AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA

Hola a todos, aquí les traigo una nueva historia, si lo sé, aún no he terminado la otra, pero de pronto comencé a imaginarte esta, tomé el computador y no pude soltarlo hasta terminarla así que decidí subirla antes, no la subiré completa inmediatamente (aunque está terminada) para ver si les gusta o si decido cambiar el giro de la historia así que apóyenme con sus review para que me dejen sus comentario, críticas o sugerencias. Para quienes se pregunten por Sailor Cosmos, la última batalla les comento que mañana subiré dos nuevos capítulos y que seguiré avanzando.

Besos a todos y espero que les guste este nuevo Fic.

PROLOGO

Hace miles y miles de años atrás existían en el universo dos importantes reinos que regían la vía láctea: El reino de la Luna conocido como el Milenio de Plata y el Reino de La Tierra.

Tristemente y a pesar de que ambos reinos eran gobernados por reyes sabios, nobles y justos, estos se encontraban hace mucho tiempo en guerra, una interminable lucha por la obtención del cristal más poderoso del Universo llamado el Cristal de la Luz, un misterioso y místico cristal que otorgaba a quien lo poseyera poderes ilimitados, propiedades de curación y longevidad.

Ambos reinos querían poseer el cristal, no por ambición ni deseos de realizar el mal, si no porque este poderoso cristal no podía caer en manos equivocadas ni en las de seres malignos o de corazones débiles que pudiesen ser corrompidos por la ambición, pues podría convertirse en una terrible arma que podría incluso destruir al universo entero y ninguno de los reinos confiaba en el otro para cederles tal responsabilidad.

El cristal se encontraba escondido en algún lugar de la vía láctea y solo se revelaría cuando uno de los dos reinos ganara la gran batalla y se hiciera merecedor de su gran poder.

El Reino de la Luna era gobernado por la Reina Serenity, amada por todos sus súbditos ya que era una gobernante justa y noble, que siempre se preocupaba por cada uno de los integrantes de su reino. Ella tenía una hija de 15 años llamada también Serenity, era una hermosa princesa de largos cabellos rubios como el sol, peinados en dos moños, bellos ojos azules como el mar y una sonrisa cautivante y jovial. Siempre estaba rodeada de sus guardianas y mejores amigas las Sailor Scout, Mercury, Mars, Júpiter y Venus, princesas de otros planetas de la vía láctea que habían sido acogidas por el reino de la Luna y dedicaban su vida a la princesa de la Luna.

El Reino de la Tierra era gobernado por el rey Hichiro y la Reina Kalan, ambos también nobles gobernantes amados por su pueblo. Ambos tenían un hijo llamado Endimión, era un joven de hermosas facciones, cabellos negros como la noche y cuerpo atlético, reconocido por su habilidad en la batalla y valentía, tenía apenas 18 años, pero su fuerza y valor lo hacían parecer mayor y tenía a muchas doncellas suspirando por él. A pesar de aquello, Endimión era un joven algo tímido y eterno romántico, esperaba conocer a "esa persona especial" que lo complementara y amara no solo por ser el príncipe de la Tierra o por su habilidad en batalla, sino por la persona que él era, para entregarle su corazón por completo y por toda la eternidad. El también tenía a sus guardianes y fieles amigos: Jedite, Neflyte, Zoycite y Malachite

Ambos jóvenes no se conocían, ya que eran apenas unos niños cuando la guerra comenzó y ninguno tenía permitido visitar el reino enemigo, pues representaría un gran peligro para ellos.

Me imagino que La Tierra ha de ser muy hermosa – dijo suspirando la princesa mientras observaba la Tierra azul.

Si es muy bella princesa – contestó Júpiter - que pena no haber podido disfrutar de la visita que le hicimos.

Las guardianas habían viajado a la Tierra por motivos de lucha, pero La Reina Serenity tuvo que hacerlas regresar ante los insistentes pedidos de su hija.

Cuéntenme ¿Cómo es? – solicitó la princesa.

