Comienzo.
Como siempre todo le parecía aburrido, y nada ni nadie valía verdaderamente su tiempo. Sabia que era una condición inamovible tener un técnico en Shibusen, su actitud no ayudaba nada, repelía a todos los que se mostraban interesados, ya sea por su personalidad o no eran lo suficientemente buenos para él.
Nunca pensó que lo que buscaría se encontrara en una chica temeraria y curiosa pecho plano, las única que lograría soportarlo y armar uno de los mejores equipos de su generación. Cuando ocurrió ya quedaba poco para el limite de tolerancia para presentar los equipos técnico/arma.
Una tarde mientras tocaba el piano de la escuela, esa era actividad que realizaba para relajarse, debiera esta preocupado o compungido por su problema pero eso era poco cool y presentía que pronto llegaría algunas solución factible.
—Eres Soul Evans, creo que podríamos cooperar para resolver algunas cosas— Hablo segura de si misma a pesar que era la primera vez que se decidía a plantearle a alguien el tema, no podía equivocarse ya no había tiempo, por lo que él era su mejor y a la vez única opción.
— Perdón pero no eres alguien de mi interés por mas atrevida que sea tu propuesta soy un caballero y tendré que declinar a tu indecorosa propuesta— Sintió una gran confianza para molestar a esa chica extraña, estaba roja por enojo, lo sabia, nunca se espero lo agresiva que podría llegar ser.
—La verdad es que lo que dicen de ti no hace justicia a tan gran idiota, pero te necesito y vos me necesitas, ya no quedan muchas posibilidades, y te aseguro hasta que encuentres alguien dispuesto a soportarte, todos nos graduaremos mientras tanto— Lo miraba segura de sus palabras, convenciéndolo con argumento que no le traían ninguna satisfacción pero era sincera, y se sentía muy cómodo con ella.
—Solo te tengo que advertir que no voy a cambiar nunca y todavía no probamos nuestra compatibilidad al luchar, y que eres muy poco cool, tendrás que arreglar eso para estar conmigo—
—No te estoy pidiendo matrimonio Evans— Soul mostró una sonrisa burlona.—Y nos soportaremos mutuamente, deja de molestar o te golpeare, devuelta—
—Bueno, si dejas de molestar, estaba ocupado en algo— Se acomodo para tocar el piano, Maka no se fue se quedo escuchando con una sonrisa. Esto era el comienzo de algo grande, un gran equipo, a una gran aventura y sobre todo una gran amistad que en el futuro se puede transformar en algo mejor.
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