Una mirada es suficiente
Cierras los ojos y tomas tu violonccelo. Un suspiro, un tanto pesado y lleno de cansancio, se escapa de tu boca. No puedes dormir, pero te sientes cansado.
Hace años que vas vagando de un lado al otro, un día una cuidad al día siguiente otra distinta. Buscas a Saya, y lo sabes.
Extrañas a tu ama, más de lo aconsejable. Ya nada es igual sin su risa por las mañanas y, tampoco, te sientes querido ni feliz, todo lo bueno que conoces proviene de ella. Ella te hace falta, y no puedes evitar pensar que, donde quiera que esté, la vas a encontrar cueste lo que te cueste.
Caminas por las calles de Okinawa y te detienes a tocar en una pequeña plazoleta. La gente te rodea, más eso no te asombra, hasta la mismísima Saya arrogante de los viejos tiempos era capaz de aceptar lo bueno que eras en eso.
La melodía es trsite, abrumadora, y así es como te sientes. Todo carece de interés cuando tu ama no está contigo. Ves a una mujer derramar una lágrima y extrañas tener el poder de llorar.
Un niño de unos diez años se habre paso entre la gente. Desde que estás en Okinawa, pues llevas una o dos semanas vagando por allí, ese niño siempre acude a verte tocar. Te intriga saber por qué lo hace, más no eres capaz de encontrar una respuesta. Lo miras nuevamente y te das cuenta de que no está solo, una muchacha lo acompaña.
Una sola mirada te es suficiente para reconocerla. Es ella, está aquí y te sientes completo de vuelta.
…
Para ser sincera soy seguidora de esta serie hace demasiado tiempo, pero nunca me animé a subir nada relacionado con ella. Esto es lo primero que me parece mínimamente descente como para empezar, aunque espero estar pronto por aquí de vuelta. Algunas de las cosas mencionadas suceden solamente en los Mangas (mi tesoro más preciado).
Espero que les guste.
Besos, Mai
