Los personajes de Miraculous Ladybug pertenecen a Thomas Astruc, producidos por Jeremy Zag y compañía.

La historia es un producto de mi cabecita sin fines de lucro. Espero que lo disfruten.

OLVÍDATE DE MÍ

Prólogo

-¡He dicho que no!-el estridente grito seguido de un golpe sordo sobre la mesa, fue el único bullicio que se presentó en la biblioteca estudiantil del François-Dupont, Félix Agreste era conocido por frialdad, paciencia y ser directo con todo; aunque su tranquilidad y madurez era incorruptible, aquella jovencita de coletas era algo que ni el mismísimo Agreste podía controlar.

Desde hacía 2 años la chica, declarándose una empedernida enamorada por él, lo seguía como un chicle, un vil insecto al que aplastar; aunque su frialdad y desinterés era una estrategia para alejarla, hasta ahora había sido en vano.

El joven había tratado de mil maneras quitársela de encima, desde ignorarla, fingir que no era nadie, no dirigirle la palabra, ser directo con ella y rechazarle cada propuesta o cita; cada vez más cruel que la anterior, pero tan sólo lograba atraerle más, y aunque en algún momento se le paso por la mente hacer lo opuesto a lo que hacía... Lo meditó seriamente, tal vez eso ocasionaría el apego total de la muchacha, pero estudiar en la misma clase no era de ayuda, sentir su mirada constante sobre su nuca en clases, porque si, todos esos 2 años la chica se sentó detrás de él, y para rematar, lo seguía inclusive en sus sesiones de fotos al aire libre... Pero hoy... Hoy lo había sacado de sus cabales, desde que llegó al colegio y hasta el momento la chica insistía con unos famosos boletos para el teatro, sin dejarle un respiro ni para ir al baño, porque la "valiente" o muy tonta chica, lo esperaba incluso fuera del baño. Esto y el hecho que ya terminadas las clases lo siguiera en su zona de confort y tranquilidad, elevando así su ira interna, provocando algo peor que las ulceras... Inestabilidad emocional...

-Pero Félix...-las palabras de la chica eran suaves y un tanto trémulas, "ocultaba" su rostro con ese par de tickets rosas, tratando de "esquivar" esa ira desbordante

-¡Félix nada!-tomó aquellos boletos que la chica enseñaba y los hizo trizas en sus narices-¡Vete! ¡Olvídame! ¡Desaparece! ¡Maldigo el día en que apareciste en mi vida! ¡Desearía que me olvidaras y dejaras en paz!-escupió encolerizado cerca del rostro de la joven para luego retirarse.

Bridgette Dupain-Cheng se quedó breves momentos asimilando aquello, aunque Félix siempre había sido grosero y frio, hasta ahora, lo había visto de tal manera que aun, lejos de su vista, la hacía temblar de temor

-Bridgette...-la dulce voz de su amiga, una vez comprobado que no había nadie alrededor, la saco de su trance. Tikki, su kwami de la suerte, la miraba preocupada-Por favor no llores-hasta ahora que lo decía, pudo notar unas cuantas lágrimas saliendo de sus ojos, no sabía si era a causa del temor o del corazón roto, tal vez ambos, pero lo único que pudo hacer fue limpiar sus lágrimas con la manga de su chaqueta y sonreírle a su compañera para tranquilizarla

-Descuida Tikki...-sonrió lo mejor que pudo y trago saliva, un taco se hacía en su garganta pero trataba de alivianar el ambiente, miró al suelo por inercia las boletas para el estreno de la nueva obra de teatro, cuya mesada de 2 meses y trabajo en la cafetería de sus padres durante 3 fines de semana, y una fila a las 2 de la mañana para lograr alcanzar los mejores asientos, tan sólo para que el disfrutara la función... Yacían destrozados en el suelo, suspiró fuertemente y recogió cada trozo, lo guardo en su cuaderno de diseño; ya nada se podría hacer por eso

-Lo siento Bri, si no te hubiera aconsejado que no te dieras por vencida tal vez...-las palabras de la pequeña kwami quedaron en el aire, su mirada se detonaba triste y culpable

-Oh vamos Tikki no fue tu culpa, ya sabes cómo es Félix... Al fin de cuentas fui yo la que me sobrepase con mi insistencia, no tienes la culpa de nada-alzó el pequeño mentón de la criatura y sonrió con sinceridad, logrando levantar el ánimo de la criatura mágica.

