Buen día a vosotros queridos lectores, tras muchos años finalmente rehíce completamente este capítulo XD ^-^u .
Espero ciertamente que lo disfruten.
(17/11/2017)
Si deseas leer otra versión de este cuento, te recomiendo visitar mi wattpad ^u^
Mi usuario es "Desaidas" y la historia se encuentra con el mismo nombre. Por lo que la podrán reconocer rápidamente.
_Capítulo 1_
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Había amanecido como un día cualquiera en Beika. Los crímenes regulares eran siempre los mismos. Asesinato, secuestro... Y ciertamente los homicidios eran ya cosa de todos los días.
O al menos lo eran para cierto ángel de la muerte como algunos lo llamaban. Esto se debía a que la mayoría de veces, a donde iba llevaba la muerte con él. Aunque para él y para los demás eso era algo muy estúpido y sin importancia.
Shinichi Kudo, una víctima del APTX 4869. Creó una mentira lo suficientemente convincente para poder atrapar a quienes le dieron a beber el veneno. Sin embargo, poco o nada sabía de lo que podría llegar a pasar algún tiempo después. Como por ejemplo, la aparición de Shiho Miyano, una de las responsables de crear el APTX 4869, la droga que lo convirtió en un niño de siete años. Y hermana de una víctima de los hombres de negro.
Pero las mentiras siempre son malas, ya que pueden llegar a terminar con nosotros.
Y eso es lo que le paso a Conan Edogawa...
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El famoso detective de preparatoria, Shinichi Kudo, había estado ausente últimamente. No iba a clases o se tenía noticias de él. Algunos pensaron que estaba muerto pero la policía, que había sido testigo de varias apariciones de él, sabían a ciencia cierta que no estaba muerto. Aunque algunos sospechaban que podría padecer de alguna enfermedad del corazón, eso debido a que en sus apariciones siempre mencionaba o señalaba su corazón como la fuente de un gran dolor agudo.
Pero ahora, ya algún tiempo desde su última aparición, la gente no estaba muy pendiente del joven detective de preparatoria. Sino más bien estaban interesados en un detective ahora de renombre Kogoro Mouri. Quien tenía una hija y un niño de un familiar viviendo con él.
Ya a la mitad del ciclo escolar, Conan caminaba con sus amigos hacia la escuela Teitan. Tendrían muy pronto exámenes importantes de rutina. El profesor Agasa los había entretenido el día anterior con un nuevo invento el cual Conan y Haibara había habían disfrutado por igual. Ya más animados para los exámenes, la liga de los pequeños detectives iban a clases. Sin percatarse que alguien los seguía y observaba a Conan con binoculares desde un porche negro.
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Pov Gin
Esa maldita mujer se había empeñado por todos los medios en hacer que le debía algún favor. Para mi mala suerte lo logro y ahora estaba en medio del favor que me había pedido. Si hubiera sido asesinar a alguien no me habría molestado como lo estoy ahora. Estaba prácticamente de niñera de un niño en particular. De siete años, cabello marrón semi negro y ojos azules. Era japonés y no se parecía en nada a Vermut. Pensaría que no era su hijo, claro si ella no fuera una experta en el disfraz. Por lo menos el niño actuaba de una manera normal. Sería interesante ver como seria en unos años más.
— Así que él es el hijo de esa mujer. — su actuar era simple, pasaba perfectamente desapercibido.
— Aniki, ¿Por qué tenemos que recoger a ese niño? — Vodka había estado de acuerdo conmigo. El asunto era sospechoso ¿Por qué ella no podía ir a buscar a su propio hijo?
— Esa mujer quiere que nos lo llevemos por un rato, entonces no creo que haya ningún problema en llevarlo done queramos ¿O sí? — tenía un encargo que no podía ser aplazado más. El niño tendría que ir con nosotros. Tenía por lo menos tres horas para llevarlo con Vermut. Sacarlo durante clases en la escuela, nos traería muchas preguntas, este era el mejor momento para una presentación.
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— Conan- kun, Ai-chan nos dijo que estaría en la escuela esperándonos. — Ayumi tenía un ligero dolor de garganta, producto de un reciente resfriado que había tenido no hacia mucho tiempo.
— Ya veo, entonces apresurémonos — minutos antes Conan había visto discutir a Ran con el detective durmiente, por lo que tuvo que salir un poco tarde de casa. La razón por la que ahora estaba caminando un poco más rápido.
