Disclaimer: los personajes de Hetalia que aquí se presentan no me pertenecen, sino a Hudekazu Himaruya (gran genio mundial xD) sólo México es mío n_n

Advertencias: violencia, guerra, yaoi (varias parejas para Mex O_O), dolor y demás…

Kary: Privet! Ya llegué, de nuevo a la contienda! XD

Inner: es tiempo de una nueva historia; y esta vez tendrá algo de ideas de Tercera Guerra Mundial (inventada, claro XD)!

Kary: esperamos que lo disfruten; bueno, por ahora les dejamos este pequeño capitulo

Inner: diríamos que es como el "prologo" pero mmm… se supone que es como un "adelanto" de lo que pasa, da?

Kary: bueno: comentarios al final


Esta vez la guerra es suya

He aquí que en una guerra todos somos culpables pero el precio de perder es ser el único que pague…

Noviembre, 2049: la Tercera Guerra Mundial acaba de finalizar, el lado perdedor ha sido apresado y puesto bajo el mando de la nueva potencia; aún no se saben las intenciones de esta…

El palpitante dolor en todo su cuerpo le impedía levantarse o siquiera pensar con claridad; sentía sólo punzadas de intenso sufrimiento y lo único que podía ver era el techo de aquella prisión en donde su captor lo había confinado por un tiempo indefinido… había logrado caer realmente bajo.

Nadie que lo hubiera visto hace diez años podría reconocerlo ahora: su cuerpo completamente lleno de heridas y moretones, bastante delgado y con un par de ojeras que cubrían gran parte de su rostro y contrastaban con su blanca piel; ni siquiera él mismo pudo haber imaginado semejante situación: según él, estuvo a punto de ganar la guerra, de tomar lo que necesitaba y mantenerse como siempre en su privilegiado lugar como gran potencia, como lo fue durante tantos años, sin embargo las cosas no habían salido como él las había planeado.

Escuchó como alguien abría la puerta del calabozo y luego dos pares de brazos lo sujetaron por los costados levantándolo. Ni siquiera les preguntó que a dónde lo llevaban: sabía que no le responderían. Así pues se dejó llevar por aquellos hombres a quienes reconoció como militares que lo arrastraron a causa de que ya no quedaba ni rastro de la asombrosa fuerza que en un momento había tenido y que como muchas otras cosas, se había esfumado de su lado.

Un par de minutos después, luego de recorrer el largo pasillo de una bonita casa sobre la que estaba la prisión de su encierro, aquellos hombres abrieron la que parecía la puerta más grande y sin mucho cuidado lo empujaron hacia adentro haciendo que callera hacia el frente lastimándose un poco el rostro.

Con dificultad y haciendo uso de sus últimas fuerzas, trató de levantarse, aunque lo único que consiguió fue levantar apenas la cabeza y alcanzar a distinguir un par de botas negras que por la posición, podían decirle que su dueño estaba de espaldas a él; pasaron unos momentos en los que trató de reincorporarse sin mucho éxito. Pronto su captor se dio la vuelta como si apenas se hubiese percatado de su presencia y habló por primera vez.

—Me alegra verte de nuevo, ¿sabes?— su voz sonaba claramente distinta a la que tenía anteriormente: más suave, pero extremadamente más fría y aterradora; el joven en el suelo no contestó, por lo que el otro soltó una pequeña risa— ¿no me contestas?, ¿eh, Alfred?— el rubio levantó la vista un poco más a la vez que su captor se ponía en cuclillas frente a él haciendo que pudiera observarlo mejor:

Sus botas negras con pequeñas incrustaciones plateadas, unos pantalones de mezclilla oscuros y una camisa de algodón, en pocas palabras: vestía a la usanza antigua, sin embargo, lo que le llamó más la atención es ver las que alguna vez fueron "sus" gafas, montadas sobre la nariz de aquel hombre. Lo miró con más detenimiento: se veía mucho mejor que la última vez que lo vio; de hecho parecía que estaba en sus mejores años y vaya que lo estaba, era uno de los pocos países que pudo mantenerse en pié después de todo y vaya que había aprovechado la situación, al igual que el rubio había hecho en algún momento.

—¿Sigues sin responder?— se acercó a él y lo tomó "suavemente" por el cuello— ¿qué no me reconoces?

—A-aunque has cambiado… sé muy bien quién eres…— respondió mientras el dolor que sentía se hacía más intenso por el agarre del otro.

—Vaya… estas cosas nos trae la guerra, ¿no?— lo soltó.

—… yes… lamentablemente así es… México… — a su mente venían los recuerdos de una guerra que nunca debió ser y sus ojos se humedecían ligeramente.


Kary: da, es corto; ya los siguientes van a tener más (mucho más n_n)

Inner: y antes de irnos, una aclaración:

Kary: el capi que sigue no es la continuación de este!

Inner: XD "volveremos en el tiempo a la época que comenzó todo" *música de película*

Kary: espero que les haya gustado y nos dejen sus comentarios, adiós!

Inner: próximo capi para el martes máximo!