Hola.

Sean bienvenidos a una segunda parte de este cuento… que tuvo un final debastador y tragido, antes que nada quiero darle las gracias por sentarse a leer.

Tambien quiero aclarar que esta historia estará basada en sucesos, que sucedieron despeus de la muerte de Tetsuhiro y que deberán tener la mente abierta para poder disfrutarlo…

Los personajes de Koisuru Boukun no me pertenecen, le corresponden a HINAKO TAKANAGA.

Quiero agradecer a la dibujante de la portada para LOST MEMORY 2 HIMEKO CHAN conocida en FB como Megan Aleman, ¡gracias manis!

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Mis otros fics y este iran siendo actualizados poco a poco… pero quiero anunciarles que finalmente Kirai ai suru saldrá en su versión Doujinshi muy pronto espero que me pregunten como leerlo n_n además habrá una animación del manga con voces sonido y todo eso Xd AGRADEZCO A MI EQUIPO por su encantadora ayuda bien con esto me retiro que disfruten el EPILOGO.


Lost Memory: Love Memory.

By:

Aurora la maga.

I: Indicios.

La ciudad de Nagoya estaba iniciando un nuevo día y el sol apenas y salía detrás de las nubes que recubrieron todo por la madrugada y que con ellas trajeron una lluvia persistente y demasiado ruidosa. Las flores los árboles, los autos los edificios todo en la ciudad estaba húmedo; un suave viento soplo del norte causando que las hojas de el árbol al frente del departamental se removiera y liberara las gotas de la pasada lluvia para estas caer inclementemente en el asfalto de la calle. Aquella estaba muy bien señalizada con líneas amarillas y blancas.

El apartamento parecía tranquilo, en uno de aquellos, alguien aun dormía, la tenue luz entraba por la ventana en donde las cortinas grises trataban infructuosamente de dar luz. La estancia de aquella habitación parecía algo vacía, pero el sonido de alguien moverse sobre la cama y hacer rechinar la madera en la que la cama estaba colocada dio a conocer que la habitación no estaba para nada sola.

Además de este movimiento en la cama también hubo un sonido proveniente del cuarto de baño que había en aquella habitación, el sonido del agua cayendo por la regadera era suave y persistente, tanto así que despertó al ocupante de aquella cama.

Souichi, arrugaba sus cejas, él estaba removiéndose en la cama, del lado derecho, un sonido persistente de agua caer y correr lo saco de su sueño. Abrió despacio sus ojos mostrando un claro y hermoso color miel, sus cabellos estaban revueltos y un poco pegados en su rostro, lentamente sus orbes se acomodaron a la poca luz. Noto como el lado izquierdo de aquella cama estaba desarreglado. Eso le pareció bastante raro pues ese lado nunca era tocado ni siquiera en sus más locos sueños se posicionaba en ese sitio tan especial y único para la memoria de el que fue el amor de su vida.

Pero ahora…. Algo o alguien lo había desarreglado.

Arrugo su entrecejo y mientras se sentaba en el colchón susurraba con voz un poco seria y grave.

Ai, de seguro volvió a meterse en mi cama… ese crio. –

Expuso poniéndose en pie, tomando la cinta de su cabello de la mesita de noche al igual que sus gafas, mientras él pensaba en que enorme regaño le daría a su hijo postizo, el ajustaba sus cabellos y susurraba.

Incluso te estas bañando en mi ducha insensato. –

Con calma se acercó más y más al cuarto de baño y noto como el vapor del agua caliente lo inundo todo opacando los espejos, y la puerta de vidrio que protegía la ducha, Souichi entro de una vez sin si quiera anunciarse, estuvo a punto de decir un centenar de maldiciones a su hijastro, pero… algo lo detuvo.

Sus ojos se agrandaron y su cuerpo se tornó tieso cual más frio hielo, sus manos y piernas temblaron al darse cuenta que, la silueta que se apreciaba tras la ahumada puerta de vidrio era demasiado alta, y su cabello era de un corto que el reconoció enseguida. El cuerpo se le tenso aun mas, la palidez rodeo su rostro y los temblores comenzaron a incrementarse esparciéndose desde pies a cabeza su enfado se había ido lejos. Ante ver aquella figura él no sabía que decir ni que hacer solo opto por tomar valor y sujetar la manija de aquella puerta y sin hacer ningún ruido abrirla con calma. El vapor golpeo su rostro y unas cuantas gotas repicaron en su cara, pronto y sin entenderlo, observo aquella espalda ancha, esos cabellos azules oscuros que morían en la nuca y ese fabuloso trasero, su piel completamente suave y tersa por la cual el agua mezclada con jabón y champú se deslizaba.