Gin y Vodka decidieron interceptarlo dos cuadras antes de que arribará a su escuela. Por lo que aprovecharon la oportunidad y detuvieron el auto justo en frente de los niños, cuando estaban por cruzar la calle.
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-Pov Conan-
Porch negro... 356A, una terrible sensación había recorrido todo su cuerpo. ¿Sería miedo, terror o algo aun peor?
Tenía un nudo en la garganta y no podía moverse ni un centímetro. Estaba en shock ya que todos sus temores se habían hecho realidad. Ellos lo habían acorralado con los niños, era el peor escenario, no podría escapar sin riesgo de que alguno de los demás fuera capturado.
— Conan-kun ¿Quién es él? — Ayumi había podido descifrar que el ambiente se estaba tensando.
Ayumi, tras varios meses de conocer a Conan, sabía que algo estaba sucediendo. Ya que el chico de gafas, estaba paralizado como si no creyera lo que tenía frente a él...
— Soy el padre de Conan pequeños... Ya tenemos que irnos, tu madre nos está esperando.
Ayumi, Genta y Misuhiko estaban sorprendidos, ya que nunca habían conocido en persona al padre de su amigo. Gin estaba sonriendo, esa sonrisa los hizo sentirse extraños a todos.
Mientras que Conan permanecía aturdido y más alterado que antes... Sus amigos que ya habían superado la impresión de la presencia del 'padre de Conan, empezaron a cuestionarle por qué no se los había presentado con anterioridad.
— Vamos Conan— Gin le abrio la puerta de su porche a Conan, quien sabía que su siguiente acción provocaría o no, el infierno para sus amigos...
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- Pov Conan-
Esto no podía estar pasando ¿verdad? Era imposible, era algo ilógico lo que estaba ocurriendo. Había sido cuidadoso o al menos en la mayor parte... Nadie sabía quién o qué era. "
"¡Había sido cuidadoso joder!" Aun en la fiesta donde Gin los había acorralado. Solo había uno de ellos o... ¿Acaso no fue así?
Pero, eso significaría que... Si ellos están aquí entonces... ¿Shiho estaría muerta?
Cabía la posibilidad de que ya la hubieran matado y que ahora estuvieran tras de mí. O que yo sería el primero y que luego fueran tras ella.
¡Maldición!
¿Qué pasará con los chicos y Ran?
Ellos estaban en la lista de estos sujetos. Serian asesinados y sería nuestra culpa... no, solo sería la mía. Shiho me lo había advertido... y yo simplemente no la escuché.
Estaba alterado y paralizado completamente. Los demás parecían no notar como estaba... ellos no tenían miedo... ya que lo que acababa de pasar, esta situación, era aparentemente lo más normal del mundo...
"Ahora en frente de mi supuesto padre..."
Estoy acorralado, sin darme cuenta otra vez mis piezas habían desaparecido sin poder realizar una jugada. La reina, los peones y torres me estaban dando jaque. Tal como... mis padres cuando me jugaron esa broma de mal gusto en el hotel.
"¿Broma?... ¿Y si esta es una broma de mis padres?..."
Las circunstancias en las que se estaba dando este "accidental" encuentro eran muy sospechosas... Un plan sorpresa que no fue bien planeado ¿Qué tal que esta es otra de sus bromas?... "Eso podría tener un poco más de sentido ¿no?"
De ser así no había peligro alguno. Aunque...
Si me equivocaba en esta deducción... "¿Una broma o el fin?"
Al final solo había una salida, ya fuera una broma o no...
— Es mejor que no los retrase más, adiós— Con la mayor naturalidad que su cuerpo le brindo, se despidió de sus amigos antes de subir al porche.
— ¡Hasta mañana Conan! — el trio se despidió alegre de su compañero, estaban muy impresionados ya que finalmente, habían conocido al padre del Conan Edogawa. Aquel hombre, ese maniático de Sherlock Holmes, que en honor a su escritor favorito había nombrado a su hijo Conan.
Sin prestar más atención al asunto, observaron como el padre de Conan subía a su auto y posteriormente como desparecieron en el Porch tras voltear en una esquina.
