Naruto se encontraba recostado mirando las estrellas, le tocaba hacer guardia esta noche y todo se mantenía demasiado silencioso en la penumbra del bosque. Estaba aburrido y también un poco agotado, un plato caliente y grande de ramen se le pasó por la mente y sin poder evitarlo se sumergió en la ilusión de su propia imaginación. Casi babeaba por el plato que le esperaba en el ya conocido Ichiraku, en ese momento no había nada más que pudiera desear tanto como el exquisito ramen que no había podido probar durante todos esos días que llevaba en misión.

De pronto su estómago comenzó a hacer estruendosos ruidos… tal vez no había sido una muy buena idea comenzar a imaginar exquisitos platos en ese momento… el resto de los ninjas se removieron inquietos en sus sueños, era impresionante lo fuerte que llegaba a sonar el estómago de Naruto.

Se levantó de inmediato, saliendo de su ensoñación, miró alrededor suyo y vio a Sakura, la pelirosa que siempre estaba saboteándolo de muchas maneras posibles y nunca dudaba en recriminarle de todo, aún podía recordar el día en que le golpeó porque estaba lloviendo… nunca terminó de comprender esa acción ¿pero qué más daba?

Kakashi roncaba ruidosamente a su lado y una gotita apareció en su nuca, el impuntual ninja ya no era su sensei, había pasado el tiempo y ya se había convertido en todo un ninja e incluso había logrado traer a Sasuke de vuelta.

Sasuke. Le dirigió una mirada, el Uchiha se encontraba dormido a un lado de Sakura, había empleado todas sus fuerzas en traerlo de regreso, pero su relación nunca había vuelto a ser la misma. Dijera lo que dijera siempre lo sentía más distante incluso cuando reían juntos, era una sensación asquerosa de verdad, odiaba sentir aquello.

Su estómago volvió a gruñir y esta vez decidió ir a dar una vuelta antes de despertar al resto con sus sonoras tripas. Caminó por un rato a través del tupido bosque hasta que llegó a la orilla de un caudaloso río, se veía realmente hermoso bajo la azulada iluminación de la luna, le daba un toque… en cierto modo, mágico…

Se sentó sobre la rama de un árbol que quedaba sobre el agua del río que pasaba haciendo un relajante sonido. Estaba muy aburrido y decidió despertar al zorro, no había nadie alrededor así que no le importaba que alguien pudiera verlo.

Cerró los ojos y enseguida se encontró en la guarida del zorro, lo encontró durmiendo, tomó coraje y se acercó cautelosamente, siempre despertaba de mal humor.

Hey… Kurama despierta… Kurama! – dijo zarandeándolo un poco.

Tsk… - fue la única respuesta que obtuvo mientras el zorro giraba la cara y lo ignoraba.

Ya sé que me escuchas! Levántate zorro flojo! – dijo Naruto un poco cabreado, odiaba el mal humor de su amigo… sí, se había convertido en su amigo después de la cuarta guerra ninja.

El zorro bramó y golpeó a Naruto en el estómago con su fuerte cola, lanzándolo lejos contra una pared.

Ay! Pero qué antipático eres! Al menos yo tuve más consideración contigo, zorro baka! – le gritó Naruto sobándose la espalda.

No me digas? – le contestó el zorro rodando los ojos – fue muy considerado de tu parte despertarme a las tres de la mañana sólo porque te sientes aburrido. – remató Kurama con un tono sarcástico.

Antes de que Naruto pudiera contestarle se materializó a su lado y Naruto abrió los ojos nuevamente, era un zorro demasiado grande como para ser un simple animal, pero no tomaba una forma demasiado llamativa, tenía los ojos de un color muy vivo, a veces era anaranjado y otras tomaba un color rojo intenso.

Naruto nunca le había comentado a nadie de la capacidad de su amigo para aparecer fuera de su cuerpo, era su pequeño secreto y disfrutaba conversando con el malhumorado demonio. Se llevaban muy bien a pesar de que ninguno de los dos lo aceptaría jamás.