Souichi quedo seco de su boca, no podía creerlo.

Pero aun así, no pudo evitar o contenerse a susurrar.

Mo-Morinaga….–

El mencionado dio un salto y dándose la vuelta expuso.

¡Senpai!–

Aquella voz tan reconocida penetro sus oídos, calo en su pecho y taladro su alma, sin mediar palabra se lanzó a él en un enorme abrazo que casi los hace caer.

Souichi era mojado por el agua mientras se abrazaba a Morinaga y en su rostro se podía leer el impacto completo, mientras que el otro.

Senpai… Senpai, se está mojando…–

El peli largo lo abrazaba con más fuerza, podía sentir su calor el palpito de su corazón y sin importarle que su cuerpo estuviera comenzando a sentir el frio por el agua de aquella regadera elevo su rostro, para besar a aquel quien con impacto recibió sus labios y aquella lengua que recorrió su labio inferior y la cual se aventuró a dar un apasionado beso que causo que Morinaga se tensara.

Ambos se miraban con la mirada entre cerrada, el beso llevo a la liberación del deseo; sin embargo, Morinaga se daba la vuelta y susurraba.

Senpai… quisiera quedarme para hacer el amor en la ducha, pero debo irme. –

¿Irte? – Cuestiono totalmente alertado. El platinado quien lo miraba con entero fervor y amor, mientras se aferraba a su espalda y agregaba. –Por favor… no te vayas quédate otro poco más…–

Lo lamento, debo irme, la farmacéutica S ¿La recuerda? –

No quiero…no quiero que vayas Morinaga… quédate aquí a mi lado… Morinaga…–

El mencionado, apago la regadera y dándose la vuelta con calma, tomo entre sus manos aquel rostro empapado, con una sonrisa tierna y una mirada totalmente sincera expuso a su oji miel.–Debo ir Souichi-senpai…–

Pero…–

No te preocupes… todo va a estar bien. –Beso su frente y agrego. –Te lo prometo… senpai…. Todo se va a solucionar, todo se arreglará, te lo prometo. – Dicho aquello Morinaga se apartó de su lado abandonando la ducha, mientras el observaba el piso de esta y luego miraba hacia atrás, por donde él había salido.

En su pecho solo se pudo sentir la desesperación, al verlo desaparecer no quería que se fuera no ahora que lo había sentido tan presente y que sus labios parecían estar ahí para acariciar los suyos.

Con prisa, emprendió la persecución, estaba decidido no lo dejaría ir a Hamamatsu, sin embargo al salir del cuarto de baño no había nadie, en la habitación, Souichi observaba a todos lados incluso fue capaz de ir al closet para cerciorarse de que Morinaga no hubiera tomado una muda de ropa, pero al abrir las puertas… no había nada, toda la ropa que había ahí no estaba solo estaba la suya.

Dada esta situación él se dejó caer al piso y soltó a llorar repitiendo una y otra vez su nombre.–Morinaga, Morinaga, Morinaga….–

I*N*Y

¡Despierta, Souichi…! ¡Papá despierta! –

Souichi era removido insistentemente por Aishiro, quien había escuchado sus gritos y por suerte al entrar a la habitación para despertar a su padrastro noto que algo no andaba bien, el joven ahora tenía 13 años de edad, sus cabellos eran idénticos a los de Morinaga Tetsuhiro, de un color Azul oscuro y sus ojos también eran de ese tono, era como si fuera una versión adolecente del fallecido Tetsuhiro' sin embargo algo diferenciaba al muchacho de su padre legítimo y eso era que él había decidido dejar crecer sus cabellos.

Souichi despertaba aturdido, dio un enorme salto al ver a Aishirou a su frente, el jovencito solo noto la confusión y la palidez en su padrastro al cual saludo diciendo.