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Aun no convencido del asunto, el ex estudiante de preparatoria no apartaba la mirada del espejo retrovisor. Conan no perdería de vista ni un segundo a su "padre", era consiente que de no ser una broma, necesitaría aprovechar cada segundo. Así mismo empezaba enumerar planes de escape en caso de ser atacado o amenazado. No obstante, una pregunta llego rápidamente a él para poder salir finalmente de dudas.
— ¿Donde esta ella? — solo esperaba con ansias oír la risa de su padre pero, no fue así. Ya que recibió una mirada de terror en su lugar, una mirada que nunca antes había visto... "Nadie se le comparaba."
— Pronto la veraz, pero... Mientras tanto iremos a jugar un juego—
No había ni un rastro de sarcasmo, diversión o mentira en sus frías palabras. Repentinamente el pequeño detective sintió como dentro de sí, la incertidumbre lo envolvía.
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- POV CONAN-
Sus palabras, cada sílaba acabó dejándome con nauseas. Mi padre no era un actor como mamá y esa mirada, por más que estuviera actuando, sin una máscara que no me dejara ver su alma, caí finalmente en cuenta... En una de las conclusiones que más odiaría en toda mi vida... Esa mirada no era suya... Él no era mi padre... Él era Gin.
- POV CONAN-
Sin la intención de empeorar su situación, Conan quedo estático y tenso.
El automóvil avanzaba con una velocidad regular, no obstante no se detuvo en absoluto hasta llegar al campo de tiro.
Conan sonrió, ya esperaba algo así; la mejor manera de matar a alguien... Un campo de tiro, empezó a transpirar ligeramente mientras que sus ojos miraban la manija de la puerta. Estaba consciente de que no podría hacer ningún movimiento brusco. En algún momento de estos últimos 30 minutos había sido puesto en jaque al borde del tablero, acorralado por dos alfiles a cada lado.
Agriamente saboreó su suerte mientras Gin se quitaba el cinturón de seguridad y finalmente bajaba del automóvil.
— ¿Qué esperas?—preguntó con impaciencia.
— Aniki, el muchacho espera que le abras la puerta.— Sonrió con sorna Vodka.
Gin frunció el ceño y abrió la puerta trasera del porche. Conan seguía quieto, cada segundo era un logro. Él era consciente que su vida acabaría tan pronto como se alejara del automóvil, estaba convencido que Gin no permitiría que su auto se manchara de sangre.
— No lo repetiré dos veces mocoso.
Conan cerró sus ojos mientras se aferraba a su última esperanza...
- POV CONAN-
Voy a defenderme... No tengo pensado morir, no ahora. No cuando "ellos" acabarían en las manos de él. Es por ello que aun si eso implica morir y que además era algo que no había planeado hacer desde el principio... Si nadie más pasaba por lo que Haibara y yo... entonces todo habría valido la pena. Llamare a la policía, con un poco de suerte ellos no colgarán y entenderían la situación.
Pero para que su plan fuera efectivo necesitaba unos segundos y confiar en sus cinco sentidos para por lo menos marcar tres simples números.
Solo necesitaba que contestaran y luego solo... Solo el tiempo lo diría.
- Fin POV CONAN-
Se llevó las manos a los bolsillos y marcó el número. Su celular era táctil, por lo que un par de golpecitos fueron suficientes para encenderlo y llamar. El 119, por fortuna para el pequeño detective su celular apenas si emitía sonido sin el altavoz activado.
Mientras se bajó del automóvil con una mirada completamente seria, jamas propia de un niño de siete años, analizó su muy probablemente lugar de asesinato.
Vodka se acercó a Gin con normalidad y le entregó un revólver 38 corto cromado. Gin abrió el barril de balas y colocó seis rápidamente. Cerró el barril y retiró el seguro.
Shinichi Kudo estaba con una extraña sensación en su pecho. ¿Acaso la bala dolería más de lo normal? Era lo que se preguntaba mientras un ligero saludo vibró en su pantalón.
"Policía metropolitana ¿Qué se le ofrece?"
"¿Vas a matarme?"
Gin sonrió mientras presionaba el revólver sobre la cabeza de Conan.
"¿Tu que crees muchacho?"... "BANG!"
"¿¡Eso fue un disparo, se encuentra bien!?"
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Sus manos sudaban y podía sentir como su presión había bajado junto a su nivel de azúcar. Seguía vivo. Eso era bueno. Conan sentía a las nueve de la mañana un sabor agridulce que generalmente aparecía en las tardas cuando descubría un cadáver... Por esta vez, era una fortuna que no hubiera un cadáver.
