Desesperación
Prologo.
Hola a los fans de Dark souls. Pues bien, en este mundo del Fanfiction esta trama es de lo más común, pero al notar que nadie se le había ocurrido hacer una historia así… Pues aquí me tienen, dando mi aporte. Debo decir que suelo ser algo bago para escribir, pero haré mi mejor esfuerzo para no hacerles esperar mucho. En fin, disfrútenlo.
Tenia miedo… Corrección, estaba aterrado. ¿Que era ese lugar? ¿Porque al despertar solo tenía un taparrabos muy desgastado y una espada rota sin filo amarrada al cinturón? Y lo mas importante, ¿Que eran esas cosas que estaban por todo el lugar?… ¿Que era esa marca que parecía una espiral en el pecho?… Parecida a la que yo tenía … Parecían humanos, pero se veían débiles, demacrados. Todo lo contrario cuando te acercabas lo suficiente para que te vieran. En seguida dos se lanzaron hacia mi, uno con las manos desnudas y otro con el mango de una espada. Fue aterrador, pero de alguna forma logre dejarlos en el suelo, y después ese extraño humo. Había salido de esos cuerpos y había entrado en mi. En mi antebrazo tenia un cero pintado, cuando esa cosa entro en mi, paso a ser cincuenta. ¿En donde demonios estaba?, recordaba perfectamente quien era, de donde venia, el nombre de mis padres y mis estúpidos he inmaduros amigos. Lo que no sabia era como demonios termine aquí. Esto no era nada normal.
El lugar donde estaba era una combinación entre un laberinto y una prisión. Algunos cuerpos fuera y dentro de las celdas y uno que otro suelto, por suerte no eran más de dos.
Mientras caminaba me encontré con otro más de esos cadaveres… solo que este tenia unos pantalones con placas de metal, muy a lo medieval. Por desgracia no tenia armas, pero si algo en su mano. Una botella. Era raro, pero me parecía tremendamente fascinante y tentadora. No pude dejarla de lado.
Me acerque lentamente y con la punta de mi desgastada y rota espada lo golpee levemente. Nada, no movió ni un musculo. Con mucho cuidado le quite el desgastado pantalón que llevaba. Era mejor que llevar ese trapo que no me cubría. Y el extraño frasco, el cual parecía tener… Fuego… Era raro… Espero que me sirva de algo.
La desesperación lentamente me invadieron mientras más caminaba por esa interminable prisión. No importaba cuanto caminara, por cuantos pasillos cruzara o cuantas escaleras subiera, el oscuro y deprimente ambiente no desaparecía. Mi paso era más lento a cada segundo que pasaba, no quería aceptar que tal vez pasaría lo que me quedaba de vida en ese lugar. Tenia que haber una salida.
Camine hasta el final de un pasillo, y cuando pensé que lo único que ahí me encontraría era más de lo mismo, la sorpresa que me lleve al darme cuenta que había era un túnel que llevaba a la superficie. Lo sabia, podía ver una pequeña luz azulada asomarse por un costado. Sin pensarlo dos veces subí lo más rápido que pude. Solo quería salir de ahí y al fin respirar aire fresco.
Más rápido de lo que me imagine llegue a la sima. En ese instante una refrescante ráfaga de viento golpe mi cuerpo semi-desnudo.
Mis cansadas piernas caminaron por los alrededores de lo que parecía ser ser un enorme patio. A mi alrededor edificios gigantescos cubiertos de ventanas con barras de metal pintaban el lujuriare lugar. Mientras caminaba note algo inusual en una esquina. Una fogata, prendida en un solitario rincón de ese enorme lugar. Una espada al rojo vivo y un montón de huesos, los cuales apenas y mantenían unas débiles brasa. De cierta forma ver esa fogata, apunto de extinguir su fuego me era muy deprimente, como si mi futuro estuviera escrito en esas casi inexistentes brasas. Me acerque a ella y estire mi mano, totalmente conmovido por las débiles brasas. En seguirá las pequeñas brasas crearon, casi de la nada una pequeña explosión, la cual encendió parcialmente la flama. En ese momento una cálida ráfaga de calor me golpeo. Se sentía tan raro. En seguida todo mi dolor y mis problemas parecía que se habían desvanecido al tener contacto con esa mágica flama.
