Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling. No me lucro con nada de esto.
ATENCION: Recomiendo leer la primera parte antes, aunque no es necesario.
¡Espero que lo disfrutéis!
~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~
La guerra contra Voldemort estaba en su máximo apogeo. Llevábamos casi año y medio luchando sin cesar y los que estábamos continuamente en primera línea de fuego sabíamos que la batalla final se acercaba peligrosamente. Como creo que ya os he contado, una profecía prácticamente me obligaba a ser yo quién se deshiciera del mayor mago oscuro del último siglo. Por eso, mis profesores me recomendaban "amablemente" que entrenara duro. Esos entrenamientos estaban a cargo de los mejores miembros de la Orden del Fénix que estuvieran disponibles, principalmente maestros de la escuela. Y uno de los que se pasaban más tiempo entrenándome, o más bien entrenando conmigo, era Severus Snape. Y gracias a las horas que pasé encerrado en su despacho con él, las rencillas que había entre nosotros desaparecieron totalmente.
Lo que todos temíamos ocurrió a mediados de mi sexto año. Voldemort atacó Hogmeade. Ese día, además, toda la escuela excepto Dumbledore, McGonagall, Snape y yo estaba en el pueblo. Nos encontrábamos entrenando y no supimos del ataque hasta que este llevaba más de veinte minutos en marcha.
En esa ocasión, Voldemort se presentó, dispuesto a acabar de una vez por todas con nuestros enfrentamientos. Aprovechando la confusión se coló en el castillo con tres de sus mejores mortífagos: Bellatrix Lestrange, Lucius Malfoy y Ethan Nott.
Bueno... vamos a lo que os interesa. La Batalla Final ya la estudiareis en el colegio.
Después de la confrontación, que por supuesto ganamos, Severus pasó algunos meses en un coma mágico para que sus heridas sanaran mejor y más rápido, pero no os preocupéis, él estaba bien, pero a ver quien lo aguanta cuatro meses sin poder moverse de la cama. Jeje.
Ese tiempo estuve a su lado todos los ratos que tuve libres, por que aunque me costó admitirlo, estaba enamorado de él y no podía separarme de su lado. Cuando despertó todo volvió a la rutina: él a sus clases y yo a las mías.
Nuestra relación siguió cambiando y evolucionando para mejor. Nos reuníamos para charlar, tomar algo, ocasionalmente echar una partida de ajedrez... cosas banales, pero que me hacían muy feliz. Creo que había asumido que nunca podría estar con él. Parece que estaba equivocado, ¿no?
Al final de curso, a Albus se le ocurrió celebrar un baile en honor de los caídos durante la guerra. Un baile absolutamente formal, bufff!
Al final acabé un poco, como decirlo... borracho. Bueno... quizá algo más que un poco...
Sev me encontró y sin poder evitarlo, le dije lo que sentía. No recuerdo lo que pasó y no quiero hacerlo, sólo sé que al día siguiente desperté en las mazmorras con un fuerte dolor de cabeza. Después de una buena ducha, un buen desayuno y una desagradable poción para la resaca, Severus me mostró sus recuerdos de la noche anterior, y bueno, fue muy vergonzoso. Después de una larga charla y de que yo reconociera mis sentimientos estando totalmente sobrio, vuestro papi reconoció que él sentía lo mismo y si estaba dispuesto a intentar algo. Por supuesto le dije que sí sin dudarlo. Y así comenzó nuestra historia. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado. ¡A dormir!
-¡Qué bonito, pa!
-Sí, mucho.
-Estoy de acuerdo, pero vivirlo fue un poco vergonzoso, así que, cuando bebáis alcohol hacedlo con moderación, ¿okis?
-Sííí. Buenas noches, papi.
-Buenas noches, mis amores.
~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~º~
¿Qué os ha parecido?
