La típica rutina del ahora "adulto" Damian Wayne, era Wayne Enterprise la que ya comenzaba a ser dirigida por él, encargándose de todas las divisiones de su querida empresa, era su bebe de día… ya que en la noche su pequeño protegido era su cuidad, Gotham.
Esa mañana en particular le parecía extraña, miro al asiento del auto junto a este y vio a su padre acomodándose un poco la corbata, nunca era una buena señal cuando el mismo iba a la oficina, usualmente era para hacer un cambio radical que dejaría la oficina patas para arriba.
Cuando bajo del auto vio a Drake caminando hacia ellos, otra mala señal, Drake nunca significaba buenas noticias para él, eso era de seguro, el solo se dedicaba a cosas sobre tecnología o algo parecido, pero para traer a todas las personas importantes a una reunión no era para nada bueno
Se quedó escuchando sin decir mucho, su padre hablo sobre el problema que él había encontrado en la fundación Martha Wayne, orfanatos y escuelas, guarderías y comedores comunitarios, cosas por el estilo, todo era dinero mal distribuido, cosa que debían encargarse prontamente. Su padre le miro un segundo y eso tampoco era bueno, esperaba que si le mandaba a resolver este problema sería mejor que pudiera hacerlo desde la comodidad de su oficina con un café en mano y no tener que ir de civil a los peores barrios de la cuidad. Pero seguramente no sería solo eso, lo que prometía esa mirada de su padre era algo peor para él.
Ya cuando se reunió solo con su padre en la oficina se quedó mirando la imponente cuidad, observando con cuidado como las nubes cubrían tenuemente los edificios, amenazando con que la lluvia caería pronto, su padre se paró junto a él observando aquella belleza escondía en Gotham
- ¿conoces la escuela de mi madre?
-una escuela de niños ¿no?
-así es, ella solía ir al menos una vez a la semana cuando estaba viva, yo solo he podido ir un par de días
- ¿y cuál es el problema con ese recuerdo, padre?
-ese era el lugar favorito de tu abuela y se está perdiendo, necesito que vayas
- ¿Qué quieres que investigue?
-esta vez no será de esa manera, Damian… tienes que ir como un Wayne, ver el lugar y que podamos administrar mejor el lugar, despedí al antiguo administrador y tú puedes entender mejor la situación desde el lugar
-es otro de tus trucos para que entienda la vida, padre
-así es, quiero que veas lo importante que es involucrar a nuestra comunidad en el cambio, independiente de que combatas el crimen de noche.
Esa era la última palabra, le quedo mirando con el ceño fruncido "vacaciones" fue como dijo Drake, solo esperaba que no dejara a Enterprise en la ruina mientras él se encargaba de la "escuela" dio un suspiro enojado, esa anoche solo quería golpear algunos chicos malos, detener algunos robos, romper algunos huesos.
Se dedicó a patrullar solo, quería quitarse luego el manto de Robin, ya era un adulto, tomar el traje de Grayson lo antes posible, pero según todos le faltaba un poco de "amor por la vida" aún seguía siendo el chico Al Ghul frente a sus ojos.
Miro la escuela a la que tendría que venir, analizando un poco el vecindario, tranquilo a pesar del lugar que estaba ubicado, seguro que más de un idiota trataría de robar el equipo de la escuela, pero no en su guardia. Se quedó mirando a una mujer que cargaba un niño sobre sus brazos cubierto con una capucha cuando torpemente cerraba la puerta de la escuela. Iba tarareando una canción meciendo al niño lentamente tratando de mantener el equilibrio entre el pequeño, carpetas y su bolso para no dejar caer nada, se metió torpemente la llave en el bolsillo y se encamino por la oscura calle. No dejaría de seguirla, claro que no, ella era un blanco fácil, en silencio camino tras ella, cuando vio que de su bolsillo caía una identificación, la tomo y cuando ella subió torpemente los 3 escalones hasta la puerta de una casa angosta de dos pisos. El lanzo una cuerda y quedo colgando cerca de la mujer, estaba de cabeza contemplando los ojos negruzcos de la mujer.
