Esta es la primera historia que yo escribo que subo a Internet (recuerden que la otra la escribió un amigo)
Los personajes de Inuyasha no me pertenecen
Capitulo 1:
Caída
Una chica de largos cabellos negros corría desesperada intentando alejarse de su rápido perseguidor. Una parte de ella le decía que no servía de nada, que lo mejor era dejar de luchar, pero la otra (la que era más fuerte en esos momentos) insistía en mantener sus piernas en movimiento, sin detenerse, intentando acelerar aunque no pudiese. La muchacha presentaba un aspecto deplorable, su falda verde se hallaba manchada de sangre la cual provenía de las heridas que se extendían por sus brazos y unas cuantas en su torsos, su visibilidad se debía a que la blanca prenda que la cubría (que ahora había pasado a tener manchas rojas también) estaba rasgada en algunas partes, justamente en donde se encontraban aquellas heridas. Sus calcetas y zapatos también estaban manchados, de tierra y sangre. Pronto se dio cuenta de que había sido mala idea haber corrido en una completa línea recta, en ese momento se daba cuenta de que a unos metros había una cascada, alta, estrepitosa y seguramente mortal. Intento desviarse antes de llegar a la orilla sin embargo no pudo frenar y el impulso logro hacer que callera contra las rocas que se ocultaban en el fondo de la corriente.
Flashback
Había ido por agua al río mientras caminaba despreocupadamente sintió una presencia, era muy débil, a pesar de esto pudo identificarla con facilidad, era Kikio. Se acerco en silencio, las blancas serpientes se lo confirmaron, sin embargo esto no fue lo que más le llamo la atención Allí en medio del claro había una persona, era ella, su encarnación. Estaba tambaleante sujetando algo contra su pecho, un pequeño bulto envuelto en una manta blanca, los ojos de la sacerdotisa estaban vacíos de su pecho corría algo de sangre manchando la yukata y confundiéndose con el color de la hakama. Kagome se acerco aun más, asustada, en ese momento el pequeño bulto se movió, ella retrocedió instintivamente, era ese pequeño bebe, el bebe albino que tenía el corazón de Naraku. En el rostro del pequeño solo se veía una sonrisa maliciosa. De la nada apareció Kanna que tomo al bebe de entre los brazos de Kikio y luego desapareció.
La joven Miko se desplomo pesadamente sobre sus rodillas. Kagome la miró asustada, estaba más pálida de lo normal y la sangre no paraba de salir de la herida que tenía en el pecho. La chica más joven decidió acercarse, los ojos de la sacerdotisa seguían vacíos "Tengo que parar la hemorragia" pensó la chica del futuro. Con cuidado la levanto de los codos y logro acercarla hasta el tronco de un árbol donde la ayudo a apoyarse manchando su ropa de sangre en el proceso.
—Voy por agua para curarte—
Kikio asintió con los ojos todavía perdidos
Kagome se apresuro hacia el río llego e intento llenar las botellas lo más rápido que podía, sintió una presencia detrás de ella y al voltear se tranquilizo al ver que era Inuyasha, sin embargo esto duro poco. Kagome se dio cuenta de que el hanyou tenía el ceño fruncido, los dientes apretados y parecía muy enojado. Es más, por si fuera poco, sus ojos, antes de un profundo y cálido color dorado, ahora eran rojos, llenos de furia. Aquellas marcas en su rostro que dejaban ver que estaba en plena transformación, aparecieron profundamente marcadas en sus pómulos, sus colmillos crecieron mientras un rugido bestial salía de su garganta.
—Maldita perra— gruño en voz baja— ¿Cómo fuiste capaz?
Kagome solo lo miró sorprendida
—No te hagas la inocente— el gruñido subió de intensidad
— ¿Qué?— alcanzó a decir la chica antes de recibir una fuerte bofetada que la mando al piso
—Garras de acero— gritó Inuyasha
Kagome apenas si pudo esquivar el ataque.
—Abajo— gritó con todas sus fuerzas, gracias al conjuro logro echar a correr, alejándose del campamento e internándose entre los árboles.
Fin Flashback
Su cuerpo chocó contra las agudas rocas del fondo de la cascada, sintió sus huesos romperse y también como la sangre comenzaba a salir de su cuerpo. El impulso natural del agua la sacó a flote. Ella estaba inconsciente. La rápida corriente la arrastro lejos del campamento, de los humanos y del hanyou.
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