Hola a todos otra vez...

Nuevamente yo molestando (para variar) pero como había dicho anteriormente, les traigo un intento Ichihime (que más XD), el cual espero que sea de su agrado ^^.

Disclaimer: Bleach lamentablemente no es mío sino de Tite Kubo-sama


Amor prohibido

-¡Hace calor! – Dijo tapándose de los rayos del sol que iluminaban sus ojos – espero que lleguen pronto

Decía una joven chica de larga cabellera naranja, ojos grisáceos, piel blanca y de cuerpo escultural, de nombre Inoue Orihime, llevaba puesto un vestido que le llegaba a la altura de sus rodillas, de color celeste y de tirantes, con unas sandalias con algo de tacón y que se amarraban a su pierna y un sombrero del mismo color que su vestido, había salido a dar una vuelta por la playa en lo que llegaban sus amigos, su amiga Rukia la había invitado a pasar unos días en la misma, aprovechando que la pelinaranja estaba de vacaciones, planeó unas en grupo, el cual era conformado por 4 personas, las cuales estaban incluidas la anfitriona, su viejo amigo de la infancia Renji, Orihime y uno más que la chica no conocía.

El cuarteto había quedado en verse en una playa - específicamente en una de las casas que tenía la playa - que Rukia alquiló y que era conocida por ellos, varias veces atrás la habían visitado pero no todos juntos, en lo que llegaban, Orihime decidió ir a caminar por la orilla, mirar el paisaje que la playa le ofrecía a todos sus visitantes.

Ella era hija única – después de que perdió a su hermano y madre en un accidente de transito - de un empresario famoso de la ciudad de Karakura, su nombre: Aizen Sosuke, su vida no era como muchos pensaban que lo era, estaba llena de lujos, toda clase de comodidades, siempre tenía lo que quería – al menos en lo material – pero no lo que realmente deseaba.

A pesar de tenerlo todo, nunca tuvo la atención de su padre, él siempre estaba ocupado con las cosas de su empresa, después de la muerte de su madre e hijo cuando aún era muy joven, Aizen se enfocó en su empresa, en salir adelante para poder darle todo a su hija pero nunca imaginó que comparado con lo que ella necesitaba realmente, nunca le había dado nada.

A la pelinaranja se le dificultaba tener alguna relación de amistad por las secuelas de su infancia, cuando era niña, en ocasiones, le costaba trabajo hacer amigos porque o los demás sabían que era la hija de un empresario y no querían tener problemas o su padre siempre estaba viajando y cuando creía que por fin podría hacerse de un amigo o amiga, su padre emprendía nuevamente su viaje de negocios junto a ella.

Ahora que había crecido, aparentaba ser alguien distraída, mimada y caprichosa pero en el fondo era, a veces algo seria – en ciertas ocasiones - pero siempre tranquila aunque últimamente después de que su padre le dijo que ella pronto sería la próxima encargada de dirigir su empresa, lo era aún más pero siempre tratando de ocultarlo, a su edad, conocía lo que implicaba hacerse cargo de la misma, su padre le dijo que sería bueno que trabajara con él tiempo atrás, para que fuera ganando experiencia y se familiarizara con los asuntos de la misma para que al momento de tomar el mando, supiera bien cómo hacer las cosas.

Caminó de regreso a la casa a ver si ya habían llegado, era una casa pequeña, tenía una sala, cocina con un desayunador como límite entre la cocina y la sala, en la parte de arriba, estaba el baño y 2 cuartos, cada uno con un camarote, cuando entró, supo que no había nadie porque no habían peleas, Orihime ya tenía un tiempo de conocer a Rukia y a Renji y se podía decir que los conocía bien, sabía que aunque ellos fueran viejos amigos desde la niñez, siempre se la pasaban peleando entre ellos, por eso fue fácil saber que la casa estaba vacía.

Se acordó que alguien más había sido invitado a las vacaciones por lo que fue a ver si ese alguien estaba en la casa, subió las escaleras y se fue a ver en los cuartos, abrió la puerta de en frente al cuarto que siempre ocupaban ella y Rukia y vio una maleta cerca de la cama, pensó que podría ser de esa otra persona porque Rukia y Renji llegaban juntos, sin darle mucha importancia se fue a su cuarto a ponerse su traje de baño de color amarillo de dos piezas junto con una de esas telas que se ponen el las caderas y se amarran a un lado de la misma, simulando una especie de enagua y una pequeña cartera junto con su celular que tenía una laga tira para poder ponérsela en su cuello.

