Hace días que no estoy en mi casa y no tengo la viñeta de Harry que me falta publicar. En cuanto pueda ir a buscarla, la publico :)
Mientras, hago una pausa y publico los fics del Fuh-Q-Fest del Foro Drarry.
x| Disclaimer: 'Harry Potter' le pertenece a J. K. Rowling.
x| Clasificación: NC-17
x| Reto (por Carli-chan): Harry y Draco tienen sexo, pero no tienen idea de si lo que existe entre ellos es sólo eso o hay algo más. Tienen dudas y no están seguros. Un Drarry bien Angst, basado en la canción de los Guns N' Roses, 'November Rain'.
Capítulo Uno
'Cause nothin' lasts forever
Even cold November Rain
Caminar bajo la lluvia puede ser un sentimiento liberador y, a la vez, abrumador, pero hay que tener la voluntad para salir al exterior y dejar que las frías gotas de agua golpeen nuestros rostros y se proclamen dueñas de nuestras vestimentas.
No todas las personas nacieron para caminar bajo la lluvia, de la misma manera en que no todas lo hicieron para estar enamoradas.
El amor es una tormenta que se desata sobre ti, sin previo aviso y sin tu consentimiento.
Los soñadores cierran los ojos, alzan el rostro hacia el cielo y dejan que la lluvia los transporte a una realidad que no conocen aquellos que huyen hacia lugares resguardados, para evitar que los toque el agua.
Al comienzo, Draco era una de esas personas; siempre el primero en escapar ante la mínima posibilidad de lluvia, pues no quería verse sorprendido por los auges de una tormenta. Y cuando el agua lo atrapaba desprevenido, corría y se alejaba con la mayor rapidez posible.
Draco no quería enamorarse, no se lo permitía. O, al menos, así fue hasta un lluvioso siete de Noviembre…
We've been through this, such a long, long time
Just tryin' to kill the pain
La librería estaba abarrotada por personas que esperaban que Sin Nombre les firmara sus copias de Sin Título – Volumen II.
Y Draco, mientras tanto, estaba pensando en la época durante la cual se había alejado del Mundo Mágico. Había sido tras el asesinato de sus padres.
La comunidad mágica jamás había aceptado que hubiesen quedado en libertad y dos magos, que habían perdido familiares durante la guerra, habían decidido hacer justicia por mano propia.
A pesar de que había sido clarísimo que ellos habían sido los asesinos, habían resultado impunes y, por lo tanto, Draco no sólo había sido consignado a sufrir por sus padres, sino que también a sentir miedo.
Incapaz de permitirse vivir asustado por el resto de su vida, tiñó su cabello, cambió su nombre por Thuban Black, dejó todo atrás y se mudó al Mundo Muggle, para dedicarse a la escritura.
Por si acaso, a la hora de publicar por primera vez, decidió que su nombre no debía aparecer en las novelas y tras convencer a la editorial, con un poco de magia de por medio, pasó a ser conocido como Sin Nombre.
La ambigüedad de su pseudónimo generó curiosidad y, rápidamente, su primer novela, Sin Título – Volumen I, se volvió conocida en todo el país y, luego, en el mundo entero.
Todos morían por saber más acerca de Sin Nombre y cuando por fin se anunció que el enigmático autor se presentaría en la librería 'Borders', en el 203 de Oxford Street, a firmar libros, se generó una verdadera revolución a lo largo y ancho del país, y en otras partes del planeta.
Los foros más importantes de Internet organizaron salidas conjuntas y algunas personas incluso viajaron desde América para poder asistir al evento.
Al comprender la magnitud de la situación, la editorial decidió vender entradas y alargar la actividad durante una semana para que nadie se la perdiera.
Draco aceptó sin problemas, ya que la darían un buen porcentaje de las ganancias.
Poco antes de que abrieran las puertas de la librería y tuviese que enfrentarse a sus miles de lectores, se colocó un antifaz negro sobre el rostro y dejó que algunos mechones oscuros de pelo cubrieran un poco los ojos.
Desde las nueve de la mañana hasta el mediodía escribió 'SN' en decenas y decenas de libros. Cuando llegó la hora de almorzar, se retiró a una sala trasera, donde lo esperaban su editor, una mesa con un elegante mantel y una fuente de pasta. Draco adoraba la pasta.
—Qué efusivos que son, ¿no? Todos te adoran, especialmente las muchachas.
Lo cierto era que no era sólo la incógnita que lo rodeaba lo que hacía populares a sus obras. De hecho, éstas eran cautivadoras novelas de misterio que combinaban la música clásica con asesinatos. Los encargados de resolver los casos eran dos jóvenes amigos, que a los lectores les resultaban muy carismáticos.
Como estaba muy de moda últimamente, las lectoras mujeres habían comenzado a percibir cierto subtexto entre Ewan y Alan, los protagonistas.
El nacimiento del 'Ewal' (término para denominar una posible relación entre los personajes) en Internet había catapultado al primer libro a la fama.
Hacía poco, un vocero de Sin Nombre, había confirmado que sería una saga compuesta por siete libros y que el autor no descartaba la posibilidad de involucrar emocionalmente a sus personajes.