Buenos días… te, quedaste dormido, ya es muy tarde y debo irme a clases. –

Tatsumi observaba todo alrededor la lluvia había vuelto, y el lado izquierdo de la cama estaba impecable, tanteo sus ropas y estas estaban secas al igual que sus cabellos, pronto soltó un largo suspiro y susurro. –Lo lamento. –

No te disculpes… creo que me iré solo otra vez…–

Ai… yo…–

Tranquilo, –Sonrió tiernamente para colocarse la mochila en su hombro y expresar. –Regresare a las cuatro. –

Souichi se acarició la cien y de pronto un recordatorio regreso a su traficada cabeza, se puso en pie rápidamente y fue tras su hijo a quien expuso.–Oye, recuerda que este fin de semana iremos al hospital mental.– El peli azul se colocaba sus zapatillas en el recibidor cuando escucho aquello, se puso en pie, Souichi trago grueso al verlo de pie frente suyo, ese chico era muy alto para su edad ya no era el enanito de hace unos dos años atrás, no supo cuando ese muchacho creció tanto, definitivamente el tiempo había pasado de prisa. Esos trece años no dieron tregua. Finalmente, Ai se fue cerrando la puerta con un sonoro golpe sin poder refutar a lo que Souichi había anunciado.

El platinado quedo solo en el apartamento, se encaminaba por todo este, levantaba el desorden de ese adolescente y cerraba los libros de química con los que había estado estudiando una noche antes, después de dedicarse a limpiar el apartamento y hacerse un café, él se dirigió a su habitación; el silencio del apartamento era inmenso y dolía mucho, mas ahora en este tiempo en el que el aniversario de su muerte estaba cerca.

Se encontraba sentado en la cama, observaba con terror el cuarto de baño, pero la alarma en su reloj en la mesa de noche le anunciaba que era hora de tomar su medicamento, se puso en pie y al pasar el lumbral de aquel pequeño cuarto de baño prendió el interruptor y fue directo al espejo el cual abrió y descubrió el sin fin de frascos, con prisa tomo el que le correspondía en ese momento y deposito en su mano dos píldoras, las observo de manera profunda y con pesar. Habían sido los peores años de su vida tanto como para tomar medicamentos para los nervios, para el insumió y para muchas otras dolencias que afectaban su cordura.

Bebió con calma aquellas pastillas y fue entonces que se observó mucho más profundo en el espejo en donde noto su rostro vacío, pálido y sin ningún chiste, las ojeras estaban acentuadas en los contornos de su rostro.

El silencio le hacía volver a preguntar ¿Por qué no había sido el quien hubiese fallecido? ¿Por qué Morinaga se había adelantado y lo había dejado solo? ¿Qué deseaba el destino de Souichi Tatsumi? Con calma cerro los ojos y pensó claramente, en el futuro así que decidido susurro.

Ya es el momento. –

Se alisto para salir, se puso una camisa de color azul, un pantalón jean negro y busco una de sus chaquetas para salir…

I*N*Y

El ambiente en ese edificio de paredes blancas, tan blancas como el papel, era demasiado horrible, pero ya estaba acostumbrado a todo ese lugar por años había estado llevando a Ai a ese sitio para conocer a su madre y a la cual, siempre lo recibía con los brazos abiertos, aunque no siempre fue así.

Souichi recordaba el primer momento en cuanto Ai fue presentado a su madre la cual no pudo contener su llanto y tirarse al piso a llorar, aún estaba fresco en los pensamientos de Tatsumi las palabras que dijo esa ocasión la chica de cabellos castaños y esas palabras se repitieron en su cabeza como un viento susurrante.

"Tetsuhiro, perdóname…"

Llevaba no menos de media hora esperando hasta que por fin la directora del instinto mental se presentó ante él, Souichi s puso en pie, hizo una pequeña reverencia y aquella mujer invito a sentarse al frente de su escritorio de nuevo, ella colocaba sus manos cruzadas bajo su barbilla y expresaba.

Señor Tatsumi… No lo esperaba, ¿Ya es el cumpleaños de Aishirou?–

No.–Respondió con la serenidad que el posea. –Esta vez he venido solo.–

¿Usted solo, y… a que se debe? –

Souichi arrugo las cejas, cruzo una pierna y sin explicar nada fue directo al grano. –Dígame una cosa señora directora… ¿Cómo esta ella?–

Ella está mucho mejor, podría decirse que ha logrado superar el problema que tenía, incluso la psicosis se ha ido, sus nervios aunque ayudados por medicamentos están más estables y por decirlo así, está prácticamente curada; sin embargo deberá estar bajo súper visión en el primer año de libertad condicional que ofreció el juez.–Respondió de manera profesional la mujer de trajes rojos un cabello negro impecable y atado en una cola.

Entonces… prácticamente ¿Aishiro sería capaz de vivir con ella sin ningún problema? –

La mujer junto sus finas cejas en señal de no parecer entender a aquel hombre, pero antes de siquiera preguntar algo o que Souichi recibiera respuesta alguna, por la puerta ya se presentaba uno de los enfermeros del lugar exponiendo. –Señor Tatsumi, la señora Meilyn lo espera en el patio. – Souichi no espero nada, se puso en pie y se despidió dando una reverencia, mientras era observado con sospechas por la mujer que estaba en la oficina.

