THE ONLY EXCEPTION
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1. UN NUEVO COMIENZO
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-Lo siento tanto Katniss… -una mujer que trabajaba con mi madre me abraza dándome un poco de consuelo para después marcharse.
Varias personas más hacen lo mismo hasta que al final me encuentro sola mirando el gran jardín vacío. Camino hasta el porche de mi casa y hundo mi cabeza entre mis piernas. Comienzo a llorar como nunca antes lo había hecho.
Hace algunas horas estuve reprimiendo mis lágrimas en el cementerio. No quería que los amigos más cercanos de mi madre me vieran débil. Quizás ver llorar a la hija de la fallecida sea algo normal y no debería estar preocupándome por eso, pero no quería que sintieran lástima por mí. Mi orgullo no me tiene permitido eso.
Ahora estoy sola, completamente sola. Perdí a mi padre cuando tenía siete años y ahora, diez años después pierdo a mi madre. Creo que el mundo está en contra mío. Como si la felicidad no estuviera hecha para mí.
Cuando mi padre murió mi madre quedó en estado de shock. Dejó de ser la madre cariñosa, atenta y amorosa. Pasó de ser eso a una madre completamente ajena a la vida de su hija. Fue como si no tuviera madre así que eso me obligó a madurar a una temprana edad. Ahora que ella ya no está, a pesar de ser una madre pésima, sigue siendo mi madre, la que me dio la vida, la que una vez me quiso… y me duele su pérdida.
-Katniss… cariño… -Effie, la mejor amiga de mi madre me abraza por la espalda. –Sácalo mi vida… no es bueno contenerte eso para ti sola.
-La echo de menos… -balbuceo entre tanto sollozo.
Effie es la mejor amiga de mi madre y con ella puedo ser yo misma. No me importa si ahora mismo me está viendo como la persona más débil de mundo, con ella no me importaba. Siempre fue muy amable conmigo, fue un gran apoyo para mi madre cuando mi padre murió y digamos que fue ella la razón de por qué mi madre no me abandonó del todo.
-No eres la única mi vida… yo también la echo de menos. –me susurra Effie mientras se seca las lágrimas. -¿Estás lista?
Ahora que no tengo a nadie más en el mundo, Effie y su marido Haymitch me van a acoger a su casa porque después de todo sigo siendo menor de edad. Haymitch es un buen hombre al igual que su mujer y no paró de decirme que estaba encantado de recibirme en su casa. Económicamente no tenían ningún problema ya que ambos son bastante exitosos en sus respectivos trabajos: Effie con su propia linea de ropa mientras que Haymitch dirigiendo varias empresas por todo EEUU. Digamos que son… ricos. Pero eso no me importaba mucho, después de todo nunca se me pasó por la cabeza aprovecharme de su dinero, yo tenía la mía propia heredada de una pequeña empresa de mi padre además de su seguro de vida que ahora se le sumaba el de mi madre. Tampoco pensaba mucho quedarme demasiado tiempo con ellos. En cuanto cumpla los dieciocho me iría por mi cuenta.
De momento estoy agradecida con ambos ya que si no me acogían ellos lo haría otra persona y en el peor de los casos acabaría en un orfanato.
-Chicas… -aparece Haymitch en el umbral de la puerta. –Todo está listo… es mejor que nos vayamos ya si no queremos perder el vuelo…
Me levanto con la ayuda de Effie que no duda en rodearme con sus brazos hasta que llegamos en el coche. Como es de esperar… teníamos chofer.
-¿Todo listo, señor? –pregunta el hombre trajeado al volante.
-Vamos, Beetee. –contesta Haymitch con su voz autoritaria al que no estoy muy acostumbrada.
Me acurruco a Effie que me cepilla el pelo con sus dedos suavemente. Ya no recuerdo la última vez que mi madre hizo esto al igual que no recuerdo cómo se sentía de bien.
-Podrás descansar en el avión mi vida… -susurra mi nueva "madre". –El viaje a Nueva York dura más de ocho horas así que tendrás mucho tiempo para descansar.
-Gracias por todo Effie. A ti también Haymitch. –susurro.
-No te preocupes, sabes que puedes contar con nosotros. –me sonríe.
Llegamos al aeropuerto y nos sentamos al avión en primera clase, cómo no. No sé si podré acostumbrarme a esta vida. Una vez que hemos despegado, cierro los ojos y me sumerjo en mis recuerdos donde una vez fui feliz, muy feliz.