Gin no había disparado, al menos no a él. Una pared detrás de Conan no había tenido tanta suerte. Su celular seguía encendido, la llamada seguía en curso, sentida como el altavoz hacia vibrar ligeramente su bolsillo. Lo más probable era que estuvieran preocupados al otro lado de la línea pensaba Conan.
Complacido por la expresión y su reacción, le tendió el arma. Por su parte el pequeño detective no entendía lo que pasaba.
"Diviértete, estaremos aquí un rato" dijo Gin mientras se alejaba del auto junto a Vodka en dirección a una sala de espera.
Todo parecía fuera de lugar, era una trampa, una posible alucinación. Conan estaba seguro de ello... ¿Y quién sabe que más ocurriría después?... Con el arma en sus manos, percibió el frió metal por lo que empezó a revisarla unos segundos. Era un arma real y claramente estaba cargada, su peso era considerable para un niño de siete años. Conan no dejaba de pensar en por qué confiarle un arma.
Vodka siguió de cerca a Gin dándole la espalda a Conan, quien a su vez saco el teléfono de su bolsillo y dijo secamente antes de colgar...
"Que mala broma" Esperaba que eso bastara para calmar a la persona al otro lado de la llamada.
El lugar en el cual se encontraban era un complejo insonorizado en medio de una ex zona industrial actualmente no muy transitada. Este lugar constataba de una pequeña sala de descanso, informes y el resto del complejo eran de zonas de práctica.
Gin y vodka entraron a una habitación y cerraron la puerta tras de sí. Conan se quedó en la zona de descanso y empezó a estudiarla. Un vitral de considerable tamaño se encontraba a un costado de la habitación en la que habían entrado los dos mayores. El diseño del vitral era de dianas de tiro, ellas tenían diferentes tamaños.
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Mientras tanto Gin y Vodka terminaban de amordazar a tres personas en tres postes junto al vitral. Dos hombres y una mujer de unos cuarenta años de edad. Todos hermanos y dueños de este campo de tiro, el cual había sido sede en varias ocasiones de asesinatos a pedido de la organización. No obstante, recientemente uno de esos asesinatos había sido avisado a la policía para hacer una investigación al respecto. Lograron limpiar completamente la escena a tiempo, sin embargo el soplón había escapado. Solo tomo dos semanas atraparlo y reunirlo con sus hermanos. Precisamente antes de ir por Conan, Gin y vodka los habían ubicado frente al vitral. Se les había ocurrido una idea tras la llamada de Vermut.
— Esto es lo que pasa al traicionar a la organización. —tomo del cabello a la mujer y lo jalo fuertemente hasta ver como unas lágrimas caían por su rostro.
Al salir de la habitación observaron a Conan, quien permanecía sentado en un sofá frente a aquel vitral. Y entre sus manos permanecería el revólver. Gin se acercó y saco un arma de su chaqueta y le coloco un silenciador.
Se escuchó un disparo que dio justo en el centro de una de las dianas. Sorpresivamente el vitral permanecía completo, solo había un agujero del tamaño de la bala en el vitral. Conan estaba sorprendido por la habilidad de Gin, estaban a tres metros del vitral. Gin retrocedió un par de metros más y le indico a Conan que también disparara.
Shinichi miro fijamente el arma en sus manos. No tenía protector de oídos... Sabía que tendría un zumbido en su cabeza, esa arma no era grande, si la disparaba no había mucho riesgo de que la fuerza del disparo le hiciera fallar el tiro.
Con una extraña sensación en su pecho deslizo sus manos por el metal templado y apunto al mismo hueco por donde había pasado la bala de Gin.
— Dispara... — Gin estaba impaciente...
Respirando un par de segundos calmo momentáneamente la duda que había en su pecho y presiono el gatillo. La bala completo su recorrido casi hasta el final. Rozo ligeramente el vitral, dejando un orificio un poco más grande.
— El siguiente es tuyo...—Gin miro impaciente a Conan, quien estaba un poco más tranquilo al poder hacer el primer disparo. Pero aquella punzada en su pecho se redujo ligeramente.
