(Atte: Esto es una especie de Prólogo)
Prólogo
En su cumpleaños número once, todo cambia. Esa noche, mientras espera a que sean las doce para desearse a si mismo Feliz Cumpleaños, se escucha un ruido en la puerta del armario.
Curioso, la abre cuidadosamente, tratando de no hacer ni un ruido, y esta, al abrirse por completo, no hay nadie quien lo espere detrás de ella. Está oscuro, y el único ruido existente, son los ronquidos de su tío, algo lejanos.
"Quizá fue una imaginación mía" mumura en voz baja, volviendo a cerrar la puerta.
Observa de nuevo el pequeño reloj que tomó de Dudley, y este ya marcaba las 11:59. Su deseo era algo de cariño y afecto, y tal vez un poco de pastel, y risas, y mucha más alegría. En cambio, solo recibiría uno que otra burla de parte de su tío, su tía le miraría con horror e indiferencia y por último, Dudley le ignoraría o le lanzaría una indirecta ofensiva.
El reloj marca las 12:00 cuando vuelve a mirarlo, y Harry sonríe, agradecido de tener un año más de vida. Pero, otro año más de desgracias.
¿O no?
La puerta de nuevo emite un sonido, algo ahogado, alguien esta detrás de la puerta, Harry puede distinguir una sombra. Esta vez la abre rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, alguien le agarra con algo de cuidado, pero igual se siente incómodo. La persona es algo grande, puede distinguirlo por los brazos anchos.
"Feliz cumpleaños, Harry" ese alguien le felicita. "descuida, mejor te bajo antes de que te haga daño".
El hombre le deja en el suelo, Harry puede ver al gigante mucho mejor, ignorando la oscuridad en la que estaban.
"¿Quien...eres?" pregunta, sus dedos revolotean con nerviosismo.
El gigante sonríe a través de la barba.
"Soy Rubeus Hagrid, y vine para llevarte a un lugar mejor"
"¿Lugar mejor?"
El dedo de Hagrid señala toda la casa, "estoy seguro de que aquí no te tratan del todo bien, ¿o me equivoco?"
Harry se muerde los labios, sus ojos son muy grandes, el color esmeralda brilla con curiosidad.
"¿Irme, de aquí, a un lugar mejor?"
"Harry, ¿conoces la magia?"
"¿Magia? eso solo...ocurre en los cuentos de hadas, ¿verdad?"
El gigante ríe, y empieza a caminar a la salida.
"¿Quieres venir conmigo y conocer tu verdadero mundo o quedarte aquí para siempre?"
Y, sintiendo un poco de culpabilidad por dejar a su familia, se va con Hagrid, esperando llegar a conocer ese mundo que él gigante le ha prometido enseñarle.
Su cumpleaños número once se estaba convirtiendo en algo fantástico.
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(Aquí ya es muy de noche, perdonen cualquier error ortográfico o alguna incoherencia)
