RECOMENDACIÓN: Recomiendo enormemente que visiteis la página que he creado para este fic. La podeis encontrar en misslane (punto ) es. Porque en esta página podreís ver el mapa, escudos de armas, personajes, armas, el arbol genealogico y un montón de cositas más relacionado con este fic (que también esta en ingles en FF y AO3)

ADVERTENCIA: Es una historia bastante larga. Una trilogia que constarán de mas o menos 80.000 palabras cada una. Digo larga porque empieza desde los padres de Emma y Regina, cuando ellas son pequeñas hasta cuando son coronadas reinas.

¿El motivo? esta historia no se podria explicar ni entender si no se lee todo en su conjunto.

Espero que os guste! (en la web podeis ver las promos y la intro de los primeros 4 capitulos, seguiré con los videos no os preocupeis)

Ya no lo alargo más, espero que disfruteis de esta historia.


Hace más de mil años el rey de Arauwen se dejó llevar por la avaricia y el poder, dejando que la oscuridad se apoderara de él, de modo que todos los ciudadanos fueron sometidos dejando Arauwen en la más absoluta miseria.

Doce dinastías de reyes se reunieron en secreto, derrocaron al rey Robyn y tomaron el control.

Estas doce dinastías dividieron Arauwen en once reinos para que un solo líder no pudiera someterlos a todos.

Las dos dinastías más poderosas, la raza de los hombres, levantó su reino en el oeste. Darg era el territorio más extenso y por este motivo necesitaba de dos reyes, uno en la zona este y el otro en la zona oeste.

El reino de Keridwen se formó en el oeste, justo al lado de Darg, el clan de magos y hechiceras. Una dinastía poderosa que servía de apoyo constante para Darg.

En el sur-oeste, en el desierto, surgió Arahal, el clan de los chamanes. En la zona este surgieron los reinos de Rhirar, los gigantes, el reino de Alkia, los enanos , Deryth, los aguerridos elfos, Cedeus, el clan de los centauros, Saleth, el clan de las brujas y el Bosque Encantado moraban las criaturas mágicas.

En el norte, defendiendo la frontera se hallaba Narekath, el reino las valientes amazonas y en las islas del sur se creó el reino de Aserith, el reino de las sirenas que se convierten en humanos a voluntad.

En todos estos reinos, humanos y clanes convivieron en paz durante cientos de años hasta que Maléfica, la reina de la oscuridad, como se hacía llamar, formó un ejército para someter a cada reino y gobernar Arauwen.

La oscuridad devastaba todo a su paso, destruyendo cada castillo, cada pueblo, matando a todo aquel que hiciera frente a la reina de la oscuridad.

Maléfica y su ejército empezó la guerra de este a oeste y los reyes de Darg dieron cobijo al resto de los líderes de otros reinos.

Antes que Maléfica pudiera tomar Darg, el reino de la luz, la reina Snow y el rey James decidieron congregar a todos los líderes de los once reinos para trazar un plan para detener a la oscuridad que se cernía sobre ellos.

Todos ellos se sentaron en la mesa redonda, estaban temerosos ante tal situación ya que Maléfica y su ejército iba ganado terreno y la reina Snow fue la primera en hablar.

"La oscuridad ya viene hacia aquí pero tenemos una oportunidad de luchar todos juntos como un único ejército"

"Maléfica a destruido nuestro reino, a nuestro ejército más fuerte" exclamó el rey del reino del Bosque Encantado.

"Lo entiendo. Pero todos juntos somos más fuertes para ganar esta guerra"

"No es posible! tiene magia y todos esos dragones!" imploraba el Rey de Arahal.

Los reyes y reinas empezaron a hablar todos al mismo tiempo, quejándose de lo poderosa que era Maléfica y el poco ejército que ellos tenían a su disposición. La reina Snow los miraba a todos intentando encontrar las palabras correctas.

"Ya es suficiente!" gritó Henry, el rey de Keridwen "Nosotros también tenemos magia en nuestro reino. Somos hechiceros y la reina Snow tiene razón. Sólo tenemos una oportunidad si luchamos todos juntos. Estoy con vosotros, tienes mi espada reina Snow y mi ejercito rey James"

Snow sonrió "¿alguien más?" En ese preciso instante el resto de los reyes y reinas hicieron lo mismo.