El caminaba por los pasillos, conocía el camino al patio y por lo tanto Tatsumi no necesitaba escolta, al salir a este pudo notar el enorme jardín, repleto de flores y rosas, una fuente enorme, en la cual había pequeños peces, más al fondo enormes pinos que se elevaban y servían como barricada, para los que ahí estaban internados. Los pasos fueron fuertes, él por fin se acercaba a una de las bancas de cemento en donde Meilyn estaba sentada. Souichi se detuvo para admirarla y notar que sus cabellos estaban atados en dos trenzas, mientras que la blancura de sus uniformes mostraban su figura esbelta.

En sus manos se posaba un libro muy interesante, recomendado por los médicos que la trataban, Souichi después de analizarla, se acomodó a su lado para exponer.

Edgar Alan Poe…. ¿Hacen ese libro en japonés? –

Está en inglés,–

¿Sabes inglés?, no lo supuse. –

Aprendes muchas cosas estando aquí encerrado, Souichi…–

Desde que te conocí te he dicho que no me llames así…–

¿Qué haces aquí, en donde está mi hijo?–

Él está en clases. –El silencio se hizo sentir, ahora Meilyn observaba con atención a Souichi quien admiraba el frente como estando ausente de todo.

¿A qué has venido, Souichi? –

Escuche que te darán de alta. – Meilyn arrugo sus cejas en confusión, se preguntaba tantas cosas que sin pensarlo reacciono.

Oye, no vendrás a decirme que no puedo ver a mi hijo ¿Cierto? –

Tatsumi suspiro hondamente y expuso. –¿Puedo preguntarte algo? – La castaña aguardo expectante de lo que diría el peli largo.–¿Estas lista para cuidar de Aishirou?–

¿E-Eh…?–

Es decir, ¿Vas a ser ahora si una buena madre?– La joven se sorprendió.

¿Tu porque… me estas preguntando eso? –

Solo quiero que lo cuides como es debido cuando lo tengas… él es un chico muy especial, le gusta el cabello largo, créeme he tratado de cortárselo, pero no se ha dejado, en cuanto a sus estudios, es excepcional incluso es el mejor en matemáticas y en química, en donde podrás reforzar su estudio es en lenguas, y por lo que veo te va bien…–Meilyn se puso en pie y con sus brazos cruzados grito.

Espera un minuto. ¿Por qué hablas como si nunca lo volverás a ver más Souichi? –

Tatsumi se tensó, pero no dijo nada solo respondió. –Solo quiero estar seguro que lo cuidaras bien. –

Meilyn no entendía del porqué de aquella platica y más aun no entendió como es que el platinado solo había llegado a eso, pues se puso en pie y se despidió, dejándola a ella muy pensativa definitivamente algo no andaba para nada bien.

Souichi por otro lado él se dispuso a salir de aquel lugar, camino de manera pesada y renuente hasta la estación de trenes, no quería volver a casa definitivamente, estos años habían sido lo peor… recordaba el terrible dolor de su perdida y las palabras fuertes de su padre al decirle que debía de luchar y salir adelante con el pequeño Aishiro y agradecer así lo que Morinaga había hecho por él, dejarle todo un imperio a su cargo, y al cargo de su hermano. No le permitió seguir con la universidad o mucho menos cumplir sus metas. Pues debía de cuidar de Aishiro.

Sus pasos lo llevaron hasta la estación en la cual aguardo, y mientras lo hacia sus recuerdos lo llevaron a esos momentos en los que el pequeño Morinaga le había hecho sacar lágrimas de risa, su cuerpo se sintió bastante tembloroso y erizo al recordar la primera vez que había aprendido a caminar, la primera vez que enfermo o la primera vez que le llamo papá, todo aquello había cambiado su vida y su espíritu murió cuando Morinaga falleció.

Se sentó en una banca, pues al ver las vías del tren y este acercarse aquel deseo de querer acabar con todo lo invadió de pies a cabeza; sin embargo, no podía irse no aun, primero debería estar seguro que todo saldría bien con Ai. Sin embargo, el dolor era enorme tanto que no podía soportarlo mas.

