Hace tiempo que el final de la segunda película me trae por la calle de la amargura. Así que escribí esta pequeña cosa a modo de desahogo.
Me inspiro el fic Synchronicity de Abel Lacie Kiryu (no puedes quedar sin reconocimiento Sarah)
¿Disfrutad?
«¡El jefe ha vuelto a casa!»
Hiccup se sentía tan fuera de lugar que por un momento no entendió las palabras de Gobber. ¿Su padre de nuevo en Berk? ¡Oh, Thor Todopoderoso! ¡La aldea estaba destrozada! Su padre le va a matar... Matar... muerto...
Y todo volvió a la cruel y dura actualidad.
¿Como podía ser posible que los vikingos que siempre habían sido fieles a su padre que recordase no se entristecieran ni un poco por su muerte? Para alabar al nuevo jefe... para alabarlo a él ¡a él! ¿El mismo niño (hombre) que había dejado de lado en todo lo que creía justo para matar? ¿Qué importaba si Drago era el repugnante ser que había matado a su padre? Era una vida... Una vida humana... Él no tenía derecho a eliminarla... ¡Dioses! ¿Qué había hecho? Se acababa de convertir en lo que más odiaba... ¡Y aun por encima ellos lo alababan! ¿Qué no se daban cuenta que a cada "¡viva el jefe Hiccup!" lo estaban matando poco a poco?
...
Y entonces, él sonrió, sonrió como si nada tuviera que ver con él. Porque al fin se había dado cuenta de lo hipócritas que eran los vikingos de Berk. Sus vikingos. Incluido él, su líder, él más hipócrita. Seguro que Drago estaba regocijándose en el infierno por haber logrado corromper al único hijo de su mayor enemigo. Mientras que Stoick estaría agachando la cabeza en el Valhalla ante las manos manchadas de sangre de su vástago.
— Viva el jefe Hiccup... —Hiccup se sumó a sus hombres hipócritas.
Si ser jefe de Berk por el resto de sus días (lo que más odiaba) era el castigo que le tocaba por jugar a ser un Dios no tendría ningún problema en cumplir la condena.
