jey pues les traigo otro fic, Royai, como es mi costumbre. el tema esta ves se me ocurrio un dia quien sabe por que, creo que porque me dije... hace cuanto que no voy a una boda??? entonces se me ocurrio roy, riza, una propiesta de matrimonio... en fin, leanlo.... aunque creo que con esto que les conte se iran por otro lado, jejeje... solo les dire que en los primeros parraros, cuando riza dice "él" entre comillas, se refiere a roy, mas cuando no es con comillas, pues... creo que no es de roy de quien se habla.


El Trato.

Era de noche, una noche tranquila y serena que prometía maravillosas historias de romance con la luna llena iluminando las calles. Sin embargo, ella había entrado casi rompiendo la cerradura de la puerta, sus manos temblorosas se peleaban por encontrar la cerradura. Al lograrlo abrió la puerta lo suficiente como para entrar y la cerro de prisa. Poniendo el seguro.

Al verse dentro, se dirigió a la pared más cercana y recargando su espalda en ella, fue haciéndose camino hacia el piso donde permaneció sentada unos minutos mientras sus ojos despedían amargas lágrimas de dolor, llamando la curiosidad de Black Hayate que se encontraba en la casa, cosa que ella nunca noto hasta que el animal de dio la patita en señal de consuelo. Tal parecía que le había pasado algo realmente grave, bueno, dependía del punto de vista del cual se le viera, ya que lo que le había aturdido normalmente resultaría halagador y causa de dicha en cualquier mujer, pero no en ella, no por la persona quien se lo había propuesto.

Los sollozos fueron sonoros, nunca había llorado de esa forma, nunca había permitido que sus sentimientos tomaran tales dimensiones como para ponerse a llorar como una Magdalena. Pero la cosa no era para menos, el motivo de su llanto era muy valido.

Ella ocupaba pensar, saber que hacer… no quería romperle el corazón, no quería rompérselo ella misma, esa decisión debía consultarla con "él", ya que esto era consecuencia de que no podía vivir sin "él", pero tampoco se le permitía vivir con "él", por tanto Dylan resultaba una de las victimas de ellos dos. Que dilema… así que se levanto del suelo, aun con las zapatillas en la mano, torpemente buscando el teléfono..

Con las lágrimas en su rostro y la voz quebrada marco su número, esperando que se encontrara en casa, solo, sin ella, para poder decirle lo que pasaba.

- Hola, ¿diga? –pregunto algo somnoliento al contestar.

- Roy, soy yo….

- ¿Riza? Que tienes, te escucho extraña….

- Yo.. Roy, ¿estas con ella? –pregunto rogando que la respuesta fuera, no.

- No, ella salio de viaje, que te ocurre. –pregunto preocupado.

- Roy, Dylan… el, me… me propuso matrimonio…-contestó entrecortadamente a causa de los sollozos.

- ¿Qué?... y que le dijiste…- pregunto al instante, la sorpresa fue grande.

- Yo…-la rubia no podía emitir palabras.

Ante eso, Roy pensó que seria mejor ir con ella, que importaba si alguien lo viera salir, era de noche, casi madrugada, nadie notaria que el había ido a la casa de su teniente a esas horas. Además, ella no podría calmarse, lo notaba aun sin verla. Sin embargo, también quería estar con ella, para así, frente a ella, tratar de actuar maduramente ya que no soportaba la idea de que otro hombre la hiciera su esposa, nunca haría una escena de celos frente a ella, y tenia que saber si había aceptado o no.

-Sabes… mejor voy para allá…

Se puso ropa de calle, tomó su gabardina y salio de su casa con las incógnitas en el aire ¿Qué le había dicho? ¿Acaso acepto y sufría por eso o se había arrepentido de no aceptarlo? No sabía que era lo que había pasado, pero fuera lo que fuera el debía aceptarlo. Como causante de lo que pasaba el tenia que hacerlo, además, no le dejaría desmoronarse sola, el tenia la culpa de todo… la acompañaría aun si el se quemaba por dentro.

Al llegar al lugar casi tira la puerta de la desesperación por saber que había ocurrido. En cuanto abrió, ella se lanzo a sus brazos.

