No era hacer el amor, no era delicado y suave como podría haber sido, era sólo sexo, áspero y necesitado.
Porque echaban de menos a personas que nunca volverían, personas a las que amaban. La realidad dolía y no podían soportarlo más. Se desahogaron de la manera en que su cuerpo les pedía, no el corazón.
Mientras que Gray querría poder estar con otra mujer, jamás la tendría, porque él mismo la mató. Su conciencia pesaba y se estaba volviendo loco, su corazón oscuro atormentandole. Lucy querría estar con otra persona también, alguien a quien amaba pero ya no existía, su cuerpo tomado por un demonio que disfrutaba con el dolor ajeno, él también estaba muerto.
Y entre las sábanas se unía con su cazador, hecho de oscuridad al igual que él.