Arahal, Deryth, Cedeus, Rhirar, Aseryth, Alkia, Saleth y el bosque encantado se unieron a Darg y Keridwen.

Los nueve líderes se pusieron de pie y como símbolo de su lealtad colocaron sus espadas encima de la mesa frente de ellos.

Sin embargo, la reina de las amazonas no estaba segura de unirse en esta guerra.

Ellas debían de ser imparciales porque protegían la frontera para que el enemigo no pudiera cruzar. Las amazonas protegían la isla del blanco amanecer y el manzano de la sabiduría que estaba localizado en la parte sur de la isla.

"Reina Snow, tenemos que ser imparciales, no podemos luchar en favor a nadie en esta tierra"

"Soy consciente de ello. Pero estas son medidas extraordinarias. No es una guerra entre dos reinos, es una guerra contra todos los reinos de Arauwen y la paz tiene que ser restaurada de nuevo"

La reina de las amazonas miraba a Snow y a James, y el silencio era ensordecedor.

"En este caso, tenéis mi espada también. Pero hay una condición y es que la mitad de mi ejercito permanecerá en Karekath para proteger la frontera"

"Que así sea" respondió el rey James

Los reyes de Darg se miraron unos a otros y al resto de la mesa redonda, creando por primera vez el Concilio de las once espadas para unir los once reinos bajo un único mandato durante la guerra.

Maléfica se centraba solamente en su objetivo, la total aniquilación de Arauwen. Sangre y muertos cubrían casi toda la tierra de Arauwen. Cientos de guerreros y aldeanos perecieron y muchas aldeas fueron devastadas.

Snow, James y resto del Concilio, se enfrentaron a Maléfica con todo lo que ellos tenían, desde espadas a magia. Los más poderosos hechiceros, las más aguerridas amazonas y guerreros, los gigantes y enanos más fuertes e inteligentes elfos derrotaron a la oscuridad con todas sus fuerzas combinadas.

Todos ellos aclamaron su victoria y Maléfica se montó en su dragón y huyó de Darg.

"Esto no ha terminado" dijo el rey James al resto del Concilio cuando se sentaron de nuevo alrededor de la mesa redonda tras asegurarse de que Maléfica había huido de su reino. "Maléfica se ha refugiado en los pozos del dragón y querrá su venganza. Hemos ganado hoy pero quizás no lo consigamos la próxima vez"

Su mujer se levantó y añadió "Acordamos que este Concilio seria disuelto tras acabar la guerra. Pero no podemos hacerlo ahora. Este Concilio es necesario para mantener la paz en Arauwen"

"¿Y que sugiere mi señora?" preguntó la reina de las amazonas.

"Debemos reunirnos en cada solsticio para discutir sobre nuevas leyes, cambiar otras o discutir nuevas estrategias. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir de nuevo, necesitamos más hombres y mujeres en nuestro ejército. Necesitamos ser más fuertes de lo que somos ahora. Debemos contener la oscuridad. ¿Estamos todos de acuerdo?"

"De acuerdo" exclamaron todos al unísono.


Las gentes de Arauwen disfrutaban de un periodo de paz y prosperidad. La crueldad de la guerra unió a todos los pueblos. Caballeros, guerreros, campesinos trabajan juntos para construir de nuevo cada reino después de que Maléfica devastara todo lo que ellos poseían.

Sin embargo, en los Pozos de Dragón, en el noreste del reino, ogros, gigantes y esclavos estaban construyendo el castillo.

Seis finas torres cuadradas formaban una barrera protectora alrededor del castillo, conectadas con gruesos muros reforzados de piedra de color verde oscuro.

Las ventanas del castillo eran altas con cristales tintados de negro para que la luz no pudiera entrar en él.

Dos estatuas con forma de dragón estaban ubicadas en la entrada del castillo, que servía de recordatorio de todo su poder que ella tenía.

Maléfica estaba formando un nuevo ejército para derrotar a sus enemigos y matar a todos los miembros del concilio. Estaba herida y solamente quería venganza.

La reina de la oscuridad entró en la habitación y fijó su mirada en su trono. Los esclavos habían hecho un magnífico trabajo construyéndolo. Maléfica caminó lentamente por la habitación y cuando estuvo en frente de su trono construido con los huesos de campesinos, guerreros, elfos, enanos y magos que ella misma había matado en la guerra contra el Concilio de las once espadas, solamente podía sonreír mientras pasaba la yema de sus dedos por cada hueso, recordando cuanta gente y criaturas había matado con sus propias manos.

