Hola, cómo están, bueno este es mi primer fanfic de citrus que se me ocurrió de alguna manera, espero que les guste y por favor critiquen
Citrus no me pertenece y todas esas cosas :).
...
Es 7 de agosto y son las 8 de la noche, la luna brilla con intensidad y la noche es más oscura de lo normal. En la habitación de la casa de Harumin, está Yuzu colocándose coqueta para arrasar con todo en la fiesta de ésta noche, mientras su amiga aún decide que zapatos ponerse. El plan es ir y embriagarse en una Disco y bailar hasta el amanecer.
-No me vayas a dejar sola Harumin, que cuento contigo por si algún meloso se me tira encima- pronunciaba la rubia arreglando su cabello con una cola de caballo.
-No te preocupes, yo te cuido, no importa cual sea mi estado jajajaja.
-¿Ya estás lista para irte?- dijo repasando el brillo labial y mirándose al espejo.
-Si, vamos rápido, se supone que antes de las 12 la entrada es gratis, ya son las 10 de la noche!
-Creo que se nos fue de las manos la producción para la fiesta.
-Pero estamos para matar- dijo coqueta la castaña y guiñándole un ojo.
Una vez en la Disco, tuvieron que enfrentarse a la gran multitud que estaba haciendo la fila para entrar, como era día viernes, la cosa estaba bien concurrida. Amurradas y con frío, ya llevaban como 30 minutos con toda su impaciencia esperando entrar. De la nada, se acercan tres chicos a ellas, uno trigueño, otro moreno y un pelirrojo.
-Hola chicas, ¿Cómo están?, aburridas haciendo la fila puedo apostar.-dijo uno de ellos
-Sí un poco- respondió Yuzu
-Y vinieron solas , o … ¿ esperan a alguien?- preguntó otro
-¿Por qué quieres saber?- dijo Harumin con cautela.
-Tranquilas, solo estamos pasando el rato como ustedes y esperando para entrar, habló el pelirrojo del grupo.
Aún quedaban como 15 minutos más para llegar a la entrada, así que conversaron con ellos para pasar el rato, como se cayeron todos bien entraron juntos, bebieron un poco y comenzaron a bailar. La música era electrónica, a Yuzu le encantaba porque sentía que podía bailar de cualquier forma y libre. A Harumin se le ocurre mirar la hora y da en el clavo, es media noche, oficialmente es 8 de agosto.
-Es hora de mi abrazo de Feliz Cumpleños! – salta sobre la rubia.
-Muchas gracias, te quiero Harumin- Yuzu responde eufórica.
-Yo tabién, igoal, amiga, te quiro- dice eufórica y algo ebria.
-Dios… ¿ estás bien? Como que te costo pronunciar eso.
-Me duele el estómago- responde colocándose la mano sobre la boca.
-Corre, ¡corre al baño!- dice tomándola de la mano.
El sonido de la música retumbaba en las paredes del baño, Yuzu abrió la puerta apresurada, al mismo tiempo Harumin entraba y se agachaba colocándose en posición de vomitar, la rubia se ofreció a sostenerle el cabello, pero ella se rehusó, Es su cumpleaños y no se lo iba a pasar acompañando en el baño a su ebria amiga- pensó la castaña.
-Yuzu, vete a bailar, a mí se me pasaron los vodka. Estaré bien- decía entre arcadas.
-Ay Harumin – el sonido de las arcadas la hacía sentir más compasión por su amiga.
-En serio, si ya se me va a pasar, déjame estar aquí un rato sola y vuelvo- insistió.
-¿Segura?... Es que no puedo dejarte así.
-Si, vete… además el moreno como que algo quiere contigo, dime… ¿qué mejor regalo de cumpleaños que te de tu primer beso un chico como ese?, es súper guapo.
-Bueno, no lo sé…no estoy tan ebria como tú para hacer tanta locuras… como un beso- se excusaba sosteniendo la puerta del baño.
-Ay mierda, voy a vomitar- arcadas- Vete por favor, no quiero hacerlo contigo escuchando.
-Ok, ok te dejo testaruda, búscame en la barra te esperaré ahí- dijo mientras se iba.
-Ok! , ¡ahora anda por ese beso!
-Yuzu salió del baño sintiéndose mal por dejar a su amiga en ese estado, pero en vista de cómo se puso ¿qué más iba a hacer? A Harumin los vodka le cayeron mal, pero a ella comenzaba a hacerle efecto el alcohol, no lo eliminó de su cuerpo si no que al contrario estaba por toda su sangre causando los primeros estragos. La pérdida del equilibrio fue lo que más le afectó. Intentó caminar hacia la barra como había prometido, pero fue imposible llegar en ese estado y entre tanta gente, la Disco estaba llena de personas bailando, no había espacio casi para bailar, para variar entre el tumulto de personas sale el conocido trío a toparse con la rubia.
-Aquí estás ¿y tu amiga? - dijo el rubio
-Esstá en el baño, ya ssaldrá- la rubia intentaba hablar lo mejor posible.
-Si quieres nosotros la esperamos, tú ve a bailar- pronunciaba el pelirrojo empujándola hacia los brazos del moreno.
Ni cuenta se dio de cómo terminó estando en la mitad de la pista, bailando con el guapo chico moreno del grupo, él se pegaba más y más a su cuerpo. Ebria, no entendía muy bien por qué permitía que se acercara tanto a pesar de no quererlo tan cerca. No quiero que mi primer beso sea así, bajo la influencia del alcohol, o quizás sí, quizás así tiene que ser - comenzó a pensar cediendo al momento. Los labios del moreno rozaban los de ella, la rubia estaba prepara para recibirlo, fuere como fuere a suceder, ya no importaba, cerró los ojos esperando el ansiado contacto de sus bocas, pero nada pasó. Abrió uno de sus ojos para analizar la situación y lo que vio la despertó de cualquier efecto que el vodka pudiera tener sobre ella, el moreno con su boca abierta mostrando sus afilados colmillos, dispuestos a ser colocados sobre su cuello.
En un rápido movimiento, que no pudo esquivar, el chico la mordió en el hombro, ya que la rubia aunque no pudo lograrlo, al menos hizo el intento de huir. Yuzu no podía liberarse de su amarre. Lo peor de todo es que con la euforia de la fiesta nadie notaba lo que pasaba, sumado al ruido, nadie podría oírla ni siquiera gritar del dolor, como había hecho al recibir la mordida, ni siquiera Harumin. Oh no, ¡Harumin!- pensó- la abandoné con esos idiotas y ahora quizás está en peligro.
El moreno la miraba fijamente, un vampiro hambriento que no iba a dejar escapar a su víctima. Sabía que no tenía oportunidad ante él, asumió que iba a morir allí y la pobre suerte de Harumin, que sus cuerpos serían encontrados quizás donde y en qué estado, que quizás nunca las encontrarían y las harían desaparecer o quizás los vampiros succionan todo tu cuerpo hasta hacerte polvo, mil y una cosas pasaron por su mente. Arremetió contra ella una vez más, la rubia gritó de miedo, del horrendo miedo y sensación de fin, pero no hubo final. En vez de eso, encontró ante sus ojos a una hermosa joven de cabello largo y oscuro con los ojos azul violeta, que con su mano tomaba el rostro del vampiro, presionándolo hasta pulverizar su cabeza y hacerla cenizas.
