames profesora.-
-¿Habla en serio?- tuvo que preguntar para dejar de pensar que aquello había sido parte de su imaginación.
-Hai.- se llevo una porción del postre a sus labios.-Me agradas.-
El abrazo desprevenido de la pelirrosa, fue mas que suficiente para saber que ella estaba emocionada.- Gomen...- dijo rápidamente mientras un tono pálido en sus mejillas hacía aparición.
-No importa.- con eso se sonrieron mutuamente, al tiempo que retomaban su caminar para seguir admirando el mercado italiano.
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-¡Esto sabe exquisito!-fue la exclamación de Sakura al tiempo que terminaba de degustar el pedazo del postre que le habían servido en la pequeña cafetería,y que fue a recomendación de Hinata.-No me imagine que conocieras mucho de esta área.-le dijo.-Tengo que admitir que me desconfié un poco al ver que me habías traído a este sector, demo, ahora descubrí el por que, este lugar es mágico.-
En efecto, la joven tenía razón. Un acogedor y pequeño negocio con vista al mar, y brisa natural. Al otro lado estaba un camino hecho en piedra, donde vehículos pequeño pasaban, y que se solía paredes pintadas de un amistoso verde menta, los cómodos sillones de rattan, ademas de los suculentos olores que salían de la oculta cocina. Sin duda, estaba convencida que de haber venido allí había sido una gran idea.
-Me alegra que haya sido de tu agrado.-le dijo Hinata mientras ella tomaba el té de hierbas aromáticas que tanto le gustaban.
-¿Como fue que lo descubriste?- pregunto interesada la pelirrosa.
La sonrisa de la Hyuga decayó un poco al recordar, como es que había llegado a ese sitio por primera vez.-Alguien me trajo.-
-Oh..-la pelirrosa entendió quien, posiblemente, sería ese alguien.-Es un lugar precioso.- dijo ella
-Hai.- asintió Hinata.-Cuando tenía mas o menos tu edad, probé ese mismo postre.- señalo el plato frente a la pelirrosa.
-¿Quieres probar?- le ofreció Sakura, al ver que ella se negaba.- Anda, es tiempo de romper la dieta.- bromeó.
Tomó la pequeña cuchara y le robó una pequeña porción. Cuando lo llevo a su boca, se permitió cerrar los parpados, para disfrutarlo en su totalidad; recuerdos llegaron con ese simple dulce...
-¿Sabe igual que en aquel tiempo?-preguntó, ella interesada después de ver las reacciones de la persona frente a ella.
-No ha cambiado en nada.- le aseguró la pelinegra.-Esta delicioso.-murmuro ella.
-Imagino que eso es bueno, muchas veces las recetas suelen cambiar al paso de los años.-comentó Sakura.
-Hai.- aprobó lo recién dicho.
Se quedaron en silencios por unos segundos.-Eres originaria de Japón.- no fue una pregunta.-Mis padres son de allí, pero no mudamos cuando apenas tenía 2 años, desde entonces he vivido en esta península europea.-
-Hablas muy bien, no se nota que tienes algún tipo de dificultad al hablar el japones.-objetó la Hyuga.
-Hai.- dijo ella.- Mi padre no quería que olvidara mi procedencia, así que en casa era el único idioma que retumbaba por las paredes.-rió ante eso ultimo.
Ella sonrió de igual manera.
-Demo, tu también sabes mucho de italiano.-
-Aprendí cuando visitaba en los veranos.-fue su explicación.
-¿Solías venir muy a menudo?-pregunto la pelirrosa.
-Hai.- dijo.- Me encantan las playas europeas.-fue su respuesta.
-Sin duda son muy bonitas, lastima que no sepa nadar.-le comentó.
-Después de que aprecies la belleza, es mas que suficiente para disfrutar.- le dijo con una sonrisa.
Se quedaron calladas, escuchando como el pequeño motor de una motocicleta pasaba por la estrecha calle; la brisa del atardecer paso levemente en el lugar donde ella se encontraban.