- Roy, no pude, no pude… -él la abrazo fuertemente, esperando que no le dijera que no había podido decirle que no.

- Cálmate, por favor, vamos ha hablar.

- Si, vamos a mi recamara.

Fueron juntos hacia el cuarto, ella aun traía el vestido con el cual había salido a cenar, justo cuando le había hecho la pregunta… al sentarse, continuo..

- Fuimos a cenar, como de costumbre… y me pidió que me casara con el…. Yo.. yo no supe que decirle… me quede ahí, como si me hubiera petrificado.

- Y… ¿Qué te dijo el..? –pregunto el pelinegro ante la aparente mayor tranquilidad de su compañera. pero no la veía a la cara.

- Él se sorprendió, pensó que le diría que si inmediatamente, así que me dijo que si tenia que pensarlo que lo hiciera, el me tendría paciencia. Que apenas teníamos pocos meses de conocernos y que era cierto que eso no podía tomarse a la ligera…

- Suena como un hombre comprensible.. -dijo viendo al frente… siempre al frente.

- Ese es el problema… -volteo a verlo- es un hombre maravilloso, un hombre del que cualquier mujer se enamoraría y quisiera estar con él el resto de su vida… -antes de continuar, agacho la mirada- pero a pesar de que en este tiempo aprendí a quererlo… yo no podría… por que te amo a ti.

Dijo volviendo a buscar su mirada, la cual no encontró, el seguía en la misma posición. Roy permanecía serio ante la platica de Riza, tal pareciese que estaba evaluando la situación.. Hasta que al fin hablo.

- Riza… tal vez deberías aceptar… -dijo al fin mirándola fijamente, como observando por ultima ves a lo que había renunciado- nunca prevenimos que algo así pasaría. Tú tienes a Dylan y yo a Darlene. No sabemos si algún día podamos estar juntos y ambos necesitamos a alguien con quien compartir, alguien que nos ayude a mitigar la soledad, un compañero de vida. –continuo mientras le acomodaba unos cabellos desacomodados.

- Cuando acordamos que buscaríamos a alguien mas.. nunca dijimos que fuera para siempre. Además no podría estar con el queriéndote a ti. El no se merece eso, en el tiempo en que lo conozco me di cuenta de lo valioso que es, pero… mi corazón ya tiene dueño….

- Tal vez puedas aprender a marlo… el puede darte lo que yo no… piensa ¿y si nunca podemos estar juntos?

- Lo se, pero ..- la rubia seguia cabizbaja hablando cuando el sonido de la puerta la interrumpió, alguien estaba llamando. inmediatamente volteo a verlo, el comprendió y mientras la tomaba del rostro… el habló..

- Toma en consideración eso tal vez sea la persona adecuada para ti.

Ella se limpio un poco los ojos y se levanto a abrir, le molestaba en cierta manera que él no le dijera que la apoyaba, que era mejor que no aceptara por que el no podría soportar que estuviera con otro.. Pero aun así, él seguía siendo su mundo. La persona a quien quería… pero las palabras que le dijo retumbaron muy dentro de su corazón. Puede que fuera lo más recomendable aceptar casarse con Dylan.

Abrió al puerta, como lo esperaba… era el, Dylan, quien al parecer quería una razón por la cual no le había podido dar una respuesta.

- Riza… -dijo inmediatamente.

- Dylan.. ¿Qué haces aquí?

- Se que es algo tarde, pero..

- Pero…

- Haz llorado.. –dijo mientras la observaba a la cara, sus ojos la delataban.

- Un poco.. –se agacho para esconder la evidencia.

- Sabes, yo venia por..

- Dilo, quieres una respuesta.. –le interrumpió.

- No, solo quiero hablar sobre eso.

- Dylan eso.. lo siento yo.. –intento darle una explicación, pero el le interrumpió.

- Escucha, se que es un gran paso y no llevamos mucho de conocernos, pero te amo y creo que tengo mucho que ofrecerte. No se que te impida decirme que si… o que no. Pero..

- Dylan.. yo te quiero, pero me sorprendiste..- interrumpió.

- Entonces… ¿solo fue eso?

