Mi primer fanfic, espero que les guste.


Capítulo 1.

Maya

-¿No puedes quedarte? – pregunto Lucas mirándome con suplica.

Esos hermosos ojos verdes que tanto amaba casi me hicieron desistir, pero no podía seguir con él, no cuando él no me amaba y seguía llorando por los rincones por Riley, su ex que lastimosamente se suicidó al enterarse de que estaba embarazada de SU hijo.

-Te extrañare mucho – dije mirando a mi mejor amigo.

Había conocido a Lucas desde que la maestra Dulce nos sentó juntos el tercer día de clase en jardín de niños, creo desde ese momento ya lo amaba, lástima que él nunca lo supo.

Lucas era tan guapo y caballeroso, todo un orgullo para mí y para su familia. Hace unos años había terminado su carrera de arquitectura y ahora ya trabajaba en la empresa de su padre, era imposible no ver el orgullo del señor Friar al mirar a su hijo menor.

- Te quiero, recuérdalo siempre, echare en falta tu presencia en el apartamento – te amo debías de decir imbécil si en realidad quieres que me quede.

- Yo también te quiero, te llamare cuando llegue, adiós – le di un simple abrazo pero fue el más largo y triste de mi vida.

- Hasta siempre mi amor – le susurre antes caminar hacia la puerta de abordaje, sin ninguna vez mirar atrás, no soportaría verlo una vez más.

Lucas

Escuche como vagamente una persona hablaba en el televisor, no tenías ganas de ni siquiera de verlo, mi vida era una total mierda.

Hoy finalmente mi menudita amiga se había rendido de mí y se había ido a Nueva York según ella para buscar trabajo pero yo sabía que era por mí, no la culpaba ¿Quién querría en realidad estar con una persona jodida como yo?

- Ay cariño ¿Por qué rayos lo hiciste? – pregunte mirando la fotografía de Riley que aun colgaba de la pared.

Mi hermosa novia se había quitado la vida después de que se enterara de que estaba embarazada, aún no sabía porque miércoles lo había hecho. Era cierto que no estábamos casados ni nada pero yo me haría cargo, nunca la hubiera dejado sola, no sé qué se cruzó por su cabeza cuando lo hizo y supongo que no lo sabría nunca.

¿Por qué lo hizo? Esa jodida pregunta me llenaba la cabeza todos los días, supongo es misma era la que me hacía tomar hasta perder el conocimiento, ahora ya no tenía nadie que cuidara de mí.

Sin siquiera pensarlo me levante del sofá y camine hacia el pequeño bar del apartamento.

Rápidamente la botella de whisky empezó a vaciarse, el dolor que sentía disminuía un tercio cuando tomaba alcohol, había veces que lograba verla cuando hacia eso.

- Hola Lucas, veo que lo hiciste de nuevo ¿eh? – esa voz, esa hermosa voz sonó de nuevo en mi cabeza.

- Acuéstalo Riley, luego regresa y hablaremos seriamente – dijo una profunda voz.

Tercera persona.

La mujer ayudo al hombre a acostarse en la cama susurrándole palabras de ánimo en el oído.

La mujer sentía tanto no poder hacer más por él, si, había sido egoísta con él al sacarse la vida sin siquiera pensar en él pero aun lo amaba y se preocupaba por él.

- Ya está – informo Riley volviendo a la sala donde el hombre, vestido totalmente de negro al igual que ella, ya esperaba sentado en el sofá donde Lucas había estado anteriormente.

- Ven aquí Riley – pidió el hombre.

Ella acato inmediatamente a la orden del hombre y se sentó junto a él.

- Riley como ya sabes tú has roto el ciclo de la vida, has arruinado lo que ya estaba escrito. Tú aun no deberías haber muerto, sin embargo te tiraste del tercer piso de un edificio sin más, has roto todas las reglas del que está ahí – indico él hombre señalando hacia arriba.

Riley asintió con gesto culpable, sus castaños cabellos cayeron sobre su rostro, cubriéndolo.

- Lo sé y lo siento.

- Lo sé pero eso no es suficiente, además de tu vida has terminado con la de uno que venía en camino – los ojos de la castaña se inundaron.

-Ni siquiera lo sabía, de haberlo sabido jamás lo hubiera hecho – se defendió Riley mirando a los ojos a su mentor.

- Lo sé pero aun así paso, si tan solo te hubieras detenido a pensar – la regaño el hombre moreno.

- Moriría de todos modos, el cáncer había vuelto.

Riley no se había suicidado por el embarazo, de hecho ella había sido totalmente ajena a ese hecho. En realidad ella había visto los resultados pero los que le confirmaban que la leucemia había vuelto, esa terrible enfermedad con la que tuvo que luchar los primeros quince años de su vida, esa que ella pensó nunca volver a ver, aquella que la había hecho cometer la peor decisión de su vida.

- ¿Qué puedo hacer? – pregunto con desesperación Riley, ver a su amor era una agonía más de la que ya sentía.

- No te preocupes por eso, tú ayudaras, pero a su tiempo – le aseguro el moreno mostrándole sus blancos dientes.

- El mundo de Lucas Friar cambiara totalmente, ya lo veras.

Eso espero pensó Riley mirando la fotografía que Lucas aún conservaba de ellos, los tres – Lucas, Maya y ella – sonriendo felizmente en la fiesta de Noche Buena. Recordaba demasiado bien esa vez, fue cuando Maya finalmente le había confesado que ella estaba enamorada de Lucas y que ella haría todo por su felicidad aunque eso incluyera tragarse las lágrimas y sentimientos para verlo feliz.

- Eso espero Valentín – dijo en un susurro agónico.

Además de arruinarle la felicidad a Lucas también se la había arruinado a Maya, aquella persona con la que tantas veces había reído, aquella que había sido una amiga y hermana a pesar de haber estado enamorada de su novio.

Ahora le tocaba a ella tragarse las lágrimas y sus sentimientos, ella ya había elegido desde que se había lanzado desde aquel tercer piso aquella primavera, ahora ella vería la felicidad pero desde el otro lado del escenario.