El robo de Lima

Capítulo 1.

"Gracias, Kath. ¿Puedo llamarte Kath?", preguntó Blaine y la cajera se sonrojó. "Es un nombre encantador".

"Puedes llamarme como quieras, guapo. ¿En billetes de cincuenta está bien?"

"De cincuenta está genial. Oh, Kath ¿me harías un favor? ¿Podrías no activar la alarma hasta que me haya alejado unas cuantas calles?"

"No hay problema", le dio un golpecito a un mechón de cabello que escapó de su chongo. "¿Algo más?"

"No, creo que eso es… Espera, ¿tomaste un poco para ti?" Ella asintió y golpeó el bolsillo que sobresalía en su pecho. "Claro. Ya tengo que irme". Blaine jaló la bolsa hacia él. "¡Que tengas un lindo día!"

"¡Señor! Espere", Blaine se dio la vuelta con una punzada de miedo en el corazón. "¡Olvidó esto!"

"¡Oh! ¿Qué sucede conmigo?" Regresó corriendo y tomó el arma que le ofrecía. "Muy bien, me darás quince minutos, ¿verdad?"

"Claro, ¡buena suerte!"

Cuando se acercaba a la puerta del banco, Blaine echó a correr. El robo había salido bastante bien. Wes y él lo habían planeado hasta el último detalle. Un banco pequeño, cámara de seguridad descompuesta, poco personal y un solo guardia de seguridad que no reaccionaba bien cuando se ponían grandes cantidades de solución para lentes de contacto en su comida. Pero sin importar lo bien que había resultado hasta ese momento, todavía había tiempo para errores.

Una vez en la acera, Blaine tuvo dificultad para controlar su respiración. Calma. Calma. No sería bueno que empezara a llamar la atención. No, sólo había que caminar tranquilamente hasta el auto de Wes que estaba… ajá, ahí.

Cabizbajo, apretó la bolsa que llevaba sobre los hombros y se acercó al auto con pasos rápidos. Abrió la puerta y arrojó la bolsa en el asiento trasero. "¡Muy bien, vámonos! ¡Vámonos!" Gritó Blaine, con la vista fija en el banco. "¡Apresúrate!"

"Em, ¿viejo?"

Blaine miró hacia un lado.

¿Qué demonios?

"¿No eres Wes?"

"¿No?" En el lugar donde el maldito Wes debería estar sentado, había un apuesto joven que lo miraba con sorpresa. "¿Puedo ayudarte, hermano?"

Blaine buscó por todo el auto, confundido, "¿Wes te mandó en su lugar?"

"¿Wes?"

"¡Oh, por Dios!"

Wes se había echado para atrás. ¡Se había echado para atrás y Blaine se había subido al auto de alguien más! Detrás de él las sirenas empezaron a sonar y en cualquier momento la policía estaría sobre el lugar. Sobre Blaine.

¡Maldición, Kathy! ¡Dijimos quince!

"Tengo la sensación de que esto es un total retroceso en mi carrera pero", Blaine apuntó el arma contra el chico, "Conduce".


"Escucha, viejo. No quiero problemas. Sólo cálmate. Vamos a calmarnos".

"¿Podrías ir un poco más rápido? ¿Como para llegar por lo menos al límite mínimo de velocidad?"

"Me llamo Finn Hudson. Tengo 21 años. Me gusta la comida italiana. Mi novia se llama Rachel. Soy piscis. Sé que todos piensan que Cameron Díaz es súper sexy, pero yo siempre he sentido que tiene como una vibra siniestra, ¿sabes? Oh, y tengo una ligera fobia las papas".

"¿Disculpa?" preguntó Blaine. "¿Estamos en una cita rápida?"

"¿Qué? No. Vi en una película una vez que si haces que el asesino reconozca que su víctima es humana, es menos probable que haga trajes con su piel".

"¡No voy a matarte! O a vestirme con tu piel. ¿Por qué todos piensan que voy a hacer eso? ¿Soy yo? ¿Algo en mí les da esa impresión?" Blaine negó con la cabeza. "Espera, ¿papas? ¿Te dan miedo las papas?"

"Bueno, dije ligeramente. Es por esos asquerosos arbustos que les crecen cuando las dejas por mucho tiempo", se estremeció ignorando la mirada perpleja de Blaine. "Escucha, ¿robaste ese banco? ¿En serio?".

"Sí, en serio robé ese banco". Blaine miró en el espejo retrovisor la escena del crimen que no estaba desapareciendo lo suficientemente rápido para su gusto. "Hay una tortuga detrás de nosotros con un ladrillo en la espalda. Quiere saber por qué vamos tan lento".