Se volvió a escuchar otro disparo que también dio en otra de las dianas que estaban dibujadas en el vitral. Inmediatamente después Gin disparó a casi todas las dianas faltantes. Y finalmente apuntando al último blanco miro de reojo a Conan esperando ver si disparaba primero. Y Conan al sentir su penetrante mirada, dispararon casi al mismo tiempo. Ambas balas se rozaron, pero no destrozaron el vitral. Más si se oían los aplausos de Vodka.
— En el blanco... — Vodka estaba muy impresionado con lo que había sucedido, un niño igualaba en puntería a su jefe.
Mientras vodka analizaba lo sucedido una risa se liberó, Gin quien tenía una sonrisa de oreja a oreja, tomó el arma de Conan y la recargo nuevamente, tendiéndosela enseguida al niño.
— Repite esos tiros mocoso— Gin inmediatamente repitió sus tiros a la perfección sin romper de más el vitral.
— ¿Y que gano yo con eso? — Conan apretó sus puños ligeramente mientras le daba una mirada retadora a Gin. No planeaba acabar muerto, pero debía tratar de interactuar más con el nombrado.
— No ganarte una bala en tu cabeza — fue simple, directo y no se andaba con bromas. Era una afirmación, no una amenaza.
— Que mal premio...— fingió una actitud desinteresada, tomó la pistola y repitió los mismos tiros como Gin.
— Impresionante niño... Entonces... - Gin metió una mano en su saco y estaba por sacar algo cuando fue interrumpido por Vodka.
— Aniki, es esa mujer.
Gin perdió esa alegría sádica en sus ojos y suspiro de enojo e indico a Conan que lo siguiera,
Los tres entraron al automóvil. Conan nuevamente se sentó en los asientos traseros mirando fijamente a Gin a través del retrovisor. Salieron de aquella área industrial, condujeron por una media hora antes de arribar a una zona elegante y costosa. Los mejores hoteles se alzaban en aquellas calles cercanas a la estación de Beika.
Se detuvieron a medida que llegaban frente a uno de los nuevos hoteles. Un hotel de cinco estrellas que pertenecía al grupo LEO, una transnacional coreana. Inmediatamente al detenerse el vehículo una persona abrió la puerta del automóvil para que Conan bajara.
Gin se bajó del automóvil junto a Vodka por lo que el ex-estudiante de preparatoria hizo lo mismo. No agradeció al botones, era un riesgo hacerlo sino quería atraer una mirada de Gin. Paso junto a lado del botones sin dirigirle palabra o mirada alguna.
No había mucho que hacer realmente, Gin no le entrego las llaves del auto. Simplemente caminó en dirección a la puerta giratoria. Al atravesarla Conan miró que no había nada fuera de lo normal en aquel lobi de 5 estrellas. Eso creía, pero había algo más allí... Algo que no esperaba...
— Tardaste mucho...- una mujer que conocía como VERMUT.
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No escondía nada en absoluto. Su cabello estaba amarrado en un moño alto, de un color rubio cenizo y sus ojos eran azules. Era el centro de atención, una mujer de menos de los treinta años, quien se pavoneaba de manera segura e imponente. Una terrible sensación atravesó a Conan en el instante en el que sus miradas hicieron contacto.
Por lo que el pequeño detective no noto que detrás de ella le seguía una muchacha de una edad similar, pero con un traje ejecutivo.
—Has tardado Gin—
Extendió su mano hacia la mujer que le seguía y ella le extendió una cajetilla de cigarrillos. Vermut la tomo y se la extendió a Gin mientras tomaba uno para ella misma. Al ver que Gin no tomaría ninguno ella encendió el propio.
—Dame la memoria —
Gin le daba una dura mirada a Vermut, quien saco de su bolsillo una memoria USB y se le lanzo súbitamente a GIn, quien inmediatamente la tomo y le dedicó una última mirada a Conan.
— Que carácter, eh Gin, con esa actitud no podrás atraer a las mujeres. —
Sin ningún temor se expresó con un tono seco, pero infantil a la vez. Ello hizo que Conan regresara de vuelta a la realidad. Observando como Gin y Vodka se iban en su porche negro.
Con Vermouth, cuando ella volvió a aspirar su cigarrillo y le habló a su asistente.
— Pide por mi sastre y mi estilista. —
Tras esto, la rubia se fue en dirección opuesta a Conan. Quien trató de interrogarla desde fuera del hotel.
— Explícame... ¿Por qué estoy aquí? —
El detective no encontraba sentido a los últimos sucesos en el día y más aun con la presencia de aquella mujer.
