Miedo.
Lo decidí es demasiado difícil pensar si él está cerca, sus ojos, su cuerpo, movimientos perfectamente calculados, diría yo, esperando el momento de mi falla, para así poder ayudarme, según se excusaba él. Aun así no podía evitar el hecho de mirarlo, era fascinante, claro demasiado vergonzoso como para llegar a admitirlo algún día delante de él.
Ririchiyo-sama ¿le sucede algo?
N-nada.
Parece demasiado envuelta en sus pensamientos
Siempre tenía esa capacidad para colarse en mi mente, o hasta ahora yo lo notaba; una duda más para mi cabeza. Hice ademan de ignorarlo por un minuto, luego de un momento me apresure a tomar mis cosas para irme, si no, nos íbamos ya seguro llegaríamos tarde.
Andando- le dije, un poco más seca que de costumbre.
Rezaba por el día en el que él se acostumbrara a mi asquerosa forma de ser, sabia mejor que nadie que era un acto que tenía que cambiar – y sobre todo cuando estaba con el- pero me era casi imposible. El hizo caso omiso a mi comportamiento y se adelantó a abrirme la puerta, salí lo más rápido posible, camine hasta el coche y espere llegar a la escuela, quías así si podría ordenar mis pensamientos. Esto era completamente anormal en mí, el no solía ponerme en ese estado.
Hasta la tarde- dije poco convencida
Adiós Ririchiyo-sama, que tenga un buen día…- me entrego mi maletín
Me perdí la mitad de su emotiva y rutinario despedida por estar dándole vueltas a mi cabeza. Otra vez.
Si como digas.- y me marche al interior del edificio.
Entre para darme cuenta de que la clase del primer periodo era gastronomía del hogar, quizás si era un mal día.
En un plazo de 30m, tenía a Karuta pegada a mí diciéndome exactamente lo que tenía que hacer.
Verás, lo primero es agregar 30g de azúcar a la mezcla, luego lo colocas en el horno por 5m, pero solo 5…
Debía tener una cara de confundida, o perdida y al tiempo ya que Karuta paro su explicación.
Oyee, Ririchiyo, me estas prestando atención.
Si, seguro, desde cuando alguien como yo no presta, atención, continúa.
Así que ella hizo caso omiso a mi falta de atención y continuo su procedimiento, habiendo pasado 30m ocurrió la catástrofe, por un poco e incendio el salón.
Al final del día estaba exhausta, y lo único que quería era poder encerrarme en mi habitación y pensar con claridad. Inmediatamente entramos a la mansión tome el elevador que me llevara hacia el cuarto piso, llegue, entre a la habitación y cerré la puerta,
Tome algo más del tiempo suficiente para cambiarme y poner en orden algunas ideas. Cuando me sentí demasiado hambrienta como para seguir pensando, baje al comedor para cenar y luego volver a la habitación para hacer mis deberes, tome el elevador y llegue al primer piso. Antes de que entrara al comedor, escuche a Miketsukami y a Karuta hablar.
Cierto, pensé que solo había sido idea mía.- le decía Karuta algo confundida.
No, Ririchiyo-sama ha estado así desde la mañana como si algo le molestase, me pregunto que será, parece que ella no quiere hablar al respecto.
Cuando ha querido hablar al respecto, ella siempre se guarda sus ideas- debía estar comiendo algo sus palabras eran apenas entendibles- Segurameente tiene que ver contigo, por eso se lo guarda.
Eso crees, le habré hecho algo malo, ¿Estará molesta por algo?
Ahí estaba él otra vez, culpándose de mi falta de carácter.
Si tanto quieres saber pregúntale, pero no lo creo – Intentaba convencerlo karuta.
Decidí que era mala idea seguir espiando, así que retrocedí un poco y entre de manera normal en el comedor. Cuando entre los dos se me quedaron mirando de forma extraña, como si supieran que los había estado escuchando.
¿Pasa algo?- pregunte de la forma más normal que pude.
Nnadaaa- respondió Karuta al tiempo en que se comía una patata frita- ¿Quieres?
No, gracias- respondí. Pero Miketsukami seguía mirándome con ojos preocupados.
¿Ririchiyo-sama, ha estado todo el tiempo en su habitación?- Innegable su habilidad para calcular mis movimientos.
Por supuesto, ¿Dónde más podría haber estado?
Tiene razón. Ririchiyo-sama, ¿Qué le gustaría comer para la cena?
Mmm cualquier cosa estaría bien.
Mientras habíamos estado hablando había olvidado a Karuta, quien se daba un festín con un montón de golosinas, reconocí algo menos de la mitad, para cuando me di cuenta ya me estaba acostumbrando a la cercanía de Karuta, siempre silenciosa, siempre comiendo. Mientras seguía en mis pensamientos ella abandono la habitación, casi no lo note. Miketsukami me sirvió la cena, me la comí rápido y sin prestarle demasiada atención a lo que se encontraba en el plato. Por otro lado me quede mirando fijamente a Miketsukami, desde cuando esta persona se había vuelto tan cercana a mí, me era tan familiar verla cerca que no me imaginaba el día, en que no estuviera, entonces llego a mi cabeza un latido rápido, acompañado de otro, luego otro y uno más. Siguieron haciendo sus molestas repeticiones mientras seguía comiendo, entonces lo note, yo tenía miedo, eso era lo que había estado evitando todo el día, tenía miedo, miedo del día en que él se fuera de mi lado, que se alejara, que dejara de amarme. Eso era, puro y físico miedo.
Ririchiyo-sama ¿le sucede algo?- sentí su mano descansando en mi cabeza para comprobar de que no tuviera fiebre.
No pude responder al instante, sabía que lo estaba preocupando pero no me sentía en capacidad para responderle, aparte de todo debía de tener un aspecto terrible para que él se preocupara tanto ¿O simplemente siempre era así?
E-estoy bien.
Ririchiyo-sama, sabe que puede contarme todo lo que le suceda.
L-lo sé.
Aun así seguí en silencio, no me atrevía a decir nada mas…
Primer que les Guste.
Kasia
