Esta historia es una historia sobre amores perdidos en el tiempo y decisiones. Se desarrolla en 2 tiempos: el pasado, ubicado entre la llegada de Sasuke y los Kages a la guerra y el prólogo de la historia y el presente, 15 años después de la primera mitad del capítulo 1. En la línea argumental del pasado entenderemos por qué Sakura y Naruto terminaron juntos y cómo es que Hinata y Sasuke se volvieron amigos. En el presente, veremos lo difícil que es para los cuatro vivir con las decisiones que tomaron.
Capítulo 1
'Only know you love her when you let her go'
Mebuki Haruno ató el obi a la espalda de su hija con sumo cuidado mientras miraba el reflejo de los cabellos rosados en el espejo. Se limpió las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos con el dorso de su mano y le dio un suave beso en la mejilla. Era el día de la boda de su hija y era difícil dejarla ir.
- Mamá -Dijo Sakura al contemplar los ojos enrojecidos de su madre a través del espejo- solo me voy a casar.
- No todos los días tu única hija se casa con el más grande héroe de Konoha.
Mebuki salió de la habitación dejando a Sakura y su hermoso kimono blanco solos. Se miró al espejo nuevamente y la visión le pareció maravillosa, tanta belleza y elegancia juntas... Era el día de su boda. Caminó por la habitación para acostumbrarse a los zapatos y al peso de la ropa y miró la fotografía sobre su mesita de noche. Sasuke le miraba desde ahí, con un mohín de reprobación... pero eso ya no importaba.
Porque ese día, el día más importante para Konoha desde el final de la guerra, ella uniría su vida con Naruto Uzumaki.
Sasuke Uchiha se ajustó el yukata y miró la fotografía del equipo 7 que descansaba junto a su cama. La sonrisa de Sakura le recordaba lo que pudo haber sido pero no fue. Recordó el sabor de ese beso robado cuando escapaba con Orochimaru. Ese del que Sakura nunca sabría. El beso donde sus sentimientos eran más puros.
En el templo al final de la colina, aquel donde los cerezos y las rosas azules florecían, Sasuke Uchiha sería el padrino de la boda de su mejor amigo con la mujer que amaba. Él había tomado la decisión de hacerse a un lado, porque ambos merecían un futuro brillante y cálido. Ellos reconstruirían Konoha mientras él se marchaba.
Naruto Uzumaki estaba pletórico, nunca había sido tan feliz. Kakashi le ayudó a ajustarse el Yukata y sonrió enternecido, bajo la máscara. La vieja Tsunade le había entregado ese kimono -que había pertenecido al primer hokage- para que celebrara su matrimonio. Ese era el día en el que el brillante futuro de Konoha y la Alianza Ninja comenzaba.
En el último día de Hinata Hyuga en Konoha, el sol le iluminó la cara y Hanabi saltó sobre su cama, preocupada. Se había pasado la noche sollozando de amor, pensando en unos ojos azules que nunca la habían visto completa. Pensando en el amor que había dejado ir, aquel día en el hospital, cuando Naruto entre sueños preguntó quién le cuidaba y ella dijo 'Sakura' porque él la había llamado todas las noches que su amiga pasó junto a la cama de Sasuke Uchiha.
15 años después
Sakura despertó y extendió su mano para tocar el cuerpo que estaba al otro lado de la cama. Unos ojos azules le miraban con insistencia, con amor y con rutina. Hace 15 años que se levantaban uno junto al otro. Demasiado tiempo incluso para alguien que había perseguido sus sueños hasta verlos cumplidos todos. Era mucho tiempo hasta para ellos, que vivieron una guerra.
Naruto se levantó y se envolvió en una bata mientras ella se desperezaba. Ahora comenzaba la rutina, fría y dura pero tan relajante. Cada uno sabía cómo reaccionaría el otro, lo que harían paso a paso hasta que pudieran volver a meterse en la cama. Se saludaron, no con el cariño y la pasión de antes sino con la comprensión de dos amantes de muchos años. Porque después de 15 años la impaciencia de Naruto por ella había cedido a un sentimiento mucho más calmado y cercano al verdadero amor. Ella bajó a hacer el desayuno y él se metió a la ducha.