Cuando bajaba las escaleras, su celular sonó y señalaba el número de su amiga, llamaba para decirle que llegarían más tarde por culpa de un pequeño percance – a Renji se le había olvidado echarle gasolina al auto por lo que se quedaron varados -, luego de que colgó, pensó que tendría tiempo para irse a dar una vuelta más pero iría a donde estaban ciertos comercios ahí mismo en la zona.

Caminó un tiempo hasta que llegó a su destino, un boulevard, lleno de muchos locales, heladerías, centros de comidas, un cajero automático, discotecas, tiendas de ropa, souvenir, alquileres de bicicletas, motos acuáticas…, en fin, era un lugar al cual se tenían muchas opciones para entretenerse por un buen rato.

Dirigió sus pasos hacia la heladería, se pidió uno grande ya que el calor aumentaba, se lo comía lentamente para poder disfrutarlo mejor, cuando terminó, esperó a que se le bajara el helado por aquello de un calambre aunque sólo fue un helado, al tiempo, se encaminó directo hacia la tienda de motos acuáticas, aunque nunca en su vida había manejado una, se atrevió a hacerlo ya que creía que no sería algo complicado.

-Buenas tardes señor

-Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar señorita? – respondió un hombre de rubia cabellera la cual era cubierta un por sombrero de rayas verdes con blanco, quien vestía un traje verde y holgado junto con unas sandalias de madera, quien estaba limpiando una de las ventanas de la tienda

-Me gustaría rentar una de esas – dijo señalando la única moto que se veía

-Claro que sí, está de suerte, esa es la última que nos queda – señalando una de color negra en la parte inferior y rojo oscuro en la parte superior

-¿Cuánto cuesta?

-Serían $20

-Bien – buscando en su pequeña cartera su tarjeta de crédito - ¿aceptan tarjetas de crédito?

-Lo sentimos señorita pero sólo aceptamos efectivo

-Pero no tengo efectivo

-¿Por qué no va al cajero que se encuentra en las afueras del boulevard?

Ella quería montarse y andar en una, así que un impedimento como el efectivo no iba a lograr que lo dejara pasar, sin mucho ánimo, se fue en busca de ese bendito cajero automático.

-No puedo creer que no acepten tarjetas de crédito, ¿Qué clase de negocio no lo hace? – A regañadientes caminaba directo al cajero – no puede ser… - se dijo para sí misma al ver que a las afueras del mismo había una larga fila y que al parecer, le iba a tomar un tiempo en obtener ese dinero

Sin más opciones, no tuvo de otra que hacer también la fila y esperar su turno, los minutos quedaban atrás al igual que su paciencia, ¿Cómo era posible que ella tuviera que estar esperando tanto por un poco de dinero cuando siempre lo tenía a la mano?, el calor aumentaba al igual que su desesperación, después de unos minutos de auto control, por fin llegó su turno.

-Ya era hora – se decía internamente

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-¿Por qué se tardarán tanto? – se preguntaba Ichigo un poco malhumorado, un joven de cuerpo bien formado, singular cabello naranja, ojos color café oscuro, piel blanca, que usaba una camisa sin mangas de color blanca con una pantaloneta de color azul y unas sandalias, quien se dirigía a la misma tienda de motos acuáticas a la que había ido anteriormente la pelinaranja – conociéndolos, se atrasaron con algo, lo cual no me extraña pero me pregunto quien será esa otra persona que invitaron… por lo visto ya llegó… ya que… será mejor que pierda algo de tiempo en lo que llegan – resignado entró a la tienda – Urahara-san ¿estas ahí?

-Kurosaki-san, qué sorpresa verte por estos rumbos, hace tiempo que no te veía

-Si, hasta que por fin me tomé unas vacaciones, ¿aún te quedan motos?

-Que forma la tuya de saludar, veo que a pesar del tiempo, no cambias…

-Como sea… ¿tienes?