— Te lo diré luego, ahora sígueme, tenemos que hablar de algo... Bala plateada—
Ella hizo especial énfasis en estos últimos apelativos. Y por lo tanto le dejo claro a Conan, que no tendría control sobre la situación.
Vermouth y Conan se dirigieron a la cafetería del hotel donde se sentaron en una mesa apartada del murmullo del hotel.
— Ya fue suficiente, ¿Dime que está pasando? —
— Pues veras, vengo a hacerte una propuesta, es simple... — Vermont cruzó los brazos sobre la mesa y empezó a mirar a Conan como si fuera el ser más interesante del mundo..
— No tengo la intención de participar en algo junto a ti. No quiero ser vinculado contigo. — Esto solo arranco una sonrisa en la cara de la mayor, quien le brindo una mirada de superioridad.
— Acaso... ¿No te has dado cuenta de lo que está ocurriendo? o ¿Que podría ser lo que pasa?—
— ¿A qué te refieres con eso? — Su paciencia empezaba a tener deseos de gritarle.
— ¿Por qué razón crees que accedieron a traerte a mí con vida? — Una libreta de tapa negra se deslizó entre los dedos de Vermut.
— ¿Qué es lo que pasa Vermouth? — Se dio cuenta que Vermut no tenía la más mínima intención de colaborar.
— Nada, simplemente que eras mi hijo y nada más. Nada fuera de este mundo — Con la más dulce e inocente voz, que incluso le recordó a Shinichi a su madre. Le pareció oír que sus palabras carecían de mentira.
— ¡Pero que...! — Conan gritó recibiendo las miradas de los que se encontraban en la cafetería, a lo que él escondió un poco la cabeza tratando de no llamar más la atención.
— En unas horas saldremos del país, pero hasta que eso ocurra necesitamos cambiar tu apariencia, ya que, como soy americana y tu japonés tendré que emparejar un poco las cosas. — No le dio tiempo al antiguo estudiante de preparatoria para procesar esa declaración.
— ¿Qué te hace pensar que te acompañare? — Aun estaba reacio a aceptar lo que fuera que Vermut planeara.
— Ya estas dentro, desde el momento en que le dije a Gin que tú eras mí hijo. — Una sensación de nauseas abordo a Conan. — Se vieron en personas y ambos sabemos que ya no podrás ni dar un paso sin el temor de encontrarte a ese gruñón. — Su garganta se empezaba a cerrar. —Ya no puedes huir más... Mi pequeña silver bullet. — Sonó como amenaza esa última frase.
— ¿Qué ocurre? ¿Acaso te comió la lengua el gato? ¿O no cool kid? — una sonrisa ladina se deslizó por la cara de Vermut.
Aquel silencio entre ambos en realidad disfrazaba un grito sordo que llenaba por dentro a Conan. Como una pelota directo a su rostro. Quedando una solo pizca de raciocinio en su mente, opto por no moverse de su asiento frente a Vermut.
— ¿Por qué y para que dijiste eso? —
— Es simple, habrá una reunión de la mayoría de los miembros de la organización y darán una charla o lo que comúnmente dirías un convivio. — Sonaba como un día de campo. — Y para que te digo más, si iremos juntos—
Vermouth se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la entrada del hotel, en donde su asistente estaba esperando con un auto blanco. Mientras que para Shinichi, aquello fue un tiro de gracia. Estático apenas si reparo cuando la asistente de Vermut lo guio junto a vermut al auto que los esperaba.
— En esta aventura vas a averiguar muchas cosas sobre la organización. Y sabrás sus más profundos secretos... — Aquellas palabras Conan no les prestó atención, ya que tenía un mundo que procesar antes de ello. Su encuentro con Gin, su tiempo de calidad juntos y finalmente concluir a donde lo llevaría su situación actual.
Estaba en las manos de Vermut, aun con las advertencias de Shiho, Shinichi no tenía la más mínima idea de lo que era involucrarse con la organización.
Y ahora, sin ninguna elección y con todas las piezas sobre el tablero, no puede escapar de este extraño ajedrez. Las fichas blancas, el primer movimiento, lo tenía Vermouth ¿Ya era su turno?
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Regresé!
Me tomo mucho tiempo terminar la edición de este primer capítulo. Es oficial. Está completamente editado el primer capítulo de esta historia en.
Gracias por sus comentarios y disculpen la tardanza.