El anuncio en el que su tren por fin había llegado se escuchó, él se introdujo para tomar asiento y ver todo desde la seguridad de la ventanilla, mientras muchos de sus recuerdos regresaba y lo atacaban, dejo caer su cabeza con suavidad en el vidrio y susurro. –Esas pastillas para la depresión son un asco, no me ayudan en nada. – A su cabeza llego una idea bastante espeluznante. –Debería… de… tomar más…–

Sus orbes miel observaban el paisaje, un sol de medio día tan radiante, se presentó abriéndose paso entre las nubes que amenazaban por inundar de nuevo la ciudad y no darle tregua. El metro seguía su curso tomando curvas y viajando sin parar, mientras que la mente de el de gafas también hacia lo mismo.

I*N*Y

En la escuela de la prefectura de Nagoya…

La clase de física era una de sus favoritas por que podía vencer al que se le pusiera a la par, era bueno en atletismo y todo un as en todos los deportes definitivamente Morinaga Aishirou era un alumno ejemplar, pero, no todo era miel sobre hojuelas el maestro esa tarde emitía las ordenes, juntarse en grupos esa sería la tarea para poder hacer relevos atléticos. Todos los alumnos estaban armando grupos, sin embargo, uno de ellos no.

Morinaga-san ¿Qué sucede busca un grupo? –

El joven era observado por sus compañeros los cuales para nada simpatizaban con él, todo por una sola razón, su archivo estudiantil en el que figuraba, que el chico era por demás decir raro, en muchos aspectos, tanto como para ver a los fantasmas y muertos de la escuela.

Quizás solo era un rumor quizás solo lo habían inventado para molestarlo, pero el hecho es que esto le trajo muchos problemas al peli largo de cabello azul oscuro quien sonreía tiernamente y expresaba. –Profesor, ceo que mejor iré a descansar un poco.–

¿Te sientes mal? –

Sí creo que me enfermare del estómago o algo así –No era raro inventar una patraña como esas para escaparse de esas miradas de desprecio y esos apodos de ser un extraño; Aishirou entonces se dirigió a la banca más cercana y ahí se sentó a observar a sus compañeros, estaban haciendo lo mejor en la pista, los gritos y los silbidos del profesor, eran lo que más se podía escuchar en ese momento mientras que él solo podía suspirar, deseaba con muchas ansias formar parte de uno de esos equipos. Dejar de ser un extraño el cual podía ver cosas que ellos no podían….

I*N*Y

En el edificio departamental….

Souichi estaba observando con ímpetu el frasco de pastillas, había calculado en su cabeza, la cantidad exacta de píldoras que debía beber para tener una muerte segura, aunque dolorosa, en su cabeza se decía que, lo primero que pasaría sería un dolor enorme en el estómago como quien le cortaba las entrañas, después de eso el sistema de anticuerpos trataría de actuar contra el analgésico y crearía un flujo acelerado en su flujo sanguíneo, causando infartos sumado a eso un sinfín de reflujos gástricos que subirían por la faringe terminando así con el sistema respiratorio y al suceder esto ahogarse en sus propios fluidos.

Una muerte no muy grata ni cómoda, sus gafas brillaban frente a la luz de aquel espejo en el cuarto de baño el ya giraba el frasco para iniciar su deceso, camino a casa se había dado cuenta que ya no podía seguir que lo que debía hacer era abandonar este mundo y tratar de ser un alma más en un mundo en el cual el no creía.

Tomo un largo aliento y entonces llevo su mano a su boca para apurarse a beberlas todas; sin embargo….

El ruido del teléfono en el apartamento le detuvo, dio unos tres tonos más y él se dispuso a retomar su acción, pero entonces ahora era su móvil el que vibraba en su bolsillo con fuerza y el cual le evitaba la terrible y maléfica hazaña. Tomo de mala gana el aparato y noto que era una llamada de la escuela.

Pero qué demonios– Dijo para dejar las píldoras en el frasco y responder con voz un poco averiada. –¿Hola? –

¿Señor Morinaga? –

Souichi acaricio su cien y susurro. –No soy Souichi Tatsumi. –

¿E….Estoy hablando a la casa de Aishirou Morinaga o a la persona encargada?–

Sí ¿que pasa?–

Señor necesito que venga por su hijo. –

¿Qué PERO QUE PASO? –

El corazón le palpitaba acelerado, no por el hecho de lo que estuvo a punto a hacer sino más bien porque esa llamada no parecía ser un juego y más sumado a eso que la persona que estaba en aparente peligro era Aishirou, Souichi cerro con prisa la puerta del espejo en la cual coloco el frasco de píldoras y salió expedido como un tren. No obstante, no se dio cuenta que alguien lo observaba y ese alguien se reflejó por un instante en el espejo…