"¡Soy un conductor nervioso!" le dijo Finn entre dientes, "¡Y me estás apuntando con un arma!"

"Lo siento. Perdón. Escucha, Finn, ¿verdad?"

"Como Nemo".

"¿Cómo…? Está bien, no quiero lastimarte. De verdad no. Pero por favor. ¡Sólo acelera un poco!"

Finn suspiró, hundiendo su pie y provocando que la aguja se moviera hacia arriba. "¿Ya? ¿Feliz? ¿Y a todo esto, a dónde vamos?"

"Hay una cabaña en las montañas que mi compañero y yo…"

"Ni lo sueñes, viejo. ¡Claro que no! ¡No voy a ir a tu guarida!"

"¡No tengo una guarida! ¡No soy El Acertijo! Cálmate, ¿quieres? Sólo era un lugar en dónde íbamos a escondernos por unos días y luego cada quien iba a tomar caminos separados. Pero parece que Wes se adelantó", Blaine volteó a ver a Finn. "Vas… Probablemente vas a tener que quedarte conmigo. Porque eres un testigo y todo eso".

"¿Qué? ¿Y por qué es mi culpa que te hayas subido a mi auto?" Finn negó con la cabeza. "Lo único que quería era depositar mis monedas".

"¿Monedas?" Finn hizo un gesto con la cabeza y Blaine miró en el asiento trasero un frasco de monedas de uno y diez centavos. "Eso es… adorable".

"¡Ni siquiera se te ocurra robarlas!"

"Trataré de contenerme", dijo Blaine secamente, "Aunque, debe haber por lo menos diecisiete dólares ahí". Blaine suspiró, volteando a ver al otro chico. Realmente no era su tipo. Demasiado alto y sonreía como bobo, pero nada mal. Podría estar observando peores cosas. Claro que, pensó al recordar a otro chico, podría estar observando mejores cosas.

"¿Puedo subirle a esta canción?" Preguntó Finn, interrumpiendo sus pensamientos. "Es genial".

"¿O sea que hay algo en este auto que no te da miedo usar?" Blaine giró el arma. "Adelante".

"Viejo, no había escuchado esta canción en años. Hey, ¿no crees que Cee Lo Green parece un enano muy alto?"

Blaine parpadeó. "¿Qué?"

"Perdón, olvidé que no es políticamente correcto. Sin ofender".

"¿Sin ofen…? ¡Oye!"

"Quise decir persona pequeña. Parece una persona pequeña muy alta. En serio, sus brazos son diminutos. Si pusieras un Twinkie en su bolsillo trasero, se moriría de hambre".

"Finn", le preguntó Blaine dulcemente, "¿Tu cuidador se escapó de ti?"

Finn frunció el ceño y subió el volumen. Blaine se frotó la frente con el cañón. Sólo una hora más máximo. Y luego lo amordazaría. Lo amordazaría con un par de calcetines.

"Así que, déjame ver si entiendo. ¿No vas a dispararme?", le preguntó Finn, desviando la mirada. "¿Ni a matarme?"

"No", Blaine suspiró. "Como dije…"

"¿Qué me impide frenar…"

"Tendrías que acelerar para poder hacer eso".

"… y gritar fuego por la ventana? ¿Mmmm?" Finn parecía tan satisfecho consigo mismo que si no hubiera tenido las manos ocupadas, seguramente hubiera habido manos de jazz involucradas.

"Mmm, ¿la falta de fuego?"

"No, no. Dicen que debes gritar fuego cuando estas en peligro", le explicó Finn. "Lo vi en Dateline".

"Dicen que las personas en peligro de violación deben gritar fuego. ¿Sabes? ¿En callejones oscuros y lugares así? No a plena luz del día. En medio de la calle. ¡Cuando todos pueden ver que no hay fuego!"

"Cálmate, cielos. Sólo decía".

"¿Es esa una patrulla?" Blaine abrió los ojos cuando vio el vehículo que se acercaba. "¡En serio, Finn!" Comenzó a golpear el tablero con sus manos. "¡Vamos, vamos, vamos!"

"Buen ritmo, viejo".

"¡No te unas! ¡Sólo conduce! ¿Qué estás…? Oh, por Dios. ¿Qué estás haciendo?"

"Tengo hambre", Finn se encogió de hombros mientras daba la vuelta, "¿Qué tiene de malo?"

"¡Estoy huyendo! Te estoy apuntando con un arma, hay una patrulla detrás de nosotros, ¿y te estás deteniendo en el auto-mac de un McDonald's? ¿Qué pasa contigo?"

"¡Mira! ¡Los policías se siguieron de largo, ves! No nos están siguiendo. ¿Qué clase de idiota se detendría por comida después de asaltar un banco?"