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Nos detenemos en el portal de un gran edificio donde otro hombre bien trajeado se encuentra en la puerta principal.
-Me alegro de verlos, señores. Señorita. –inclina su cabeza a modo de saludo.
-Ella es Katniss Everdeen, Brutus. A partir de ahora vivirá con nosotros. –Effie le informa y el hombre me dedica una gran sonrisa.
-Katniss, él es Brutus. Es el portero del edificio. –me dice Haymitch. –Es importante que te conozca porque no cualquiera puede entrar en este edificio.
-Oh. –es lo único que puedo decir. Dios mio, ¿tan importante son?
-¿Podrías ayudarle a Beetee a subir los equipajes, Brutus? –sigue diciendo Haymitch mientras Brutus nos abre la puerta.
-Por supuesto señor. –y una vez que nos encontramos dentro se dirige al coche junto a Beetee.
-Gracias.
Subimos en un ascensor y veo que es completamente diferente al que estoy acostumbrada. Aquí no tecleas el piso sino un código de cuatro números que Haymitch me ha enseñado y me ha prohibido terminantemente decirlo a otra persona.
-Nuestra casa es un penthouse Katniss. –me explica. –Debes pulsar el código, en este caso es el 3107 y el ascensor te llevará directamente en el piso de nuestra casa.
-"Nuestra" casa. En realidad es "tu" casa Haymitch, la mía lo he dejado y está a más de ocho horas de aquí. –pienso para mí misma.
Las puertas del ascensor se abren y mi mandíbula cae al suelo. Esto no es ningún apartamento. Esto es una mansión dentro de un edificio.
Por dios, el hall ya ocupa la media casa, sus paredes están pintadas de un color crema y el suelo está compuesta por baldosas cuadradas de colores crema y marrón clarito y están colocadas alternándose el uno del otro, por cierto impecables por el destello que desprenden. Hay una gran mesa de madera redonda en el centro con un florero gigante lleno hortensias y peonías de color blanco y rosa.
A la derecha hay una entrada que te lleva al gran salón. Vale, esta casa sigue sorprendiéndome. Las paredes del salón que supuestamente darían hacia el exterior del edificio son cristales y por tanto a través de ellas puedes divisar todo Nueva York. No me he atrevido a acercarme ya que supuse que el piso donde nos encontramos no es precisamente bajo. Los demás paredes ahora de hormigón son de color blanco, lo que da que la habitación sea tan luminosa gracias a la luz que entra por los grandes ventanales. Hay tres sofás colocadas en forma de U en un lado de la sala con una televisión de pantalla plana gigante colocada en la pared donde se encuentra mientras que en el otro lado de la sala hay un gran piano de color negro.
Más a fondo hay un gran comedor con una mesa rectangular para unas dieciséis personas.
-Esta solo se utiliza cuando hay visitas Katniss. –me susurra Effie algo divertida, seguramente por la expresión de mi cara durante mi tour por su mansión… digo, por su casa. –Normalmente comemos en la cocina donde hay una mesa familiar más pequeña. Ven, te lo mostraré.
La cocina es amplia y muy moderna. Tiene todo lo que un chef profesional puede tener. Hay una barra de desayunos en medio donde hay un cuenco lleno de frutas y un poco más apartado de ella hay una mesa familiar para seis personas. Eso sí que se parecía más a la mesa al que yo estoy acostumbrada.
-Bienvenida Effie… -susurra una mujer mayor con una gran sonrisa.
-Hola Sae. –saluda Effie y la abraza. –Mira, ella es Katniss… te hablé de ella.
-Hola Srta. Everdeen. –me saluda.
-Por favor, solo Katniss. –me sonrojo y también le ofrezco un abrazo.
-Siento mucho lo de su madre. –murmura.
-Gracias, y por favor tutéame. –e intento sonreír.
-Sae trabaja aquí Katniss, se encarga de la comida y el orden de la casa. –explica Effie. –Lleva trabajando años para nosotros… ella es muy especial para mis hijos. Que por cierto… ¿Y Annie?
-La niña Annie está en su habitación. Está muy emocionada de tener a una hermana. –y me mira muy sonriente.
"Hermana". Esa palabra es demasiado grande, sólo espero llevarme bien con la verdadera señorita de la casa.