Bueno, tiene grandes montañas cubiertas con la blanca nieve que cae del cielo – comentó Mercury

Y el cielo más azul que has visto en tu vida así como el de sus ojos majestad - complementó Venus.

Y verdes prados llenos de flores y árboles como los de nuestro palacio, pero son especies distintas que no existen acá – dijo Júpiter.

Si… ¡Y el príncipe! – Complementó Mars.

¿Qué? – se preguntaron todas observando fijamente a Mars quien comenzaba a sonrojarse.

Ay chicas lo siento, sé que es el enemigo, ¡Pero no pueden negarme que es tan guapo!

Si tienes razón, es tan apuesto – comentó Júpiter.

Si y tiene unos ojos hermosos, tan azules como su planeta – exclamó Venus.

Cuando lo conozcas nos darás la razón princesa – siguió Amy

Si es guapo o no, no me interesa – dijo seriamente la princesa – Recuerden que su reino está en guerra con el nuestro así que no pretendo ni siquiera verlo, además debe ser grosero y antipático como sus padres, espero no conocerlo nunca.

Todas rieron por el comentario y siguieron paseando y charlando animadas por los bellos jardines del palacio ajenas a la terrible guerra que las azotaba.

Al llegar al palacio se encontraron con los preparativos del baile que se realizaba cada año en el reino, celebrando el aniversario de la fundación del Milenio de Plata, todos los sirvientes se veían felices terminando de arreglar los últimos detalles de magno evento mientras la reina supervisaba todos los preparativos.

¡Serenity! Por fin llegas hija, debes prepararte para el baile – le dijo suavemente la reina.

Lo sentimos majestad – dijo Mercury haciendo una reverencia.

Si no nos dimos cuenta del tiempo, estábamos muy entretenidas paseando por los jardines – complementó Venus imitando la reverencia de Mercury

No se preocupen chicas, yo sé que mi hija las distrae mucho – dijo con una hermosa sonrisa.

La Reina se retiró acompañada de su hija a prepararse para el gran evento que se realizaría al anochecer.

¡Nos vemos en la fiesta, chicas! – se despidió sonriendo la princesa.

Hasta la fiesta majestad – se despidieron las chicas haciendo una reverencia.

En el planeta Tierra…

El apuesto príncipe se encontraba en el patio de entrenamiento practicando sin cesar con su espada, le gustaba estar ahí, sumido en sus pensamientos y soledad, alejado de todo y todos cuando no había batallas que pelear.

¡Príncipe por fin lo encuentro! – llamó su atención Jedite mientras se acercaba a él con el resto de sus guardianes.

Príncipe, no puede estar todo el día aquí, tiene que salir y distraerse un poco – comentó Neflyte.

Es verdad, no todo tiene que estar relacionado con las batallas majestad – complementó Zoycite – debe salir a divertirse de vez en cuando.

¿Y que tienen pensado? – comentó el príncipe intrigado.

Bueno… - prosiguió Malachite con un poco de dudas – el reino de la Luna realizará su baile anual para celebrar su aniversario y… estábamos pensando en ir.

Pero… ¡Nosotros no podemos ir hasta allá! está prohibido ¿No recuerdan que estamos en guerra con ese Reino? – exclamó un poco confundido el príncipe.

Si lo sabemos majestad, no sea tan exagerado – agregó en tono despreocupado Zoycite.

Es solo un poco de aventura majestad, además… usted sabe que en la Luna habitan las mujeres más hermosas de la vía láctea – finalizó pícaro Jedite

No creo que sea buena idea, si alguien de nuestro reino se llegara a enterar o peor aún si nos descubrieran los soldados del reino Lunar estaríamos en grandes dificultades – comentó el pelinegro – además no me interesa conocer a mujeres del reino enemigo.

No hay problema majestad – prosiguió Malachite – es un baile de máscaras, por lo que nadie nos reconocerá.

Vamos no sea cobarde – remató Neflyte entre risas.

¡Qué! – El príncipe odiaba que le llamaran cobarde, puesto que él era reconocido en todo el reino por su valentía y coraje - ¡De acuerdo iremos a ese dichoso baile!