"¿?"

"No, yo no". Finn señaló hacia el aire con un dedo mientras asentía con superioridad. "Astuto como un zorro". Bajó la ventana y sonrió hacia el intercomunicador. "¡Hola! Voy a querer dos Mc Tríos de Big Macs, un cuarto de libra con queso y dos malteadas de banana. Mmm, ¿quieres algo?"

"Sí", Blaine se inclinó sobre el chico. "¿Me puedes dar una papa? Mientras más vieja mejor".

"¡Oye!" Finn le dio un codazo. "No es gracioso, viejo. Oye, ¿puedes prestarme veinte dólares?"

"¿Qué?"

"Bueno, no puedo darle centavos y tú no me dejaste cambiarlos, y necesito dinero para la comida".

"Ya he visto este episodio en Pinky y Cerebro", gruñó Blaine mientras tomaba su bolsa del asiento trasero y sacaba el dinero. "¿Feliz?"

"Gasolina".

Blaine lo observó perplejo.

"Te estoy llevando hasta el parque Jellystone, lo menos que puedes hacer es prestarme para la gasolina. Suelta el dinero, viejo", Finn buscó su billetera en el bolsillo de su pantalón y la arrojó en el regazo de Blaine, "Es lo justo".

"Está bien, está bien", Blaine abrió la billetera y comenzó a meter el dinero, "De todos los autos del mundo", murmuró. "¿Está es tu novia?", le preguntó, mirando a una bonita chica de cabello oscuro que lo observaba desde una foto.

"Sí, aunque normalmente no está bizca. Es sólo que me estaba gritando cuando tomé la foto. Sus fosas nasales definitivamente no están tan dilatadas".

"¿Y esta?" Blaine sacó la foto que estaba detrás, de Finn con una mujer, un hombre y un chico atractivo. "¿Quiénes son ellos?"

"Ellos son mi Mamá, mi padrastro, Burt y…"

Oh, no. No. No. Pensó Blaine mientras miraba la foto con los ojos entrecerrados. No era posible.

"… mi hermanastro Kurt".

Esto no estaba bien.


Kurt reprimió un bostezo y trató de mirar sutilmente el reloj que llevaba en la muñeca. Esto no estaba saliendo bien. Para nada bien. Colin parecía mucho más interesante y guapo en el club. Y más delgado. En serio tenía que dejar de tomar sambucas. Por eso terminaba en citas con Boteros.

"… y entonces les dije que si no ponían al gerente del proyecto en la línea en los próximos…"

Kurt estaba seguro de que esa anécdota había comenzado en algún momento de los años 60´s. ¿Dónde estaba Mercedes con su llamada de emergencia en caso de que sea repulsivo?

Oh, Dios, pero esa manzana de Adán definitivamente no era de tamaño normal. Parecía una serpiente que se había tragado una bola de boliche.

Gulp, gulp, gulp.

¡Deja de mirarla! ¡No seas tan malo! Mira otra cosa. Su cabello, ¿tal vez? Era agradable. Bueno, lo poco que le quedaba. Un momento. ¿Qué era esa cosa en su frente? ¿Era un lunar?

No. No. No era un lunar. Era otra extremidad.

¡Basta! Cierto. Sus ojos. No, tampoco era algo bueno. Estaban tan cerca que parecía que estaban conversando uno con el otro. Bueno, su boca. No puede haber nada malo con una boca. Incluso si esa boca era más delgada que un hilo. Y se estaba moviendo. Se movía sin cesar.

Era hora de enfrentarlo. El problema no era que Colin estuviera lleno de lunares y fuera aburrido, aunque sí lo era. Ni que su manzana de Adán posiblemente necesitara su propia habitación con baño, no, el problema era y siempre sería- Blaine.

Blaine, con los dulces ojos color miel y su cuerpo firme. Blaine y toda la emoción que había traído a su vida. Blaine usando esposas.

Blaine, quien dijo que lo encontraría. Y no lo había hecho.

"¿Kurt? Oye".

"Perdón, ¿Adán? Digo- ¿Colin?" Kurt sonrió, "¿Qué decías?"

Colin. ¿En serio? ¿Qué padres miraban a un bebé y pensaban "Oh, ¡ya lo sé! Vamos a llamarlo Colin"?

"¿Te estoy aburriendo?"

Sí. Oh, por Dios. Sí.

"¡No! ¡Claro que no! Por favor, ¿a quién no le parecerían fascinantes las dificultades técnicas durante las video conferencias?"

Colin se encogió de hombros en un gesto que claramente decía "Lo sé, ¿cierto?", y Kurt tuvo que abstenerse de infringirse cortes con el menú hasta la muerte.

