Te encontraré
Después del epilogo.
— ¿Me preguntas que es lo que hago aquí?, bueno realmente no es algo que pueda responder fácilmente, aunque si tratamos de llegar a una conclusión tal vez podamos deducir el hecho de que me perdí, ¿qué tal suena eso? —su amigo lo miró por unos instantes dándole su respuesta. Este respondió con una ligera risa —. Eres un genio por lo que tal vez una respuesta tan ambigua no es algo que te deje satisfecho, pero realmente no se me ocurre alguna otra respuesta, creo que es lo más cercano a la verdad porque de no serlo te estaría mintiendo y mentirle a un genio seria como echarse de cabeza ¿no? Alguien de tu nivel es capaz de saber la verdad incluso si no la sabe. ¿Extraordinario no lo crees? realmente desearía tener tu habilidad, tal vez de esa forma pude haberme ahorrado muchos problemas. —levantó el cigarro que tenia oculto entre sus dedos y se lo llevó hasta la boca, dio una gran exhalada llevándose casi medio cigarrillo consigo —sabes… —devolvió el humo lentamente —, creo que comencé a hablar mucho nuevamente ¿qué te estaba diciendo? —Posó su mano en su barbilla tratando de hacer memoria — ¿Qué tanto era para ti, qué tanto era para mí…? —Se rasco la nuca tratando de recordar. Vio a su amigo y dejo escapar una de sus clásicas sonrisas que esbozaba al hacer una tontería — ¿Qué te estaba diciendo?
— ¿Esperas que yo lo sepa? —Respondió irónico —, sabes, sé que no tiene mucho sentido viniendo de mi parte pero… ¿acaso esa no es la tercera cajetilla del día de hoy? Si a mi no paran de molestarme por un par de cigarrillos diarios no me imagino como te van a reprender cuando se enteren.
—Tranquilo, no es como si fumara mucho ¿o si…? Pero ahora que lo dices, ciertamente es la tercera cajetilla del día —metió sus manos en sus bolsillos buscando el paquete de cigarros, lo encontró, lo sacó y lo abrió —, si consideramos que cada una trae veinte cigarros y que ya me eh acabado dos y a esta le sobran once debo de asumir que llevo cuarentainueve ¿verdad?
— ¿Tú crees? —su amigo hizo un puchero.
—Siento como si cada vez que habláramos te estuvieras burlando de mi —respondió mientras sacaba otro cigarrillo a la par que se lo llevaba a la boca mientras lo encendía —Ten. —Le lanzo la cajetilla con los cigarros restantes —creo que ya fumé demasiado por una vida, al menos cerrare la cuenta y fumaré los cincuenta, sería difícil no fumar teniendo la cajetilla en mi bolsillo implorando por salir. —Camino hasta quedar de espalda con una pared la cual uso como soporte —;aunque eso es lo que me agrada de ti, te burles o no tú eres diferente, no me tratas como un loco al igual que todos lo hacen y si lo haces al menos a tu manera… —esbozó una sonrisa —supongo que está bien.
—No seas exagerado Naruto, nadie te trata como loco, simplemente están preocupados por ti ¿te imaginas? Nadie podría imaginar lo mucho que cambiaste en tan solo un par de días aunque bueno, días representa el tiempo que estuviste encerrado en tu apartamento, para bien o para mal yo estuve ahí la mayor parte del tiempo, ¿qué puedo decirte? En un momento estabas llorando como un bebé y en otro casi muero al evitar que mataras a uno.
— ¿Enserio? —Preguntó melancólicamente —ya lo olvide… —susurró al viento.
—No te voy a mentir así que no voy a decir que se como te sientes por que realmente no me puedo imaginar por el infierno que debiste de haber pasado, todo fue… ¿cómo decirlo, repentino, rápido, inesperado, o tal vez injusto? Aunque tampoco es que no hubiera tenido solución, había muchas cosas de las cuales preferiste hacerte de la vista gorda imaginando que no se encontraban ahí cuando debiste de haberte encargado de ellas antes de que terminaran explotando. A diferencia de los demás yo te diré la verdad y la verdad es que fue tu culpa, tal vez no en una totalidad pero si te toca atribuirte al menos la mayor parte.
