Disclaimer: Todos los personajes y situaciones conocidas pertenecen al mundo de Harry Potter; y a sus respectivos dueños (como a JK Rowling) Y la idea general a Danielle Steel.
¡Saludos HP Fandom! Repito: se que no debería estar subiendo otro fiction, ¡pero no he querido evitarlo! Esta historia la he tenido pensada desde antes de concluir Autumn Leaves, y pues sería una pena guardarla en el fondo de mi baúl ¿no creen? (¡No he podido abandonar este fandom!)
¿De qué va esto?
Pues bien. Me he inspirado en la idea del libro Friends Forever de Danielle Steel. Únicamente he leído la reseña de este en otro libro, por lo que no la presento como una adaptación. Entonces será una historia salida de mi alocada cabecita chueca.
Por fines de comodidad, cambiaré un poco el formato de longitud -comparado al de mi anterior Universo Alterno- por lo que serán capítulos de no más de 1.500 palabras. Habrá romance, drama y un ligero toque de humor al puro Orquidea Negra' Style :P
Espero que la disfruten.
Capítulo Uno: Nos conocemos.
Los rayos de sol acariciaban las paredes de Sunny Hills, el prestigioso colegio del sur de California. Usualmente vacío durante el verano, este día abría sus puertas para recibir a sus anteriores y nuevos alumnos que comenzarían el ciclo escolar.
Una pequeña niña de dientes prominentes y cabello castaño se aferraba a la seguridad de la mano de su mamá, una mujer esbelta y sencillamente vestida. Se abrieron camino hasta la entrada, donde una asesora recibía a los de nuevo ingreso. Después de saludar a la pequeña, le preguntó si quería que su mamá la acompañara a su salón.
-No, gracias. Ya sé leer –informó antes de avanzar con seguridad a través de la marea de estudiantes que comenzaban a llegar, dejando a ambas mujeres con la boca abierta.
Hermione caminó con toda la seguridad que sus seis tiernos años le ofrecían. Buscó el cartel que decía el nombre de su grupo y con ánimo se adentró al encantador salón revestido de madera. Una maestra le dio la bienvenida, pero la niña únicamente preguntó – ¿puedo ir a leer los libros?
Cuando le dieron permiso, tomó un libro de animales que no había leído antes y se fue a sentar junto al único niño del lugar –Soy Hermione Jane Granger –saludó animosa al pequeño rubio, que estaba demasiado interesado en un grueso tomo como para voltear a verla.
-Draco Malfoy –fue su seca respuesta.
Pero la niña no se dio cuenta que su presencia era non grata – ¿qué lees? –quiso saber.
El chiquillo finalmente apartó los ojos de su libro, para girarlos escandalosamente antes de voltear a verla –es obvio que un libro.
Hermione rió –sí. Pero de qué. Porque el que yo tengo es de animales.
Draco miró con desprecio la carátula –ya lo he leído. Demasiados dibujos, como para bebés.
Hermione si sintió esta vez la agresiva respuesta y sus ojos brillaron con lágrimas – ¡Pues yo creo que es muy bonito!
El chico, desacostumbrado a que alguien se atreviese a alzarle la voz, sintió de pronto la necesidad de remediar el daño ocasionado. –No he dicho que no lo sea. –Como eran molestas las niñas.
-¡Bien! –Dijo nuevamente alegre la pequeña –porque el tuyo parece libro de abuelitos.
El pequeño bufó, pero no quiso discutir. En lugar de eso, volvió a enfrascarse en la lectura de 'El retrato de Dorian Gray'.
Hermione imitó los movimientos de su compañerito y abrió su libro y comenzó a leer. Claro que como era rápida lectora, rápidamente cambiaba las hojas y esto desesperó al rubio que por segunda ocasión, volvió a apartar la vista de su libro – ¿puedes guardar silencio?
La niña se preparó para contestar que no era una biblioteca, cuando un chico de pelo negro y alborotado se unió a su mesa –la maestra me dijo que me sentara aquí –dijo a manera de disculpa sujetando con ambas manitas su lonchera con la figura de su héroe favorito.
-Soy Hermione Jane Granger –dijo con renovado entusiasmo. –Me encanta leer y aunque no uso lentes, me gustan los tuyos.