I*N*Y

Aishirou estaba en la enfermería, se había desmayado, lo último que recordaba se reflejó en sus sueños…

Aishirou estaba sentado en la banca, cuando de pronto, percibió que algo o alguien lo observaba desde el tejado de la escuela, el dirigió sus ojos de color verde hacia arriba en el quinto piso y ultimo de aquella institución, su sorpresa fue ver como un hombre estaba observándolo, tenía apoyado sus codos sobre la barda de seguridad que llegaba hasta la cintura en un hombre o alumno de altura promedio, después de esa se extendia una valla metálica de unos dos metros de alto y la cual servía para que los alumnos tuvieran seguridad en ese sitio, pero dado a que el joven se había quedado quito y solo observando.

El sujeto en cuestión se irguió al ser notado e inicio a pasar una de sus piernas por sobre el balcón en donde antes se reposaba.

Morinaga se puso en pie de prisa y susurro.–¿Que está haciendo?–

Sin ser notado por casi nadie, Aishirou susurro de nuevo.

Va... a lanzarse.

giro su rostro para buscar a su profesor, pero este estaba al otro lado de la enorme pista, atendiendo a un alumno que se había tropezado, el entonces comenzó a gritar a ese hombre que ahora parecía subir su pie para enganchar la punta de su zapato en la valla metálica.

El corazón inicio a palpitarle rápidamente un sentimiento de angustia fue lo que el chico vivió, sin pensarlo dos veces emprendió carrera hacia adentro del edificio y pensar subir las gradas de aquel edificio con la velocidad más imaginada.

No lo hagas–Gritaba Au para sí mismo, entre los enormes pasillos que daban a las gradas, el profesor encargado del salón de clases de Morinaga Aishirou estaba caminando cuando de pronto a su frente paso un chico casi tirándolo al piso y gritando improperios.

¡Morinaga-san!–

Grito rápidamente al reconocerlo y seguirle de cerca mientras el joven se apresuraba, luego de tres minutos el de cabellos largos llego a la azotea en la cual busco con prisa a aquel hombre, quien ahora ya estaba al otro lado de la valla y se encontraba de pie en el borde.

Aishirou noto como estuvo a punto de lanzarse, cuando de pronto desde su garganta salió un grito que contuvo al que haría aquello.–¡NO LO HAGA, POR FAVOR!–

El misterioso personaje se detuvo, no observaba al chico quien temblaba y expresaba.

No vale la pena hacer esto, yo, sé que hay una solución a sus problemas.–

–…–El otro no decía nada ni siquiera lo volteaba a ver, Aishirou notaba como la chaqueta de mezclilla se acariciaba con el viento y sus pantalones de color azul, también se removían, aquel hombre tenía un cabello del mismo color que el suyo, no podía distinguir de quien se trataba, sin embargo aunque sea una persona desconocida debía de siquiera salvarlo, con tremenda habilidad Aishirou se trepo por uno de los muros que estaban al lado de la valla mientras susurraba.

Por favor, esta no es la solución… usted…–

El profesor por otro lado había salido de adentro de las gradas, estaba sin aliento, pero rebuscaba con prisa al muchacho, quien estaba al otro extremo de la valla. –¡AISHIROU!–Grito con prisa el hombre reconociéndole.

El mencionado ya se acercaba a aquel ser quien se había girado y le daba la espalda al chico a su lado y a quien dijo con voz suave y grave.–Claro que no es la solución.– Al decir aquello aquel se lanzó, Morinaga al instante le siguió para tomar su mano, y al hacerlo libero un enorme grito que fue sentido por todos abajo, el grupo de atletismo estaba impresionado las chicas gritaban asustadas y el maestro salió corriendo hacia el lugar mientras que el chico pendía de la orilla de aquella azotea.

No supo que paso, pero a la persona que según él había tomado de un brazo ya no estaba y en su lugar solo había una chaqueta de mezclilla azul, Ai abrió enorme los ojos soltó aquella prenda y busco el cuerpo en el piso abajo pero no había nada, sin embargo.

¡RESISTE!–

El profesor había sido rápido y sostenía al muchacho quien estaba a punto de caer y el cual al darse cuenta de que estaba en una situación en la cual podía morir, se desmayó, rápidamente la ayuda llego…

Y lo demás fue historia, la noticia corrió como espuma en todos los salones, la policía llego al lugar, y los paramédicos aseguraron a Ai diciendo que debía de ir a casa y descansar, que por suerte no había caído desde esa altura.

