¡Hola otra vez! ¿Pensaron que había muerto (ahogada en yaoi)? Pues no, y he regresado con un pequeño/gran proyecto. Esta vez, mis protagonistas serán la pareja Romantica, de Junjou Romantica. Eso NO quiere decir, que he dejado de lado mi otro fic de HxH en proceso, solo realmente quería hacer este.
Aviso: Este fic contiene yaoi, y puede que escenas de perversión y pensamientos obscenos. Rated M desde partir.
¿Todos conocemos los pensamientos de Misaki, no? Pues es él quien narra el manga en casi toda su totalidad. ¿Pero que pasa con Akihiko? Esto será un re-telling de Junjou Romantica, bajo el punto de vista de Akihiko, ¿Qué clase de pensamientos tendrá el escritor? ¿Y si estos fueran más… sucios… de lo pensado?
Aviso Nº2 = Akihiko puede pensar diferente de lo que ustedes creían, no quiero decir OCC, por que él hará exactamente lo que hace e hizo en el manga original, pero puede ir en contra de las ideas que nos hallamos hecho al respecto de su forma de pensar.
Este fic contiene pensamientos sumamente lascivos, desesperación, obsesión, y más. ¡Han sido advertidos! (no valla a ser que les arruino toda la imagen de Junjou que tenían…)
Sin más preámbulos, ¡Que empiece el fic!
Mis manos apretaron fuertemente las sábanas de mi cama, como si fuese a destruirlas por increíble espasmo que recorría mi cuerpo. Desde hace muchos años, he tenido estos momentos a solas conmigo y mi vívida imaginación. Ella era la única que me hacía feliz, ya que esto que estaba viendo enfrente de mis ojos ahora, jamás pasaría. Esta imaginación solo me había sido útil anteriormente para volverme el gran autor que soy ahora, pero ahora le daba un mejor uso aún. Tantos años hace que mi corazón fue robado, por una belleza de cabello azabache, que gracias a esta inspiración, ahora se retorcía bajo mis brazos, gimiendo fuertemente.
- A-ah... Usagi... – Oh, mi mente, vaya maravilla. Juraba que hasta podía escucharlo gemir, con su deleitable voz, que tantos años he escuchado, incluso utilizando el apodo que él me había obsequiado… Oh, Takahiro… ¿Tengo que conformarme solo con imaginarme esto? Destino cruel el nuestro.
Tenía muy en claro que esto jamás pasaría, ni por mucho que lo anhelase o soñase, pues él era heterosexual como el cielo era azul. Tan cerca, y a la vez tan lejos.
Hace mucho tiempo, en mis años de secundaria, había tenido una vuelta del destino. Me había sentado en su pupitre, y al terminar el examen, garabateé una historia que daba vueltas en mi cabeza en ese momento, nunca pensaría que eso cambiaría mi vida así como así. Un escalofrío recorre mi espalda de solo recordar como con sus ojos destellantes y mejillas sonrosadas había felicitado mi talento, como si le hubiese alegrado el día. No había podido controlar mi sonrojo esa vez. Me había enamorado.
Pero eso era todo, siempre sería esto. Mi imaginación, mi mano y yo. Tal vez algún par de extraños si la necesidad era tan grande… Pero eso casi nunca pasaba, no quería manchar su preciosa imagen con esa gente a quién consideraba objetos. Él no era un objeto, es el amor de mi vida, la persona que me hace sonreír, y… mi mejor amigo.
Pero eso no me importaba ahora. Ahora estaba en un mundo donde no era mi amigo, si no mi amante, y estábamos a puntos de culminar nuestro amor. Mi mano apretó fuertemente mi miembro mientras esas imágenes bailaban en mi cabeza. El vaivén era fuerte y duro, me gustaba que me escociera. Me castigaba a mi mismo. Ensuciar así la imagen de tu mejor amigo...
- ¡Aaah, porfavor! – El Takahiro de mis sueños sonaba tan erótico… ¿Cómo poder negarme esto?
- Ohh… Takahiro… - Susurré entre dientes, mientras mi semen saltaba de mi pene, manchando parte de mi pecho y mi cama. El orgasmo estimuló todos mis sentidos. ¿Realmente podía renunciar a estas fantasías? Claro que no. Después de todo, estas mismas fantasías me ayudaban a escribir mis súper-populares novelas eróticas BL. Aunque por supuesto, no era solamente por eso.