Cerró alegre su cuaderno y lo guardo en su mochila, por los boletos ya no se podía hacer nada y lo que menos quería hacer era preocupar más a Tikki, y tal vez preocupar a sus padres, la conocían, si la veían triste o llorando lograría una gran preocupación en ambos y quería evitarlo

Salió de la solitaria edificación, aunque llevara impregnada una sonrisa su mente divagaba en los últimos acontecimientos... Tal vez el chico tenia razón, tal vez si se había sobrepasado con su insistencia, o tal vez era momento de darse y darle un respiro al asunto, pero, aunque su amor por él fuera tan grande, de seguro era momento de dejar el tema a un lado y dar tiempo y concentración a sus diseños, a los exámenes futuros o buscar un hobby... Tal vez el de ser una motociclista y andar por todo el país...

Rió ante sus pensamientos desdeñosos y saludó alegre a sus padres, esa última locura de su mente había logrado levemente olvidar el tema central de su tristeza

Una vez en su habitación, se acomodó sobre su cama, mirando al techo ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? su compañera de pelea la veía un tanto intranquila, era la primera vez en mucho tiempo en que veía su portadora concentrada en la nada

Bridgette divagaba en sus pensamientos ¿qué hacer? Se repetia por enésima vez, tal vez, o mejor dicho, tenía que pedirle una disculpa a Félix por lo acontecido y proponerse (aunque eso sería lo más difícil de hacer) a olvidarlo o menguar su amor y darle un respiro

Suspiró, Tikki la veía un tanto preocupada, pocas veces la hallaba en una situación de concentración absoluta (a excepción de los diseños) y verla sumida en sus pensamientos era un tanto alarmante

Sonrió, no debía preocupar a la pequeña kwami roja con tonterías como el amor. Al ver como su compañera menguaba su cara de preocupación, se decidió en sentarse sobre la cama y hacer algo para distraerlas

-Oye Tikki... Que tal... ¡Si hacemos una merienda!-dijo con su típica alegría, provocando tranquilidad en la pequeña kwami

-¡Claro Bridgette! ¡Seria fantástico!-dijo volando sobre su cabeza jovial

-¡Hecho! tu busca un mantel de cuadros y yo voy por la comida, ¡haremos una merienda especial en el tejado!-la pequeña mariquita cubrió con sus manos su boca riendo y luego abrazo la mejilla de su portadora, verdaderamente le alegraba verla nuevamente animada, y estaba decidida que al menos, en el resto de día que quedaba, la haría muy feliz

Bridgette bajó a la cocina satisfecha, al menos con la merienda, y un rato con su pequeña amiga, podría menguar el dolor en su corazón y alejar los malos ratos a su pequeña kwami

Tomó dos refrescos de naranja, unas galletas, dos trozos de pastel de chocolate, platos y cubiertos; acomodó todo con sumo cuidado sobre sus brazos, y procuro, en lo más posible, no tropezar; su mente, aunque intentaba lo más posible en dispersas sus pensamientos en otro tema, en medio de su soledad no pudo evitar pensar en él, sus palabras y el dolor que sentía

¿Olvidarlo? tal vez debía intentarlo, debía proponérselo y grabarlo en su mente como fuego, eso es lo que necesitaba, olvidarlo, olvidarlo completamente, como su misión imposible próximamente posible.

Estaba tan concentrada en las mil y un maneras de olvidarse del chico, que no notó en que momento resbaló de la última escalinata de su habitación, y mucho menos notó cuando el grito estridente de su kwami se presenció al escuchar el fuerte estruendo de platos quebrándose. Su pequeño cuerpo yacía inerte al final de las escaleras, con un golpe en la frente y una fina línea de sangre recorriendo por esta.

Hola de nuevo mis amadísimos lectores, aquí Alma de Titán reportándose con una nueva locura, esta pareja en particular me gusta mucho, tienen ese no sé qué que me gusta Espero que les haya gustado.

No olviden dejar sus comentarios, críticas y opiniones, todo será bien recibido porque me ayuda a mejorar como escritora.

Les desea lo mejor: Alma de Titán