Disclaimer: Los personajes en la historia a continuación no me pertencen, sino que son propiedad de DC Comics. Yo escribo esta historia sin fines de lucro.

Nota de la Autora: Esta es una historia que escribí hace mucho tiempo, la cual tenía algo olvidada y que en un arrebato de nostalgia saque del baúl de los recuerdos, le quite un poco el polvo y ahora decidí subir y darle un final. Tal vez el tema parezca algo trillado, pero cuando empece a escribir este fic me resultaba bastante novedoso, solo espero que la disfruten y me den sus opiniones al respecto.

Ángel rebelde.

Capítulo I

Cuando nace un Ángel.

Hace ya varios años en la época poco después de la separación de los continentes, durante el surgimiento del mundo donde cada nación resurgía de la ineptitud y la ignorancia, había una nación que resaltaba entre todas las demás el nombre de este gran territorio era "Menchi". Una gran extensión de tierra fértil y con una población de enorme cultura e inteligencia que avanzaba a grandes pasos en su desarrollo cultural.

Menchi desde sus comienzos fue gobernada por grandes lideres y el mando fue pasado de generación en generación entre la familia real, pero el más grande gobernante que ha tenido Menchi ha sido al que los emperadores Apoloneo y Atenea llamaron Trigon, su primogénito. Al cumplir la mayoría de edad Trigon contrajo matrimonio con la princesa Arella, de una nación cercana llamada "Azarath". Arella dejo muchas cosas atrás para poder casarse con Trigon, entre ellas a sus padres y su reino. Al morir Apoloneo y Atenea asumieron el poder Trigon como Emperador y Arella como su Emperatriz.

Durante su mandato la nación de Menchi fue más prospera que nunca y los habitantes se sentían contentos y seguros de vivir entre esa sociedad de Menchi. Pasaron diez años desde que Trigon y Arella se volvieron emperadores, ellos vivían en la ciudad de "Pandor", capital de Menchi y como era tradición en la familia real ya era hora de que Arella diera a luz al futuro gobernante de Menchi. Tenía que ser varón y solo podía ser uno, esa era la tradición, no se podían tener mas hijos porque sino la familia caería en desgracia y todos esperaban un varón porque nunca ninguna gobernante había dado a luz a una hembra y pensaban que ya era una cosa del destino y que siempre iba a ser así. Después de tanto pedirle a los dioses, por fin Arella quedo embaraza, para el pueblo de Menchi esa noticia fue motivo de una gran celebración como era costumbre. Pasaron nueve meses y una noche de luna llena la Emperatriz Arella dentro de sus aposentos empezó su trabajo de parto ayudada por la partera real llamada Nonoka y su fiel sirvienta Sizta, y por supuesto su esposo esperaba nervioso el nacimiento de su hijo en la parte de afuera del cuarto siendo acompañado por el sacerdote que bautizaría al niño al nacer.

—¡Puje mi señora! falta muy poco —exclamó Nonoka a la Emperatriz.

—Es que ya no puedo, siento un dolor inmenso —sollozó Arella, a la cual las gotas de sudor les surcaban el rostro mezclándose con algunas lagrimas.

—Usted puede Su Majestad, solo uno mas, respire y puje con fuerza —La animó Sizta usando una voz dulce, mientras la tomaba de la mano con vigor.

Arella pujo con todas sus fuerzas, tanto así, que parecía que le iba a romper la mano a Sizta de la fuerza con la cual la estaba apretando. Por fortuna, todo el esfuerzo de la mujer fue recompensado, y todo el dolor desapareció, siendo remplazado por el alivio de escuchar el llanto de la hija de Menchi.

—Vea mi señora, ya salió, ya ha nacido su bebe —anunció Nonoka jubilosa.

—Nació, ya nació mi hijo, que feliz soy —expresó la Emperatriz llena de dicha, aunque débil y sin aire.

—Se ve muy saludable, Su Majestad —Le informó Sizta sonriente a Arella, quien no podía ver a la criatura por la posición en la que se encontraba.

—Que alegría, díganle a mi esposo que entre para que lo vea, debe ser tan hermoso —requirió Arella posando la cabeza en una almohada que Sizta le mullía para su comodidad.

Nonoka preparo al bebe para que sus padres lo vieran y fuera bautizado, pero los emperadores no contaban con una pequeña sorpresa. Nonoka regresó a la habitación cuando ya Arella estaba más descansada, reposando en su cama arreglada por Sizta, y con su esposo y sacerdote al lado de ella.

—¡Por fin mujer traes a mi hijo!—dijo Trigon emocionado.

—Lo siento mi señor, pero ha cometido una equivocación —habló Nonoka mostrando una sonrisilla sabedora. —Los felicito Mis Majestades, porque son la primera pareja real que ha tenido una niña.

—¿Cómo has dicho, Nonoka? —preguntó Arella sorprendida llevándose la mano al pecho.

—Sí mi señora, no fue niño, es una hembrita encantadora —aclaró la partera hablando tranquilamente —En mi opinión, es igualita a usted, mi señora Arella —Le extendió un cumplido a la Emperatriz.

—Esto es algo insólito, nunca había pasado —comentó El Padre con asombro, más sin mostrar mayor inquietud.