Estiré mis agarrotadas piernas, estar arrodillado tanto tiempo no era bueno, ni siquiera en la cama. Miré mi reloj pesadamente, deseando internamente una siesta antes de que mi editora-demonio se atreviese a internarme enfrente del laptop. Tenía tiempo de sobra para ir a la casa de mi "amigo"…
Como había mencionado, Takahiro ha sido mi amor unilateral por diez años… Haría y daría todo por él pero, denso como solo él podía ser, jamás lo había notado. ¿Qué me lleva a mencionar esto? Tan solo un par de días atrás, mi amor había venido hasta mi casa a pasar el rato. Luego de dialogar con él (también haberlo deseado internamente como unas quince veces), su expresión cambió a una decaída, cosa que no pasé por alto.
- ¿Ocurre algo, Takahiro? – Le pregunté, tratando de mantener la compostura. Un suspiro se escapó de su hermosa boca.
- Debes saberlo… Es Misaki - Sonrió levemente como si con solo mencionar ese nombre yo debiese comprender todo. Ah sí, su hermano menor, que nunca había visto. Tenía entendido era un torpe, y muy grande, tan solo recordar ese reporte del libro un trago amargo subía a mi garganta. ¡Ni siquiera merecía llamarse un reporte! ¿Qué eran, 2 párrafos? Ugh. ¿Cómo podía ese niñato ser hermano de mi Takahiro, tan inteligente?
- ¿Qué ocurre con él? – Pregunté, fingiendo interés, y como si no supiese ya la respuesta.
- Sus notas solo siguen bajando… Ya no sé como ayudarle, supongo que no soy muy buen maestro para él – Se rió nerviosamente pasando un brazo por su cabeza. Permanecí en silencio apreciando su sonrisa. Entonces esa sonrisa se extendió como si hubiese tenido una increíble revelación. Sus ojos brillaron con alegría, y antes de que pudiese preguntar…
- ¡Ya sé! ¡Tengo una idea fantástica! – "Todas tus ideas son fantásticas" Pensé. – Usagi, ¿Podrías ser el tutor de mi hermano?
Está bien, quizá no todas tus ideas son buenas. Tutor. Vaya palabra y golpe a mis sentidos. Fue como un sabor metálico en mi lengua. Esa palabra traía todos los recuerdos de mi infancia, recuerdos que no quería traer. Aunque él nunca se daba cuenta de que pasaba por mi cabeza, por que seguía mirándome con ojos suplicantes.
- Hm.… No sé si sea buena idea, Takahiro… - Me excusé, solo para ser derrotado una vez más.
- ¡Porfavor, Usagi, siempre fuiste el mejor en secundaria, y te graduaste con honores de la universidad! Eres la persona más inteligente que puedo pensar. ¿Por favor? – Juntó sus manos enfrente de su rostro, y me miró directamente a los ojos. Dios… ¿Cómo puedo negarme a esto?
Suspiré largamente. – Está bien. – Respondí simplemente.
Takahiro, manteniendo su enorme sonrisa que hacía bailar a mi corazón, suspiró de alivio.
- ¡Sabía que tú eras la respuesta! – Exclamó, alegremente.
- Aunque… - Volvió su cabeza para mirarme, casi temeroso de que cambiara mi veredicto - ¿Qué ganaré yo? – Dije, con un tono bromista. Él retomó su sonrisa al escuchar mi tono de voz.
- Está bien, está bien. ¿Qué quieres? – Me contestó.
- Creo que me conformaría con tu tonjiru casero – Respondí, sonriendo falsamente. "Claaaaro, sabes muy bien que eso no es lo que tenías en mente". Claro que no, ¿Pero que tan libremente se puede pedir una relación cuando la persona a quién querías como amante no tiene la más pálida idea de que eres homosexual, menos aún que fijas esa homosexualidad en su persona?
Nunca lo había visto más agradecido que ese día, hasta me abrazó fuertemente. "Quédate quieto" Me reprendí mentalmente, en cuanto sentí que todos los términos nerviosos en mi respondían a este conocido sentimiento.
Esa fue la manera en la que fui comprometido a ser el tutor de ese niño. Suspiré pesadamente. Lo que uno hace por amor.
A pesar de faltar un buen rato a la hora acordada por ambos, me vestí rápidamente, al encuentro con el amor de mi vida. Esta pequeña reunión fue prevista para que yo pudiese conocer finalmente a su hermano, la persona a quién debía hacer de tutor. Claro que, muy lejos de la realidad, mi verdadero objetivo de ahora era solo estar un tiempo a solas con Takahiro, aunque claro, él jamás notaba estos pequeños detalles.
Estacioné mi brillante deportivo rojo cerca del complejo de apartamentos donde él y su hermano vivían. Estaba claro que no me interesaba en nada la situación escolar de aquel crío, pero el rostro preocupado de mi amor me hizo actuar como lo hice.