-Bueno, si pero…

-¿Qué pasa?

-Me queda sólo una

-Sólo planeo utilizar una – recalcando lo que creía obvio

-Lo sé pero una joven vino por esa misma

-¿Entonces no tienes? – un poco ofuscado porque el rubio le daba muchas vueltas al asunto

-No exactamente, lo que pasa es que ella vino a preguntar por ella pero no tenía efectivo y le dije que fuera por él al cajero y que regresara y se la daría – explicó tomando la llave de la moto y enseñándosela

-Mal por ella, me la llevo – sin más, le arrebató la llave al dueño de la tienda dejándole el dinero sobre el mostrador

-Pero Kurosaki-san…

-Nos vemos más tarde

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Luego de tener el papel moneda en sus manos, se regresó hasta la tienda, buscando con la mirada al señor que la había atendido anteriormente, cuando lo encontró, rápidamente se dirigió a él.

-Listo señor, aquí tengo el dinero – con alegría le mostraba los billetes esperando que el señor le entregara lo que tenía que usar

-Señorita, lo siento pero se le adelantaron

-¿QUE? – exclamó ella al escuchar la noticia

-¿Ve a ese joven de ahí? – Señalando al chico de cabellos naranja quien se terminaba de quitar su camisa – se acaba de llevar la última que nos quedaba

-Pero yo…

-En verdad lo lamento pero ¿Por qué no espera a que se desocupe alguna otra? No deben de tardar en regresar una – le decía le hombre en tono amable quien regresaba a continuar con sus labores dejando a Orihime algo perpleja

-Todo lo que esperé para tener el dinero y ahora ¿no hay ni una moto? – Pensaba algo derrotada – no, esa moto tiene que ser mía

Con esa idea fija en mente, se dirigió a ese chico que le había quitado "su" moto, si era necesario darle el doble de lo que había gastado por ella, se lo daría pero Orihime no se quedaría sin la moto, una vez cerca de él, tomó aire para tranquilizarse y poder hablar con el chico.

-Disculpa – en tono serio o más bien simulándolo, esperando a que le respondiera, Ichigo simplemente se volteó a ver quien lo llamaba

-¿Si?

Cuando Ichigo se volteó y luego se levantó, estaba sin camisa, dejando ver su bien formado torso, Orihime al verlo, se le quedó mirando por unos momentos, apreciar una escultura como esa, no es cosa de todos los días, se sonrojó un poco ya que el chico era muy apuesto pero reaccionó rápidamente.

-L-Lamento molestar pero esa es mi moto – habló con una sonrisa simulando ahora tranquilidad y tal afirmación dejó al chico extrañado

-¿Perdón?

-Que esa es mi moto, yo la pedí antes que tú

-Pero yo la pagué primero – volviendo a hacer lo que estaba haciendo antes de que Orihime llegara

-Entonces, te daré el doble de lo que pagaste por ella

-No – poniéndose el chaleco salvavidas

-¿El triple?

-No

-Cinco veces más

-Te dije que no – montándose ya listo para irse a dar una vuelta – espera a que alguien más desocupe alguna – encendiéndola

-Pero yo…- no pudo continuar porque Ichigo la interrumpió

-Adiós – yéndose a hacer su recorrido por el mar dejando a la chica perpleja por ese acto

-¡UYSH! – exclamó ella al verlo alejarse del sitio - ¡TONTO! – gritó ya desesperada, se dio la vuelta y se fue a la tienda a esperar que alguna moto se desocupara, definitivamente ella no se iba a quedar sin su moto

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Ya algo alejado de la orilla, conducía tranquilamente, pensando en esa extraña chica quien le había reclamado la moto.

-¿Qué le pasa a esa chica? ¿A quien se le ocurre reclamar una moto? Que tontería – se decía en voz alta para luego acelerar

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Sin más opción que esperar, estaba sentada algo malhumorada, cruzada de manos y piernas, la cual movía la que tenía encima de la otra en forma de desesperación, parecía ser que hoy no era su día de suerte, primero, tener que esperar a Rukia y Renji hasta quien sabe qué hora, segundo, tener que hacer y esperar en una larga fila para un poco de dinero y tercero, un chico serio, malhumorado y nada amable le quitaba "su" moto acuática, sólo esperaba que no hubiera un cuarto punto para agregarle a su lista.