-Vamos Katniss, te presentaré a Annie y así podéis conoceros mientras te desempacan las cosas. –y Effie me arrastra hacia hall otra vez para ahora ir a las escaleras que hay en la parte izquierda.
Me despido de Sae con una timida sonrisa y ella agita su mano a modo de respuesta.
-¿Desempacan? ¿Quiénes van a desempacar mis cosas? –pregunto un poco asustada.
-Las empleadas. –dice Effie con total naturalidad.
-Oh…claro… -murmuro. –Preferiría hacerlo yo misma.
Effie se voltea a verme después de arrastrarme por la gran escalera de caracol hecha de madera.
-Lo siento Katniss… no pretendia… -murmura.
-Lo que pasa es que… todo esto es muy abrumador. –suspiro. –Chofer, primera clase, portero, código del ascensor, penthouse que es una mansión, ama de llaves, empleadas… -empiezo a enumerar las cosas.
-Entiendo. Te presentaré a Annie y te dejaré tu espacio… ¿Te parece bien? –sonríe y yo asiento.
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-Yo he decorado tu habitación, espero que te guste. –me dice Annie con la misma energía de su madre cuando me enseñaba su casa. –Estoy tan contenta de conocerte al fin.
-Yo también Annie, Effie me ha hablado mucho de ti. –le dedico una sonrisa sincera mientras cuelgo mis ropas en percheros de mi nuevo armario (que más bien parece una habitación)
La habitación es muy luminosa ya que también tiene un gran ventanal. Las paredes son de color blanco al conjunto con todos sus accesorios. Ahora tengo un sofá chaise-longue de color beige, un escritorio tipo oficina con un Macbook encima, una cama de matrimonio para mi sola cubierto con un edredón de color blanco y numerosas almohadas y unas tres estanterías llenos de libros lo cuál me encanta.
Annie está medio tumbado apoyado en su codo en mi cama hablándome mientras yo organizo mi ropero.
-Veo que no has traído mucha ropa. –me dice. –Te llevaré de compras.
-No hace falta Annie… no quiero molestarte. –le digo y me siento junto a ella en mi cama.
-¿Molestarme a mí yendo de compras? –me mira incrédula para después reír a carcajadas. –Oh Katniss Everdeen… se nota que no me conoces.
Annie es una chica un año menor que yo. Es amable, divertida y lleno de vida. A parte de eso es bastante atractiva, es alta por lo que tiene las piernas largas y finas, unas curvas no aptas para su edad, su tez de porcelana, su cabello oscuro ligeramente ondulado y sus ojos verdes brillantes pueden atrapar al chico que desea. Es muy fácil quererla por todas sus cualidades pero a veces me sobrepasa… digamos que no es para nada tímida.
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Ya han pasado dos semanas desde que me mudé en esta mansión y creo que poco a poco lo voy asimilando. Además con todo el apoyo que recibo por parte de todas estas personas maravillosas voy asimilando mejor la pérdida de mi madre y por eso Annie, después de insistir desde hace tres días a sus padres ha logrado el permiso de llevarme a un club muy exclusivo de la ciudad.
-Te va a encantar, la música, la gente… los chicos. –me guiña un ojo. –Son exquisitos.
-Por favor Annie… -me sonrojo por su forma de hablar. –Los chicos no pueden ser "exquisitos"
-Claro que pueden serlo. –sonríe maliciosamente. -¿Acaso no has conocido uno?
-¡No! Por dios Annie… -exclamo buscando algo que ponerme. –Además no estoy segura de querer ir.
-Sabes lo mucho que me ha costado convencer a papá y ahora no puedes echarte para atrás señorita. –dice como una niña pequeña.
-Yo no te pedí que lo hicieras. –bufo y agarro unos jeans pitillo.
-Oh no Katniss… no vas a ir al "Sub" con un pantalón. Ponte el vestido azul que compramos el otro día. –agarra mis pantalones y los tira en mi cama.
-¿Ese tan ajustado y corto? No gracias.
-Katniss te ves preciosa con ese vestido. –me pone ojitos.- Tienes un cuerpazo de envidia… ¡lúcelo!
Al final y como siempre ella gana la discusión y yo me encuentro metida y no sé cómo dentro del vestidito azul. Bajamos las escaleras, al menos yo hago un intento de no rodar por ellas por culpa de los taconazos de color nude de Jimmy Choo que también ha sido elegida por Annie.
