Iida tiene esa extraña manera de hablar con la gente, es más una cuestión de robótica donde hace movimientos mecánicos con las manos cuando abre la boca, no lo hace mas que por costumbre aunque de cualquier manera es parte de él y no es algo que incomode. Él también tiene esa característica vena de cumplir con las normas sí o sí y una increíble inocencia con algunas cosas, como que nunca ha sentido más que un mero sentimiento de compañerismo con las chicas y que nunca podría pensar en tocar el cabello de alguna. Él es de esas personas con un botón rojo en el pecho esperando a ser presionado y dar por fin inicio al mecanismo de todo su sistema romántico. Precisamente tendría que entrar en acción ella, que tiene cara de ángel pero una sonrisa de querer ver el mundo arder a sus pies, o no, o es solo la imaginación de Iida la primara vez que la ve entrar al aula con una sonrisa de esas que brillan y te dejan ciego, acompañada de mejillas regordetas y sonrojadas. ¿Qué era este extraño comportamiento en su sistema gástrico?

Claro que Iida no tendría por la cabeza la idea de que ella sea una estrella, es solo que aveces siente que de verdad hay demasiado florescencia a su alrededor y ella misma, es que ella es como ver brillar el sol en un pequeño espacio y eso le hace corto circuito en el sistema y debe reiniciar de nuevo para ver si todo anda bien con su cabeza que da vuelta como si fuera un planeta obligado a viajar dentro de una órbita de un sol extraño una y otra vez. Él no sabe que las cosas son demasiado obvias y están a la vista en su computadora mental, en una carpeta clasificada como amor, tal vez desechada al basurero como inútil, después podría recobrar datos, pero por ahora está cuestionando las extrañezas que experimenta con la presencia de Uraraka Ochako.

La primera vez que se hablan es como cantos de ángeles que le susurran justo en el oído y siente flotar todo su cuerpo tanto, tanto que cree que va a terminar viajando al espacio. Uraraka se ríe esa vez, porque cruzan palabras al principio porque ella se ha sentado en el pupitre y él tiene la obligación, como presidente de la clase que el comportamiento de los estudiantes este por buen camino así que la obliga a volver a su asiento y ella se ríe como respuesta.

—Iida-kun, tus manos—es lo que apenas dice antes de echarse a reír nuevamente con las manos cubriéndole la boca.

—No creó que sea algo adecuado burlarse de las personas, Uraraka-san. Y por favor, vuelvo a repetir que te bajes del pupitre.

Ella se detiene y le sonríe de modo que piensa que hay un virus instalado en sus sistema y debe hacer algo pronto y grita dentro de su cabeza "¡Alerta de emergencia!" una y otra vez sin saber con especificación cuál es la emergencia en todo el proceso de carga de error.

—Oh, no es eso, Iida-kun, en realidad es muy tierno—responde ella y vuelve a su asiento—. Pero igual da un poco de diversión, perdón—se disculpa aunque no sirve de mucho si ella ríe de nuevo a carcajadas.

Es bonita, piensa. ¿Bonita dentro de los estándares?, no lo sabe pues no tiene idea de cuales sean esos estándares él solo tiene en la cabeza que ella suele sonríe y reír demasiado y sobreesforzarse también. Y si esas opciones se encuentran en la descripción de bonita entonces esta bien para él categorizarla con esa palabra y sus sinónimos. Descargará pronto en su sistema un nuevo archivo que le explica la razón por la que tiene fallos cada vez que ella aparece y caminan juntos de regreso a casa.