-¿Sabes? Aveces me recuerdas a mi esposo...-le dijo Sakura, al tiempo que agarraba la pequeña vajilla que contenía el Tiramisú.
Hinata no se espero aquel comentario, ¿el que le haya dicho aquello era algo bueno? -¿Por que dices eso?-cuestionó ella.
Ella solo se río suavemente, pasando un rosado mechón por detrás de su oreja.-Es solo que aveces lo veo así, ni yo misma tengo muy en claro por que ese pensamiento aparece.- hizo una pausa.- Supongo que tanto él como tú tienen una serenidad imperturbable, pese a todo lo que han pasado.-termino por explicar.
"...Pese a todo lo que han pasado..." esa ultima frase le había llamado la atención. Tanto que ella sintió el deseo de preguntar por la identidad de el esposo de la persona frente a ella.
-¿Cuál es el nombre?- preguntó, sin controlar el impulso de la curiosidad.
-Se llama...-justo cuando iba a revelar el nombre, el joven camarero se acercó para entregar la cuenta.
-L'account belle signore.-sonrió al tiempo que se retiraba.
Vio como Sakura buscaba en su bolso.¿Planeaba ella pagar? De un movimiento rápido ella misma puso los euros requeridos para saldar la factura.
-Demo...eso iba por mi cuenta.- protesto en tono débil la pelirrosa, de solo ver lo que la pelinegra había hecho.
-Ya has pagado por mi anteriores de veces.-dijo ella con una sonrisa inspirando confianza.-Ya era tiempo que me tocara el turno, no me gusta abusar.-
-No es ningún abuso, para mi el dinero es lo de menos.-le dijo ella.
-Lo sé.-dijo.-Demo, me gustaría responder con mi parte de nuestra amistad.- fue la explicación que le dio. No le gustaban que los demás gastaran dinero en ella, por mas rica que fuera Sakura, ella tenía unos principios, los cuales siempre estaba dispuesta a cumplir.
Vio como ella asintió a lo declarado por ella, soltó un respiro cuando se enteró que ella entendía su punto de vista. Lo menos que quería era darle una impresión a ella de que no apreciaba lo que esta ultima hacía por ella. La verdad le agradecía esos detalles... como el 'gelato', y otras cosas más.
-Me alivia mucho que lo entiendas.- con eso, ambas salieron del local, para despedirse, había llegado el auto negro a recoger a la pelirrosa. Con una ultima despedida, el vehículo oscuro desapareció, mientras ella, que siempre había preferido caminar, fue a su casa, ya que solo estaba cerca. Había declinado la oferta de Sakura de llevarla a su casa, quería pensar y la mejor manera de acomodar sus pensamientos era una buena caminata bajo el atardecer de un colorido Italia.
Con todo y eso... Había olvidado preguntar nuevamente sobre la identidad del esposo de la chica de esmeraldas orbes. Quizás lo había olvidado para bien...
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Dos días después de ese día en la cafetería, había recibido la llamada de Sakura mientras buscaba una idea para componer una canción, cosa que su mente no la cooperaba en hacer. Ya se estaba frustrado, y tan fuerte era, que estuvo tentada a romper el lápiz en dos.
-Lamento molestarte. Llamé para saber si te encuentras bien.- fue el interés abnegado de ella que hizo crecer ese sentimiento cálido, Sakura realmente se esmeraba en ser su amiga.
-Estoy bien.- fue la respuesta que dio al tiempo que se ponía en pie, para caminar en círculos por toda la biblioteca, dejando en segundo plano los papeles sobre el escritorio.
-Es un alivio escuchar eso. Es solo que pensé que te había pasado algo.- notó la preocupación. Nunca nadie una persona cercana le había dicho algo como aquello, mas aun, sacar tiempo y llamarla para saber de su persona.
-"...Estoy hablando con una amiga."- fue lo que escuchaste de lejos.-Gomen, ese era mi esposo.- explico.