-acabas de dejar caer tu identificación-dijo mirando- Lily Morse
- ¿Robin? -dijo sorprendida-lo tomaría, pero tengo las manos ocupadas
Bajo de su cuerda y tomo las llaves de la mujer para abrir la puerta al escasamente amoblando apartamento, él se quedó mirando como dejo caer sobre la mesa algunas partituras, libros y dibujos mientras cargaba al niño escaleras arriba, era una de las maestras de la escuela a pesar de su corta edad. Ella bajo agradecida dándole un poco de café mientras seguía mirando los papeles de la mujer
-esta escuela ¿es buena?
-aceptamos todos los niños, hacemos lo mejor que podemos
- ¿cuantos maestros son?
-cuatro contando conmigo, Robin
- ¿estudios?
-estuve en una academia de artes gracias a la beca de Bruce Wayne, con eso he podido hacer clases
-gracias por el café-dijo dejando la taza sobre la mesa-ya tengo que irme
-gracias por mi identificación-sonríe- que tengas buena caza
Salió del lugar echando un vistazo a donde estaba ubicado, no era un barrio en especial bueno, pero no era que tuviera que estar toda la noche ahí, podía darse el lujo de solo echar una mirada e irse
Su padre estaba por irse a Europa en "viaje de negocios" así que no hablo mucho con él, solo le dejo las instrucciones de su misión. Seguro que Drake se estaría riendo toda la semana en su cara porque ya no sería su jefe, por lo que se dedicó solo a trabajar esa noche.
La mañana siguiente, se levantó temprano y se fue a la escuela donde todos corrían apresurados metiéndose en los distintos salones, camino buscando a algún maestro hasta que vio a la misma chica de ayer, contando a los chicos que entraban a su aula, se veía mucho más repuesta y con una sonrisa pegada a los labios.
Se sentó en su ahora pequeña oficina, bastante desordenada, comenzó a ordenar un poco el lugar, botando todo lo innecesario, digitalizando todo para no tener tantos papeles. Las horas pasaban y parecía que el orden no llegaría jamás, maldijo cada vez que encontraba una irregularidad, seguro que el idiota que estaba antes solo robaba dinero del lugar.
- ¿señor Wayne? -dijo la mujer al entra con una taza de café que dejo sobre el escritorio- espero que le guste el café
-gracias, Morse-dijo dando un sorbo
- ¿lo leyó en los informes? -dijo mirando por la ventana
-así es-dijo observándola de reojo
Tenía el cabello cobrizo, con sus ojos negruzcos y pecas en sus mejillas con la piel pálida y los labios rosados con una sonrisa mirando a los niños jugando con un balón, ya le había dicho que había estudiado gracias a su padre y que se había dedicado completamente a esta escuela haciendo clases y cosas por el estilo, pero quien era realmente era el verdadero misterio.
Ella le ayudo un poco en el receso y cuando llego la hora del almuerzo le trajo un emparedado, se tomaron unos momentos para comer y luego ella abrió la ventana dejando entrar un cálido viento, acompañado de sonidos de niños riendo y jugando. La mujer sonrió animada y tranquila ante la mirada curiosa del pelinegro, al parecer ella no se llevaba del todo bien con los otros maestros, ya que eran mayores que ella y mucho más amargados por sus trabajos, a los otros tres los tenía en la mira para despedirlos pronto.
Su primer día había terminado, había sido un poco agotador, pero seguía con energías de continuar con su rutina de noche, ir a detener un poco de crimen en Gotham, pero sus pensamientos se habían concentrado en la escuela, todo estaba desordenado y debía conseguir más maestros, seguramente algunos como la chica, jóvenes con sueños y pasión por lo que hacían. También conseguirles que le barrio sea mejor, eso sería trabajo de Robin así que no se preocupaba mucho de eso, conseguir autobuses para que no caminaran tan tarde y no se mojaran entre la lluvia, en resumen, tenía mucho que hacer y pronto.