Draco no tenía real interés en ver a Ewan y a Alan en una relación amorosa, pero cambiar el contexto de su vida no había logrado cambiar lo que en el fondo siempre había sido: un joven codicioso.
Sabía que el Ewal estaba de moda y le haría vender más libros, lo que resultaría en más dinero y, por consiguiente, más comodidad, un hogar más grande y más libertad para, en el futuro, escribir lo que tuviese ganas.
Después llegarían las películas de los libros, el merchandising… y sería rico, una vez más. El Ministerio de la Magia le había quitado todo lo material y dos asesinos le habían arrebatado lo que más le importaba en la vida. No podía hacer nada para regresar a sus padres, pero sí podía alimentar lo que nadie había logrado quitarle: su ambición.
—Thuban, ya es hora de volver.
La voz de su editor lo distrajo de sus pensamientos. Asintiendo, se limpió los labios con la servilleta y pensó que había comido mejores pastas en su vida. Se puso de pie y regresó a la sala central de la librería.
Estaba caminando hacia la mesa con mantel negro que aguardaba por él a pocos metros de distancia… y se detuvo al verlo.
Harry Potter estaba allí, frente a uno de los mostradores, hablando con una vendedora.
—Hmm, no sé. Sólo necesito que sea sobre la Revolución Francesa, desde el punto de vista Muggle. Ern, quiero decir, francés… Punto de vista francés. Ya sabe, de Francia… Ah, y que sea muy largo. A mi amiga le encanta leer.
Draco entornó los ojos. Potter. Sólo a ese idiota se le podía ocurrir buscar un libro sobre la Revolución Francesa en esa librería, ese día. ¿No podía comprarlo en otra parte? ¿No veía que el lugar estaba lleno de gente? La fila de personas seguía a lo largo de seis cuadras y los fans seguían llegando.
Caminó hacia Potter y al encontrarse a su lado, se arrepintió de haberse movido. El antifaz generaba preguntas y curiosidad entre los Muggles, pero Potter sí lo conocía. De seguro, lo reconocería de inmediato.
—Hola —lo saludó el muchacho. Draco realizó una mueca. Dios, ese Gryffindor incompetente realmente estaba ciego. ¿No se daba cuenta de que era él, Draco Malfoy?
—Hola. ¿Vienes a que te firme los libros?
Potter lo miró, confundido—. ¿No? ¿Sí? Hmm, disculpa, pero, ¿quién eres?
Draco, que ya se había familiarizado con los emoticones de la web, escribió 'facepalm' mentalmente.
—Sin Nombre, el autor de los libros que todos llevan en las manos.
Y así, como si nada, Potter se rió descaradamente—. Ah, sí. Había oído hablar de ti. No te ofendas, pero, ¿no pudiste pensar en un mejor nombre? Es tan tonto… Como esa gente que se pone nombres como Enigma, Nada, Inefable o Incógnita para parecer geniales. Son tan idiotas.
Draco tragó saliva. En el tiempo que llevaba siendo Sin Nombre, todos habían admirado su originalidad y audacia. ¿Y ahora Potter se creía un crítico? Maldito Gryffindor.
—Yo creo que es un nombre brillante. Quizás tu pobre excusa de cerebro no logra calibrar sus ocultos e inexpugnables significados —le dijo, esforzándose por no mostrarle su clásica sonrisa, para no ser descubierto.
—Bueno, yo sigo pensando que es idiota.
Continuaron discutiendo durante un buen rato y cuando Potter le soltó que había intentado leer el primer libro y se había aburrido, Draco sintió ganas de hechizarlo. Como hacer magia frente a tantas personas para atacar al Jefe de Aurors no le pareció una buena idea, ofendido, se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, acompañado por dos guardias de 'Borders'. Potter lo llamó, pero él lo ignoró y ni siquiera se detuvo a causa de los ruegos de sus lectores.
Condujo hacia su apartamento y segundos después de bajar del auto, escuchó la voz a sus espaldas.
—Oyes algo que no te gusta y te vas. Qué valiente.
¿Acaso los Aurors no estaban siempre ocupados? ¿Por qué razón Potter tenía tiempo para irritarlo? ¿Había vacaciones 'Aurorescas'?
—No me molestes. Vete o… llamaré a la policía—. Draco era completamente consciente de lo muy ridículo que era eso, pero se suponía que era un ingenuo Muggle.
—Está bien, pero creo que un Stupefy será suficiente para detenerlos.
Draco, que había continuado caminando hacia la puerta de entrada, se detuvo en seco y se dio media vuelta.
El rostro de Potter ahora estaba serio.
—Es una lástima que tus épocas de Dementor Falso hayan terminado. El disfraz hubiese sido más útil que esa mascarita.
—Es un antifaz, Potter —replicó Draco, pensando en Whisky. Necesitaba Whisky. Ya.
Sin decir nada más, abrió la puerta del edificio y la atravesó sin mirar al otro joven. Tras unos segundos de indecisión, musitó—: ¿Vienes o te vas?
Potter entró al edificio con él y fue recién al caminar hacia el elevador cuando Draco se percató de que estaba mojando el suelo. Había estaba estado tan concentrado en Potter que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba lloviendo y ahora ambos estaban impregnados de agua.
Perdón, Carli. Sé que es re aburrido u.u Pero te súper prometo que después se pone mejor xD