Se sentó en el trono descansando sus brazos en ambos lados, tocando los huesos con sus dedos, soñando con el día en el que los huesos de Snow y James estarían incrustados en su maravilloso trono.

"Mi reina, aquí tiene la poción que quería" un hombre delgado y desaliñado le dio un pequeño frasco con una poción de color púrpura. Sus manos temblaban al ofrecerle la poción a su reina. El temperamento de Maléfica era conocido por todo sus sirvientes y si no estaba feliz, todo el mundo sufría las consecuencias de su ira.

La reina agarró el frasco y miró dentro "espero que funcione… por tu propio bien…" añadió arqueando una ceja.

"Y lo hará mi hermosa y poderosa reina"

Ella lo miró con desdén, cogió su bastón y se levantó de su trono. El sirviente se arrodilló cuando ella pasó por su lado.

"Sígueme pequeño gusano"

"Como ordene mi maravillosa maldad"

El viejo sirviente se movía temeroso por el nuevo castillo a medio construir de Maléfica.

Caminaba a una distancia prudencial detrás de ella. Sus manos temblaban y no podía dejar de pensar en la poción que estuvo preparando durante días con el antiguo hechizo que Maléfica le había escrito en un pergamino.

"Por tu propio bien espero que este hechizo funcione. Necesito que mi plan tenga éxito y derrotar de una vez por todas al concilio"

"Y lo hará mi reina" añadió el viejo acariciándose sus callosas manos.

"Que entre el prisionero" gritó el sirviente a los dos soldados que estaban de pie delante de la puerta.

Ambos soldados entraron de nuevo en la habitación con un hombre maniatado y amordazado.

El pobre hombre intentó escapar pero los dos guardias lo lanzaron al suelo y aterrizo sobre sus rodillas.

Lo primero que vio fueron unos tacones altos de color negro. Poco a poco levantó la vista y vio horrorizado a Maléfica agarrando su bastón.

"Hola querido"

Los dos soldados lo agarraron de los brazos y el prisionero empezó a revolverse para salir de aquella habitación que se convirtió en su infierno particular.

"La poción" Maléfica gritó firmemente

El viejo dio un respingo cuando escuchó la voz profunda de su querida reina, cogió la poción que estaba en la mesa y se arrodilló ante su reina.

"Aquí la tiene mi esplendorosa maldad" susurró alzando sus huesudos brazos con la poción en sus manos callosas y arrugadas.

"¿Estás sugiriendo que le dé yo misma la poción? ¿A qué estás esperando idiota?"

Él abrió sus ojos y el terror se reflejaba en ellos "si, si mi reina" se levantó rápidamente y se colocó en frente del aterrorizado campesino, le abrió la boca y le introdujo el líquido color purpura.

El campesino dejó de revolverse. El sirviente miró a Maléfica y ella no hizo otra cosa que sonreír "espera, sé paciente".

El viejo huesudo miró al campesino cuando éste empezó a levantarse lentamente.

Ambos soldados se separaron de él y cuando se levantó, se colocó delante de la reina, levantando lentamente la vista y Maléfica vio como sus ojos se tintaron de color negro.

"Mi reina" dijo el campesino con una voz profunda.

"Dime que es lo que vas a hacer ahora"

"Acabar con el concilio y matar a los reyes de Darg"

"Excelente" Maléfica sonrió y mirando a los soldados dijo "matarlo"

Ambos soldados actuaron eficazmente, agarraron al campesino y salieron de la habitación.

Un silencio incomodo se formó cuando ellos abandonaron la habitación.

"Mi reina-"

"Cállate gusano. El momento ha llegado, es la hora que mi plan tenga éxito".

Maléfica no estaba todavía preparada para devastar pueblos y villas enteras. No tenía todavía un ejército poderoso y sabía que podría ser derrotada en menos de dos semanas.

Tenía que actuar rápido si quería que su plan funcionara.

"Gusano, tráeme cuatro de mis mejores soldados de la corte. Dótalos con armas y pociones"

"Como ordene mi hermosa maldad-"

"Hazlo ya y rápido" Maléfica gritó tan alto que su voz retumbó por todo el castillo "Y no te olvides de preparar siete frascos más con la poción. Hay muchas cosas por hacer".