"Escucha, te gusto y tú me gustas. Somos dos personas jóvenes y atractivas. ¿Qué te parece si salimos de aquí y exploramos…", paseó sus ojos por el cuerpo de Kurt y sus cejas se movieron al mismo tiempo que la montaña en su garganta, "… eso?"

¿Quién, aparte de Benny Hill, movía así las cejas?

"¿Oh?", Kurt se estiró y bostezó dramáticamente. "Se está haciendo tarde y…"

"Son las tres de la tarde".

"¿Ah, sí? Pensé que era… más tarde. Es que tengo que entregar un trabajo…"

"Estamos en vacaciones de verano".

"¿Quiero adelantarme? Ya sabes, dar una buena impresión y…"

El teléfono de Kurt comenzó a sonar y Kurt de pronto se sintió con unas inmensas ganas de convertirse a otra religión, "¿Bueno?", dijo en cuanto sacó el teléfono. "Oh, por Dios, Mercedes. ¿Cuándo sucedió eso?" El teléfono siguió sonando. ¡Maldita sea! Kurt se rio nerviosamente y señaló el teléfono. "Ah, olvidé presionar… Mmm, disculpa". Colin lo observó con una ceja arqueada y Kurt observó su teléfono. ¿Finn? Finn solía mandar mensajes, no llamar, la mayoría del tiempo. Aunque, aun así, era como tratar de descifrar un enigma. "¿Bueno?"

"¡Hey, Kurt!", dijo Finn de repente, "¿Estás ocupado?"

"Estoy en una cita", Colin volvió a hacer bailar sus cejas y Kurt tuvo que reprimir una arcada. "¿Qué pasa?"

Al fondo se empezó a escuchar un susurro frenético y luego Finn volvió a hablar, "Mmm, ¿es sexy?"

"¿Qué? ¡Finn!"

"¿Como, en una escala del uno al diez? ¿Qué tan sexy?" Un siseo. "¡Esto en serio es perturbador!"

"¿Estás borracho?" Kurt se encogió de hombros mirando a Colin, quien estaba empezando a molestarse. Kurt levantó un dedo. "¿Finn? ¿Necesitas que vaya en seguida? ¿En este instante?" Kurt empezó a levantarse. "Está bien. Y exactamente ¿qué tanto tienen que amputarte?"

"¿De qué estás…? No, lo que pasa es… Mira, la cosa está así. ¡Deja de golpearme con eso! Estoy tratando de encontrar la forma de decírselo. ¿No crees que eres muy controlador?"

"¿Golpeando? ¿Quién te está golpeando?"

Se escuchó un crujido en la línea y luego escuchó una nueva voz, "¿Kurt?"

"¿Bueno?" Una curiosa sensación de familiaridad lo invadió. Conocía esa voz. La conocía.

"Esto es un poco embarazoso así que sólo voy a decirlo". El chico suspiró. "Parece que accidentalmente secuestré a tu hermano".


Nota: ¡Hola de nuevo! ¿Qué les pareció este capítulo? Finn es adorable, ¿no creen? Y Blaine, pobre, nada le sale bien pero por lo menos volverá a ver a Kurt y por fin estarán juntos y felices, ¿o no? ;)

En el próximo capítulo:

Blaine tragó con dificultad. "Wes, en serio. ¡Esto no es lo que parece! ¡De verdad, me subí a su auto por error!"

"¿Esperas que te crea eso? ¿Que crea que ustedes dos no están conchabados?"

"¿Conchabados? ¿Crees que robamos doblones?" Blaine negó con la cabeza. "¡Creí que te habías arrepentido, Wes! Me subí en el auto equivocado. Tenía que huir de ahí rápido".

"Es verdad, viejo. Sólo se subió y empezó a amenazarme con papas".

"¡No me ayudes, Finn!" Blaine volteó de nuevo hacia Wes. "Sabes que no sé de autos. ¡Y los dos eran verdes!"

"¡La mía es una camioneta!"

.

"¡Finn!" Kurt iba a acercarse a él, pero el hombre lo tomó por el brazo. "¿Por qué mi hermano está envuelto como un sándwich?"

"Es la silla", dijo Finn. "Es francesa". Luchó contra las sogas y suspiró. "Vaya, me da gusto verte".

"¿Estás bien? ¿Te lastimaron?"

"Está bien", dijo Blaine apareciendo a un lado de Kurt. "Hola. Tanto tiempo sin verte".

La respiración de Kurt se atoró en su garganta y sus manos se cerraron como puños a sus costados. Oh, Dios santo. Se veía mucho mejor de lo que recordaba. Desgraciado.

¡Nos estamos leyendo pronto! ¡Que tengan un lindo día! :)