Annie estaba deslumbrante con ese vestidito de color verde oscuro que contrastan con sus ojos. No era muy escotado pero si trazaba a la perfección sus curvas de infarto. Camina como un modelo con sus taconazos de Louboutin de color negro decorado con unas púas plateadas a los largo de su tacón.
-Estáis preciosas. –exclama Effie cuando nos ve. –Iros antes de que Haymitch os vea y prohíba la salida. Cuidaros mucho, Annie por favor no dejes a Katniss sola. –Effie nos despide con unos besos.
-No te preocupes mamá, está en buenas manos. –sonríe. –Te vemos mañana.
-¿Mañana? –exclamo.
Las dos chicas se ríen en complicidad y Annie me arrastra al ascensor.
-Beetee os va a llevar y luego irá a recogeros. –Effie dice antes de que las puertas se cierren.
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El "Sub" está lleno de gente bailando al ritmo de la música y bebiendo sus bebidas con diferentes colores. Nada más ver a Annie, el guardia nos deja pasar soltando una cuerda de color rojo. Annie me agarra la mano para asegurarse de que no soy a salir corriendo y nos hacemos paso a través de la gente que baila sin parar.
-Hola Annie. –saluda un grupo de jóvenes de nuestra edad cuando la ven.
-Hola. –saluda de vuelta pero no se detiene.
-¡Annie! –ahora un chico grita su nombre.
-¡Hey! –vuelve a saludar pero sin pararse.
Pasa lo mismo durante todo nuestro trayecto hacia un rincón con un sofá circular de terciopelo negro y una mesa redonda del mismo color. Encima de la mesa hay un letrero que pone "RESERVADO" y Annie me ofrece sentarme en el cómodo sofá. Mis pies se lo agradecen.
-¡Veo que la gente te conoce! –grito por encima de la música para que me escuche y le doy una sonrisa de ironía.
-¡Sólo algunos! –sigue mi broma y grita al igual que yo. –¡Necesito refrescarme!
Y en un nanosegundo un camarero muy atractivo aparece en nuestras narices.
-¡Hola guapa, qué bueno verte de nuevo! –sonríe a Annie.
-¡Hola Kyle! –saluda Annie con una gran sonrisa.
-¿Qué puedo ofrecer a unas chicas tan guapas? –y dirige su mirad hacia mí pero hago como si no lo notara.
-Yo quiero un mojito de fresa Kyle, ya sabes como me gusta. –le dice en complicidad. –Kat.. ¿y tú?
-Ehmmm… -mierda. Yo nunca he salido a tomar algo.
-Ella tomará lo mismo Kyle. –sonríe. –Es nueva en la ciudad.
-Oh… entonces bienvenida y espero verte a menudo aquí. –me dice el chico amablemente. –Dos mojitos de fresa especiales marchando. Y desaparece entre la multitud.
-Yo nunca he tomado Annie… algo si pero no tan fuerte. –le informo.
-No te preocupes… aquí los mojitos están buenísimos. –me tranquiliza. –Y Kyle sabe que tampoco me gusta con mucho alcohol. A mi me gusta aguantar toda la noche.
Después de unas risas no me doy cuenta que es mi tercer mojito y me siento muy… ¿feliz? Annie me ha sacado a bailar y ambas nos movemos al ritmo de la música. Las luces de neón nos acompañan y ahora me siento mucho más relajada (me pregunto por qué)
"Tell me now, woo
Do you wanna, wanna, woo
I wanna, wanna dance like it was the last dance of my life
I wanna woo, wanna, wanna, wanna, woo
Do you wanna, wanna dance, like it was the last dance"
La música se mete dentro de mi cuerpo y éste se mueve de una manera que no sabia que podía pero me gusta y me hace sentirme libre. Me muevo como si fuera el último baile de mi vida… como dice la canción. Quiero olvidarlo todo… quiero empezar de nuevo… aquí… ahora… quiero un nuevo comienzo.
Unas manos agarran mis caderas y siento a alguien en mi espalda. WOW. Annie si que sabe moverse así que yo lo acompaño y me muevo incluso mejor… la música está acabando. Todos gritan pidiendo la misma canción. Abro los ojos a la realidad. Veo a Annie enfrente mía con los ojos bien abiertos.
-¡Hermano! –grita.
Mierda.
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MI PRIMER FIC! Y espero que os haya gustado el primer capitulo :D
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