Profesor, Lion, ¿Qué fue lo que paso allá arriba?–El hombre de cabellos negros negó, no quería dar detalles estaba consternado; sin embargo al padre de aquel joven si le diría todo.

Paso un largo rato y por fin Souichi llegaba a la escuela fue directo a la enfermería en donde, grito. –¡AI!– el profesor Lion se puso en pie de prisa y cuestiono.

¿Señor Tatsumi? –

El mencionado de prisa se acercó a la cama y tomo la mano de su hijastro cuestionando. –¿Qué le ocurrió?–

Por suerte nada, pero, su hijo…–

Señor Tatsumi. –Expuso el director del instituto, acompañado de dos policías. –Necesito hablarle. – Souichi fue con ellos, dejando solo a Morinaga quien después de unos momentos fue despertando lentamente y lo primero que noto fue al Profesor sentado al frente de su cama a quien cuestiono.

¿Profesor Lion?–

Chico…–El otro tomo su mano y susurro. –Deberás decir algo que no te afecte.–

¿Eh?–Ai enseguida noto algo que jamás en su vida había notado en los ojos de aquel hombre al cual cuestiono.–¿Usted lo vio?–

Si… pero no debes decirle a nadie lo que paso, yo tratare de hablar con tu padre, pero por ahora solo escúchame diremos que fue un accidente que estabas buscando tu chaqueta y por eso caíste y yo te ayude.–

Profesor…–

Tranquilo… yo se que te pasa y estoy contigo. –Ambos asintieron…

I*N*Y

Finalmente, la policía recibió un argumento bastante valido, pero algo no cuadraba en lo que dijeron tanto maestro como alumnos para cierto Tatsumi quien siguió el juego y quien después de un rato se llevó a Ai a casa, según el director estaría suspendido por un mes, por haber pasado los límites de seguridad del tejado.

Ambos caminaban por entre las calles para ir a tomar el metro, Souichi caminaba de manera silenciosa frente al chico quien solo podía ver el piso, y de vez en cuando la espalda elegante de Souichi la cual solo era cubierta por su coleta, Aishirou estaba temblando y ya presentía el castigo, pero el no soporto ese silencio y cuestiono.

Souichi….–

¿Puedes explicarme qué demonios hacías en esa azotea?–

Yo, quería recuperar mi…–

Souichi se detuvo, se giró de prisa y lo observo con seriedad diciendo. –Esta chaqueta no es tuya.–Expuso serio y el enfado en todo su rostro, definitivamente algo no cuadraba.–Escucha ahora mismo no quiero hablar contigo,– Chasqueo la lengua.–No hasta que tu tengas una explicación a lo que sucedió hoy.–

Quizás yo pueda dársela señor Tatsumi.–

Profesor Lion.–

Souichi observo a ambos su sangre comenzó a hervirle pues ellos se miraban de una forma un poco dudosa, una forma la cual ambos parecían conocerse de hace mucho, Tatsumi oculto a Aishirou tras suyo y expreso.

¿Qué es lo que quiere? –

Escuche solo quiero hablar de lo que ocurrió hoy.–

Ya me quedo claro usted impulso a mi hijo a mentir, ¿Qué muerdas pretende con él?, es solo un niño. –

Ai se sorprendió. –¿Qué hablas Souichi, acaso me estas involucrando con el profesor? –

SI no es así porque te ve de esa forma. –

Pues porque se lo que Aishirou está pasando señor.–

Ai, adelantarte. – Gruño el de Gafas, siendo observado por aquel hombre de trajes y profesor de la secundaria.

Luego de un largo rato ambos estuvieron solos, Lion se acercó para mostrar una tarjeta que había sacado de su bolsillo, Souichi la tomo con desconfianza en cada uno de sus movimientos, cuando ya la tuvo en sus manos, el analizo los kanjis que figuraban el nombre de aquel y además de eso tenía un cargo.

Lion Akibahara… Medium…–Souichi arrugo la tarjeta entre sus dedos y expuso. –¿Esto acaso es una broma de mierda? –

No, señor Tatsumi… yo… leí el archivo de su hijo, cinco escuelas y en todas ha pasado lo mismo, ha sido removido por que no se relaciona con los demás y por razones que no pueden concretar los consejeros… también supe que Ai, demostró tener un amigo imaginario bastante real para los directores, me imagino que esta no ha sido la única ida a la dirección con su hijo. –

Imaginas bien, pero no entiendo como alguien tan ridículo como tú puedas ayudar. –

Souichi daba la vuelta y daba pasos siendo seguido por Akibahara quien rápidamente agrego. –He visto al amigo imaginario de su hijo… lo que no entiendo es… ¿Cuál es la relación, porque lo sigue, porque se parece tanto a su hijo?–

¿Qué? –Cuestiono el peli largo.

