El sol iluminaba las copas de los árboles, mientras las aves revoloteaban entre sus ramas. Los niños corrían y jugaban en los juegos del parque. El sonido de las voces y de los animales se mezclaba en el viento junto con el de un lápiz.
Una chica se encontraba sentada en una de las bancas del parque. Vestida con ropa holgada y su cabello recogido en una coleta de donde se escapaban un par de mechones rebeldes que eran mecidos por el aire. Sus ojos de color miel no se apartaban del cuaderno de dibujo que sostenía, mientras esbozaba unos trazos ágiles y precisos en este. Su concentración se vio interrumpida cuando escuchó una voz detrás de ella.
— ¿Disculpa?
Se levantó rápidamente de la banca y se giró tratando de cerciorarse de que la voz se dirigía a ella. Sus ojos se encontraron inmediatamente con un par de ojos color gris claro. Frente a ella se encontraba un chico alto de cabello rubio un poco largo. Era atractivo, del tipo de chico que esperabas ver en revistas y televisión y no en un parque caminando casualmente, por lo que se sintió intimidada.
— Disculpa, me podrías decir si hay un hospital por aquí cerca… se llama… ¡Demonios! ¿Cuál era el nombre? —Aparto su mira de ella y puso un semblante serio seguramente tratando de recordar el nombre del hospital.
Mientras el trataba de hacer memoria, la chica lo miraba detenidamente por unos segundos para después tomar su cuaderno e hizo unos trazos rápidos en una de las hojas.
Él chico llevo una de sus manos a su cabello y lo aparto de su rostro en señal de frustración. Ella termino de hacer los trazos, se acercó a la banca, tomo su bolso y se lo colocó en su hombro. Se encorvo un poco nerviosa, al mismo tiempo que él parecía recordar su presencia, poso sus ojos en ella y sonrió de lado.
— Lo siento, se me ha olvidado el nombre. — Confesó con naturalidad.
Ella apretó por un momento el cuaderno de dibujo que sostenía y vacilo por unos segundos pero finalmente tomo una decisión. Sin decir una palabra arrancó una de las hojas y se la entregó a él conservando cierta distancia.
Él tomó la hoja para después ver como ella salía corriendo a toda prisa del parque sin decir ni una palabra. Se sintió confundido no era la reacción que normalmente las personas tenían con él y mucho menos las chicas. Después de ver como desaparecía de su vista centró su atención a la hoja que le había dado y se sorprendió al ver un mapa que le indicaba cómo llegar al hospital que estaba buscando.
La chica llegó corriendo a un edificio que se encontraba justamente enfrente de la avenida que daba al parque. Inmediatamente sacó sus llaves y entro rápidamente al interior del pequeño apartamento para encontrarse con una mujer que la miro preocupada.
— ¿Hermione?... ¿Sucedió algo?
Hermione— Nada. Es que solo vi a alguien que no me agrada en el parque, Mamá.
Jane— ¿Alguien que no te agrada?
Hermione— Va a mi escuela, es un imbécil…
Jane— ¿Te hizo algo?
Hermione— No… no me hizo nada, solo me pregunto una dirección, seguramente no sabe que vamos a la misma escuela y mucho menos quien soy… — Comento para tranquilizar a su madre cosa que pareció funcionar. —Simplemente no me cae bien.
Jane— Bien, entonces me voy a trabajar, te deje la cena en el refrigerador… no olvides calentarla.
Ella asintió mientras su madre tomaba su bolsa y salía por la puerta. Se dirigió a su habitación, meditando su encuentro en el parque, se recostó en su cama mirando hacia el techo.
Hermione— Ese tipo es de lo peor, fuma y bebe a escondidas en la escuela, además es un mujeriego…hace lo que quiere y siempre se sale con la suya — Expresó en voz alta, mientras recordaba como siempre lo veía besando a una chica diferente cada semana. — Es el tipo de persona que odio.
