Lluvia, lluvia y más lluvia. Maldita lluvia, lo mojaba todo y la humedad acentuaba el dolor de su pierna. Si, definitivamente el odiaba la lluvia. Subió a su moto y acelero. Otra cosa que odiaba era conducir su moto bajo la lluvia. No era como un carro, El carro lo mantendría seco, allí se mojaba. Maldita lluvia.
Mientras se apresuraba para llegar a su casa y ver el maratón de L que estaba programado para esa noche decidió quitarse el casco. Si ya estaba mojado que importaba un poco mas, el solo quería respirar, aunque fuera agua y no oxigeno.
Al sentir el agua sobre su cabeza los recuerdos invadieron su mente, momentos muy importantes de su vida habían ocurrido días lluviosos. El día de su nacimiento llovía a cantaros, su madre siempre lo había dicho: Que hayas nacido en una tormenta no significa que tu vida tenga que ser una…
Cuanta razón había tenido, recordó su primer gran final de campeonato de Lacrosse en Michigan. Marco el tanto final para la victoria bajo la lluvia. Llovía el día de su graduación, la noche en que lo internaron, incluso aquella mañana en que Stacy se fue las nubes caprichosas hicieron su aparición, como para no perder la costumbre.
Se detuvo frente a su casa, por fin entraría, se secaría y vería su serie tranquilo sin pensar en la lluvia.
Lluvia…
También llovía el día que la conoció. No sabía exactamente como había venido Lisa Cuddy a su mente en ese momento. Recordó aquel día. Había terminado un partido y todos sus amigos lo invitaban a festejar la victoria, pero el no quería, quería relajarse.
Salio del vestuario y se topo con una fuerte lluvia. Como podía ser que dentro no se oyera semejante tormenta? Acaso la alegría del equipo opacaba el clima? Talvez. En esa época era joven y fuerte y no le importaba mucho mojarse, por lo que camino solo hacia el bar. De siempre. Mala idea, repleto de estudiantes eufóricos bebiendo.
No, el no quería eso, quería tranquilidad. Siguió caminando hacia el otro bar, aquella pequeña cafetería prácticamente vacía. Entro sin vacilar empapando todo el trayecto desde la puerta hasta la barra y allí fue donde la vio. Sentada en una mesa junto a la ventana tomando café y escribiendo en un pequeño cuaderno.
Tomando su propio café se acerco. Era Grez House no le temía a nada, mucho menos a una mujer. Era bella, joven y muy interesante. Se sentó frente a ella y la miro, ella levanto la vista interrogante.
Disculpa?- le dijo cerrando el cuaderno.
Que escribes?- pregunto el
Mmm…te conozco?- pregunto inquieta, no le gustaba que la interrumpieran cuando escribía. Era su momento, su único momento propio.
Grez House- se presento el extendiendo la mano. Ella lo miro con desconfianza. Sabia quien era, había oído mucho sobre el talvez demasiado pensó. Finalmente estiro su mano para encontrar la de el. Esa fue la primera vez, piel con piel, sus ojos se cruzaron. Azul contra azul.
Te puedo invitar un trago?- dijo el rompiendo el silencio ya la tengo pensó, nunca había perdido una. Nunca hasta ahora.
No gracias- respondió ella soltando su mano y tomando sus cosas para irse.
Solo por un segundo el observo el cuaderno y leyó el nombre escrito en el costado. Siempre se jacto de ser muy observador. Ella se levanto y se dirigió hasta la puerta, abriendo un paraguas a la vez que abría la puerta.
No me dijiste tu nombre- le recordó buscándola con la mirada, sin levantarse de la silla.çellla no dijo nada, solo sonrió y salio de la cafetería.
El dejo su café a medias al mismo tiempo que dejaba dinero sobre al mesa Lisa Cuddy, te voy a encontrar. Salio de nuevo a la lluvia.
Lluvia, lluvia y más lluvia. Entro en su casa y cerro la puerta. Maldita lluvia pensó