- No… yo, no puedo aceptarte aun cuando me odiaría a mi misma de no hacerlo. Eres el sueño de cualquier mujer… pero no puedo, no podría casarme contigo.

- ¿Estas segura? Yo estaría dispuesto a esperar, a conocernos bien. dijo tomándole de la cara y haciendo que lo viera al rostro.

- No es eso.. yo no puedo casarme con nadie por ahora, tengo metas que atender, en mí la palabra matrimonio esta prohibida.

- ¿Es eso, tus metas? ¿O hay algo más?

- Escucha, mírame… mis ojos, nunca he podido llorar por cosas que no siento, ni siquiera me permití llorar en el funeral de mi padre, aun cuando la tristeza abordo mi corazón…. Mis sentidos, mis impulsos me están jugando mal. La verdad es que te quiero y por eso mismo, no quiero hacerte sufrir, no puedo aceptarte.

- Entonces… ¿quieres seguir o este es el fin?

- Creo que…- decía mientras le acariciaba el rostro, un rostro suave, perfecto, enamorado, pero no el de "él"- .. no puedo seguir con esto, si continuamos, saldremos heridos los dos, pero quisiera que supieras que mi cariño fue sincero.

- Tu cariño… mas no tu amor, creo que te entiendo… y por mi esta bien

- No lo tomes así, hay cosas en mí que no me dejarían seguir, tu mereces algo mejor que esto…

- Esta bien, es tu decisión Riza, yo no tengo por que entrometerme en tus planes… espero sinceramente que cumplas tus metas..-dijo mientras la sostenía de los hombros y le daba un ultimo beso..

- Nunca te olvidare Dylan….

- Ni yo a ti… buenas noches…. –dijo gentilmente y se marcho..

Dylan se fue algo desilusionado, pero lo entendió, ella no quiso casarse, así que no tenía más que hacer ahí, simplemente dejarla ser…

Por su parte, Riza, lo observo hasta que lo perdió de vista, ¿había hecho lo correcto? Claro que si… no podía concebir siquiera la idea estar casada con alguien pensando en "él", la persona que la esperaba en su recamara.

Cerró la puerta y se dirigió al cuarto, pero el ya no estaba ahí, pensó que tal ves creyó que había aceptado la proposición de Dylan y se había marchado. Así que se quito el vestido, y fue a darse una ducha, de alguna manera tenia que deshacerse de la horrible sensación, además, al día siguiente tenia que trabajar..

Un rato mas tarde, el teléfono sonó, rápidamente se levanto y contesto.

- Hola…

- Solo llame para decirte que te amo.

- Roy ya le di una respuesta…

- Lo se… ¿crees que fue lo correcto?

- Eso espero, el no se merecía tener una esposa que lo engañara con el pensamiento…

- Sabes que a pesar de todo no puedo estar contigo..

- No me importa, pero… tengo una pregunta, que me gustaría que respondieras con sinceridad.

- Dime

- Si tú hubieras estado en mi lugar, ¿Qué hubieras hecho?

- Yo… le habría dicho que no.

- Eso le dirías a Darleen?

- Eso le diría a cualquiera que no fueras tu.

- Esa respuesta me hace sentirme miserable..

- No tienes por que.

- Claro que si, llegue a sentirme confusa, a pesar de no amarlo como te amo a ti, el se gano mi respeto y mi cariño.

- Escucha, sobre eso.. yo soy quien te pide que aceptes a alguien más, quien te propuso esto… quien te impulsa a dudar. Mientras tu, me recuerdas que me amas e insistes en que lo lograremos, te esfuerzas por eso. quien debería sentirse miserable soy yo.

- Lo haces por que quieres lo mejor para mi, y por eso te amo..

- Y yo a ti, aun cuando no lo parezca, aun cuando sepa fingir muy bien..

- Buenas noches Roy, esto no volverá a pasar, ya no mitigare tu ausencia con nadie mas.

- Buenas noches amor…

Al día siguiente, Roy pidió a Darlene un tiempo… no podía estar con nadie sabiendo que ella había rechazado tan tentadora oferta, un buen esposo, una compañía de vida, un gran futuro, un hogar… una dulce vida… todo por un sueño.. El de algún día.. Estar juntos.

Fin.