Un nuevo saludo. Se preguntarán qué es esto que están leyendo de mi autoría, pues bien, en el año que llevo de haber comenzado a publicar en FF net, se han cocinado otras tantas historias que no tendrían cabida dentro de la principal línea argumental que manejo, sin embargo, me parecen agradables y quizás deberían ser puestas a consideración de quienes se toman el tiempo de leer a este autor amateur.

Así que les dejo "Días del futuro pasado" haciendo alegoría al nombre de uno de los más memorables volúmenes de X-Men de Marvel Comics, por el hecho de que aquí vendrán muchas historias de muchos tipos: Pequeños Drabbles, Universos Alternos, Explicaciones de la línea de tiempo sobre la que manejo el argumento de la serie principal que escribo, e incluso esas sugerencias que eventualmente me hacen llegar. Por supuesto habrá contenido lemon eventual y me tomaré la libertad de hacer un poco más fuerte el lenguaje en algunos momentos para conservar en la medida de lo posible la esencia del relato… será divertido y espero lo disfruten.

Sin más, el primer relato es un universo alternativo en el cual los eventos relatados en "Sueño Recurrente" nunca sucedieron. ¡Larga vida y prosperidad!


¿Qué tal te va sin mí?

Parte I – Ceremonia de clausura, tercer grado.

—Fue como un sueño, ¿no?— Me pregunta Asahina con su cabello volando al capricho del viento del final del invierno.

—Sí… ¿Qué pasará ahora?

—Todo está resuelto. Suzumiya no nos necesita más. Es hora de que partamos—. Se volvió hacia mí e hizo una respetuosa reverencia. —Ha sido un verdadero placer.

Tengo que ser honesto conmigo mismo: Asahina siempre me gustó. Es una jovencita hermosa, y sé de primera mano que será una mujer bellísima, pero sólo eso… me provocaba a protegerla, a velar por ella, a evitar que Haruhi abusara de ella… pero nada más. Pienso eso mientras la veo perderse calle abajo, en el conocimiento que esta será la última vez que la vea.

Tuve un último diálogo con Koizumi, que igualmente se despidió, dándole la bienvenida a una vida común, teniendo que estudiar y volverse alguien exitoso, y no me queda la menor duda de que lo logrará. Ignoro si él también saldrá de mi vida para siempre, pero algo me dice que la próxima vez que lo vea, mostrará sus verdaderos colores, no la careta de hipocresía que debía darnos todos los días.

—¿Qué será de ti a partir de hoy?— Pregunté a la estoica y única miembro del club de literatura, que leía con aburrimiento el último libro al que tendría acceso en la preparatoria del Norte.

—Volveré a casa. No existe la necesidad de seguir monitoreando a Suzumiya Haruhi.

También lamento que este día llegue por ella. Estoy seguro de que Nagato podía convertirse en mucho más, y también es alguien a quien me gustaría seguir frecuentando en el futuro… el destino no siempre juega con las cartas que a uno le favorece… hay que hacer lo que se pueda con lo que se tiene. Y hablando de hacer… aún hay una persona con la que debo hablar…

—¡Haruhi!— Exclamo a una distancia razonable, viéndola atravesar el patio, camino a casa luego de la ceremonia de clausura.

—Kyon.

Me aproximo, pero por alguna razón que no comprendo, no puedo acercarme a menos de dos pasos de ella, e intentar dar un paso más me provoca un miedo orgánico.

—Fue divertido, ¿no?— Pregunto al final, incapaz de articular una pregunta más inteligente.

—Sí… mucho… y todo gracias a ti—. Giró su rostro a otra dirección, intentando eludir la vergüenza. —Eh… quiero disculparme por todo lo que pasó… sé que en ocasiones abusé de Mikuru o de ti… creo que en más de una ocasión me extralimité.