Solté un pequeño suspiro mientras me sentaba frente a esa cálida hogera. Se sentía extrañamente agradable estar frente a ella. Por instinto tome el extraño frasco, el cual seguía en poder, pero ese momento note algo muy raro, el frasco estaba totalmente lleno por ese extraña flama.
- Estaba casi vació cuando lo tome… -
Por un momento pensé en no alejarme de esa agradable fogata, ¿Y porque hacerlo?, si me sentía tan seguro al estar cerca de ella. Pero no podía simplemente olvidar que estaba en un extraño lugar, rodeado de criaturas hostiles.
Solté un pesado suspiro, segundos después de levantarme y alejarme lentamente de la hoguera. Cuando eso paso, el frio y el miedo me volvió a invadir. Tan fuerte como cuando desperté, pero tenía que encontrar respuestas.
Luego de intentar abrir las puertas que estaban a mi alcance, y de haber fallado cada intento, estaba frente a la ultima puerta que aun no había tocado. Desgastada y rasguñada.
Al tomar la perilla y girarla, la sorpresa me golpeo al notar que estaba abierta. Al entrar note al instante dos cosas. Un sujeto muy alto, portando unos pantalones gastados, un casco y una enorme espada, sosteniéndola con las dos manos. En seguida me hubiera alejado de ese lugar si no hubiera notado que, justo detrás de él estaba la salida. La podía ver perfectamente. Una enorme puerta abierta, mostrándome el hermoso paisaje que tanto anhelaba.
Sostuve mi espada con las dos manos y lentamente me acerque a él. Parecía muy fuerte y dudaba que podría vencerlo, además también se veía que era más rápido que yo.
Decidí tomar la salida fácil y pegar mi cuerpo a la pared más cercana y caminar muy lentamente, procurando no hacer ruido. Cuando estaba justo alado de él, separado por metros de distancia, el sujeto me volteo a ver, con la desquiciada expresión que tenían esos sujetos.
En pocos segundos su afilada espada estaba en el aire, intentando volarme la cabeza. Salte hacía un lado y lo apuñale en la espalda con mi débil espada. Ahí note dos cosas. Uno, el tipo era brutalmente fuerte. Y dos, era muy lento.
Saque mi espada y di un salto hacia atrás, intentando evadir su segundo ataque. El cual apenas me dio, lo suficiente para hacerme un peligroso corte en el estomago. Me sujete el estomago, al mismo tiempo que soltaba un pequeño grito de dolor.
- ¡Demonios! ¡Como duele! -
Levante el rostro, solo para ver como el tipo me propinaba una patada justo en la herida. Para mi sorpresa la patada fue tan fuerte que salí disparado varios metros.
- ¡AHHH! -
Mi cabeza daba vueltas, sentía un tremendo dolor y ardor en el estomago y sentía ganas de vomitar, todo al mismo tiempo. Pero una extraña y cálida sensación me invadió, y un objeto llego a mi mente. El frasco era extrañamente tentador en ese momento.
Sin pensarlo mucho lleve la botella a mis labios y la incline, como si quisiera beberme el fuego que había dentro de esa botella. Justo lo que paso. Las flamas se volvieron liquidas y el extraño brebaje se deslizo por mi garganta. Por un momento sentí la cálida sensación de la hoguera de hace unos minutos. Era raro, pero me sentía como nuevo.
Sin perder tiempo salte y evadí otro de sus ataques. No podía rendirme. Ese sujeto era lo único que me separaba de la libertad.