-No te preocupes.-sonreíste.-Suele pasar.-
-Hai.-ambas rieron.- La vida de una mujer casada es algo complicada, demo, es soportable cuando adoras a tu pareja.-fue lo que le comunicó.-¿Tienes planes para mañana? Temo que me quedare sola el día de mañana.
-Ahora que lo mencionas, tengo unos planes.- le comunico la Hyuga con pesar.-Debo hacer algunas cosas en casa.-
-¿Puedo ir?-la repentina pregunta hizo que pararas tu andar.- Gomen, eso fue muy atrevido de mi parte.-
Ahora que lo pensaba, no era una mala idea. Sakura le había contado cosas de su vida, como si le tuviera plena y autentica confianza. ¿Por que no ella se abría de la misma manera? Era lo mas justo, para una persona que le había ofrecido su amistad desinteresadamente, ademas tenía la obligación de responder a esa amistad, así ella lo pretendía.
Así que, ¿por que no?
-Me parece una buena idea.-le contesto ella, sonriendo levemente, ya casi podía imaginar la sorpresa en los ojos esmeraldas de Sakura.
-¿En serio?-fue la rapidez de la incredulidad de su respuesta lo que le causo gracia.
-Hai.-dijo.-Supongo que ya es tiempo de estrenar la casa.- se alzó de hombros.
-¿Seré la primera visita?- pregunto con ese tono nuevamente, al parecer no lo superaba.
-Se puede ver de esa manera.-
-¡Me encantaría!- reacciono rápido la chica.
-Pues te espero mañana, ¿después del medio día?-pregunto, esperando que ese horario estuviese bien con ella.
-Perfecto.-dijo.-Te veré mañana. Arigato por la invitación.-
-No hay de que.- con eso terminaron la llamada.
Tan pronto dejo el aparato electrónico encima de su escritorio, supo que tenía que ponerse a ordenar ciertas cosas que, daban a entender con facilidad que estaba saliendo de una recién mudanza. No podía permitirse el darle esa impresión a su visita mañana. Mientras mas rápido empezara, más rápido tendría la casa mas deslumbrante de lo que era. Ademas, de que mañana tenía que salir a comprar unos víveres, era normal en ella mostrar í que ir de compras pos unos bocadillos jamás estaba de más.
Ya tenía trazado lo que tenía que hacer...
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Cumplió con lo primero en la lista; fue al mercado que estaba a una calle cerca de su casa y obtuvo los ingredientes esenciales para preparar unos bocadillos. Además de que aprovechó para llenar un poco el interior de los estantes de su cocina. No dolía estar preparada, solo por si acaso ocurría una emergencia. Aunque confiaba que un episodio de eso no iba a suceder.
Con un sencillo vestido de manguillos finos teñido de color azul cielo, se tomo el camino de regreso con tranquilidad. Mirando la hermosura de las sencillez de la casas coloridas que estaban establecidas en las pequeñas lomas. De vez en cuando veía a las señoras de la casa, limpiando la ropa a mano, en una pileta restregando hasta sacar todo el sucio de la prenda. No era una labor muy fácil eso lo reconocía, no cuando tenía muchos integrantes como las familias italianas acostumbraban.
Siguió con su breve paseo, cruzando el camino de piedras que dividía el jardín, hasta llegar a abrir la puerta de su casa. Fue directo a la cocina a ordenar los víveres. Ya después iba a ordenar un poco la sala. Se había levantado con una fuerte sensación de que ese día le iba a pasar algo, no sabía si para bien o para mal, y eso la tenía preocupada. Sin embargo, había optado por ignorar aquel sentimiento ocupándose en sus planes, pero a medida que pasaba el tiempo se sentía cada vez mas ansiosa.
¿A que se debía?