Se sentaron uno al lado del otro contemplando el paisaje, conversaron largo y tendido sobre muchas cosas diferentes, entre broma y broma el kyuubi lograba sacarle una que otra risa al rubio, éste también le hacía mucha gracia con sus infantiles acciones pero se guardaba su risa para sí, en algún momento el chico le había cambiado… como lo hacía con todos cuando le conocían… excepto con una persona, una que simplemente no podía caerle bien.

Siguieron hablando hasta que dieron las cuatro y Kurama volvió al interior de Naruto para quedarse dormido nuevamente.

Zorro holgazán… - dijo Naruto para sí, el kyuubi lo ignoró y Naruto se apoyó sobre sus codos esperando a que el amanecer llegara.

Los minutos pasaban a una velocidad increíblemente lenta pero no quería arriesgarse a que Kurama volviera a salir, además de que esta vez lo mataría, alguno de sus compañeros podría despertar temprano y verle.

Se removió inquieto sobre su incómoda rama, de pronto sintió que cerca había una presencia diferente a la de sus compañeros, se sobresaltó y buscó con la mirada a ese extraño que no había notado antes. Se levantó de un salto al ver a alguien más a unos cuantos metros de donde él se encontraba. Era un chico de más o menos su misma edad, tal vez algo mayor. No podía distinguir nada con la oscuridad pero decidió vigilarlo, estaba bebiendo agua del río, lo observó con detenimiento, era alto y delgado pero sus músculos se dejaban ver a través de la ropa que estaba usando, no era demasiado musculoso ni nada de eso pero cada parte de su cuerpo estaba en absoluta armonía.

De pronto un montón de ninjas salieron de entre los árboles y lo rodearon, no esperaron ni un segundo para lanzarle unas kunai, Naruto creyó que el misterioso chico no podría evitarlas, pero antes de que pudiera incluso advertirle éste ya se había desecho de sus atacantes. Gracias a la oscuridad que reinaba a esa hora no pudo distinguir cómo lo había hecho, estaba totalmente sorprendido.

Naruto bajó del árbol expectante, el ninja había comenzado a ir en una dirección que no contentaba a Naruto. Se dirigía hacia donde estaban sus compañeros y eso no era una buena señal.

Rápidamente corrió hacia donde se encontraba el otro chico y le bloqueó el paso.

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Gaara caminaba solitario hacia el río que había visto unas horas atrás, dejó a sus hermanos durmiendo más atrás. El Shukaku le había estado molestando casi toda la tarde. Desde que terminó su última batalla en la cuarta guerra habían tomado un "mal hábito", conversaban demasiado y aquello había sido una mala decisión para Gaara que al cabo de un rato se hartaba de las habladurías de su demonio. Aunque a veces le causaba gracia pero nunca admitiría que se habían vuelto amigos.

Una rama crujió y Gaara aguzó sus sentidos, había alguien que lo había estado siguiendo desde hace rato, esa también era una de las razones por la cual se había alejado de sus hermanos que hacían de guardaespaldas… no los necesitaba para nada, pero prefería ir con ellos que con cualquier otro ninja de la arena.

Se dirigía a la aldea de la hoja para una pequeña reunión secreta con la hokage tsunade-sama, tenía que ver con la alianza ninja. Probablemente sería para tratar temas aburridos que no estaban dentro de sus intereses, la parte más difícil de ser Kazekage era el papeleo… de verdad que prefería mil veces defender a su aldea de enemigos.

Pero sentirse de nuevo como un gennin con misiones era de cierta forma nostálgico, hace mucho que no salía de su aldea y era muy extraño estar tan rodeado de árboles. De una vez por todas esos misteriosos ninjas lo atacaron por la espalda, de todas direcciones venían kunais, pero la arena lo defendió como de costumbre y en menos de lo que canta un gallo esos tipos no eran capaces ni de moverse.

Le asquearon por ser tan cobardes y débiles, siguió caminando sin un punto fijo al cuál ir, se adentraría más en la oscuridad del bosque. De pronto la figura de un chico, un poco más bajo que él, le obstruyó el paso… no distinguió quién era en la oscuridad y no podía sentir su chakra incluso estando tan cerca. Definitivamente era un ninja, si no, no hubiera sabido ocultarse tan bien y además era uno mucho mejor que los anteriores que habían intentado atacarlo.