Sin pensarlo dos veces, y olvidando por un momento que la hoja de mi estada no media mas de doce centímetros, ambos dimos un potente golpe con nuestras armas. El metal choco y saco chispas. Su fuerza era abrumadora, apenas podía contenerla. Mi espada no duro mucho y el filo se rompió aun más, provocando que la espada siguiera su curso, pero por suerte apenas me había rosado, en cambio mi pequeña espada siguió su curso y le rebano el cuello. La espada de mi rival se callo al suelo, mientras el daba un grito de dolor. Aun no había muerto. Ignorando el dolor que sentía mis músculos comencé a dar un sinnúmero de golpes y apuñaladas con mi espada. Al final callo al suelo. Tome su muy pesada arma y apuñale su cabeza.
Caí ruidosamente al suelo, mientras un grito de euforia salia de lo mas profundo de mi ser. Apenas podía creer que lo había logrado. Lo había derrotado y ahora me había ganado mi libertad.
Pero antes de eso me acerque a su cuerpo y comencé a revisarlo. Era cruel, pero al no saber donde estaba y si afuera estaría plagado de sujetos como ese, era mejor ver si había algo útil. Solo tenia una pequeña bolsa de cuero. La tome con cuidado y la abrí, dentro había algo que me dejo desconcertado. Pequeñas luces, de diferentes colores. Con mucha curiosidad tome una de ellas. La pequeña luz floto en mi palma, a pocos centímetros. Me aleje de ella al momento de ver como esa pequeña luz se hacia más y más grande. La luz se había transformado en una capucha negra, la cual escondía la cara a la perfección, dejando espacio suficiente para los ojos. Al tomarla note que estaba hecha de tela gruesa, se veía que estaba hecha para resistir cortes menores y golpes. Con curiosidad tome otra pequeña luz, esta vez había aparecido una camisa de tela igual de gruesa que el gorro, manga larga. El hombro izquierdo tenia una placa de metal y el derecho y trozo de tela mas mas gruesa que la camisa en si, además de un cinturón y un trozo de tela cubriendo parte de mis piernas. Parecía que podía amarrar cosas en ella. Con la esperanza de encontrá algo de igual utilidad, tome otra pequeña luz y de esta salio un pequeño escudo redondo de madera, no aprecia que protegía muy bien, pero era mejor que nada. La ultima luz que había eran, al parecer los guantes que pertenecían al traje. Hechos de la misma tela gruesa y oscura.
Pero no podía evitar pensar algo.
- ¿Porque no lo tenía puesto? -
No le di más vueltas al asunto y rápidamente me puse esa ropa, la cual por suerte me quedaba muy bien. Amarre la bolsa a mi cinturón y salí por la puerta, algo decepcionado por no poder sostener esa gran espada.
- Espero no quedarme lo suficiente para tener que necesitar una como esa -
El traje al parecer tenia un pequeño gancho, suponía que era para colocar el escudo. Sin pensarlo mucho me coloque el escudo en la espalda y salí de ese lugar. La libertad que tanto anhelaba no duro mucho, pues en un instante un ave gigantesca apareció justo detrás de mi y si más me sujeto con sus afiladas garras. Por un momento el miedo me invadió, pero por tercera vez una calidez lleno mi cuerpo, como si algo dentro de mi me dijera que ese gigantesco cuervo no era otra cosa mas que mi salvador. No paso mucho tiempo para que mi mente se pusiera en blanco, y me dejara llevar por el aleteo de ese milagroso cuervo.
Una persona sin ningún conocimiento del mundo de Lordran … Porque esta en Lordran solo que uno mucho mas viejo, básicamente, luego de que nosotros lo dejáramos apagar (En esta historia eso sucedió) la era del fuego se reinicio, y con ella la maldición. Una persona común y corriente tiene que superar pruebas suicidas para descubrir como escapar del maldito mundo de Dark souls antes de que pierda su cordura. Espero que la historia sea de su agrado. Siganme en Facebook, donde anunciare retrasos o nuevas historias (MasterLarry). Sin decir mucho más. Nos leemos luego.