No lo sabía, y eso era lo que tenía preocupada. Pese a todo el remolino que se llevaba a cabo en su interior,optó pasarlo por alto. Ya con el tiempo, se daría cuenta de que no era nada. Se fue a su habitación cuando ya había arreglado el ultimo cojín en la acogedora sala con vista al hermoso azul verdoso que mostraba el mar a través de su ventanal. Sabía que esa vista a Sakura le iba a gustar, tanto como a ella. Después de todo, el agua salada sabía de todos sus secretos...
Dejo su mente en blanco para mirar el reloj que estaba colgado en la pared, mostrando que aun le quedaba un poco de tiempo, supo que lo debía aprovechar para tomarse un respiro. Justo cuando iba de camino para tomar un baño. El teléfono en su estudio sonó, miro extrañada volviendo de sus pasos para entrar en su lugar de trabajo. Escuchó nuevamente el sonido al recibir la llamada.
-Diga.- contesto al llegar al escritorio, tomando le auricular.-
Sakura.-aun sin decir su nombre reconocería el tono de su voz.-Lamento llamarte de repente, demo quería hacerte una pregunta.-
-No es ninguna molestia.- le dijo Hinata restandole la importancia que Sakura le había dado al hecho de "molestarla".-¿Ocurrió algo?- la animo a hablar.
-No quiero que pienses mal, demo...-paró su hablar.
-¿Sí?- la alentó nuevamente.
-¿Puede ir mi esposo?-confesó la pregunta finalmente.
Tan pronto escuchó eso, muy en el fondo de su estomago sintió como un nudo, que solo por poco le quitaba el aire. ¿Por que razón reaccionaba de esa manera de solo escuchar una sencilla petición?
-Se que, es algo extraño, demo, él es un poco desconfiado.-le explico tomando la palabra, al no escuchar nada por parte de Hinata.
-Ya veo...-fue lo único que pudo decir, no tenía más palabras que añadir.
-Aunque pienso que esta un poco celoso de que pase mis días libres contigo y no con él.-rió levemente después de decirle aquello.-No quiero que pienses que...-
-Hai, comprendo.- le interrumpió la Hyuga. Ella entendía totalmente, Sakura era una joven que aun en su mayoría de edad tenían que protegerla, en cierto sentido entendía las razones de la pareja de la pelirrosa para desconfiar de su persona. Ya que, él nunca la había visto. La chica de ojos verdes era una persona que se notaba que no tenía malicia con lo que le rodeaba; una persona así tenía que protegerse.
-No tengo ningún problema con que él venga también.-le comento a ella, ignorando el alboroto recién formado en su interior.
-¿De verdad?- pregunto emocionada.- Entonces le diré a Sasu-kun-
¿Sasu? fue la pregunta que brotó inesperadamente en su cabeza. ¿Ese era el nombre de su esposo?
-Bueno. Arigato.- la voz de ella la sacó de sus pistas convertidas en cavilaciones. -Nos vemos pronto.
-Hai.- con eso ambas mujeres se despidieron. Asegurandole que los estaría esperando tanto a ella como a su él. Tan pronto enganchó la llamada, un leve escalofrío hizo contacto con su espina dorsal, de solo pensar que solo era cuestión de horas que conocería en vivo y a todo color, al marido de Sakura. ¿Por que, aveces los simples detalles que daba Sakura de la existencia de su pareja, le eran tan familiares? Mas difícil de entender aun, ¿por que su cuerpo reaccionaba de esa manera de solo pensar Él? En alguien que "nunca" había conocido...
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No tenía apetito, así que solo opto por tomarse un té de miel y limón. Tenía el estómago tan revuelto que el solo hecho de pensar en comida le causaba nauseas. Y es que no se podía quedar tranquila, estaba sumamente nerviosa. Se pasó una mano por el sencillo vestido lavanda que opto por ponerse para recibir a su visita. Estaba sencilla, pero sin dejar esa elegancia que la caracterizaba. Camino alrededor de la casa examinando que todo estuviera bien, era ya la tercera vez que lo hacía, y todo a causa de la ansiedad que la acaecía en esos instantes.