—¿Eso es malo, Padre? ¿que la pareja real tenga mujeres en lugar de hombres? no quiero que mi nación caiga en desgracia —quiso saber Trigon preocupado.

La Emperatriz Arella esperaba la respuesta con la cabeza baja, avergonzada.

—Es cierto que esto nunca había pasado, pero tampoco es una desgracia que hayan tenido una hembrita, eso es una bendición y hace que su reinado sea aun más especial mis señores, ahora ¿Podemos proseguir con el bautizo? —inquirió el cura con tono reconfortante, haciendo que los rostros de los gobernantes se iluminaran.

La niña fue bautizada bajo el nombre de "Rachel", lo cual en la cultura de Menchi significaba "Aquella que gobierna con buen criterio", a Arella este le pareció el nombre más adecuado para su hermosa princesa, la cual era la hija de un reino que sería cada vez más prospero. Además, Nonoka, que tenía raíces gitanas, agregó que entre su gente ese nombre significaba "Ángel Rebelde", por lo tanto creía, que dada la manera tan imprevista en la que había nacido la princesa, esa nombradía era perfecta.

Paso el tiempo y los gobernantes de Menchi se acostumbraron al hecho de tener una bebe en el palacio. El padre, que era el menos convencido al principio, término siendo un esclavo de su hija, la amaba mucho al igual que su madre, para ellos no existía nada más hermoso que su dulce Rachel. Al cumplir Rachel los seis meses de edad, Sizta, que ahora era su nodriza, encontró en unos antiguos registros que se hallaban en la biblioteca del palacio, lo que se debía hacer en caso de que naciera una mujer en la familia real. El pergamino rezaba: "Al cumplir el año de edad la chica debe ser comprometida con un noble, dicho compromiso seria cumplido después con un matrimonio al alcanzar la mayoría de edad la señorita". Los padres de Rachel comenzaron la búsqueda de un buen partido para su hija, fue duro, pero al final encontraron un buen esposo para su niña.

El día que Rachel cumplió su primer año de edad se organizo en el palacio un gran festejo para formalizar el compromiso con el príncipe Richard, el segundo hijo de unos buenos amigos de Trigon y Arella que eran los reyes de la nación vecina de "Banlleri" , El Rey John y La Reina Mary, miembros de la reconocida dinastía guerrera de "Los Grayson". Ellos querían lograr que al casarse sus hijos las dos naciones se unieran para formar una sola gran nación. El hijo mayor de los reyes de Banlleri, Roy, quedo descartado como candidato para la princesa de Menchi por ser mucho mayor que Rachel, y porque le había cedido su lugar al trono a su hermano menor Richard, debido a que él quería dedicarse a las fuerzas bélicas de su reino. Richard tenía cuatro años y en realidad no entendía mucho lo que estaba pasando, hasta que vio que de las escaleras bajaba una muchacha que en sus brazos traía una niñita vestida de blanco que usaba una coronita de plata.

—Mira querido Richard, ella es la princesa Rachel que en un futuro será tu esposa —explicó La Reina Mary a su pequeño de cabello color azabache usando una voz cálida.

—¿Me casare con una bebe, mamá? —preguntó intrigado, encontrado bastante extraña la situación.

—No hijo mío, te casaras con la mujer en la que esa bebe se convertirá —esclareció El Rey para su hijo.

—No entiendo —pronunció con semblante serio el principito.

—Déjalo Mary, el pobre no entiende de que se trata todo esto, solo es un niño, ya llegará el tiempo en que lo comprenda —Restó importancia jovialmente la Emperatriz Arella. —Sizta trae a Rachel para que juegue un rato con Richard, mientras nosotros socializamos con los invitados —ordenó de forma amable la gobernante que iba del brazo de su marido.

Los reyes de Banlleri y los emperadores de Menchi, se retiraron a otra parte del salón dejando a los niños con Sizta. Richard curioso, se acercó a la niña para verla bien.

—Es una linda bebe —dijo sonriéndole a Rachel de manera simpática, para luego tomar su manito cariñosamente para hacerle gracias.

—Creo que le agradas príncipe Richard —dice Sizta observando como Rachel le sonreía al niño —Ella no es risa fácil, es una mujercita muy seria —jugueteo la sirvienta haciéndole cosquillas a la princesa en el cuello para que soltara una adorable carcajada de bebe.

—No me gustan que me digan príncipe Richard, solo soy un niño, por favor llámame Dick así me dice mi hermano mayor —pidió Su Pequeña Excelencia cordialmente. — ¿Cómo sabes que le simpatizo? Aun es muy joven y no sabe nada —razonó el joven Dick.

—Te sorprendería saber lo inteligente que es —respondió Sizta haciéndose la misteriosa.

Dick detallo la manita que le sostenía con fuerza uno de sus dedos y luego reparo en la mirada atenta y sonrisa alegre de la niña.

—Creo que sí es muy inteligente —aceptó dedicándole otra sonrisa a la bebe.

La fiesta culminó en buenos términos, aunque Rachel fue llevada a su habitación mucho antes de que los reyes de Banlleri y su hijo se retiraran, dado que se quedo dormida profundamente a tempranas horas. Ella no volvería a ver a su prometido sino hasta después de mucho tiempo.