—Parece que al final lo único que necesitabas era estar en medio de una relación estable—. Dije sin poder evitar matizar mi comentario con cierta acidez. Sí, se consiguió un novio, y sí, a diferencia de lo que mucha gente llegó a pensar, no fui yo. No recuerdo su nombre, francamente me tiene sin cuidado… siempre y cuando la trate bien…

—Él es un buen chico…

—No debes justificarte conmigo.

¿Y por qué lo harías en primer lugar? Nunca vimos claro nada entre nosotros dos… muchas señales confusas, me maltratabas, gritabas, insultabas y humillabas, pero nunca me alejé de ti. Me tenías por estúpido, aburrido y ordinario, pero en ningún momento te deshiciste de mí. Y después de un tiempo… yo pude sentirlo, y sé que tú también… era esa electricidad que cargaba el ambiente cuando estábamos juntos, esos incómodos silencios cuando nos quedábamos solos que poco después dejaron de ser "incómodos" y se hicieron necesarios, deseados y buscados por ambos. Ese deseo animal que amenazaba con romper la barrera de mis labios y decirte lo mucho que deseaba estar contigo, que egoístamente deseaba que tu atención fuera sólo y sólo para mí, del mismo modo como tú hacías conmigo todos los días, que sin importar cuán joven o ignorante fuera, no encontrarías sobre la faz del planeta a alguien que te quisiera como yo…

Hoy miro tus ojos… después de estos tres años puedo leerlos como a un libro abierto. Sé que te mueres porque te lo diga, sé que al igual que yo estás dispuesta a dejarlo todo si es que tomamos la iniciativa y nos armamos de valor. Estás en una expectativa tan brutal como la que a mí me está matando por dentro, debatiéndote sobre seguir esperando a que me envalentone y grite lo que tenga que decir o lanzar tú tus propios argumentos…

Pero esa es mi interpretación… quizás no sientes eso, quizás sólo me miras como siempre lo has hecho, sin darme importancia en realidad, significando para ti nada más que un compañero de la escuela o en el peor de los casos, un amigo cercano que nunca podría siquiera competir por ti…

—Bien, pues… es hora de irnos…— Me dice sacándome de mis pensamientos inútiles.

—Sí… supongo que alguien te espera.

—Adiós.

—Adiós…

¿Y si no siente lo mismo…? ¡Eso qué más te da…! ¡No seas cobarde, solo dilo!

Claro… ¿Qué puedes perder? Ella se quedó con tu dignidad hace mucho tiempo ya… pero… ¿Y si no soy competencia para el tipo con el que sale…? ¡Eso no es importante! ¡Dilo! ¡Detenla o se marchará y te arrepentirás por el resto de tu vida! Oh, vamos… no es para tanto… me lamentaré de perder lo que quizás es mi primer amor, pero el tiempo lo sanará… ¿Quieres dejarte de excusas estúpidas? ¡Díselo, con un demonio! ¿Eres ciego? ¡Está caminando! ¡En poco tiempo se irá, tal vez para siempre y tú sigues pretendiendo que hablas con alguien más cuando no haces más que eludir la única verdad de que no quieres estar sin ella! ¡DÍSELO!

—¡HARUHI!— Mi grito salió casi involuntariamente.

Ella se volvió de inmediato, sus ojos centelleaban, era como si le hubiera vuelto el alma al cuerpo…

—¿Qué pasa?

—¡Yo…! Yo…— Simplemente sucedió… mi corazón se hundió en el fango… —Yo… deseo que seas muy feliz…

—¿Eh…?

—E-eso es todo… ojalá volvamos a vernos alguna vez… voy a extrañarte.

—Ah… sí…— Demonios, luce decepcionada… mucho… tal vez alucino, pero parece estar a punto de llorar. —Yo igual… hasta pronto…

—Hasta pronto…

Y así terminó. Retomó su marcha y finalmente se fue, dejándome ahí, plantado en el suelo y con un rótulo de cobarde clavado en la frente…

Iré deprimido a casa.

No es para tanto, lo trascenderé y seguiré adelante. Vivimos muchas cosas increíbles, pero esa etapa de nuestra vida terminó.

Parte I.

Fin.