En lo que seguía pensando, Urahara venía entrando, en busca de su cliente, la cual había estado esperando largo tiempo.

-Señorita, veo que sigue aquí

-Por supuesto, estoy esperando por mi moto – todavía malhumorada y enfocando el pronombre posesivo

-Le tengo buenas noticias, ya tenemos motos desocupadas, así que cuando guste puede escoger la que quiera

-Está bien, vamos – cambiando totalmente su expresión de enojo por una enorme sonrisa y levantándose de su asiento en busca de la moto

Ya en las afueras de la tienda, cerca de un mini muelle en el cual se encontraban varias motos que estaban amarradas a la estructura de madera, Orihime caminaba para ver cual usaría, como todas eran casi iguales, no le dio mucha importancia en qué tenían de especial cada una, de todas formas, todas tenían la misma función.

-Bien, ¿Cuál le gusta?

-Cualquiera está bien para mí señor – alegre le contestó

-¿Qué le parece ésta? – caminando hacia la que tenía pensado mostrarle, una de color blanco con líneas moradas por todo lo largo de la misma

-Esa está bien, aquí tiene – entregándole el papel moneda - muchas gracias - sonriéndole

-Estamos para servirle – entregándole la llave de la moto – no olvide ponerse el chaleco salvavidas

-Lo haré – mirando el chaleco amarillo que colgaba de la manivela - ¿puedo pedirle un favor? – volteando a verlo

-Si, dígame

-¿Podría cuidarme esto?– quitándose su cartera - No quiero que se me moje extendiéndosela

-De acuerdo, yo mismo me encargo de su cartera señorita – tomándola

-Se lo agradezco mucho señor…

-Soy Kisuke Urahara

-Se lo agradezco mucho Urahara-san, soy Inoue Orihime, mucho gusto – extendiéndole la mano

-El gusto es todo mío Inoue-san

-Llámeme Orihime por favor

-Muy bien Orihime-san

-Nos vemos más tarde, adiós – encaminándose a la moto

-Tenga cuidado

Urahara sólo se le quedó mirando para después, irse a atender su tienda.

-Me pregunto ¿Qué tan difícil será manejar una de éstas? – se decía para si misma después de haberse puesto su chaleco con las manos en la cadera – bien Orihime, ¡averígualo!

Ya, cuando creía que estaba completamente lista, se montó, aparentemente vio que la cosa no era tan difícil, una vez le habían dicho que es fácil manejar una de esas pero una cosa era la teoría y otra era la practica, sin más tiempo que perder, introdujo la llave y la giró, una vez encendida, se emocionó para luego comenzar a girar poco a poco el acelerador pero se le pasó la mano por lo que salió a toda velocidad.

Después de varios intentos por mantenerla en dirección, con dificultad lo lograba sólo que la manivela se le iba de un lado para otro aunque eso no fue ningún impedimento, a como podía, manejaba tranquilamente, por temor a que algo saliera mal, iba despacio, sentía la brisa tocar su rostro, una brisa suave y cálida, parecía ser que al fin le llegó el momento de un poco de paz.

Ichigo iba manejando cerca de ahí, él a comparación de ella, si sabía cómo manejar una moto por lo que iba a gran velocidad, no prestaba atención de quien pudiera estar por ahí, sólo le interesaba "relajarse" un poco, a veces necesitaba algo de adrenalina por lo que aumentó la velocidad, poco a poco se acercaba a Orihime quien iba tranquila en su propio mundo pero ni cuenta se dio, además, sólo la había visto una vez, por lo que no tendría que importarle.

En una de esas, le pasó muy cerca de ella a gran velocidad por lo que al llegar al punto en que estaba la chica, el agua la salpicó casi completamente, haciéndola regresar a la realidad.