—No necesito que me lo recuerdes —respondió de mala gana dándole otra exhalada a su cigarro hasta que al final solo quedo la coleta del filtro, la aventó fuera de la casa y después se dirigió a una especie de barra donde tomó un vaso, lo lleno con un par de hielos para finalmente llenarlo de licor.
—Preferiría que no estuvieras aventando las colillas de los cigarros en donde te plazca.
— ¿Gustas?
—Tsk… —recogió la colilla del suelo para después depositarla en un lugar mas apropiado —siempre que vienes de visita terminamos envueltos por todos los vicios —respondió con una sonrisa —, supongo que un par de vasos no me harán daño —su compañero sonrió para después tomar otro vaso y comenzar a repetir el proceso —sabes Naruto, de no ser por tus razones y el hecho de que mi amada me castraría estoy seguro que hubiéramos terminado en la cama de varias mujeres mas de una vez, claro que en el mejor de los casos.
— ¿Y en el peor?
—Quien sabe, probablemente yo perdería algo importante como hombre —su compañero soltó una pequeña risa —Y tú… —lo meditó unos instantes—, tú hubieras abandonado la aldea y unos días después me notificarían tu muerte y tal vez quedarías tan irreconocible que tendrían que llamarme para reconocer tu cadáver.
— ¿Enserio? —preguntó mientras le extendía su vaso.
—Es lo que yo creo, puedes tomarlo como una alucinación o algo improbable si así lo deseas.
—Me quedare con la parte de la alucinación —respondió con una sonrisa triste, observó su vaso un par de segundos para después darle un trago —. Ya pasaron casi tres meses… —comentó en un susurro —el tiempo realmente vuela rápido.
—No es que el tiempo pase rápido, simplemente pasa como tiene que pasar ¿cómo puedes hablar del tiempo si ni siquiera tienes una noción clara de lo que es?; segundos, minutos, horas, días, recuerdos o tal vez lo que no tiene que ser observado ¿qué es el tiempo para ti?
—No lo se.
—Perdón —se disculpó mientras le daba un trago a su bebida imitando las acciones de su amigo —Solo te estaba molestando.
—Debo de decir que tu manera de molestar es bastante peculiar —se acercó a la barra y relleno nuevamente su vaso pues sin darse cuenta ya se encontraba vacío —. No sé si sean los efectos del alcohol recorriendo mi sistema pero te diré un secreto, ¿quieres oírlo Shikamaru? —el pelinegro no respondió pero con su mirada le indico que continuara —Es hora, por fin es hora —un aire de tristeza y emoción se adueñó de sus palabras haciendo un poco complicado descifrar el mensaje detrás de aquellas palabras —, ya no puedo soportarlo más... —sus ojos chocaron con los de su compañero a través del reflejo del cristal —creo que esta va a ser la última vez que choquemos vasos durante un largo tiempo —alzo su vaso —Salud amigo.
—Salud —respondió de la misma manera — ¿Y bien, qué significa?
— ¿Qué significa que?
—Lo que acabas de decir.
—Tal y como suena, no creo te sea difícil de descifrar ¿verdad genio?
—No —respondió con sutileza, le extendió su vaso ahora vacío pidiéndole que también se lo volviera a llenar, aprovechando cada instante de ese gesto para averiguar de lo que estaban hablando —, simplemente espero estar equivocado —al igual que él, su amigo mostró una mirada seria mientras tomaba su vaso y se dedicaba a rellenarlo. Se formo un pequeño silencio de no mas de unos segundos sin embargo no fue agradable.
—Exactamente ¿con que frecuencia te equivocas? —preguntó mientras le regresaba su vaso.