Tatsumi-san, quizás no pueda creerme ahora, pero su hijo tiene un don, él es un médium y lo que sucedió en la azotea fue que ese amigo imaginario suyo, intento suicidarse. –Souichi agrando la mirada su cuerpo inicio a temblar, rápidamente en sus pensamientos se reflejaron los destellos de lo que estuvo a punto de hacer esa tarde, con calma retomo su caminar y expuso.

Esto es ridículo. –

Lion quedo solo en aquel lugar mientras Souichi ya llegaba al lado de su hijastro a quien tomo de la mano y expreso.–No volverás a esa escuela.–

Ai agachaba su rostro, suspiraba hondo otra escuela mas era borrada de su vida, mientras estaban en el vagón Souichi pensaba en aquellas palabras y en las resoluciones, del profesor, no habían caído en oídos sordos, más bien Tatsumi pensaba en cómo abordar a su hijo, puesto que esa conversación había dejado de discutirse desde la última vez en que Ai había dibujado a su "Amigo" y ese terrorífico día había descubierto que ese hombre en realidad era Morinaga.

Ai…–

Papá, hay algo que debo decirte, lo que sucedió en la azotea no fue lo que dijo el profesor… yo…

Ya me lo dijo. –

Ai observo con impacto al platinado tanto así que se impresiono, entonces el apretó sus puños para susurrar.–Papá, él ha vuelto de nuevo.–

¿Eh? –

Mi padre… regreso de nuevo, y hoy estuvo en tu habitación en la mañana y también estuvo en la azotea ahora en la tarde en la escuela…–

Souichi sintió que su piel se erizaba, sometió sus manos en los bolsillos en donde logro sentir, la tarjeta arrugada de aquel sujeto, ¿Qué estaba pasando, porque su hijo miraba a Morinaga y por qué este no se había ido del todo al más allá? Sus orbes se llenaron de lágrimas al enterarse que Tetsuhiro incluso en la muerte lo protegía, comprendió que quizás su regreso y ese incidente en la azotea fue para evitar que el cometiera una tontería como en años anteriores…el silencio entre ambos se tensó, Souichi no tuvo otra alternativa más que abrazar a su hijastro y susurrar.

Ai… te quiero tanto. –Acariciaba sus cabellos y muy lentamente se apartaba para agregar. –¿Quieres ir a donde el abuelo en este mes que estarás suspendido? –

Humggg, ¿estas sonriendo? E-eso da miedo. –

Vamos, eso o decirle a Kanako que venga a cuidarte al apartamento. –

¡¿Ehhhh?!–Negó con la cabeza removiendo sus cabellos, se imaginó a la tía Kanako jugando con su melena azulada.–Prefiero ir a donde el abuelito.–

Bien…–

Y tú ¿qué vas a hacer papa? –

Yo… tengo que resolver algunas cosas. –En su mente se poso la idea de reencontrarse con ese profesor, pero esta vez el iría preparado, leería todo lo relacionado con el misticismo, con los médiums y esas cosas en sal que él no creía. Se había fijado una meta y esa era averiguar que estaba pasando….

I*N*Y

POV'S Morinaga Tetsuhiro.

Los veo… los veo sentados en el vagón del metro, los he visto durante todo este tiempo… vagando entre las sombras sin poder encontrar el camino, no puedo hacerlo si sé que ustedes no estarán a salvo. Giro mi rostro y noto el sin fin de almas errantes que hay a mi alrededor. Es una suerte que me haya quedado para cuidar de ambos; para cuidar de ti Senpai…

El ambiente que vivía Souichi y Ai en el metro no era el mismo que nuestro querido Morinaga Tetsuhiro vivió durante todo este tiempo, la oscuridad, las almas perversas que solo buscan apoderarse de las almas inocentes asechan ahí en cada lugar y rincón. Morinaga no se ha ido, nunca lo hizo. ¿Por qué se ha quedado?

Continuara…


¡Oh!

Hola gente ¿cómo están? Sorprendidos? Bueno espero que sí y si no pues ya fue como pueden ver la historia se a tornando un poco misteriosa… ¿Por qué Tetsuhiro no se ha ido? Y ¿De que está protegiendo a Souichi y a su hijo? Espero les haya atrapado el epilogo n_n

¡Besos!