Siempre he sido una persona frágil, y aunque confío en mi inteligencia, muchas veces revolotea una pequeña esperanza, esperanza de poder en algún momento hacer realidad esas fantasías, pero esta se esfuma rápidamente. Takahiro era totalmente heterosexual. Inclusive tenía novia. Creo que nunca me había sentido peor que cuando me contó aquello.
Toqué la puerta, solo para ver que mi amor salía a recibirme felizmente.
- ¡Bienvenido, Usagi! - Exclamó, sin perder esa característica sonrisa suya. Se hizo a un lado para dejarme pasar y a la vez, empezó a caminar por el corredor. – Misaki no ha llegado aún, pero no debe tardarse.
- ¿He llegado tan temprano? – Fingí inocencia. Claro que lo había hecho, aún le soy fiel a mis principales objetivos.
- Está bien así, siempre eres bienvenido aquí – Dijo, ladeando la cabeza ligeramente. ¿Por qué eres tan amable conmigo si no deseas más que una amistad de mí?
Takahiro preparó té para mí, mientras yo me recostaba vagamente en la silla de la sala de estar. Pensaba las posibilidades, posibilidades que no eran posibles. Como en ser yo el causante de su sonrisa enamorada, como la que adornaba su rostro cada vez que hablaba de su novia. La idea de que algún día él viniese a vivir conmigo. Todos esos eran sueños inalcanzables. Pero muchas veces quisiera poder comprobar si son tan inalcanzables como yo mismo me lo hacía creer.
En ese momento, él me golpeó en el hombro juguetonamente para llamar mi atención.
- ¿Tienes algo nuevo para contar? ¿Alguna novia? – Preguntó. "Vamos, corazón, ¿Crees que renunciaría a ti?"
- Sabes que no soy así, Takahiro – Fingí una sonrisa. Aunque él no sabía la verdadera razón, y dudaba que alguna vez lo supiera. Jamás se daba cuenta de estas cosas.
Él rió inocentemente, sin darse cuenta de nada.
- Lo sé, lo sé – Entonces, suavizó su sonrisa. Esto ocurría cuando trataba de sermonearme, aunque amablemente, de los beneficios de tener una pareja. Oh, Takahiro… si supieras. – Pero, ¿Sabes? No debería ser así – "Aquí vamos de nuevo" Revoloteé los ojos, eso hizo que volviese a reír - ¡Oye, no pongas esa cara! ¡Lo digo enserio! Estoy seguro que te vendría muy bien, vivir solo en ese enorme apartamento debe ser horrible…
"Podrías vivir conmigo" – Saltó mi mente abruptamente. Claro podría decir eso, pero estaba demasiado lejos de lo que él esperaba.
- Takahiro, sabes que yo… - Comencé, pero fui abruptamente detenido.
- Sí, lo sé. No quieres a nadie que perturbe tu privacidad. – Murmuró, entre risas. Solo me limité a sonreír y asentir con la cabeza. Bien sabía yo que si él me lo pidiese, daría toda mi privacidad para pasar tiempo con él. Pero eso no ocurría.
Su charla se extendió un tiempo más, parece que este hombre estaba tan feliz con la idea de su súper-serio noviazgo, que quería que todo el mundo experimentara lo mismo. Era una bonita idea, pero lo que él menos sabía y esperaba, es que mi único interés romántico estaba sentado justamente enfrente de mí.
¿Por qué esto tenía que ser así? Yo simplemente siendo el mejor amigo que escucha como el amor de su vida era feliz con su novia. Mi ser racional me decía que debería estar feliz por que él lo estaba, pero el resto de mi ardía en celos con lo que escuchaba. Yo quería que sea feliz, pero quería que sea feliz conmigo. Era un deseo egoísta pero… ¿No son todos así? ¿No todos desean secretamente el bien propio?
¿Quién me aseguraba que si ahora mismo rodeaba el mesón y le robaba un caliente beso, él no me correspondería? ¿Quién me aseguraba que si le confesaba todo ahora mismo, todo saldría horriblemente mal? Pero el miedo era demasiado, le apreciaba tanto… tanto como para no querer renunciar jamás a su presencia. Pero… ¿Quién me aseguraba que era un miedo justificado?
De repente, él se levantó, cambiando su expresión a una preocupada y así sacándome de mis cavilaciones.
- Se está tardando mucho… - Murmuró para sí mismo, pero logré escucharle. ¿Quién se estaba tardando tanto? – Usagi, voy a buscar a Misaki. No tardo.
Oh, sí, cierto. Su hermano. Por si su novia no fuese suficiente para robar su atención de mi, también estaba este niño. Takahiro me había hablando docenas de veces sobre él, y aún así jamás lo había visto. No es que me interesase conocerle.