— ¿Exactamente eh…? —esbozó una pequeña sonrisa —en porcentajes puedo decir que solamente hay una probabilidad del tres porciento de que me equivoque y para que ese tres porciento no disminuya a un punto doce porciento no tendrías que tener un brazo —su compañero esbozo una sonrisa cómplice al escucharlo —en algunas situaciones me alegro el saber que no me puedo equivocar, sin embargo… —se quedo mirando su vaso por unos instantes —son situaciones como estas las que me hacen odiar ese sentido critico que tengo, la gente me llama genio por que creen que es maravilloso el saberlo todo. Aunque tampoco es como si lo supiera todo, solo no quiero que nada se me escape aunque… —miró hacia la nada por unos instantes —hay cosas que realmente prefiero no saber... —Le dio un trago a su vaso, lentamente disfruto el como aquel liquido pasaba por su boca dejándole un sabor amargo, luego pasaba por su garganta quemándola lentamente para que finalmente sintiera esa sensación que le calentaba el pecho.
—La vida no es tan fácil ni tan perfecta, es por eso que depende de nosotros el acercar nuestras vidas a la perfección. Lo más cercano que podamos encontrar es donde nos quedamos estancados, solo las personas que realmente han sentido la desesperación pueden entender porque es tan importante encontrar los colores que le faltan a su propio mundo —soltó un gran suspiro —Tú mejor que nadie sabes que tarde o temprano iba a optar por esto, si no lo hice antes fue por que necesitaba juntar el dinero necesario y aunque no menos importante necesitaba un pretexto y afortunadamente ahora lo tengo ¿y por qué no decirlo? También necesitaba arreglar las cosas dentro de mi cabeza.
— ¿Enserio? —Preguntó interesado — ¿se puede saber de que se trata?
—Te enteraras tarde o temprano así que prefiero no mencionarlo, de hacerlo corro el riesgo de que hagas algo para evitarlo.
— ¿Crees que soy tan tonto como para hacerlo?
—No —respondió con una sonrisa —sé que no eres ningún tonto y eso es a lo que debo de cuidarme, ¿fuerza? La tengo y con creces, puedo derrotar fácilmente a la mayoría de los shinobis de esta aldea ¿intelecto? También lo tengo, no agradezco las condiciones en las que lo tuve que desarrollar y ahora puedo considerarme arriba de todos en ese punto menos de ti, no me mal intérpretes, no es que no confié en ti mi bien amigo, solo tomo precauciones.
—Eso demuestra que realmente enloqueciste o que ya usas un poco el cerebro, siempre he tenido curiosidad de saber todo lo que estuvo detrás de aquello hace tres meses. Tú me lo has dicho todo, yo he investigado lo restante y sin embargo aún me cuesta entender lo que pasaba por la mente de ustedes tres en ese entonces, vuelcos de un momento a otro, ataques de ira, obsesión, fanatismo, arrepentimiento y probablemente su cerebro colapso en algún momento.
—Todos optarían por el suicidio, si yo no lo hice fue porque tú lo evitaste. Enloquecí eso no lo niego, pero gracias a eso ahora puedo ver el mundo de otra manera.
—Y lo vuelvo a repetir, nadie piensa que estés loco, solamente se preocupan por ti y tus impresiones no ayudan; que te pongas a hablar solo en medio de una conversación, que debatas cosas profundas cuando antes lo más profundo de lo que hablabas era de los ingredientes perfectos para el ramen ¡claro que sin contar que repentinamente atacabas a las personas sin razón alguna!
—Lo que sea —respondió sin ánimos —gracias por los tragos pero es hora de irme, ya se encuentra bastante oscuro y tengo que prepararme, por dios… —cortó de repente — ¡cómo me mata simplemente recordar! Luego vuelvo a la realidad en las que todos actúan como si nada pasara y nadie fuera la ¡Ah! —soltó un golpe a la pared —gracias amigo, tu mantuviste mi sanidad mental en estos últimos meses, de no ser por ti no sé cómo hubiera terminado.
— ¿Enserio? De ser el caso puedo estar seguro de que falle.
—No —respondió mientras le daba la espalda y abría la puerta —no pudiste haberlo hecho mejor —esbozó una sonrisa cerrando la puerta detrás de sí.
Notas del Autor: Comenzando con una historia que daba vueltas por mi cabeza desde hace tiempo, espero les agrade.