Se puso en guardia de inmediato, probablemente podría derrotarlo en seguida, pero no estaba dispuesto a confiarse. Lo más seguro es que ese chico hubiera venido con la misma misión que los otros, pero no tenía motivos para atacarlo aún.

Quítate de en medio… si no quieres morir. – le dijo Gaara en una advertencia, su voz sonó furiosa y amenazante, más incluso de lo que pretendía hacerla sonar.

No lo haré. – fue la simple respuesta del otro chico. Era valiente y eso merecía un mérito, no le entraron ganas de combatir contra ese chico que lo desafiaba abiertamente… él había cambiado y ya no andaba asesinando gente por la vida, aún mantenía la misma actitud, pero eso era una simple barrera ante los demás.

Gaara resopló por lo bajo, empujó al chico con su arena y siguió su paso sin prestarle mayor atención.

Naruto fue lanzado unos metros con la arena que el otro ninja era capaz de controlar, le molestaba que no lo tomaran en cuenta y le molestaba aún más que lo catalogaran de débil… él era el héroe de Konoha, había derrotado a pain y había sido el protagonista en la gran guerra.

Te dije que no pasaras! – gruñó Naruto enojado, no permitiría que ese ninja le hiciera daño a sus compañeros mientras dormían. El otro simplemente se hizo el sordo y continuó, Naruto se abalanzó contra el ninja con un razengan preparado en la mano izquierda.

Le dio de lleno en la espalda, éste salió disparado por los aires y rebotó contra el tronco de un árbol, Naruto se relajó al saber que no supondría mayor dificultad derrotar al intruso. De pronto el cuerpo del ninja comenzó a desarmarse a pedazos, lo había engañado… no era más que un clon de arena el que había impactado. El rubio abrió los ojos con sorpresa, no podía creerlo. De pronto sintió que algo lo arremetía desde el estómago, era el verdadero ninja que lo tenía atrapado contra el enorme tronco de un árbol y una kunai en el cuello.

Naruto tragó saliva, definitivamente lo habían engañado de la manera más simple.

Dime ¿qué es lo que buscan tú y tus compañeros? – le preguntó Gaara casi en un gruñido. Naruto no tenía idea de lo que le hablaba ¿Por qué ese ninja tendría interés en el objetivo de su misión? Sin importar lo pequeña que fuera no le entregaría ninguna información a ese ninja que ahora que lo tenía más cerca notaba que no era mucho mayor que él.

Podía sentir el aliento del pelirrojo golpeando su cuello, estaba demasiado cerca y eso le erizaba la piel, pudo contemplar de cerca unos ojos aguamarina muy inusuales, su piel era muy pálida a la luz de la luna.

Eso no te incumbe… y si lo hiciera no te lo diría… - respondió Naruto con algo de dificultad por la kunai que presionaba su cuello. Y tal vez también tenía que ver con la cercanía que tenían, pero el rubio no supo cómo identificar esa extraña sensación.

Tsk… no es como que me interese en alguien como tú tampoco. – volvió a decir Gaara antes de desaparecer en la noche.

Naruto estaba completamente en shock, le transpiraban las manos y su respiración estaba algo agitada… sólo por un descuido como el que acababa de tener pudo haber muerto si es que ése ninja lo hubiese querido. Se dejó caer, las piernas le habían flaqueado un poco de la impresión…

Naruto volvió sobre sus pasos, sin darse cuenta cómo había llegado al campamento que habían armado la noche anterior. Pasó la mirada por todos, aún seguían durmiendo profundamente *fue la conclusión que sacó Naruto al escuchar lo sonoros ronquidos* por lo tanto nadie había visto la escenita de hace rato y eso lo relajó un poco. Se había sentido inútil al no descubrir a qué había venido ese aterrador ninja que le ponía la piel de gallina. Además lo había vencido sin mayor esfuerzo y no estaba dispuesto a decirle a sus compañeros, sobre todo a su rival de toda la vida.

Pero había un punto importante que, como muchas cosas, no acababa de comprender ¿porqué el pelirrojo no lo había asesinado si había tenido la oportunidad?