Reparto
Lena Headey – Jocelyn
Jonathan Rhys Meyers – Valentine
Aidan Turner - Lucian
Entre un ángel y un lobo
Es una visión personal sobre el conflictivo triángulo y orígenes de la historia de Cassandra Clare TMI
Obviamente que para el fic he modificado algunas realidades sobre el mundo de Cazadores de Sombras, y de la historia original de Cassandra Clare. La realidad es la que yo escribo en mis historias, y en el caso de los fics, modifico algunas cosas en favor de la historia pero respetando el espíritu de la obra original.
La mujer que amó a Valentine Morgenstern
Cuando el chico que le gustaba le había dicho que ella no tenía nada que ofrecerle a un hombre, Jocelyn Fairchild lloró por tres días.
Inexperta, ilusionada y joven, creía que Raoul Shakebolt cambiaría su suerte, que sería alguien que por primera vez la vería con ojos de amor… y resultó ser todo lo contrario. Como nadie más lo había hecho, ella se atrevió a pedirle a él que la acompañara al baile de navidad, y pagó caro por eso.
Ahora no podía verse en un espejo sin pensar en la mirada despectiva y las crueles palabras de Raoul. Y socialmente se refugió en su amigo Lucian Graymark, para nunca más sufrir.
Nunca un hombre se atrevería a decir algo así a ninguna mujer, pero Raoul lo había hecho con Jocelyn, así que ahora ella tendría otro propósito. Si no tenía nada que ofrecerle a un hombre, si a nadie le importaba y jamás pondrían sus ojos en ella, ella ya no tendría por qué sacrificar su vida por otros.
Y ésa era la razón de la existencia de un nefilim, y ahora esa moral se debatía dentro del pecho de la Cazadora de Sombras, luchando ferozmente contra los instintos rebeldes que nacían dentro de ella.
Acompañada siempre por su amigo de infancia, Lucian, ella había atendido a toda la educación de Cazador de Sombras cual alumna brillante, pero ocultando dentro de sí conflictos confusas y emociones encontradas. No tenía más amigos, ningún chico se interesó en ella, y se burlaban de ella y de Lucian, el chico pálido y flacucho que casi no hablaba. Todos decían que era un varón más como él, con quien andaba para arriba y para abajo siempre. Era un varón, y Raoul la convenció de eso.
Por eso, el día que supieron acerca de un movimiento oculto, liderado por aquel extraño joven Morgenstern del que todo el mundo hablaba, los dos no dudaron en interesarse. Se decía que Valentine odiaba a los Subterráneos después de morir su padre, que no se apegaba a las leyes, que estaba solo y que era muy raro. A Jocelyn nada de eso le importaba si era aceptada, y para sorpresa de todos, fue aceptada a unirse al grupo. Cuestionar las leyes de la Clave era algo que encontraba enormemente seductor, porque fueron aquellos nefilim de la Ley precisamente los que tanto la habían despreciado, y más teniendo de amigo a Lucian, a quien habían golpeado varias veces un grupo de Subterráneos abusivos.
Entonces conocieron al líder de la secta llamada El Círculo, y él los aceptó, y fue lo más maravilloso que pudo haberles pasado, el ser aceptados sin siquiera mirarlos de arriba abajo.
Raoul y todos los demás representaban para Jocelyn La Ley que El Círculo pregonaba combatir, y ese secreto lo conservaba muy dentro de su corazón, ni siquiera Lucian sabía nada de lo acontecido con el baile de Navidad. Ella jamás se atrevería contarle eso a nadie.
Entonces, todo empezó a cambiar, y Lucian se hizo muy amigo de Valentine y finalmente había encontrado un parabatai, y Jocelyn por su lado había encontrado su lugar con amigas como Maryse y Celine Montclaire. Ahora era respetada, porque todos empezaron a tenerles miedo, al Círculo de Valentine.
No podía negar la chica Fairchild que le gustaba la batalla, y Valentine había tomado especial interés en ella, y se dedicó a entrenarla en las artes letales con ahínco. Le enseñaba cosas prohibidas por la Ley.
Y en poco tiempo ocurrió lo irremediable, las miradas eran cada vez más atrevidas y Jocelyn se inquietaba. Valentine la miraba como no la habían visto antes otros hombres. Pero su familia decía que Valentine era peligroso, amoral y traicionero. Sin embargo ella veía mucho más allá de eso.
Jocelyn podía mirar lo que había detrás de la coraza impenetrable del jefe del Círculo, quien no era más que un ser atormentado por demonios y encerrado en su propia soledad.
Él sabía que ella era la única persona que lo comprendía, que era la primera persona que era diferente y que no se dejaba influenciar por sus acciones. Valentine también veía venganza en ella, y un alma parecida a la de él, aunque Jocelyn lo negara.
Porque él podía llegar a ser muy cruel, y los cambios también estaban en Lucian, el parabatai, a quien Valentine enseñaba a vengarse con ferocidad de todos los Subterráneos. Pero todo el mundo se daba cuenta de que el frío joven Morgenstern cambiaba por Jocelyn Fairchild.
Sin embargo las ideas del Círculo eran claras, y la secta los absorbió a todos. Los Subterráneos que habían golpeado a Lucian Graymark comenzaron a temer, y Raoul Shakebolt empezó a temer también pues tenía un secreto vergonzoso que Jocelyn llegó a descubrir: él sentía lujuria por las mujeres brujo.
Aquello le hizo querer hablar, y acudió a Valentine, le contó todo, por primera vez a alguien.
La expresión inescrutable del hombre no la dejaba saber en verdad lo que realmente sentía. Valentine solamente se limitó a decirle que aquel individuo no merecía vivir.
Eso dijo y ella no supo más.
Al día siguiente de aquella noche, Raoul apareció muerto y solamente Jocelyn sabía quién lo había asesinado.
Se atrevió a ir a verlo en su casa donde se encerraba y se alejaba de todos. Y él le abrió sus puertas.
-Sé que fuiste tú- le dijo sin miedo.
Valentine estaba sombrío y sus ojos azules eran hielo. Era un nefilim que asesinaba a nefilim.
Inspiraba miedo en verdad como decían su madre y su padre.
-Lo hice por lo que te hizo- fue lo que él le respondió, y dentro de aquel corazón endurecido había nacido el amor más puro.
Ella estaba demasiado confundida, jamás alguien había hecho algo por ella, y lo que había hecho Valentine indicaba una enorme pasión por ella. Su fuerza era arrolladora, sabía que no estaba bien, pero Jocelyn no podía alejarse de aquel hombre terrible, pero que estaba allí para ser todo por ella.
-No lo lamento- se vio a ella misma diciendo esto –Es la verdad, no siento pena-
Si sus padres la hubieran oído, no la reconocería, pero era su verdadero yo, sin máscaras. Y eso sólo se dio gracias a Valentine. Así que no podía negarse más, era una realidad. Lo amaba, y lo que hacía no le importaba. Eran otras las cosas que habían llegado a su corazón.
Y ante eso, la frialdad del alma del jefe del Círculo se doblegaba por completo. Por primera vez flaqueaba, pues ella lo consolaba, y entonces, abatido, agacha la cabeza y se refugia en sus brazos.