-¡OYE! – gritó al ver parar quien la había mojado

-Lo siento – fue la respuesta del chico al saber que había bañado a alguien pero esa respuesta no había sido suficiente para Orihime, así que decidió seguirlo hasta que él se disculpara como era debido, aumentó la velocidad aunque no supiera manejar a la misma velocidad que iba él pero el enojo le nublaba la razón

-¡OYE, ESPERA! – decía la chica a pocos metros detrás de él

Ichigo seguía su camino normalmente pero a lo lejos escuchó que alguien gritaba porque eso era exactamente lo que hacia Orihime tratando de que él se detuviera.

-Pero qué demonios… - él se giró a ver quien era, al ver que era la misma chica de hacía rato, se detuvo para ver que era lo que quería esta vez

Orihime al ver que bajaba la velocidad, también lo hacía ella. Una vez en frente, era momento de aclarar las cosas.

-Ahora ¿Qué quieres? – preguntaba Ichigo molesto por haberle interrumpido su recorrido

-Que te disculpes – habló directamente Orihime

-¿Qué me disculpe? ¿De qué?

-Me mojaste, deberías tener más cuidado ¿sabías?

-Ya dije que lo siento cuando lo hice

-No es suficiente – con las manos en la cadera

-¿Sólo para eso viniste?

-Por supuesto que si, ¿no lo vas a hacer?

-No me molestes - dijo emprendiendo de nuevo su recorrido a toda velocidad

-¡ESPERA! – llamaba la pelinaranja al ver que la habían ignorado, viendo que él no se iba a detener, comenzó a seguirlo a toda velocidad también

Ichigo como había arrancado a gran velocidad, iba muy por delante de la chica pero ella por su enojo, arrancó a toda sin importar que no supiera manejar bien una de esas, en poco tiempo, ya lograba alcanzarlo, Ichigo escuchó un motor acercarse por lo que nuevamente bajó la velocidad, ella hacía lo mismo, bajó en gran parte la velocidad pero no del todo, por lo que una vez cerca, trató de hacerlo del todo pero no podía.

-¡CUIDADO! – Le gritaba ella al ver que estaban cerca - ¡QUITATE DEL CAMINO!

-¡MALDICION! – exclamó él al verla muy cerca

Él al ver que no frenaba, trató de quitarse del camino pero no lo logró, haciendo que ambas motos chocaran entre sí, tirando a los dos chicos al mar.

-¿Por qué no te fijas por donde vas? – dijo él una vez que se asomó después de haber caído al mar, más molesto de lo que ya estaba, gritó sin importarle que le hablaba a una chica

-Te dije que te quitaras del camino antes de que chocáramos

-Lo dijiste a pocos metros de que lo hicieras, ¿Cómo esperabas que me quitara del medio?

-Eso debiste… mejor olvídalo, no tiene caso hablar contigo – dijo Orihime dispuesta a irse del lugar quien buscaba la manera de subirse a la moto olvidando la disculpa que él le debía

-¿A dónde vas? – preguntó al ver que se iba

-Dije que me voy – ahora montada en la moto lista para arrancar, sin más que agregar a la "conversación" se fue como si nada, conduciendo de manera torpe, después de que la razón le regresó, dejando a Ichigo desconcertado por lo ocurrido, ser perseguido por una loca por haberla mojado, luego chocar y por último discutir para luego que ella se fuera sin más, no era para menos.

Al ver que todo había quedado sin solución, prefirió no darle importancia, se subió a la moto y emprendió una vez más su travesía.

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Cuando por fin llegó a la orilla, dejó la moto cerca del muelle en el que se encontraba la tienda y se fue a buscar su cartera para irse de regreso a la casa.

-¿Urahara-san? – llamó entrando a la tienda esperando que el mencionado apareciera

-¡Orihime-san! Que bueno verte de nuevo ¿te divertiste?

-Si, digamos que si exceptuando un pequeño inconveniente pero lo disfruté mucho

-Me alegra saber eso, supongo que viniste por tu cartera ¿verdad?

-Si, así es

-En seguida regreso con ella – dándose la vuelta para ir a buscar el objeto, después de encontrarla… - ¡y aquí está! – dijo animado el rubio con cartera en mano mostrándosela

-Muchas gracias Urahara-san

-Espero que vuelvas pronto Orihime-san – extendiéndole la pertenencia

-Lo haré – tomándola – hasta pronto

Cuando por fin tuvo su cartera en mano, se dirigió ahora a la casa, el mal humor de hacía un rato ya se le estaba pasando, sólo quería no volverse a encontrar con ese chico y poder disfrutar de sus vacaciones.