Muchos años atrás, Sasuke Uchiha había decidido hacerse a un lado para que su rubio amigo dejara de sufrir por amor. Fue un gesto que toda la aldea había agradecido, pues quiénes mejores para guiarlos a una nueva era de gloria y paz que los héroes de guerra. Hinata Hyuga había hecho lo mismo, con igual sacrificio aunque por diferentes motivos. Sasuke lo hizo motivado por la culpa y el arrepentimiento, por no creerse digno. Hinata lo hizo movida por un amor que nada tenía que ver con redimirse de algún pecado.
Mientras revolvía los trastes de la cocina, Sakura pensaba en Sasuke y Hinata. Ese era el día, ella lo sabía muy bien. Luego de 15 años él regresaba a la aldea y se preguntó cómo harían para volver a ser el equipo 7. Sabía que en la ducha Naruto pensaba lo mismo, acaso atormentado por el fantasma del primer amor no cumplido. Durante 15 años todo había sido tan simple, ellos corrieron y ella y él escogieron quedarse. No los culpaba, si Sasuke se hubiera casado con Hinata ella también hubiera huido a alguna aldea lejana. Si ella se hubiera casado con Sasuke, Naruto habría perdido todo el ánimo de ser Hokage.
El olor del chocolate que Sakura hacía todas las mañanas llegó hasta la nariz de Naruto, que con el cabello rubio mojado bajo la ducha se preguntó si Sasuke le guardaría rencor. Si acaso su amigo añoraba la vida que él tenía... que él le había arrebatado. Porque sabía muy bien lo que Sakura y Sasuke sentían el uno por el otro, siempre lo supo; pero solo por una vez necesitaba ser egoísta.
En la entrada de la aldea, Sasuke Uchiha y Hinata Hyuga se reportaban luego de terminar con su larga y diplomática misión. Los guardias los miraban como quién mira a un fantasma, pues eran jóvenes y ellos en cambio eran una leyenda. La mujer que salvó al Hokage del ataque de Pain. El hombre que ayudó al Hokage a derrotar a Madara. La mujer que amaba al Hokage. El hombre que amaba a la mujer del Hokage.
Sasuke pidió que informaran al Hokage inmediatamente de su regreso. Ambos estaban cansados, pero antes de irse a descansar querían terminar el informe. Hinata añoraba a Hanabi y su equipo. Él añoraba los labios de Sakura y su risa diluida a través del apellido Uzumaki.
Sakura se duchó y se arregló de acuerdo a su rango. Todavía podía recordar las palabras de Sasuke al marcharse el día de su boda, cuando ella le increpó que se marchara a una misión tan larga. Si se concentraba, incluso podía sentir sus manos apretando las suyas y el suave beso que depositó en su mano derecha antes de desaparecer. Naruto y él estaban en contacto, obviamente, pero ella y él no. También perdió de vista a Hinata, quien se había unido a su misión. El dolor golpeó su pecho como hace años lo no sentía: Sasuke había aceptado a Hinata como nunca a ella. Vivió con ella quince años, casi una vida. Quince años llenos de sonrisas y la esperanza de un dorado futuro. Quince años llenos de nostalgia y soledad en una parte del corazón.
Naruto esperó a su esposa para desayunar cambiando de ropa a su pequeño bebé, nacido tan solo unos meses antes. Jiraiya, el mayor, estaba en su primera misión rango B. Era todo un prodigio para su edad, como ninguno de sus padres lo había sido de niños. Se parecía más a Sasuke, con su carácter taciturno y sus habilidades prodigio que él mismo a su edad. Si hubiera salido de cabello oscuro, seguramente todo el pueblo habría estallado en chismes sobre su mujer y su amigo, pero era rubio y de ojos verdes. La mezcla perfecta de ellos.
El sonido de la puerta del balcón le sacó de sus pensamientos. Un ANBU le esperaba del otro lado del cristal.
- Hokage-sama -Dijo el hombre- Uchiha-sama y Hyuuga-hime han regresado.
- ¡A Desayunar! -Llamó Sakura desde la puerta, mientras el ANBU desaparecía. Miró a su esposo que con una sonrisa en los labios alzó al bebé y le dio vueltas por la sala.
- ¡Han regresado, Sakura-chan!