Se sentía como una adolescente en su primera cita con el chico que le gustaba, cosa que era bastante ridículo, era una adulta, tenía 26 años. Se supone que debía mantener la calma. Pero simplemente no podía. Era como si su cuerpo la mantuviera en espera, en alerta, y ella sabía muy en el fondo que tenía que prepararse, para lo que se avecinaba. Y ¿que era aquello?
No sabía...
Estaba cansada de tantas inexplicables emociones que se empeñaban en aglomerarse en su ser. Solo era una visita de una amiga, no la del Diablo. Suspiró, se mantendría serena, calmada. Solo era un rato conversando, y conociéndose por un poco mas tiempo. Era patético el solo pensar, que aquello le iba a traer algo malo.
Frotó sus manos entre sí suavemente; miró el su anillo el que siempre le traía seguridad cuando hablaba a grandes multitudes, era el constante recuerdo de la persona que le enseño a ser fuerte, luchar por sus logros...Nueve años, después había logrado todo lo que se había propuesto pero Él nunca estuvo con ella para celebrar cada meta que alcanzaba. No lo culpaba, desde el principio ambos sabían que era algo malo el estar juntos, pero ellos decidieron recorrer ese camino, aunque al final les doliera como nunca...
El rememorar eso de pronto abrió la sensible herida que aun tenía, negándose a curarse por completo. Miró el arbusto florecido de flores silvestres rojizas que se reflejaba por el ventanal de su estudio, recostada sobre su escritorio, mirando sin realmente hacerlo. No podía parar esas emociones que se escandalizaban mas y mas cada vez que pasaba el tiempo.
El sonido de unos nudillos fuertes, fue lo que alzo su cabeza sorprendida. ¿Ya tan pronto? se pregunto. O ella estaba perdida en su problema y había perdido la noción del tiempo, o Sakura era muy puntual. Ambas parecían aceptables. Camino a paso normal por el pasillo, sin dejar acariciar sus manos, como dándose ánimos. Estaba sumamente nerviosa.
Se detuvo justamente cuando su mano estaba en la cerradura de la gran puerta de madera. Se dio ánimos, su visita no podía notar que ella estaba nerviosa, tenía que dar una buena impresión. No era la primera vez que iba a conocer a alguien desconocido, El actuar así de esa manera le sacaba de quicio, no era ella misma. Así que con un golpe de coraje que se dio a sí misma. Abrió la puerta, finalmente.
Un vértigo inexplicable le sobrevino a su ser, lo sintió así de fuerte cuando vio los conocidos ojos negros, aquellos que solían penetrarla hasta lo mas recóndito de su ser. No podía ser él, le era imposible de creer que estuviera cerca, así frente a frente. Esto tenía que ser un sueño, uno de muy mal gusto.
Tan pronto la división entre ellos desapareció, ellos rápidamente se enfocaron en sí mismo, ni siquiera el llamativo cabello rosado de Sakura le había atraído la vista cuando notó que Él estaba allí en el recibidor de su casa. Sintió como otras veces cuando el mundo se detenía cuando ellos estaban juntos, como si lo demás no tuviera la importancia necesaria para formar parte de su burbuja.
Sentirse como antes estaba prohibido, ambos lo sabía, y siempre lo sabrían. El simple hecho de estar allí, lo hacía todo mal. Sin embargo, no se podía hacer nada cuando estaban incluidos los terceros. Entonces, le dolió mas el saber que Sasuke estuviese casado, y la persona con quien lo estaba era con su mejor amiga.
¿Podrían existir mas ironías acaso?
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Bueno, lo dejo hasta Aquí
La idea era hacer un OneShot
Pero... No se me iba a hacer posible
¡Así que lo corte!
Espero que hayan Disfrutado ta ahora de la idea... :D
Y solo los invito a la continuación
¡Gracias Por Leer!
-LaCrazyWriter