Ya atardecía, por lo que la luz del sol era cada vez más nula, en frente de la casa, notó que las luces estaban encendidas y escuchó ruido, sabía que ya Rukia y Renji habían llegado, cuando entró, los saludó y habló con ellos por unos instantes, ese par le preguntó que si sabía algo de la otra persona pero ella lo negó, así que se fue a dar un baño.

-Los dejo, iré a darme un baño a ver si puedo quitarme toda esta arena

-Muy bien, no te tardes, dentro de poco estará la cena – le dijo Rukia, una chica de pequeña estatura, ojos violáceos, de piel blanca, cabello negro y que le llegaba por debajo de los hombros, llevaba puesto un short de color negro con una blusa de color gris sin mangas y con unas sandalias altas

-Lo dices como si tú estuvieras haciendo la cena – le reclamaba un alto pelirrojo, de tez blanca con ciertos tatuajes por su cuerpo, de ojos oscuros, de nombre Renji Abarai, quien vestía una pantaloneta café con una camisa de manga corta de color verde con tenis blancas y con un delantal de color lila con una flor en la esquina inferior izquierda del mismo con unos guantes de cocina que sostenía una olla

-Te estoy ayudando – dijo vuelta y con las manos en la cadera

-Si como no…

Orihime sólo se le formó una gota en su frente por la situación entre los dos, al parecer, cada vez se llevaban mejor, prefirió dejarlos solos en su conversación e irse por ese baño que la esperaba.

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Después de haber estado un buen tiempo en el mar, Ichigo regresaba a la casa, con el mismo semblante serio que lo caracterizaba sin dejar de lado su inseparable ceño fruncido el cual tomó más fuerza ese mismo día por lo ocurrido con esa extraña chica que el decía.

La idea de poder descansar tranquilamente lograba que el ceño se aminorara, tenía hambre pero un olor saliendo de la casa llamó su atención, como su estómago le reclamaba algo de comida, dejó de lado aquel suceso y entró a la casa.

-Por fin llegas Ichigo – fue el saludo de bienvenida que le daba Renji quien estaba a punto de comenzar a servir

-Sigues siendo todo un desastre Ichigo – fue el recibimiento de Rukia quien ya estaba sentada a la mesa

-No molestes, no estoy de humor para tus bromas

-Nunca lo estás que es otra cosa

-Je, por lo visto no tuviste un buen día

-No, no lo tuve – cerrando la puerta – una loca me lo arruinó

-¿Una loca? – dijeron al unísono Rukia y Renji

Por otro lado…, Orihime estaba a punto de bajar las escaleras después de haber tomado su preciado baño, traía un short celeste con una blusa de tirantes rosado pastel y unas sandalias con una toalla sobre su cabeza pero no había notado que tenían más compañía.

-Que bien huele – comentaba en lo que bajaba las escaleras

Ichigo simplemente se quedó mirando a esa chica, al parecer la voz se le hacía algo conocida pero no recordaba en donde.

-Justo a tiempo Orihime, ya estamos todos así que podemos comenzar – decía una animada Rukia esperando que Renji sirviera – bien, creo que es momento de las presentaciones - pero en lo que Orihime se descubría la cabeza notó al chico, causándole una gran impresión tanto a ella como a él

-Díganme que esto es una broma – decía Ichigo no muy a gusto con la chica una vez que la vio bien

-No puede ser cierto – comentó ella de igual manera

Los dos se quedaron mirándose entre ellos asimilando el momento, pensando el lo que serían de sus vacaciones ¿juntos?


Bueno la idea me salió - milagrosamente - de un paseo a la playa y pues quise aprovecharla lo más que se pueda... así que, es todo, de ustedes depende de si lo continúo o mejor busco otra forma de evadir responabilidades...

Acepto todo tipo de comentarios, críticas, ideas las cuales siempre son bienvenidas, zapatos, fresas, moras... (hay que ser originales ¿ok? XD)

Sin más que agregar, que el Ichihime esté siempre con ustedes.