Hola! Soy Ni€a y aquí estoy con otra nueva historia, espero que os guste. Es un Universo Alterno, ya que los padres de Harry están vivos y no hay ningún Voldemort ni nada...

Los personajes de Harry Potter son de Rowling.

|·|·| INTRODUCCIÓN |·|·|

Era un pasillo oscuro, sólo iluminado por tres antorchas, que con sus danzantes llamas anaranjadas hacían que las sombras parecieran fantasmas paseándose por el castillo. La sombra más grande de todas era la de un chico apoyado en el alféizar de una ventana. El chico estaba mirando la lluvia.

Des de pequeño siempre le había gustado el agua, ya fuera mirar como caía la lluvia des de su confortable habitación o disfrutando de un relajante baño, dejando que el perfumado jabón le inundara los sentidos y olvidara sus preocupaciones.

Se fijó en el paisaje tan bonito que se podía ver des de su situación; el bosque prohibido; un lugar misterioso al cual des de esa vez en primer año, nunca había vuelto a entrar. El lago a un lado, el campo de quidditch al otro, y un cielo tan gris como sus ojos... Dejó de llover. No tenía ganas de volver a su sala común, así que salió del castillo, y aspirando el olor a tierra mojada se dirigió hacía un árbol, quitó unas cuantas hojas húmedas y se sentó. Se respiraba calma, sentimiento que nunca permanecía mucho con él. Miró hacía el lago. Sus aguas tranquilas reflejaban el gris del cielo. "El calamar gigante debe de estar durmiendo" pensó, pero entonces vio como en la superficie empezaban a surgir pequeñas olas. "Ya se ha despertado".

Siguió observando, esperando ver algún tentáculo, pero lo que vio lo dejó sin palabras. Una cabeza salió del agua, seguida por un cuerpo de hombre, éste levantó los brazos dispuesto a volver a meterse en el agua y al hacerlo Draco pudo ver como una cola de pez, de escamas verdes y plateadas, seguía al cuerpo. Parpadeó un par de veces i se frotó los ojos. Volvió a fijar la vista al lago. No era común que los seres que vivían en las profundidades del lago salieran. La cabeza volvió a emerger del agua y Draco se puso a correr en su dirección.

Atravesó unos arbustos y unos árboles, y cuando llegó donde tenía que estar el ser, se encontró con que conocía a esa persona, por qué era una persona, y como tal, no tenía cola.

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