-¿Nunca te cansas de hablar tanto? –dijo el rubio mordaz.
El de cabello negro frunció el ceño, no le había gustado el tono del otro niño –es un país libre y puede hacerlo… al menos es lo que siempre le dice mi mamá a mi papá –replicó azorado.
Hermione asintió fervientemente –así es. Peor no me has dicho cómo te llamas.
-Soy Harry, Harry Potter.
-Mucho gusto, Harry. Este de aquí es Draco. Es un poco gruñoncito pero es porque le gustan los libros de abuelitos…
-¡No es un libro de abuelitos! –Exclamó el rubio. ¿Por qué las niñas tenían que ser tan latosas?
Harry tomo asiento frente a la niña y comenzó a jugar con los bloques que estaban al centro de la mesa –pues yo creo que si no tiene dibujos de superhéroes no es tan divertido.
Hermione negó con la cabeza –los animales y las flores también son divertidos.
-Pero no tanto como los héroes que atrapan villanos.
-Eso es tonto –dijo el rubio con suficiencia –además…
Pero ya no supieron que más, porque el estruendoso llanto de una pequeña les robó la atención.
-¡Yo también quiero ir! –gritaba una pequeña pelirroja jalando el brazo de su mamá.
-El próximo año podrás entrar. Esta vez solo venimos a acompañar a Ronnie –dijo una bonachona señora dirigiéndose a un pelirrojo bastante más alto que el promedio de los niños de su edad –espera, Ron. Tienes una mancha aquí – lamió su pulgar para limpiar la mejilla del niño, a quien se le pusieron rojas sus orejas.
-Estoy bien, mamá –murmuró avergonzado. Vestía un simpatiquísimo traje de vaquero con todo y sombrero. De su cinturón colgaban un par de pistolas plateadas.
-¿No hay problema que traiga esto puesto? –Preguntó la señora a la miss –me ha hecho un berrinche hasta que lo he dejado traerlos.
La maestra sonrió paciente, obviamente acostumbrada a tratar con padres complacientes y niños latosos. La niña pelirroja seguía llorando. –No hay ningún problema –entonces mirando a la hija de la señora agregó –si quiere pase con su hija un rato. Aún faltan unos minutos para empezar…
Agradecida, la señora entró persiguiendo a la pequeña que ya no lloraba más.
-Hola –murmuró el vaquero pelirrojo – ¿está ocupado? –preguntó señalando la última silla vacía de la pequeña mesa.
-Si… –dijo el rubio.
-No –dijo más fuerte Hermione – ¿Es tu hermana? –preguntó cuando el niño se sentó.
Este suspiró –para mi dolor de cabeza –dijo imitando a los adultos.
-Es muy escandalosa –Hermione dijo esto –pero ha de ser porque es pequeña –agregó pensativa.
-Todas las niñas lo son…
-Soy Harry Potter –se apresuró a saludar el pequeño, queriendo evitar otra discusión – ¿cómo te llamas?
-Ron, aunque ya lo deben saber gracias a mi mamá.
-¡Siiii! –gritó desde el otro lado del salón su hermanita, casi como si fuera una confirmación.
Pronto Harry y Ron se pusieron a hablar sobre sus juguetes favoritos, y los otros dos leían sus libros. Finalmente la señora mamá de Ron se fue, llevándose a la pequeña (que volvía a hacer berrinche) y la maestra les llamó a cantar.
Hermione se sabía casi todas las canciones y alzó la voz como nunca.
Cuando la señorita les pidió que formasen grupos de cuatro, inmediatamente Harry, Ron y Hermione se juntaron – ¡Draco, ven! –grito la pequeña mandona, al ver que este era jalado por una bonita niña de pelo negro.
Draco se encogió de hombros, liberándose de la niña que acababa de conocer. No ofreció explicaciones y se unió a los que conoció al principio de su día.
Estos cuatro niños no podían ser más diferentes unos de los otros; ni provenir de familias más diversas, pero desde ese momento se hicieron buenos amigos.
Tal vez era el inicio de una amistad que duraría para siempre.
¿O no?
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Próximo Capítulo: 11 años después.