Takahiro caminó decididamente al pasillo, y yo tuve mi revelación. ¿No decían que si uno no intenta, no triunfa? Pues eso era lo que haría. Mi mente estaba enfocada en todas las posibilidades positivas. Quizá hasta podría presentarme a su hermano como su novio, ¿Quién sabe? Sonreí lascivamente ante mi mar de posibilidades fabulosas.
- Takahiro… - Le llamé. Él se dio la vuelta rápidamente, observándome con esos ojos inocentes, desprovistos de toda perversión. Muy diferente a mí… Eso me hizo retroceder. - ¿Sabes? Me alegro que estés feliz… - ¿¡Qué rayos había sido eso?! ¿Dónde quedó toda mi determinación?
Él se mostró agradecido enseñando una de sus sonrisas y, acercándose a mí, colocó las manos en mis hombros.
- Gracias, Usagi. Aprecio mucho eso – Dijo, y yo sentía que no podía controlarme más. Mis manos actuaron solas, y sentí que tocaba su rostro mientras me acercaba más a él. Debía hacer esto, antes que todo empeorase.
Mi rostro se acercó más al suyo, hasta el punto que casi pude sentir su aliento, entonces…
- Ya lleg… - Una voz juvenil llegó a mis oídos y rápidamente se silenció. ¡Oh, vamos! ¿Ahora qué? Oí a Takahiro dejar a escapar un sonido de alivio. Volteé mi rostro para observar a la persona que acaba de arruinar lo que podía haber sido el mejor momento de mi vida, pero…
Vaya… belleza…
La persona que había interrumpido no era más que un joven muchacho de increíblemente hermosos ojos verdes. Se veía absolutamente confundido, pero eso no lo hacía menos bonito desde mi posición.
- Bienvenido a casa, Misaki – Exclamó el hombre, que aún sostenía en mis brazos. Oh, pues esta pequeña lindura era su hermano… Pero…
- Vamos, Usagi, ya suéltame – Takahiro dijo, palmeando ligeramente mi espalda. Pero le ignoré, estaba cómodo allí.
- ¿El hermano de Takahiro? – Pregunté para mi mismo, pero audiblemente. Debía admitir, ambos se veían hermosos bajo mi juicio, pero era una belleza demasiado diferente la que tenía enfrente de mí. El cabello de Takahiro era oscuro, el de él era un color chocolate, además que llevaba el cabello bastante más largo que su hermano.
Las facciones de su rostro eran tanto juveniles como delicadas y su piel era ligeramente más pálida, color crema.. También, a pesar de la ropa que llevaba puesta, que de por sí era muy holgada, mis instintos me decían que debajo de todo eso, había un cuerpo exquisito. Takahiro, según había podido apreciar, tenía un cuerpo muy masculino, eso para nada era malo, pero este chico… tenía una cintura muy estrecha, y por sus pantalones, podía apreciar una cadera ancha… que debe sostener una hermosa… ¡Oye! ¿No estabas en algo más importante que esto? Sí, lo estaba. Por más bonito que pueda ser este chico, mi amor por Takahiro lo era más grande.
- Sí. – Contestó Takahiro a mi pregunta, para luego dirigirse a su hermano con una sonrisa en el rostro. – Misaki, este es mi amigo, Usami Akihiko.
El muchacho no dijo palabra alguna, su lindo rostro estaba en una mezcla de total confusión y… ¿Enojo? ¿Enojo por qué? No es que me hubiese encontrado haciéndole algo "indecente" a su hermano, aunque yo precisamente no me estaría quejando de ser ese el caso.
Dándole una última rápida mirada, afirmé, sonriendo:
- Hmm… No se parece en nada a ti. – Y no estaba mintiendo.
Así que este es el famoso Misaki, el hermano que Takahiro siempre habla. No era para nada lo que esperaba pero, por más rostro bonito que fuese, no le llegaba a los talones a mi amor, seguramente. Después de todo, ¿Quién es el que necesita clases del gran maestro?
Tal vez estas lecciones no serían tan aburridas y monótonas como creía.
¡Hola, hola! ¡Nos vemos otra vez! JURO que no me gusta escribir sobre Takahiro. Se me hace difícil y no puedo liberar la perversión en él, pero esperen ahí, ya vendrá cuando el corazón de nuestro escritor favorito palpite por la cosita bonita de ojos verdes ;)
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¡Bien, eso es todo! ¡Hasta la próxima actualización!
Besos (y con lengua)
- LouderSpeakers
PD: Amo a Misaki.
