Harry Potter no me pertenece, en mi jardín no caben tantos cadáveres.

Primer Año: Viejos locos.

—... el Potter.

—¿Sería posible que no usaras ese tono despectivo, Severus? —preguntó Dumbledore mirándole por encima de sus gafas y, pese a la "regañina", sonriéndole.

—Teniendo en cuenta que esa parece la única manera de llamar tu atención: no, no es posible —se quejó el profesor de pociones, cruzándose de brazos mientras miraba fijamente al viejo con problemas selectivos de sordera.

—Te estaba escuchando, Severus —le aseguró el hombre aún con esa sonrisa que Snape cada día odiaba con más pasión—. Ya me di cuenta que se puso una mano en la cicatriz cuando te miró.

—¿Y no cree que puede ser por...? —no terminó la frase, simplemente hizo un gesto con su mano señalando su brazo izquierdo.

—¿No crees que puede ser un simple dolor de cabeza? Tantas emociones, descubrir que es mago, ver un enorme castillo donde estudiará...

—Oír a un viejo loco murmurar incoherencias... —añadió Snape por lo bajo, ganándose otra sonrisa de Dumbledore.

—Oh, mi querido Severus, ni de lejos creo que seas tan viejo —le aseguró el hombre ganándose que Snape entornara sus ojos.

—Lo de loco en cambio... —dijo Snape, viendo que solo había corregido la parte de viejo (por mucho que él NO se hubiera referido a sí mismo al decir eso).

—Admito que eres un poco paranoico —asintió el director tomando uno de sus caramelos de limón.

—Esto va a acabar mal —medio gruñó dispuesto a irse.

—Oh, venga, ¿qué tan mal puede ir tu primera clase con los Gryffindor y Slytherin de primer año?

Snape salió de allí, viendo que el viejo no paraba de interpretar lo que él decía a su modo.

Gryffindor y Slytherin de primer año... en diez minutos.

Esta vez fue él quien se puso una mano en la frente. El dolor de cabeza venía a saludarle.